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MEMORIAS - por ANGEL CLIMENT

MEMORIAS
Encima de la mesa había un par de cajas de zapatos llenas de fichas escritas, el resultado de muchas horas de recuerdos recogidos. Siempre que le venía algún recuerdo a su memoria lo escribía en lo que tenía más a mano; una hoja de papel, la servilleta de un bar, un trozo de periódico, aunque desde hacía unos años se había acostumbrado a llevar encima una pequeña libreta para poderlos anotar. Cuando llegaba a casa los pasaba a limpio en unas fichas de cartulina que había preparado para ello y luego las guardaba en las cajas.
También había recortes de artículos de los periódicos más conocidos del país que hacían mención de él, de su carrera de poeta, de los premios ganados, de sus libros publicados. Folletos con las bases de muchos de los concursos de poemas en los que había participado cuando era joven, fotos de sus padres, de su niñez, juventud, matrimonio, hijos. Todo lo que había aglutinado en los setenta años que acababa de cumplir.
Setenta años, edad suficiente para escribir, documentar y argumentar su autobiografía. Fantasía que arrastraba desde los quince años cuando le dio por leer las biografías de gente memorable; Cesar Augusto, Alejandro Magno, Santo Tomás de Aquino, Lucrecia de Borgia y muchos más. Ahora por fin podría realizar su sueño.
Vació las dos cajas encima de la mesa y los empezó a clasificar por conjuntos, un montón por cada grupo; recortes de periódicos, folletos y programas de concursos, fichas, fotos. Una vez agrupados los separo por años.
Estaba colocando los folletos cuando su mano cogió uno de color rojo con el título en blanco que decía «Campamento de poetas, verano del 52». Como si de fuego se tratara lo tira encima de la mesa y da un salto hacia atrás. ¿Cómo había guardado el folleto de aquel campamento?
Ese, el único recuerdo que no quería tener, siempre lo había intentado borrar de su memoria, y eso que fue el sitio donde empezó su carrera de poeta. Una voz le dice «rómpelo, rómpelo, son malos recuerdos». Lo recoge de la mesa e intenta romperlo, cuando lleva casi la mitad, otra voz le dice «¿Por qué lo vas a romper?, es verdad… malos recuerdos, pero recuerdos… parte de ti» Se arrepiente deja el folleto encima de la mesa y lo mira fijamente.
Mientras contempla el trozo de papel medio roto su mente vuelve al campamento de verano del 52; a la conversación que tuvo con Ignacio, el mejor poeta de los presentes, para todos el próximo: Góngora, Bécquer, Quevedo. Al igual que él luchaba por escribir y publicar sus poemas, poeta clandestino que desde aquel día y hasta la fecha había sido su «negro», el que había escrito todos sus libros.
—Ignacio, ayer noche te vi, y vi cómo te despedías en el portal, —dijo mientras de sus labios salía una irónica sonrisa— ahora estas en mis manos, si no quieres que nadie se entere, tendrás que hacer lo que yo te diga.
—Está bien Juan, pero no lo digas a nadie, prométeme que no lo dirás —le contestó Ignacio agachando la cabeza, sin mirarle y avergonzado—, si se enteran mis padres me echarían de casa, una mancha en su nombre, el fin de mí familia.
—No tengas miedo, solo tienes que hacer lo que yo diga, si lo haces mi boca permanecerá cerrada y nadie se enterara de nuestro secreto.
— ¿Qué quieres que haga?
—Lo primero, me vas a dar los poemas que tienes preparado para el concurso. —le dijo mientras se acercaba a y le daba un cachete suave en la mejilla— segundo a partir de hoy nada más escribirás para mí, solo para mí, —le recalcó dándole dos nuevas suaves bofetadas— tú vida de poeta se acaba hoy.
—Muy bien —dijo Ignacio mientras se arrodillaba delante de él—. Muy bien hare todo lo que me pides, pero por favor cumple tú palabra. Yo te juro que cumpliré la mía.
—No tengas miedo la cumpliré, tú también la cumplirás, de ello estoy seguro, por tú familia, su nombre, por evitar la vergüenza que pasaran si se enteran que a su hijo le gustan los hombres, que sale con uno, que se besan por los portales, en resumidas cuentas que tienen un hijo maricón —dio media vuelta y se fue sonriendo mientras le decía— acuérdate de traerme los poemas esta noche, mañana es el último día para presentarlos.

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7 comentarios

  1. 1. Saldivia dice:

    Hola Angel. Triste realidad que muchos vivieron en esa época, la de someterse a chantajes para evitar que se develara su orientación sexual. No obstante, mi humilda opinión es que resulta un poco forzada la duración del pacto, que infiero se mantiene ya que aclaras que Ignacio fue el “negro” de Juan desde el año 52 hasta la fecha (que supongo alrededor de 50 años despues), sobre todo si consideramos que a partir de los 80 la homosexualidad dejó de suponer un demérito en la mayoría de las sociedades occidentales; y si tomamos en cuenta que posibles aventuras posteriores de Ignacio igual lo hubieran puesto en evidencia, pues ya no tendría sentido el pacto.

