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Junio en noviembre - por Dante

Si alguien se decidiera a hurgar en lo más recóndito de mis recuerdos, seguramente encontraría que la noche del veinticinco de noviembre de 1960 fue una de las peores de mi vida. Quien oyera o acaso leyera estas palabras, pensaría que exagero. Jurándolo por mi vida y poniendo a Dios como testigo, puedo asegurar que no lo hago.
En efecto, apenas si pude pegar un ojo en toda esa maldita noche. De por sí eso no supondría un problema, y menos todavía en la horrenda situación en que me hallaba por entonces. Sin embargo, las pesadillas que me asaltaban una y otra vez, laceraban mi espíritu de una manera más profunda que todos los tormentos que me habían sido administrados hasta ese momento. Una tenebrosa oscuridad lo invadía todo, y de golpe… ¡Sangre! Mucha sangre, que manaba a borbotones y se esparcía por doquier, mientras oía los gritos de tres jóvenes muchachas, cuyo rostro no veía ni podía reconocer, aunque el timbre de sus voces me resultaba algo familiar.
— ¡Basta ya, Emilio! ¿Qué diablos te pasa? ¡Gritas y te mueves como si te estuvieran apaleando! —me recriminó mi compañero de celda.
—No es nada, Manolo —repliqué.
— ¿Nada? ¡A mí no me vengas con cuentos! Vamos, suéltalo ya. No podemos darles el gusto de estar débiles. Dime que te sucede —inquirió Manuel.
Dudé en contestarle. Supuse que él pensaría que estaba loco. Aunque después de lo que él, yo y tantos otros compañeros habíamos pasado, la locura era una parte esencial de nuestra vida, que no podía distinguirse de la cordura, si es que ésta aún existía. Como la verdad y la mentira, la esclavitud y la libertad, el pasado y el futuro y tantas otras cosas cuyas fronteras iban tornándose más y más lábiles. Finalmente, y tras hondas vacilaciones, accedí a su pedido.
— ¿Resulta que ahora eres una especie de vidente? —repuso irónicamente, mientras soltaba una carcajada—. Vamos, duerme mientras puedas.
— Sabes bien que yo no creo en la clarividencia ni nada parecido. Es sólo que no puedo dormir —contesté con un dejo de fastidio.
— Sí, sí. Como quieras. Hasta mañana, Nostradamus —se despidió con una simpática burla.
Mientras veía cómo él conciliaba el sueño, me preguntaba por qué esa noche nos habían concedido el privilegio de tener la oportunidad de dormir…
Si la noche del veinticinco había sido tan extraña y, en lo que a mí concernía, insoportable, nada permitía presagiar que la mañana del veintiséis sería mejor.
Cuando oí un furioso taconeo y divisé el rostro del carcelero, me di cuenta de que no me había equivocado. A medida de que aquel cerdo miserable se acercaba, crecía en intensidad la siniestra mueca que se había dibujado en su cara.
—Buenos días muchachos. ¡Qué gran día! —nos saludó con una amabilidad tan inusitada como sospechosa, mientras le acercaba un periódico a Manolo.
Por primera vez en mi vida, vi dudar a mi compañero y mentor. Él me miró como preguntándome qué hacer. Yo me limité a asentir con mi cabeza. Una vez que recibió mi aprobación, Manolo le arrebató el periódico al “solícito” intermediario. Nada más ver la primera plana, lo arrojó con furia contra la pared, mientras dirigía los peores insultos hacia ese abyecto demonio. Inmediatamente después, se deshizo en llanto, y luego sobrevino un silencio sepulcral.
Lleno de miedo, alcé la primer hoja del periódico y me atreví a leer: «Fatídico accidente en La Cumbre. Mueren tres mujeres y un joven chofer», rezaba el titular. Enseguida lo comprendí todo y el mundo se me vino abajo. No obstante, mantuve la entereza como pude, ya que si Manolo se caía, era nuestra causa la que moriría. Con Ella. Con Ellas.
Sentí que el futuro estaba en mis manos. Intenté consolar a mi compañero, pero durante dos días no pronunció una sola palabra.
—Cuéntame cómo la conociste en aquél campamento —traté de distraerlo.
—Fogata —me respondió con sequedad.
Cuando todo parecía perdido, en la mañana del treinta me invadió un impulso que hizo que tratara de demostrarle por qué me llamaban “el poeta”. Así, le entregué a Manolo una esquela que decía:

El chivo ajusta el lazo en que habrá de caer,
cuarenta dejará de ser, catorce será,
el sol brillará y el vuelo de las mariposas no ha de perecer,
ya no habrá cadenas, será la libertad,
no habrá más veinticinco, sino un eterno veintiséis.
Y junio será en noviembre.

