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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Si su vida es una mierda, llámenos - por Peter Walley

Gracias.

Muchas gracias.

Para mí y para todo el equipo de Memoryprint es un honor recoger este premio.

Una vez alguien dijo <<La realidad está equivocada; los sueños son reales>>.

Fue con un sueño como comenzó esta aventura, hace ya veinte años.

Había acabado la carrera y estaba trabajando en un laboratorio médico. Mis padres llevaban años divorciados, y mi padre vivía solo desde hacía tiempo. Había trabajado para la compañía telefónica durante toda su vida, pero con cincuenta y cinco años lo prejubilaron. Yo le veía cada dos meses, casi por compromiso. Reconozco que sabía que sin su trabajo se sentía perdido, pero yo estaba empezando mi vida, y simplemente le empujaba a se buscase un hobby.

Aún era joven, por eso al principio ni me planteé que tuviese Alzheimer. ¿Quién lo iba a pensar? Creí que era una pequeña depresión. Además, él intentaba que no notase que se le iban olvidando los nombres, las cosas, ni qué citas había concertado.

Para cuando por fin me di cuenta, la enfermedad estaba muy avanzada.

Hoy lo vemos distinto, pero en aquellos tiempos, en 2035, era casi una sentencia de muerte. Y si eras de la edad de mi padre todavía más. Poco a poco tu mundo se iba encogiendo hasta que solamente quedabas tú: un animal asustado en un mundo incomprensible.

Me traje a mi padre a Madrid, y comenzaron a hacerle pruebas. A través de unos contactos conseguí que le metieran de candidato en un tratamiento experimental. Estaba desesperado, sentía cómo si se me escurriese de entre los dedos…y entonces, al cabo de unos meses, los médicos me dijeron que estaba respondiendo positivamente.

Fue el segundo día más feliz de mi vida.

Las habilidades funcionales retornaron rápidamente, y pudo volver a llevar una vida semi-normal. Los recuerdos tardaron un poco más, pero también acabaron por regresar.

Parecía un milagro. Volvía a ser el de siempre, como si aquellos dos años hubiesen sido una pesadilla. Él veía su enfermedad como a través de una bruma, pero su memoria no tenía problemas en recordar todos los hechos anteriores y posteriores. Los médicos le prescribieron un tratamiento que impidió la degeneración cognitiva.

Dije antes que volvió a ser el de siempre. Y ése fue el problema. Porque la vida a la que con tanto esfuerzo había conseguido devolverle no era digna de llamarse así: era sólo un lento pasar el tiempo hasta que llegase la muerte y nos liberase a los dos. Pues seguía estando solo, seguía sin tener trabajo, y seguía recordando cómo mi madre le engañó primero y le abandonó después. No tenía recuerdos ni momentos de triunfo algunos a los que agarrarse. Su vida había sido un fracaso, y gracias a mí era de nuevo plenamente consciente de ello.

Entonces fue cuando se me ocurrió: ¿y si pudiese hacer que sus recuerdos fuesen mejores? Le habían devuelto la memoria al folio en blanco en que se había convertido su cerebro: ¿por qué no escribir un relato distinto?

Comencé a trabajar con un pequeño grupo en el laboratorio, a escondidas.

Disociar el tratamiento para las pérdidas motrices de las memorísticas nos llevó tres años.

Simular una realidad virtual que se ajustase a lo él hubiese querido vivir, uno.

El problema vino con la interrelación entre los recuerdos verdaderos y falsos. Continuamente se producían incongruencias que dejaban a mi padre desorientado y asustado. Creyó que se estaba volviendo loco y cayó en una depresión. Tuve que confesarle lo que estaba haciendo con su medicación. Discutimos, se quiso marchar. Hasta amenazó con ir a la policía, ¿se lo pueden creer? Cómo habría cambiado el mundo si lo hubiese hecho.

Hube de tomar entonces una decisión. Si no éramos capaces de reconciliar los recuerdos verdaderos y los falsos, entonces los defectuosos, los verdaderos, debían desaparecer. Y para eso, sólo hacía falta dejar que regresase la enfermedad.

Sé que fue arriesgado, pero hoy puedo decirles que mi padre es un hombre feliz. Cree que es un poeta famoso y que se han reunido todos aquí para darle un homenaje. El fin de semana vamos a irnos juntos de campamento, como hacíamos cuando yo era niño.

En realidad, nunca salíamos de casa y no es capaz de rimar dos líneas, pero ¿qué importa? ¿Quién quiere limpiarse las gafas para ver mejor la mugre?

Así que ahora cuando le hagan pasar, les pido que le den el aplauso que él cree que se ha ganado. Porque todos nos merecemos poder sonreír satisfechos al final del camino.

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18 comentarios

  1. 1. Marijuana dice:

    Peter, me gustó muchísimo tu historia, me pareción muy ingeniosa; considero que además está bien escrita.

    La mía es la 128 por si la quieres leer.