    También podría existir una especie de “síndrome de Estocolmo” en Ignacio, quien sumisamente siguió con su rol de “negro” a pesar de no necesitar el silencio de Juan.

    En todo caso, interesante tema, me alegra haberte leído.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 11:00
  2. 2. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola Angel! Vengo a humildemente devolverte tu comentario, me ha gustado en general aunque hay algo que termina de no cuajarme, es muy interesante y es una visión distinta del tema campamento y poesía. Creo que te hubiera beneficiado si el límite de palabras hubiera sido más amplio.
    Un beso!

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 12:08
  3. 3. Auxi Morata Alegre dice:

    Ay casi se me olvida! Como socarrà que soy (es decir nacida y criada en Xativa, Valencia) Se agradece que hayas mencionado a Lucrecia de Borgia, que para una familia famosa que tenemos mucha gente la ignora xD

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 12:13
  4. 4. Leosinprisa dice:

    Hola Angel,cuentas muy bien una dramática historia de un sinvergúenza que se aprovecha por medio del chantaje del talento de otro. Algo tan cierto en el mundo como que el sol nos da luz y calor.

    Lo único que yo cambiaría sería en la parte del diálogo, pues parece ser parte de un recuerdo de la otra persona en aquella situación por la cual se aprovechó, poniendola entre paréntesis. Pero esto es una opinión mia y pudiera ser que esté bien tal como lo has puesto.

    Por otra parte no he encontrado fallo que corrigieras. Un buen texto y bien escrito.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 15:12
  5. 5. Juana Medina dice:

    Hola pAngl:
    Ante todo muchas gracias por tu visita y tu comentario.
    En cuanto a tu relato, estoy de acuerdo con lo que dicen los compañeros en cuanto a un lapso muy extendido para que Ignacio haga de “negro”. No me cierra mucho la verdad, el por qué de las cajas con las tarjetas de recuerdos.¿ Cual es la relación en la historia? ¿Es sólo para justificar la aparición del recuerdo del campamento y su vergüenza como extorsionador?.
    Algo más en cuanto a la forma: creo que donde dice “Siempre que le venía un recuerdo a su memoria”, quedaría mejor si pusieras “Siempre que venía un recuerdo a su memoria” o bien “siempre que le venía un recuerdo a la memoria”. Es una opinión personal. Nada más.
    En cuanto al contenido: muy bueno, desgraciadamente muy cierto durante mucho tiempo; y aunque ciertos prejuicios han aflojado un poco hoy en día, la cuestión de aprovecharse de la debilidad del otro frente a la sociedad por el motivo que sea, sigue siendo actual. Muy bueno.
    Felicidades y hasta el año que viene.
    Un abrazo

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 18:23
  6. 6. Cesar Henen dice:

    Hola Angel, gracias por tu visita a mi relato, y con gusto te devuelvo la misma no sin antes desearte felices fiestas.

    Cuando leí por primera vez tu relato, pensé que era una historia basada en la vida de Bécquer, pero luego recordé que él no fue homosexual, Ibn Sahl de Sevilla si lo fue.

    A Becquer, lorca y Alberti, los ubico y los conocí por una canción de saurom, llamada: Reina de la oscuridad, y parte de la letra dice: “Bercquer, Lorca, Alberti, te recitan con pudor, versos desde el cielo que camuflan tu prisión.”

    Y para no desviarme del tema, solo diré que el relato es muy bueno, me parece que en tu relato todo tiene una razón de ser. No soy muy dado a leer poesía y esos temas me son indiferentes aunque si conozco a uno que otro autor.

    Nos estamos leyendo.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 04:14
  7. Hola Angel
    Muchas gracias por pasarte por mi relato, siempre es muy constructivo tener la opinión de un compañero. Respecto al tuyo te comento lo siguiente:
    Es una historia muy buena, desgraciadamente real, aunque cada vez creo que es mas denunciada. Tienes un par de gazapos con el reto opcional “había participado cuando[era] joven….(pretérito imperfecto) “…y eso que [fue]el sitio … (pretérito perfecto simple del verbo ser).También a partir de “Estaba colocando los folletos…” pasas del pasado al presente en algunas frases.Algunas pequeñas faltas, creo que por falta de un último repaso “Lo primero me vas a dar los poemas que tienes preparado(s) para el concurso, –te dijo mientras se acercaba (a) y le daba un cachete… Las frases de dialogo deben empezar separadas, lo mejor cada frase en un renglón creo que es mas correcto.
    Has hecho un buen trabajo, me ha encantado leerte. Muy Felices Fiestas y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 17:21

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