Manolo sonrió y nos abrazamos. Seis meses después, todo un país haría lo mismo.

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12 comentarios

  1. Sin duda para ti tiene un significado. Bien.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 10:55
  2. 2. Netogonzo dice:

    Hola Dante,

    Me gustó bastante la forma en que nos narras las emociones del personaje que tiene las predicciones, yo las encuentro muy apropiadas, quiero decir que lograste trasmitirme los sentimientos del personaje, lo cual es muy bueno.

    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 03:52
  3. 3. K. Marce dice:

    Saludos Dante:

    Antes que nada, bienvenido de regreso al taller.
    El relato me parece muy bien llevado, es una historia un poco compleja si se analiza de cerca. Hay algunas cosillas que quizá se me escapan a la comprensión; pero entiendo que una de las jovenes, era conocida (quizá el amor) de Manolo. En lo que me pierdo un poco es “la causa”, ya que tendría que ser algo como político o no sé, para que ellos esten encerrados. Quizá todos eran un grupo de estudiantes, de esos que se oponen al gobierno. Pero, no lo sé, más imaginaciones mías quizá, porque eso no lo declaras.
    Lo único que sí me saltó a la vista, fueron los espacios entre la raya y los signos ¡¿, recuerda que Word los separa, pero deben ir pegados a la misma.
    Por lo demás, me parece muy buena historia, calaste muy bien las tres palabras que casi ni llegas a notar, por estar metido en la trama.

    Por lo demás, creo que el final es más abierto a lo que me puedo imaginar. 😛 Me ha gustado, da curiosidad de saber qué ha pasado con ellos en realidad y cuál será su destino.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 13:13
  4. 4. Francis dice:

    ¡Hola Dante! Ante todo Felices Fiestas.Hace unos días que leí tu relato, pero quería dejarlo reposar un poco antes de comentarlo, porque no acababa de entenderlo. Hoy, creo vislumbrarlo. Es un tema que existe en tu mente, pero no lo dejas entrever, y cuesta entender su trama.
    En cuanto a la forma te felicito, escribes bien y eso lo agradece el lector. Pero por si te sirve de ayuda, te indico algunas cositas. Empleas “tenebrosa oscuridad”, que son dos sinónimos; “accedí a su pedido”, quedaría mejor “petición”; “a medida de que aquel cerdo…”, suprime “de”; cuando hablas de la noche del veinticinco como madrugada, entiendo que a la mañana siguiente sigue siendo veinticinco ¿no?.
    Bueno, Dante, en conjunto es un buen relato y has empleado bien las palabras obligatorias. Te seguiré leyendo, me gusta tu estilo.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 19:23
  5. 5. Anael dice:

    ¡Hola Dante!

    Muy buena idea la de la historia, una vez la he conseguido comprender me ha gustado y he podido disfrutar de la lectura. Quizá me falló un poco el desarrollo. He tenido que rebuscar mucho en tu texto para saber de qué estabas hablando, y lo que he encontrado es que esta es la historia del día contra la violencia a las mujeres. ¿Es de esto de lo que va tu texto?

    Vamos a ver, una vez la he entendido la historia me ha gustado mucho. Me parece un privilegio verla contada desde los ojos de los encarcelados por las visiones que tiene Emilio. Creo que está muy bien redactada y cuidada la forma, pero… Pero.
    Creo que se te ha olvidado el público al que va dirigida. Hay que dar más pistas al lector, sobretodo cuando este es internacional. En mi humilde opinión, una cosa es hacer que piense y otra es que tenga que buscar en internet toda la información que pasas un poco por alto en el relato. Probablemete para alguien dominicano esto sea fácil de comprender, pero para mí, como española, no lo ha sido. Yo incluiría más pistas en el contenido, porque luego está incluido el realismo mágico de las visiones de Emilio que yo creo que sólo provocan más confusión si no conoces la historia de fonde que no relatas y la persona cree que no ha entendido el relato, cuando en realidad sí que son sus mujeres las que han muerto (el hecho de que sean tres mujeres las que mueren y no dos creo que lleva a confusión al lector que no sabe si las esposas están entre esas tres o son tres personaliddes políticas que debe reconocer y por alguna razón no reconoce). Para mí falta la señal que dé a entender al lector que su lectura está siendo correcta y que le haga saber que no se lo está imaginando porque quiere atar cabos. ¿A lo mejor dejar caer algún apellido, alguna cosa que sirva de guía además de la fecha? Luego también está el hecho de que en el título y en el poema pones que junio se hace noviembre (ahí sí que ya me veo superada, no sé si es sólo del poema o hace referencia a algo histórico). Creo que has ocultado demasiada información, haciendo que el lector se sienta confuso y no sepa si su interpretación es la correcta.