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 19:12
  2. 2. Tavi oyarce dice:

    Hola Peter
    Abordas temas muy sensibles: el Alzheimer, la depresión, palabras, que se evitan pronunciar porque son terribles.
    Reconstruyes la idea con el tono preciso y llevas el relato sin apuro ni palabras rimbombantes para llamar la atención. Muy conmovedor la actitud del hijo. Me recordó el desgarrador relato de la película “Good Bye, Lenin”-.
    Te felicito.
    Lindo fin de año y espero leerte en el próximo.

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 20:41
  3. 3. Coral Mané dice:

    ¡Hola Peter!
    Soy Coral, tu vecina unos relatos por encima. El mío es el 89 (te invito a pasarte por él) y tu relato era, entre comillas, obligatorio para mi. Pero te diré sinceramente que me alegro de haber tenido la suerte de caer en él.
    Creo que es una historia enternecedora, y como ya te han comentado tratas temas un tanto espinosos con una pizca de buen humor y sarcasmo bastante efectiva. Me ha gustado.
    En el aspecto formal, no he encontrado nada que me chirríe. Unicamente a nivel del propio contexto temporal de la historia, hay algo que me ha chocado y es que el padre trabaje en una compañía telefonica. Si el relato esta situado en un futuro a unos 15 años, para ese entonces no creo que las compañías telefónicas tengan tantos empleados como ahora, supongo que será mas informatizado. Es una única pega que le veo.
    Enhorabuena y felices fiestas

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 22:48
  4. 4. Roger/NHICAP dice:

    Hola Peter,
    Empiezo contigo la lectura de textos de este mes. Y como siempre, un placer hacerlo.
    Me ha parecido un relato grande, así como suena. Destaco tu creatividad y técnica literaria en la construcción del relato. Ha sido un acierto elegir el narrador en primera persona para mostrar -y a través de un discurso de agradecimiento por la entrega de un premio-, la dura realidad de esa cruel enfermedad. Tu narración es brillante,sencilla, de fácil lectura, respetuosa y escrita con enorme delicadeza; y sin olvidar ese tizne de humor que siempre rezuma en tus relatos.
    Me gusta esa reflexión subyacente. La velocidad exponencial del progreso tecnológico, y por tanto de la ciencia, nos introduce en un mundo donde cada día hay menos verdades absolutas. Pero siempre quedará una inmutable: los padres -él y ella-, lo son porque que han creado a un ser humano y,solo por este hecho, nunca habrán fracasado en la vida, solo se habrán equivocado que es algo propio de la condición humana. Por tanto, merecen llegar felices al final del camino.
    Confío que te hayas equivocado y antes de 2035 la ciencia encuentre el medicamento para combatir el Alzheimer.
    Buen trabajo Peter, felices fiestas y un abrazo.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 06:10
  5. 5. Bea dice:

    Hola Peter:

    Me ha gustado mucho tu relato. Me ha parecido novedoso y muy imaginativo. Con algún término técnico me he perdido un poco pero en general muy bien. El título ya me ha interesado mucho y cuando e comenzado a leer ya no e podido parar. Me ha parecido un gran trabajo y por ello te felicito.

    Si te interesa pasarte yo estoy en el 88. ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 15:57
  6. 6. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Peter, que la paz y la armonía reinen en tu hogar en estas fiestas decembrinas que ya están encima. Feliz Navidad.

    En cuanto a tu trabajo, sólo puedo decir que me avasalló. Su sencillez y simpleza en un tema de salud temido, no por los que la sufren sino, por los cuerdos que tenemos que lidiar con un ser querido diferente.
    En mi trabajo de este mes fui aconsejado, con mucho acierto, que debía de enganchar a mis lectores desde el párrafo de entrada.

    Tú, en el escrito me mantuviste atento desde el principio pero me enganchaste justo a medio relato cuando dices “fue el segundo día mas feliz de mi vida”. Me pasé el resto de la lectura buscando el evento que ocupaba el primer lugar en tu existir. En el arte de las letras todo esta permitido. Enhorabuena.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 22:51
  7. 7. Rayen dice:

    gracias por tu comentario,trataré de corregirlo. Que lo pases bien en estas fiestas, un abrazo y felicidades

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 03:14
  8. 8. Diego Manresa Bilbao dice:

    Muy buenas Peter,
    Muy buen relato y muy bien escrito, aunque un tanto deudor de otras peliculas y novelas…
    ASun asi, buen trabajo
    Nos leemos!

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 13:41
  9. 9. Juana Medina dice:

    Gran trabajo Peter. Un tema y un encare estremecedor, no sólo por lo que significan las enfermedades degenerativas como el Alzheimer, sino también por las idas y vueltas en las actitudes del hijo. Creo que es lo mejor. Este intentar lo mejor para otro y llegar a querer cambiarle la historia y la voluntad con tal de verlo “sano” o “feliz” y llegar a aceptar que la realidad del otro es lo mejor para él y aprender a entregarse a eso. Al menos es lo que entendí.
    Muy conmovedor. Mucho que pensar alrededor del verdadero respeto y el verdadero amor.
    Muy felices Fiestas

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 23:35
  10. 10. Servio Flores dice:

    Peter, un gusto volver a leer sus escritos.
    Muy buena la historia, contada en un discurso que va dosificando la información hasta llevarnos a un final felíz, al menos para el personaje 🙂

    Felicidades.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 07:59
  11. Disculpa la tardanza, casi no llego. Jejeje. Tu relato es uno de los que más me han gustado en esta edición. Te has alejado de hadas, guerreros, militares y nos has brindado una historia que trata un problema serio con pinceladas de humor. Felicidades.

