Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

"El niño que quiso ser pez..." - por Marijuana

“El niño que quiso ser pez…”

“El niño quiso ser pez, metió los pies en el río, estaba tan frío el río, que ya no quiso ser pez. El niño quiso ser pájaro, se asomó al balcón del aire… estaba tan alto el aire, que ya no quiso ser pájaro”….

El poema de Manuel Benítez Carrasco era la sonata con la que terminaban los días que pasaba Rodolfo junto a su abuelo a la orilla del lago. Los fríos amaneceres y el sonido de las aves eran el escenario para el cual Rodolfo esperaba 12 meses, el tercer fin de semana de octubre, subía al jeep de su abuelo y comenzaba su aventura.

Salían bien equipados y muy cargados; caña de pescar, casa de campaña, bolsas de dormir, alimento suficiente, linternas, parrilla, tanque de gas, y sobretodo, historias, muchas historias que contar. Rodolfo viajaba a ese campamento con una ilusión que ni él podía describir, representaba para él una gran experiencia y diversión asegurada.

Una vez que llegaban, desempacaban la camioneta y comenzaban a armar la tienda de campaña. Esta vez el clima estaba particularmente frío, una vez instalados, prendían la fogata y se ponían a quemar malvaviscos; era entonces cuando el abuelo comenzaba a relatar sus historias.

Rodolfo conocía esas historias al derecho y al revés, sin embargo gozaba de escucharlas y el abuelo gozaba de contarlas una y otra vez. Sus campamentos con los Niños Exploradores, su amor por la naturaleza, cómo conoció a la abuela, la infancia del padre de Rodolfo, y muchos otros recuerdos que le llenaban de nostalgia. El nieto pensaba siempre lo afortunado que era de tener un abuelo tan entretenido y cariñoso.

Cuando la primera jornada llegaba a su fin, el abuelo recitaba: “El niño quiso ser pez….”, y entonces explicaba a Rodolfo que siempre disfrutara todo lo que hiciera, que viviera la vida y los momentos al máximo porque el tiempo transcurría veloz y no volvía jamás. Y con eso se iban a dormir.

Al siguiente día se levantaban temprano y salían a pescar, siempre era la primera tarea porque el agua estaba calma, y lo que pescaban era lo que comían, Rodolfo se estaba haciendo experto. Después salían a hacer una larga caminata, como todavía era temprano escuchaban a los pájaros trinar, veían las hojas de los árboles moverse y recogían varas de pino.

Como en este último viaje hacía un frío fuera de lo común, regresaron temprano al campamento, prendieron la fogata y se dispusieron a comer. Pero había algo que estaba incomodando al abuelo de Rodolfo, sentía una molestia que le oprimía el pecho, se recostó por un momento mientras su nieto preparaba los pescados para cocinarlos en el fuego. Después de una hora despertó con un hambre atroz y los dos se sentaron a comer, contaban chistes y reían, se olvidaron del dolor anterior.

Por la noche salieron con las linternas porque les gustaba ver las luciérnagas y escuchar los sonidos de animales o insectos nocturnos; nunca, en el tiempo que llevaban yendo de campamento, se habían encontrado con un animal peligroso, solamente algunos molestos moscos que había que sacudir con repelente.

No había amanecido el día siguiente cuando el abuelo percibió una luz muy intensa cerca de su campamento, salió y vio que era un incendio, se asustó muchísimo porque además era época de secas, eso seguramente se propagaría. Sin alarmar a Rodolfo le dijo que era mejor que recogieran y emprendieran su camino de regreso, ya volverían cuando hubiera oportunidad, pero no se quería arriesgar a que algo les sucediera. Empacaron lo más rápido que pudieron y salieron de ahí. Durante el camino platicaron y recordaron esos dos días, un campamento más con el abuelo… Rodolfo se sentía orgulloso porque cada año se parecía más a un Niño Explorador.

Sin embargo esa alegría se ensombreció cuando a la mañana siguiente, muy temprano, entró la mamá de Rodolfo a despertarlo, y con lágrimas en los ojos lo abrazó y le dijo que el abuelo había muerto durante la noche, aparentemente fue un ataque al corazón. El nieto, sollozando adolorido de la tristeza, se abrazó a su mamá y lloró hasta que sintió que se secaba.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

9 comentarios

  1. 1. Dana Romanov dice:

    ¡Hola, Marijuan!
    Me gustó la forma en la que haces las descripciones. Me llevaron hasta el lugar donde estaba Rodolfo. Hasta puedo decir que me transmitieron cierta paz. Pero creo que abusaste un poquito. Creo que dar demasiadas descripciones quedaría más en una novela, o en un relato más largo. Cuando llegué a la parte del incendio ya no estaba tan entusiasmada como al principio. Y la muerte del abuelo no me impactó tanto. No preparaste al lector para ese momento.
    Sé que das para muchísimo más. ¡Gracias por comentar mi relato!