    Todo esto va con todo el cariño del mundo, es para que mejores. Sé que suena muy mal y como una regañina, es sólo que veo que no soy la única que no entendió la historia la primera ni la tercera vez que la leí hasta que hice un poco de investigación por internet.

    Ahora te pongo los detalles que me han gustado y algun apunte sobre la forma:

    1. A Manolo a veces le llamas Manuel y otras Manolo. No sé si es a propósito, pero creo que sería mejor unificar los nombres ya que el relato es tan corto.

    2. Una vez he comprendido la historia, quién moría (las dos esposas y la hermana, ¿no?) y quienes eran los encarcelados, me ha gustado poder ver la escena del asesinato a través de los ojos de Emilio. Le a un toque de realismo mágico precioso, y me gusta cómo llega a saber y a temer la noticia antes de que le lleven el periódico a Manolo. Buen giro.

    3. Me ha gustado mucho el poema. Tampoco lo termino de entender, pero me ha parecido muy bonita. Y en poesía sí me permito no entender, porque es parte de su belleza. Enhorabuena.

    El caso es que, aunque no lo parezca, me ha gustado la historia, en cuanto lo he entendido he visto lo ambicioso del proyecto y me he dado cuenta de que quizá no es historia para un relato de sólo 750 palabras. Al menos no para un público internacional. Lo que le falta es tener más datos sobre la intrahistoria, la que no se cuenta si no que sólo se ve de refilón, pero que es fundamental para entender la historia que está contando. Buen trabajo, sigue escribiendo y mejorando.

    ¡Un abrazo!

    Anael (mendigo comentarios en el 23… 😉 )

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 18:05
  6. 6. Vespasiano dice:

    Hola Dante:
    Repito la bienvenida que hice en el blog: Recopilación de textos del taller. Escena nº 39.
    Como otros relatos que has escrito para Literautas, este no se queda atrás en lo que se refiere a dificultad para desentrañar el meollo de la historia.
    He estado ausente de mi casa, por enfermedad y fallecimiento de mi hermana, pero pude leer tu denuncia histórica.
    Como soy un poco mayor, me sonaba lo del “chivo” y he ido derecho a hurgar en los acontecimientos de aquel año 1960. Estos podrían haber ocurrido en cualquier país de Sudamérica que estuviera gobernado por un sangriento dictador, y llegué a la República Dominicana y al “chapita” Rafael Leónidas Trujillo.
    “…la noche del veinticinco de noviembre de 1960”. Fueron asesinadas las hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa en “La Cumbre”. Después despeñaron el vehículo hasta el fondo de un acantilado en la costa, con las hermanas y el chofer Rufino de la Cruz dentro del mismo.
    En esta fecha cada año se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
    —No es nada, Manolo —repliqué. (Manolo, tal como se conocía a Manuel Aurelio Tavárez, líder del movimiento 14 de Junio y esposo de Minerva, y también relacionado con la generación “Manolo” que lo acompañó en su lucha contra el dictador.)
    El (“chivo”) ajusta el lazo en que habrá de caer, (Rafael Leónidas Trujillo)
    cuarenta dejará de ser, (catorce será), (referente al movimiento “14 de Junio”, opositor al régimen de Trujillo.)
    el sol brillará y el vuelo de (las mariposas) no ha de perecer, (nombre que usaban en la clandestinidad las hermanas Mirabal)
    ya no habrá cadenas, será la libertad,
    no habrá más veinticinco, sino un eterno veintiséis.
    Y (junio) será en noviembre. (Referente al movimiento antes citado)
    “Manolo sonrió y nos abrazamos. Seis meses después, todo un país haría lo mismo”.
    Te puedo asegurar y no me equivoco que muchos otros ciudadanos del mundo nos alegramos, en su momento, de la muerte de semejante animal.
    Enhorabuena por la historia que has contado.
    Te deseo una felices fiestas de Navidad y un Año Nuevo repleto de cosas buenas.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 20:57
  7. 7. Osvaldo Mario Vela Saenz dice:

    Hola Dante, desde
    joven en viajes de familia por Carreteras fui Buen chofer pero mejor Copiloto. MiTrabajo era descifrar mapas y señalamientos pars llegar a Buen destino. Al seguir un proceso parecido hide uso del internet y siguiendo lo se. ñalado por ti, llege a la historia de las tres mariposas: Patria, Minerva y Maria Teresa. Historia que b
    Vespaciano curio a detalles.
    Excelente hecho historico.

    Feliz Navidad.

    .

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 02:15
  8. 8. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola Dante,
    Me ha gustado encontrarte de nuevo y perderme entre tu prosa tan bien hilada. Me ha pasado como a los compañeros que en la primera lectura no he comprendido bien la trama, pero al releerla y con los comentarios de Vespasiano, me he dado cuenta de lo bien que has creado la historia. Felicidades. Nos leemos

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 10:40
  9. No tenía conocimiento de esa fecha, así que he estado todo el relato sin comprender. Una segunda lectura, con ese información, es mucho más llevadera.

