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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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De pura casta - por José Tapia

DE PURA CASTA

Se giró al escuchar el grito.
-¡Hijo no lo mates!-
Era Ana, quien a unos metros de distancia corría desesperada hacia él, con los brazos extendidos.

Hay un lapso en la vida de los hombres, donde todo confluye en un fulgor efímero sin tiempo, él sintió que ese momento había llegado.

Pensó en Ana, en su nombre que significa: “La benéfica, compasiva, llena de gracia.” Así como en una suerte de designio fatal, Ana inútilmente intentaría enfrentarse al mal.

En ese instante profundo al adivinarla con el rabillo del ojo, la recordó diecisiete años antes cuando la conoció; como había cambiado, aunque mantenía la tersura de su piel y sus labios seguían igual de carnosos, sus párpados se habían embolsado y unas arrugas indelebles se asomaban desde sus ojos pretendiendo alcanzar sus cienes.
Había adelgazado muchísimo, quizá por la dureza de la vida que le tocó, de la voluptuosidad de quinceañera solo quedaba un esqueleto forrado en piel aún joven, pero amarillenta.

Lo único que no había cambiado era su voz, seguía siendo fina como de flauta con un toque de dulzura infantil, fue por eso que reaccionó ante su grito impotente.

Pero… ¿Por qué ese grito?
¿A quién iban a matar?

Fue entonces cuando logró entenderlo todo, al observar a un joven con cara de niño que ágilmente desmontaba de una motocicleta enduro de uso típico de los sicarios, en su mano una navaja, la llamada “pate cabra”.

Sus ojos verdes se encontraron con otros ojos verdes enrojecidos por las drogas que parecían emanar rayos de furia; venía hacia él y venía con la decisión que caracteriza a los bandidos, sabía que no había marcha atrás.

Su entrenamiento como Policía le decía que debía desenfundar su arma y reaccionar al ataque. Estaba acorralado, a su derecha Ana que corría enloquecida, la pared por detrás, una moto, un puñal que avanzaba amenazante.

Pero no, no sacaría su arma, no era conveniente; su mirada se clavó en la navaja del sicario.

En la escuela de criminalística, había aprendido algo que se llama: “Foco de amenaza” que consiste en la concentración visual que las víctimas ejercen sobre los objetos causantes de amenaza como cuchillos, revólveres, armas contundentes y demás; es por eso que cuando la policía interroga a una víctima de ataque con arma, ésta ofrece una descripción detallada del arma, sin embargo cuando le indagan sobre el delincuente no logra describirlo, porque todo el tiempo sus ojos estuvieron concentrados en el arma. Es un instinto básico de autodefensa, mantener la vista sobre el factor de agresión permite reaccionar mejor ante el ataque.

Supo que estaba cayendo en foco de amenaza y alcanzó a reaccionar, logró concentrarse en la cara del agresor; realmente era joven casi un niño, alto y atlético, si no fuese por sus ojos rojos, se podría decir que era un chico hermoso que perfectamente pasaría por galán de televisión.

Por un segundo alcanzó a arrepentirse de haber asistido la cita; Ana le había pedido el favor para que llegara hasta su casa ubicada en uno de los sectores más peligrosos de la ciudad; ella sabía que él, siendo un policía viejo y curtido en el trato con delincuentes, sería la persona indicada para hablar con su hijo, quien se había convertido en un drogadicto y criminal de renombre; quería que le aconsejara y le advirtiera sobre las consecuencias legales que afrontaría si seguía por esa senda oscura.

El niño era ágil, experto asesino a sueldo. Sin mediar palabra amagó primero a la derecha, después a la izquierda, otra vez a la derecha pero no del todo, se mantuvo allí hasta que el cuerpo de él se inclinó hasta el ángulo que esperaba, entonces el fierro entro por el cuello, cortando justo la yugular, logrando abrir un grifo de sangre espumosa que expulsaba el líquido rojo con tal presión que inmediatamente salpicó todo, incluyendo la ropa de Ana que llegaba justo en ese momento.

El cayó desvanecido por la puñalada, también cayó la pate cabra que el asesino dejó caer para abrazar a su madre.
-¡Que has hecho hijo mío, ¿porque, porque?!-. Balbuceaba Ana entre lágrimas.
-Madre este es el tipo que abusó de ti cuando todavía eras una niña, ¿No soy su hijo acaso?
-¡Mi niño, es tu padre, es tu padre!-. Decía Ana mientras se abrazaba al chico, sus lágrimas caían a chorros y se mezclaban con la sangre que había manchado sus ropas.
-Si madre, es mi padre y yo heredé su casta-.