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 20:39
  2. 2. SBMontero dice:

    No digo que no sea bonito, ES bonito, pero sería mejor mostrar, no contar.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 02:03
  3. 3. Aussi dice:

    Buenos dias Marijuana:
    Verdaderamente me has llevado a ese mundo de sosiego y emociones que solo la memoria de un niñ@ puede evocar, dejando en mi boca anelos de mas sabores, anticipados pero no conclusos. Una pena que pudieras extenderte mas.
    Un saludo.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 10:29
  4. 4. amadeo dice:

    Marijuana.
    Buen cuento, MUY descriptivo, tal vez demasiado detallado el viaje y estadía del abuelo y nieto, en el campamento.

    1.- Dices: con una ilusión que ni él podía describir, representaba para él una gran experiencia y diversión asegurada. No puede describir pero la explica. Tal vez podría quedar así: con una ilusión que representaba una gran experiencia y diversión asegurada.
    2.- En un mismo párrafo aparecen: esta vez, una vez, una vez.
    3.- En párrafo siguiente, dos veces: gozaba. Molesta tal repetición, tal vez mejor un sinónimo.
    4.- Considero innecesario presentar el malestar del abuelo, aquella noche. No aparece de nueve. Se fueron por el incendio (¿Provocado por ellos mismos?)
    5.- Creo innecesario ese final del cuento. Tal vez, con la huida por el incendio, y aviso a los bomberos… Etc.

    Son mis observaciones como lector.
    Estoy en el 126. Escpero/deseo críticas para aprender
    Un cordial saludo
    Amadeo

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 14:02
  5. 5. Peter Walley dice:

    Hola Marijuana,

    Muchas gracias por pasarte por mi relato.

    Me ha gustado la forma en que has descrito la relación entre el abuelo y el nieto y todas las descripciones de la primera parte, le has dado un tono nostálgico muy bonito.

    Por otro lado, en cuanto el abuelo siente el dolor en el pecho ya se ve venir que va a morir de un ataque al corazón, y el incendio no acaba de estar conectado con resto de la historia; quizás querías que no sólo la muerte del abuelo sino el incendio hagan que el protagonista nunca pueda volver al lugar de pesca, pero podrías haberlo metido de otra forma en la historia.

    En cualquier caso el tono poético ya lo tienes conseguido y seguro que lo puedes aprovechar para muchos otros relatos, enhorabuena.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 17:33
  6. 6. K. Marce dice:

    Saludos Marijuana:

    Estoy de visita por que tu relato está dentro de los tres que siguen al mío, así que me toca comentarte como lo pide el taller. A lo que vinimos:

    Forma: Has usado muy bien las descripciones, para ubicar al lector, tanto en las emociones, así como en la ubicación. Sin embargo, el narrador omnisciente no creo que sea el correcto para este tipo de relato. Pero te detallo eso en el contenido. También, muy buena ortografía, y tienes un lenguaje común y ligero que hace de la lectura fácil de leer.
    Pero, hay repeticiones que debes considerar. Recuerda que siendo textos tan cortos, esperamos más. Te recomiendo la lectura en voz alta, si lo hace otra persona mucho mejor. En mi caso, yo uso un lector electrónico, que me ayuda a escuchar esas palabras repetidas que hacen cocofonía o son iguales, para poder cambiar a otro sinónimo y enriquecer así la lectura. Adicional a las ya comentadas, te detallo otra: “historias”. Aunque las tienes en dos oraciones diferentes, estan seguidas y se nota al leerlas.

    Contenido: Aquí te menciono el narrador escogido. Has usado uno omnisciente, pero la historia es todo lo que el niño siente y recuerda de su abuelo. Creo que era mucho mejor el narrador en primera persona. Adicional, que has usado una estructura de sólo narrativa, sin diálogos. Por eso es que te dicen que has contado y no mostrado. A veces (yo peco también) comentemos el error de hacerlo robótico: leyó, comió, se sentó, etc. Cuando tenemos tan poco espacio, es más fácil usar ese tipo de escritura; pero no es muy correcta para toda una escena. Se podría usar en una que otra oración; pero darle movimiento a las demás. Por ejemplo en lugar de: “salió y vió un incendio”, (contar), es mucho mejor: Las chispas llamaron su atención, al levantar la mirada, observó humo y destellos de luz rojiza y candente. (mostrar). Algo así, perdoname la prisa. 😛
    En mi actual texto me dijeron lo mismo, pero no sé en qué parte vieron esa mejora, me hubiera encantado que me lo dijeran, pero ni modo. Por eso te detallo a tí una pequeña muestra, aunque el texto tiene mucho. >Lo detectas cuando encuentras el verbo simple o complejo, pero verbo al fin.
    Te comentaron sobre el final del abuelo. Aunque es un hecho que se ve “venir”, creo que era necesario, al final el relato es un recuerdo de la experiencia de un niño con aquél. Y veo el fuego, como una advertencia de la desgracia, con la diferencia que no me imagino a un niño lideando con un abuelo muerto en mitad de un bosque. El destino en este caso, los sacó para que él falleciera en casa y el niño no tuviera mayor trauma de haberlo perdido.