    Escrito el 27 diciembre 2016 a las 17:04
  12. 12. marazul dice:

    Hola Peter, amigo. Siempre con ese toque humorístico entre la incongruencia y el surrealismo. Una técnica difícil y que dominas a la perfección. Lenguaje fluido, temática descabellada con pinceladas de realidad.
    Ya solo por el título te leo
    ¡Enhorabuena por tan ingenioso relato!
    Saludos

    Escrito el 27 diciembre 2016 a las 22:47
  13. 13. Peter Walley dice:

    Muchas gracias a todos por los comentarios.

    Coral, te doy la razón en lo de la compañía telefónica. Quería haber incidido en la monotonía de su vida pero tenía que haber pensado en una fábrica o algo así.

    Osvaldo, si el segundo día más feliz de su vida fue cuando vio que su padre empezaba a recordar, el día más feliz fue cuando comprobó que empezaba a olvidar de nuevo.

    Diego, tienes razón, igual últimamente estoy demasiado enganchado a Black Mirror 🙂

    Un abrazo a todos y felices fiestas,
    Peter

    Escrito el 28 diciembre 2016 a las 12:26
  14. 14. Calèndul dice:

    ¡Dios, vaya dilema moral has planteado! Muy bien escrito y expresado y de fácil lectura. Me siento una cavernícola con mi texto. Ja, ja, ja. Aunque valoro que dijeras que planteé gran complejidad en él…aunque no entendí bien el sentido. Burra suum! Merci.Un saludo.

    Escrito el 28 diciembre 2016 a las 17:07
  15. Saludos Peter

    Primero que nada, gracias por tu comentario en mi relato. Creo que debo decir que Cole tiene su debilidad, igual que todo mirmidón.

    En cuanto a tu relato, muy original e ingenioso. Desde las primeras líneas uno se mete en la historia y no se esta tranquilo hasta terminar. Me encantó tu relato. Eso de eliminar recuerdos y añadir unos recuerdos alterados suena interesante.

    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 29 diciembre 2016 a las 07:09
  16. 16. José Torma dice:

    Saludos Peter.

    Tu relato me ha gustado mucho, es como una montaña rusa, super veloz y sin embargo no te pierdes de nada. La manera en que esta contado es tan amena que puedes mas que meterte por completo en la historia. Solo encontre un “que” ausente.

    “Simular una realidad virtual que se ajustase a lo (que) él hubiese querido vivir, uno.”

    De ahi en fuera, a mi como lector, me parecio excelente.

    Muchas felicidades, un abrazo.

    José

    Escrito el 29 diciembre 2016 a las 15:47
  17. 17. Isolina R dice:

    Hola, Peter:

    Tardísimo pero aquí estoy.

    Me ha encantado tu historia.

    Te señalo alguna cosilla mejorable:

    1.- En: “<>, debes poner comillas latinas. Los signos que has puesto no son comillas.

    2.- En: “le empujaba a se buscase” falta “que”.

    3.- En: “sentía cómo si se me escurriese” “como” sin tilde porque no es interrogativo.

    4.- En: “No tenía recuerdos ni momentos de triunfo algunos a los que agarrarse”, yo quitaría “algunos”.

    5.- En: “se ajustase a lo él hubiese” falta “que”.

    Enhorabuena.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 31 diciembre 2016 a las 11:56
  18. 18. Marcelo Kisi dice:

    Hola Peter!
    Más lento que nunca llego a devolverte la visita, menos mal que no me perdí tu relato!
    Te digo por qué me gustó. Es cierto, como ya dijo alguien más arriba, que es deudor de otras obras. A mí me llevó a una peli que me gustó mucho, Total Recall, con Schwartzeneger.
    Justamente por eso, porque es una idea que fácilmente nos puede llevar a una de acción y aventuras. Vos te la llevaste para otro lado, el lado más humano, cotidiano, real y entrañable que nos podamos imaginar, el amor de un hijo por su padre, que al tener una oportunidad de ayudarlo, no vacila en cuanto a las implicancias éticas o morales que la nueva tecnología pueda tener.
    Me dejás pensando en este dilema: ¿todo lo que el hombre puede hacer, se debe hacer? Y este otro: ¿la verdad es un valor subordinado al de la felicidad? ¿En qué circunstancias? ¿Y quién tendrá el poder de decidir cuándo sí y cuándo no? Lo que nos lleva a otras dos obras mayúsculas: Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y 1984 de George Orwell.
    Por todo eso, me saco el sombrero ante una historia que, encima de todo, está hermosamente escrita.
    Saludos!

    Escrito el 9 enero 2017 a las 14:40

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