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14 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola José:
    Gracias por tus comentarios en mi relato.
    Eres muy generoso. Devuelvo el abrazo latino.
    “cienes” por “sienes”, no sé si fué un error tipográfico, pero no lo creo porque es tu obligación revisar tu trabajo antes de enviarlo. El trabajo del escritor es más transpiración que inspiración, porque en la revisión se concreta lo que se ha escrito al principio. Has de eso un hábito.
    En cuanto al tema, admite dos lecturas por lo menos que logran obtener igualmente dos resultados:
    La una referente a la venganza de la madre. Si ella no logró tomar venganza del abuso juvenil, sería su propio hijo quien lo haría.
    Y la segunda, la ingenuidad del policía que se presta para un asunto que atañe no al presente sino al pasado, a donde nadie debería volver solo.
    Nos leemos.

    Escrito el 17 enero 2017 a las 23:06
  2. 2. José Tapia dice:

    Gracias por tus aportes, siempre edificantes. Este relato es un fragmento de una novela que aún esta en construcción.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 04:09
  3. 3. Ramón Temes dice:

    Gracias por tus comentarios sobre mi trabajo, que se aprecian.
    Con respecto al tuyo decirte que me ha gustado. La trama de la niña violada, el hijo drogadicto que se venga matando a su padre es de tragedia griega.
    He notado la falta de ortografía en “cienes” y también algunos fallos en la puntuación, sin importancia pero que son importantes para darle sentido a algunos párrafos.
    Muy bueno y muy dramático. Seguiré leyendo tus relatos en el futuro.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:10
  4. 4. José Tapia dice:

    Ramón Temes, Gracias por pasar por mi relato, valoro tus aportes, pues como dije antes, es un fragmento de un trabajo mayor, por lo tanto es invaluable toda la ayuda que pueda recibir para construir la novela.
    Un abrazo latino.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:18
  5. 5. Francis dice:

    ¡Hola, José!
    Al principio encontré un poco confuso el contenido del relato. Pero, según tu comentario, es parte de una novela. Eso me lo aclara.
    Tienes mucha imaginación y ganas de sacar lo que llevas dentro. A veces se te agolpan las ideas. Ve despacio. Sacarás mucho partido a tus escritos.
    Vigila la forma. Te comento algunas cosillas que he encontrado.
    1.No pones los guiones largos en los diálogos. Se consiguen con la tecla Alt y pulsando a la vez 0151.
    2.El vocativo se separa con una coma: ¡Hijo, no lo mates!
    3.Palabras repetidas en una misma frase o muy cerca: “venía hacia él y venía…”
    4.Hay comas que son punto y coma, dos puntos o punto y seguido. Léelo en voz alta, como yo he hecho, y lo notarás.
    5.El interrogativo ¿por qué? Va separado y con acento. Lo has puesto una vez bien y al final del relato, mal.
    6.Falta de acentos: cómo, sí madre, ¿qué has hecho?, Él (las mayúsculas también se acentúan)…
    Bueno, José, saca todo el material que llevas dentro, que creo que es mucho. Espero tu novela. ¡Hasta pronto!

    Escrito el 18 enero 2017 a las 20:15
  6. La historia es bastante interesante.

    Hay unas cosas respecto al contexto que se podrían prufundizar.

    Por ejemplo, no se aprecia odio de Ana hacia el policía, de la misma forma que se ve que este no la desprecia en su papel de ex abusador, al contarrio, se ve hasta casi cariño entre ellos, por lo que me genera cierta extrañeza en la inteacción de estos dos personajes. Tal vez creando un poco más de conflicto entre los personajes se podría esclarecer la relación.

    Saludos.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 21:21
  7. 7. Edu SC dice:

    Hola José,

    Muchas gracias por tu visita y comentarios, me animan mucho.

    En cuanto al tuyo creo que ya te han hecho muy buenos aportes. Por un lado el tema de la puntuación creo que es muy importante para que la historia fluya y me ha parecido detectar algunos fallos sobre todo al principio de la historia.

    Por otro lado a mi también me ha causado extrañeza, como a Pato Menudencio, el papel de abusador del policía en tanto que, a lo largo del relato, no se nos ha preparado en ningún momento para ello, antes al contrario, intuía la paternidad del protagonista respecto del atacante, pero no surgida de un abuso, sino de un antigua relación. Más en cuanto que acude a la llamada de Ana.

