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La herencia de mi tía Petra - por Alma Rural

Web: https://almaruralblog.wordpress.com/

De todo lo que llegué a vivir en casa de la tía Petra tan solo dos o tres recuerdos permanecen en mi memoria de forma vívida. Quizás fueron los que más me marcaron; quizás por eso no desaparecen de mi mente, en especial hoy que me van a dar mi primer premio literario.

A Petra la conocí cuando regresó a España desde Argentina allá por el año 1976 ó 77. No recuerdo bien la fecha. Hija de la emigración española en el país latinoamericano había logrado hacerse un nombre como poeta y escritora. Su renombre internacional le había granjeado grandes e importantes amistades pero también destacados enemigos en el mundo de la cultura y de la política argentinas, enemigos que la llevaron a tener que huir del país.

La tía Petra no era nuestra tía sino la tía de mi padre pero la familiaridad y el cariño con que siempre nos trataba así como ese dulce acento con el que nos hablaba hizo que todos la aceptáramos como si fuera nuestra tía verdadera.

Para instalarse en España Petra buscó una casa que la enamorara nada más verla. Después de mucho buscar la encontró cerca del barrio en el que vivíamos mis padres, mis hermanos y yo. La casa estaba en una colonia de viviendas individuales rodeadas cada una de ellas por un jardín y un muro que convertían a cada casa en un microcosmos dentro de la ciudad. A Petra le entusiasmó esta idea tanto que la explotó todo lo que pudo con el fin de crear un mundo al margen del resto del universo. Según atravesabas la verja que había en el muro y accedías a su jardín entrabas en ese mundo.

Yo era a la única a la que permitía alguna que otra noche dormir con ella en su casa. Decía que veía un resplandor especial en mi mirada, que yo tenía una sensibilidad tan extraordinaria como la suya lo que me convertiría en una artista. Una de esas noches mágicas me sorprendió con algo por completo inesperado para mí. En cuanto nos quedamos las dos solas después de que mi padre se hubiera ido de regreso a nuestra hogar junto a mi madre y hermanos, mi tía me arrastró a la parte posterior de la casa y me sacó al jardín trasero. Allí pude ver como Petra había montado todo un campamento indio para ella y para mí. Había un par de típicos tipis hechos con pieles de animales y palos de madera. En el centro había encendido una pequeña hoguera sobre la que colgaban unos chorizos que se estaban asando. Era la reproducción perfecta de una estampa sacada de una de esas películas de vaqueros e indios que veíamos en el cine o en la televisión y que tanto nos gustaban a mis hermanos y a mí.

Unos años después de la muerte de mi tía quise ofrecer a mi hija una noche tan maravillosa como la que ella me había regalado a mí. Tenía conmigo los dos tipis que habíamos empleado en aquella ocasión. Petra me los había dejado en herencia. Nunca entendí que tenía de especial aquel regalo hasta que extendí una de las pieles con la que taparía la primera de las tiendas. Al hacerlo cayeron de su interior unos cincuenta folios escritos a máquina. Al ponerlos por orden pude ver que se trataba de un libro de poemas de mi tía. Los acompañaba una nota escrita a mano en la que Petra me explicaba que esa era la verdadera herencia que me legaba. Eran unos poemas inéditos suyos. Deseaba que les diera mi ritmo y mi estilo y que los publicara como si fueran míos en realidad. «Nadie los conoce; nadie se enterará —me decía mi tía en su nota—, y la única que lo sabe ya no lo puede contar. Así que decídete y publícalos. Son tuyos. Te los regalo».

Estuve unos meses dándole vueltas al asunto. Leyendo y releyendo los poemas de mi tía, cambiando una cosa aquí y otra allá, hasta que los sentí como míos aunque no lo fueran. Hasta ese momento yo había estado luchando por convertirme también en poeta, en escritora como mi tía pero sin mucho éxito, por cierto. Así que me decidí a presentarme a un concurso literario con los poemas reescritos de Petra y todo comenzó a cambiar en mi vida.

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10 comentarios

  1. 1. Bea dice:

    Hola Alma Rural:

    ¡Gran relato! Me ha parecido muy ameno y fluido. Has integrado las palabras que nos proponían este mes perfectamente y la historia me ha parecido fresca, divertida, sencilla y muy imaginativa.

    Si te apetece pasarte soy tu vecina de arriba.
    ¡Felicidades! Nos leemos.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 00:59
  2. 2. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola Alma!