    Reto: Aunque marcaste la (R) del reto, penosamente se te escaparon varios verbos ser, te marco al menos dos: Se y era, que has usado en varias ocasiones. 😛 😛

    Opinión Personal: La idea de la historia me ha gustado. No conocí a mis abuelos, ya que ambos fallecieron antes de mi nacimiento. Y mi papá es el peor abuelo del mundo, creo que no le gustan los niños. Así que cuando sé de un abuelo afectuoso, me enternece mucho. Me hace recordar a mi abuela amada, en versión masculina, por supuesto.
    Pese a las mejoras, creo que ha sido una lectura muy agradable, entretenida, nostálgica y emotiva. Si tomas como simple ejercicio, mejorarla con los consejos de nuestros compañeros, ganará mucho, porque la historia es una perlita.

    Sigue escribiendo, aprendiendo, comenta todo lo que puedas, que también así se aprende. Y sobre todo, si amas escribir, no dejes de hacerlo jamás.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 14:25
  7. 7. Marijuana dice:

    Muchísimas gracias por sus comentarios, claro que todos me sirven, voy a poner atención en lo que comentan.

    Espero hacerlo mejor y mejor cada mes.

    Sí amo escribir, y estoy aprendiendo, de ustedes y de todo lo que leo por otros lados.

    Saludos!

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 02:34
  8. 8. ortzaize dice:

    hola tu forma de escribir hay veces que por tus palabras veo que escribes desde el otro lado del charco, y me cuesta comprender tus expresiones, que a la vez hacen que aprenda de ti,
    tu relato me ha trasmitido paz y tambien he visto el campamento mientras leia,
    me ha gustado en general gracias por escribir, y feliz navidad

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 07:06
  9. Buenos días, Marijuana,
    Me toca comentarte por estar por encima de ti y acudo tarde, de modo que parece que está todo el trabajo hecho. Me enterneció leer sobre una buena relación nieto-abuelo. Precisamente ayer comentaba con una amiga que me venían a menudo recuerdos agradables de las épocas de convivencia con mi abuela, mientras ella verbalizaba todo o contrario, es decir que no se acordaba mucho porque la suya había sido “un sargento” y algo castradora. Así que disfruté con la lectura. Me uno a las correcciones que te han hecho con muy buen tino Kmarce y Amadeo. Hay un aspecto, sin embargo, que ellos no han mencionado y que a mi me llama la atención y es tu uso de la puntuación. Me parece un elemento estructurador del texto bastante clave, ya que a la hora de separar las ideas en la mente hay que separarlas y ordenarlas también sobre el papel, de lo contrario el texto resulta confuso. Noto la ausencia de separación entre frases que debería ir marcada por puntos y seguido. Por ejemplo, cuando dices “Los fríos amaneceres y el sonido de las aves eran el escenario para el cual Rodolfo esperaba 12 meses, el tercer fin de semana de octubre, subía al jeep de su abuelo y comenzaba su aventura”, después de 12 meses, tocaría haber un punto y seguido e iniciar otra frase que empezaría con “El tercer fin de semana de octubre, …”.
    Donde dices “Rodolfo viajaba a ese campamento con una ilusión que ni él podía describir, representaba para él una gran experiencia y diversión asegurada”, después de “ni él podía describir, haría falta otro punto y seguido, o, de lo contrario, dos puntos porque vas a dar una explicación.
    Aquí me chirrió el tiempo verbal: “Una vez que llegaban, desempacaban la camioneta y comenzaban a armar la tienda de campaña”, pues una acción es anterior a la otra, primero llegan y luego desempacan y tu pones los dos verbos en imperfecto, de modo que no diferencias. Se podría solucionar poniendo “Una vez que habían llegado, desempacaban” o “una vez en el sitio, desempacaban”.
    En la frase “entonces explicaba a Rodolfo que siempre disfrutara todo lo que hiciera, que viviera la vida y los momentos al máximo porque el tiempo transcurría veloz”, que es una buena frase porque el consejo es bueno, creo que el verbo explicar podría ser reemplazado con beneficio por “aconsejaba”, “instaba”, “recomendaba”, “avisaba”, “advertía”…, que son sinónimos.
    Concuerdo en que el narrador ganaría mucho si fuese el propio niño (hecho joven u hombre, se entiende) el que relatase la historia tal cual la vivió.
    También yo me cuestioné el hilo conductor entre el incendio y el infarto; me parecieron una sucesión de hechos que a la historia no le aportaban. A lo mejor que el abuelo hubiese sentido su fin cercano y, a pesar de ello, hubiese insistido en vivir el campamento hasta el final para darle el gusto al chico, como un último adiós, hubiese resultado más emocionante.
    Tienes buenas descripciones y la lectura ha sido agradable. Sigue escribiendo.
    Saludos.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 16:48

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.