Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

el "cobarde" - por maria jesus hernando navas

EL “COBARDE”

“Tres meses de campamento te quitarán las ñoñerías, te has convertido en un vago y un indolente y no los aguanto”, tronó mi padre cuando le presente el boletín de junio con cinco suspensos. Había cateado todo, hasta la educación física. Intente defenderme diciéndole que yo no tenía cualidades para saltar sobre el plinto o hacer el pino boca abajo.
– Yo quiero…. poeta –balbucee, tragándome el verbo para evitar los ojos fieros de mi padre
– Pues, buen camino llevas –me respondió, con una sonrisa irónica, de lo que deduje que él había entendido perfectamente cuál era mi deseo.

Me taladró con la mirada, supongo que a las malas notas, se unió la poca gracia que le hacía la vocación manifestada. Sin embargo, no hubo sermones, ni consideraciones sobre como tenía que reconducir mi joven vida, ni una palabra más. Solo silencio opresivo de los que mi padre acostumbraba a llamar “reflexivo”, que te sumía en el desasosiego y el desamparo. Porque yo entonces tenía quince años, un pavo considerable en mi cabeza que solo calmaban la lectura y las aventuras imaginarias y ninguna afición al orden y la disciplina. A ojos de mi intransigente padre, un cobarde porque no me atrevía ni siquiera a montar en los columpios de silla y mucho menos en las montañas rusas ni artilugios de feria que despegaban del suelo. Prefería imaginarme héroe de mil batallas y muchas veces solo con eso, el estómago se me volvía del revés o me temblaban las piernas. Me pasaba el día flotando, sin dar un palo al agua, y ahí, he de reconocerlo, tenía razón mi padre.

Una semana después de la “no conversación” con mi progenitor, mis cinco hermanas, todas mayores que yo, mi madre y mis dos abuelas que también vivían con nosotros, me despedían con lágrimas reprimidas en el recibidor de casa. Quise darles un abrazo colectivo, para aligerar el adiós temporal pero resultó misión imposible: Desaparecí en medio del corro que habían formado en torno a mí tan estrujado, entre unas y otras, que parecía que no fuera a volver. Yo pensaba que si seguían así ni siquiera me iría porque me empezaba a faltar la respiración.

Los días en plena naturaleza pasaban con una monotonía deprimente: madrugones tras largas noches de campamento, marchas de horas y horas para llegar a la cresta de una montaña, duchas que no funcionaban y había que sustituirlas por chapuzones en el agua helada del rio… Un rosario de fastidiosas tareas, deliciosas y estimulantes para casi todos los que allí estaban, menos para mí. Yo procuraba escaquearme, con tan poco éxito, que un día tras otro acaba haciéndose verdad aquello de “si no quieres taza, taza y media”.

Confundo en mis recuerdos cómo y cuanto sobreviví a tan frenética actividad. Tampoco sé como volví al calor femenino de mi hogar. Un día al abrir los ojos no vi sobre mí las nueve tablas de la litera superior, sino ocho pares de ojos que se alegraron al verme despertar. Pensé que estaba soñando porque parecía imposible borrar de un plumazo lo que para mi había resultado una pesadilla. Me daba igual lo que los demás pensaran de mi comportamiento, incluido mi padre.
Entonces, disfrutaba sintiéndome querido, adorado, casi idolatrado. Y hoy, treinta años después, sé que aquellos meses turbulentos llenaron el pozo de mis historias, en prosa o verso, eso es lo de menos.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

7 comentarios

  1. 1. Juan Kova dice:

    Muy lindo relato, me gustó mucho el contenido! Felicitaciones por animarte a realizar el reto! Pienso que algunos parrafos no son del todo claros y podrían pulirse un poco más como por ejemplo: “Porque yo entonces tenía quince años, un pavo considerable en mi cabeza ue solo calmaban la lectura y las aventuras imaginarias y ninguna afición al orden y la disciplina”.

    Te invito a que leas (y me tires alguna critica constructiva) mi relato el nº 43 entre los recuerdos y el olvido que esta justo arriba del tuyo! Saludos!

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 01:14
  2. 2. Berundgaar dice:

    Qué bonito, María Jesús.

    Lo has retratado muy bien. Es exactamente como se sentiría un adolescente sensible, un poeta en ciernes, un artista de la palabra.
    Dicen que cada uno de nuestros personajes lleva algo de nosotros en nuestro interior. Desde luego, en tu caso es así, he disfrutado realmente leyéndote.
    Yo estoy en el 21 ¿me darías tu opinión?
    Muchas gracias por anticipado. También por deleitarnos con tu precioso relato.
    Un saludo y felices fiestas.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 13:19
  3. Hola Maria Jesus:
    Un precioso relato, reflejando la adolescencia. Para mi gusto y siempre tratando de ser constructivo te ha faltado una mención a la madre, es decir a los comentarios de la madre, que normalmente, casi siempre son de protección del hijo contra el padre. También has dado un gran salto final, cuando despierta en su casa. Supongo que es el lector el que tiene que imaginar el regreso.
    Te he visto un “gazapo” en el reto opcional “que parecía que no [fuera] a volver ( pretérito imperfecto del verbo ser).
    Me ha gustado mucho leerte, Enhorabuena.
    Muy Felices Fiestas

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 16:26
  4. 4. José Torma dice:

    Hola María.
    Tu relato me ha parecido tierno, la lucha de un joven por ser él mismo. Hay un salto raro al final como te comentan, pero en general es un texto que se lee fácil y se disfruta mucho.
    Felicidades.
    Saludos.
    José

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 00:33
  5. 5. Otilia dice:

    Hola María Jesús,
    Gracias por leer y comentar.
    Tu relato me ha gustado, se lee con fluidez y está bien escrito. El reto casi lo cumples, pero se colaron “fuera”, “es”.
    Solo comentarte que me choca que reflejes que el protagonista está rodeado de mujeres excepto el padre,¿influye en la personalidad de él?, ser poeta, no muy valiente,…no sé…
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 13:31
  6. Hola María Jesús. Una hermosa historia de un muchacho incomprendido por su padre. Historia tan habitual en viejas épocas, como la que das una idea que el protagonista vivió, sin dudas. El relato tiene buen ritmo, describe (a mi forma de ver) muy bien el contexto del personaje y la situación, las motivaciones, lo que piensa y siente. Algunos detalles ya te los han señalado, no he encontrado nada más que lo que te indicaron.
    Gracias por compartir tu relato y gracias por comentar el mío.

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 15:50
  7. 7. maria jesus hernando navas dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios. Qué rabia no cumplir el reto, y sobre todo no haberme dado cuenta de los gazapos con las veces que lo repasé. Felices días para todos. Os leo en el proximo taller.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 18:24

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.