    Me ha gustado mucho tu relato, ha sido tan tierno y dulce que no sé me ha derretido y has tenido una idea muy original de integrar el campamento que nos pedían, lo mismo que Bea si te quieres pasar por mi relato se llama “Sabina” 🙂

    Un beso!

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 12:18
  3. 3. Juana Medina dice:

    Hola Alma Rural:
    Precioso y sencillo relato. ¡Quién no quiere o tiene una tía o abuela semejante! Algunas lo fueron, otras están en la imaginación, pero siempre recibimos de algún “mayor” el o los últimos poemas que no pudo vivir aunque no siempre escribir.
    Felicidades. Nos leeremos en el 2017

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 15:38
  4. 4. Alma Rural dice:

    Hola Bea:

    Gracias por tu comentario. Me alegra saber que lo has encontrado ameno, fluido, fresco, imaginativo… ¡Cuántos calificativos y todos positivos.

    Nos seguimos leyendo.
    Un beso

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 11:58
  5. 5. Alma Rural dice:

    Hola Auxi:

    La idea del campamento me vino de cuando mi hija era una niña y le pidió un año a los Reyes Magos una de esas tiendas de indios. Me alegra que te haya parecido una idea original.

    Gracias por tu comentario.
    Un beso.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 12:01
  6. 6. Alma Rural dice:

    Hola Juana:

    Tienes razón en tu comentario. Nuestros mayores y los recuerdos que tenemos de ellos son muchas veces la base sobre la que construir nuestro futuro.

    Gracias por comentar.
    Un beso.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 12:03
  7. 7. CARMELILLA dice:

    Hola Alma:
    Muy agradecida con tu comentario, me siento muy halagada.
    Buen trabajo el tuyo. Que poco valor material la herencia de tu tía y cuánto sentimental.
    Quizá ha quedado algo “colgado” la escena del campamento indio, podías haber jugado algo más con el lenguaje y haberla hecho realmente mágica, pero ha sido una buena y original idea. Son esas cosas entrañables y para algunos incomprensibles, que te llenan el alma.
    No es necesario que repitas “mis padres, mis hermanos y yo”, o “a mis hermanos y a mi”, alarga las frases sin necesidad.
    Por cierto Alma, después de publicar las poesías de su tía ¿por fin consiguió la protagonista escribir solamente suyo?
    ¡Buen trabajo Alma! Seguiremos leyéndonos con atención.
    Buenas fiestas.
    Saluditos.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 17:13
  8. 8. Luis Ponce dice:

    Hola Alma:
    Buen trabajo el tuyo, fluido, fácil de leer y cargado de muchos sentimientos.
    Estoy de acuerdo con Carmelilla en lo que respecta a los miembros de la familia, quizás son los únicos escollos para conseguir un relato redondo.
    La vida cotidiana nos puede brindar oportunidades increíbles para encontrar buenos sentimientos, pero se necesita sensibilidad para lograrlo.
    Te felicito y deseo unas armoniosas fiestas.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 00:23
  9. 9. Roger/NHICAP dice:

    Hola Alma,
    Algo tarde pero te devuelvo la visita a mi relato, cosa que agradezco.
    Has escrito una historia sobre recuerdos familiares de una manera sencilla y llena de sentimiento. Y lo haces de forma que el lector capte, y sienta, lo que has querido reflejar: el cariñoso recuerdo de la mujer a su tía Petra.
    Has acertado al usar la narradora en primera persona, le aporta cercanía y añade verosimilitud.
    Tres detalles de forma. La reiteración al mencionar a hermanos…, que ya te han dicho. En el primer párrafo, utilizas un par de veces “quizás” cuando es “quizá”, en ambos casos pues la siguiente palabra empieza por consonante, no por vocal. Por último,”…buscó una casa que la enamorara…”: suena mejor “…que la enamoró…”.
    Buen trabajo que leí con gusto.
    Feliz 2017 y un abrazo.

    Escrito el 28 diciembre 2016 a las 10:38
  10. 10. lucas dice:

    Me gustó tu relato. Sobre todo la herencia que recibe la sobrina, unos poemas…
    Ella pensaría que le iba a dejar algunas joyas o algún piso, pero no algo casi inmaterial como es poesía.

    Gran Herencia para el alma. Que por lo que dices al final, le empezó a cambiar la vida..

    Gracias.

    Escrito el 1 enero 2017 a las 21:28

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