    Un saludo.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 10:40
  10. 10. K. Marce dice:

    Saludos Dante:

    Lo prometido es deuda. Ahora como te expresé, con un mayor conocimiento de lo que ocurrió en la vida real, y que bien has plasmado; todo encaja en mejor lugar y tiene más sentido.

    Me he leído todo el texto, me parece muy interesante que tomaras un hecho verídico, sobre todo, algo acontecido en un país que no es el tuyo. Sondear la historia y ver lo que otros han sufrido a causa de la paz o en reconciliamiento. Y como bien dices, las dictaduras le hacen tanto daño a las naciones.
    Yo desconocía por completo la historia verídica de tales hechos, y en tu versión ficcionada, con un Emilio que es más un compañero de Manolo/Manuel, nos lleva a comprender a ojo de testigo tales hechos. Me ha gustado esa caracterización, no darle el protagónico a Manolo, como lo tuvo en la vida real, ya que esta historia podría extenderse más allá del destino trágico que él sufrió también, a través de los ojos de Emilio. Y eso en sí me parece un gran acierto.

    Me sentí muy triste de conocer a las hermanas “Mariposa”, todas mujeres tan jóvenes que sufrieron lo que les pasó; porque es algo que sigue aconteciendo en países como los nuestros. Y que escribieras de ellas, es un homenaje. Una oportunidad de conocerlas, nosotros que desconociamos toda su vida, su lucha y su sacrificio.

    Y felicito sinceramente a Vespasiano, porque él ha deshilado muy bien el contenido, aunque creo que tampoco es nativo de República Dominicana.

    Nuevamente mis felicitaciones, espero que sí te place logrés extender al máximo esta historia y nos des el privilegio de leerla completa.

    Un abrazo y buenos deseos para el próximo año, que el 2017 sea fructifero en letras y éxitos.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 30 diciembre 2016 a las 14:19
  11. 11. Vespasiano dice:

    Estimada K.Marce:
    Permíteme interactuar, por alusiones, en el comentario que has dejado a nuestro compañero Dante.

    Efectivamente,no soy natural de República Dominicana. Nací en España hace 75 años.

    Como los relatos relacionados con la Historia me atrapan, no dudé en ahondar en este tan ¿enigmático?.

    Por otro lado, como soy mayorcito, me sonaba lo del “chivo”, acerca del cual ya había leído algo en la novela: “Galindez” de Fernando Montalbán.

    La noticia del asesinato de las tres mujeres la desconocía.

    En aquellas fechas yo vivía en España, y ni el Régimen de Trujillo, ni el de Franco iban a publicar un crimen como ese.

    Ambos personajes siniestros coincidían hasta en llamarse “Generalísimo”. Eran lo que se suele decir: “uña y carne”. Trujillo estuvo en nuestro país rodeado, de fasto y boato, por los gobernantes del momento, acólitos del dictador.
    Después de muerto, como no nadie le quería, el difunto fue enterrado al lado del Palacio del Pardo, antigua residencia del General Franco, donde creo que continúa hasta el día de hoy.

    El asesinato de Trujillo sí lo conocía, porque en ese momento yo vivía en Brasil y allí si se publicó la noticia, porque todavía en ese país había un gobierno democrático.

    Por eso escribí en mi primer comentario: «Te puedo asegurar y no me equivoco que muchos otros ciudadanos del mundo nos alegramos, en su momento, de la muerte de semejante animal».

    Meses más tarde de esos acontecimientos, los brasileños vivieron un Golpe de Estado que les trajo una dictadura militar.

    Feliz Año Nuevo para vosotros dos.

    Escrito el 31 diciembre 2016 a las 19:37
  12. 12. K. Marce dice:

    Saludos compañeros,

    Dante, con tu permiso, me remito a Vespasiano:

    Que fascinante tu comentario. Estaba dudosa con tu nacionalidad, si eras de España o de Argentina, no sé por qué; pero me inclinaba más a la primera.

    Y cuándo aprenderiamos escuchandote contar esas anecdotas de antaño. Que la experiencia vivida, sea propia o testimonial, que se cultiva con el correr de los años, se añeja de tal manera que es sorber de a poco, como un buen vino.

    Estoy segura que una tarde con una bebida caliente, contigo, debe de ser una enciclopedia de buenas memorias.
    Gracias por tan finisímo detalle de ofrecerme las tuyas.

    Que estés bien.

    A todos un maravilloso 2017.

    Escrito el 4 enero 2017 a las 06:01

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