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Poeta Sideral - por Libertad Zaid

El autor/a de este texto es menor de edad

Apenas se abre el puente nueve del transbordador, medio guark después que yo abra, él siempre aparece.
Sin decir nada, acerca su pulsera para que la valide y luego le entrego su aeroblasto. El ritual termina con él, Zamirk, agachando la cabeza y dando las gracias mientras se aleja con pasos largos, pasos lentos hasta el fondo; allí donde hay una banca cerca del borde de la escotilla se queda sentado ahí una hora, a veces hasta dos, mirando el cielo que le da un espectáculo de estrellas que desfilaban por su cara.
Pero hoy no vino.
Es extraño, en los veinte torks que llevo de servicio él nunca se había ausentado. Fue puntual cuando estuvo en el campamento de exploración en el planeta Nobrosku, o cuando estuvo en cuarentena y no podía salir mando un robot con una pantalla que le permitía ver el espacio incluso estando acostado.
¡Ay! Recuerdos y más recuerdos, ¿Por qué me atormento con ellos? mi implicancia con los clientes empieza y termina con el proceso de compra-venta, menos debía preocuparme por un hombre con sangre O. Esa condena genética que crea individuos taciturnos y con extrañas costumbres lleno de sentimentalismos innecesarios.
Sin embargo, heme aquí, en vez de cerrar mi tienda camino hacia la banca del viejo Zamirk. Tratando de buscar algo que me explique de una vez por todas el enigma que escondía ese hombre.
Entonces, creo encontrarlo. Justo en la comisura entre la pata y el asiento hallo una lámina de aluminio y sin pensarlo mucho, lo tomo y pensándolo aún menos, lo leo.
“El cosmos rozara tu rostro
Haciéndote uno con el etéreo vagar
De una estrella moribunda

La grácil búsqueda del ser
De un melancólico poeta sideral
Como las nubes en Uhkley
Que se desvanecen apenas el alba toca”

No pude seguir leyendo, tenía un fugaz presentimiento que no quería confirmar.
Un Aeroblasto. Siempre en singular, porque cada vez que venía por uno jamás lo vi acompañado. Ni de un camarada, ni de un familiar o de alguna chica. Parecía que era de esos seres que se formaban de la inexistencia y su único terreno de pertenencia es la nada. Mis pensamientos me tenían tan absorto que apenas me di cuenta que había caminado y estaba otra vez tras el mostrador. Estando ahí, lo único que se me ocurrió hacer fue revisar la red para ver que todas las personas que se vinculaban a él no superaban el status de conocido. Hay certezas que son amargas de saber, toda la situación que rodeaba a Zamirk se traducía que efectivamente era una persona sin vínculos y si desaprecia…tan poco habría quien lo extrañaría.
Estire otra vez la delgada lamina, que ahora me parecía invaluable.
“Entonces, sin estar consciente de ello
A pesar de siempre buscarlo en el todo
En la nada llegue a la quintaesencia de la letra”
Partió primero como un temblor en mis manos, continuo hasta llegar como un hipo a mi pecho y finalmente a mis ojos. ¿Qué era exactamente? Una mezcla extraña de finalmente haber comprendido a ese viejo loco y…
La impotencia de no haberme acercado a una persona tan maravillosa antes.
Ya que todo acto de cordura era irreverente en este momento, sin importar lo inútil de mi actitud, llore por Zamirk. Las lágrimas caían torpemente porque no estaban acostumbrados a actos así de humanos, pero eso ya no importaba. Aquí, en esta monstruosa flota existió un hombre que busco profundidad en la belleza que había sido olvidada y en esta misma nave, otro hombre le lloraba aquel ser único que se marchaba. Los dos hicimos lo mismo en la brevedad de un momento:
Revivir aquello que ya no iba a volver.

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2 comentarios

  1. 1. Leosinprisa dice:

    Hola Libertad Zaid,

    he leido tu texto con cuanta atención he podido y reconocer que si siendo menor de edad ya tienes esa sensibilidad para describir sentimientos y situaciones, te envidio.

    Es una historia extraña, de perdidas y pensamientos profundos, de busquedas y encuentros por la cual te has esforzado. Y eso tiene su mérito, aunque me es compleja y en ella creo sonsacar que ambos personajes son humanos y estaban unidos por la cotidianidad de sus acciones y al faltar uno de ellos, es cuando se produce esa reflexión sobre quien ya no esta.

    En caso de que no sea así, me gustaria que me aclarases mi error.

    Ahora vamos con algunas cosas que podrías mejorar y he encontrado:

    «se queda sentado ahí una hora» el ahí es a mi entender una palabra que no es necesaria.
    «que le permitía ver el espacio incluso estando acostado» entre espacio e incluso pondría una coma.
    «sin pensarlo mucho, lo tomo y pensándolo aún menos, lo leo» los lo transformaria en la, pues la lámina es un término femenino.
    «rozara» es rozará.
    «si desaprecia…tan poco» supongo que quisiste poner desaparecia, despues de los puntos suspensivos va un espacio.
    «estire» es estiré.
    «continuo» es continuó.
    «busco» es buscó.

    Esto son los que he encontrado en mi busqueda de errores ortográficos, no sé si me habré dejado alguno, tal vez algún compañero que lea tu texto quiera aclararte algún fallo o mejora que yo no he visto.

    También te aconsejaría que dejaras espacio entre un texto y el siguiente para facilitar la lectura.

    Nada más, ha sido un grato placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 14:28
  2. 2. M.L.Plaza dice:

    Hola.
    Me ha parecido un texto muy original y bien desarrollado.
    Solo quería comentarte dos cosas:
    En la primera frases utilizas el verbo abrir dos veces muy seguidas. Creo que el principal problema está en el tiempo verbal del relato: empiezas en presente y acabas en pasado. Daría más claridad al texto que optaras por uno de ellos.
    Espero que sigas escribiendo.
    Saludos.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 19:04

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