    También creo que la historia tarda en ponerse en marcha. Desde el momento de la frase inicial, donde se nos sitúa (¡Hijo, no lo mates!), transcurre un lapso demasiado grande para mi gusto hasta que volvemos de nuevo a la acción. En mi opinión ayuda al ritmo del relato el que haya más continuidad en la acción y los lapsos explicativos y descriptivos estén más repartidos a lo largo del texto. A partir del retome de la acción, salvo por la explicación del “foco de amenaza” que a mi me ha parecido oportuna, la historia fluye muy bien.

    Por otro lado, comentarte que me ha parecido muy interesante lo que comentas del “foco de amenaza”.

    Fuera de estos comentarios que te digo ( ten en cuenta que tan sólo son opiniones , toma lo que creas que te puede ser útil) , me ha gustado la acción, la historia me parece que tiene chicha.

    Un placer leerte y mis mejores deseos literarios y demás.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 23:03
  8. 8. José Tapia dice:

    Francis, Eres muy amable y no sabes el aporte tan grande que me haces, es cierto ando un poco desbocado, pues te confieso que estoy escribiendo cinco cosas al tiempo y a su vez un ensayo sobre esa misma experiencia, eso me tiene un poco loco. No sabes cuanto aprecio tus observaciones,

    Escrito el 18 enero 2017 a las 23:33
  9. 9. José Tapia dice:

    Pato Menudencio, Tienes toda la razón, es un poco extenso y se trata de un conflicto humano, donde hay una mezcla de Lolita, hay un enamoramiento mutuo, pero tácitamente existe el abuso y esa es la semilla del odio que al final sale a flote con el chico.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 23:40
  10. 10. José Tapia dice:

    Edu SC, Insisto en que a veces no se como agradecer comentarios tan puntuales y oportunos, sobre todo de personas que se nota a leguas son de grande ligas, como es tu caso.
    Todo esto me ayuda para mejorar la amalgama con que voy construyendo historias. mil y mil gracias.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 23:45
  11. 11. SBMontero dice:

    Entiendo qué has querido hacer y la idea es buena. El planteamiento debería haber sido más sencillo y te voy a ser sincero, anda que no te has dejado llevar por ese sentido del culebrón que a veces encuentro en tanto relato.

    Empecemos por la pelea. ¿De verdad, en donde quiera que se desarrolle la historia, un policía, si se ve amenazado por un cuchillo, no saca la pistola para defenderse? No es creíble.

    Otro tema habría sido que el chico arremetiera con su navaja contra el policía y este lo matara, pongamos intentando darle en una pierna, y mientras se desangraba la Ana esa le dijera que era su hijo, fruto de haberla violado, y cuando el policía, anonadado por la confesión y arrodillado junto al cuerpo inerte aún aferrado a la navaja, levantara la cabeza para mirarla viera como ella le descerrajaba un hacha en el cogote… ya digo, por ejemplo.

    Con esto no estoy diciendo que no pueda hacerse creíble que el policía no saque su pistola -si Stephen King es capaz de hacernos estremecer con Bob Gray, también es posible hacer creíble que un policía experimentado no saque su pistola frente a un contrincante armado-, lo que digo es que en el texto no lo es.

    Tienes problemas con la puntuación, aunque eso es algo que puedes solucionar simplemente con usar el corrector ortográfico del procesador de texto.

    No estoy de acuerdo con lo que se te ha dicho de las comas, aunque es cierto que en algunos casos yo habría usado el punto y seguido, pero no veo por ninguna parte la necesidad de uso del ; o de los :, no es cierto. Es más, mi consejo es que limites su uso lo más posible porque ese uso siempre es subjetivo, tanto para quien lo escribe, como para quien lo lee, y eso no es bueno… bajo mi punto de vista, eh.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 20 enero 2017 a las 11:48
  12. 12. El Hijo de La Griega dice:

    Hola José Tapia!

    Para serte sincero, decirte que la primera lectura rápida del relato se me hizo algo rara, no llegué a comprender la historia inmediatamente.

    La lectura se me hizo poco fluida, quizás por abuso de comas y puntos y su colocación en sitios inoportunos.

    Tras releerlo otra vez le fui viendo el sentido a la historia.

    En este párrafo: “Fue entonces cuando logró entenderlo todo, al observar a un joven con cara de niño que ágilmente desmontaba de una motocicleta enduro de uso típico de los sicarios, en su mano una navaja, la llamada “pate cabra”” yo pondría en vez de una coma lo siguiente: “que portaba en su mano una navaja, la famosa pate cabra”, o algo similar. Es que al leerlo se me hace raro.

    Bien documentado lo del foco de amenaza, no sabia eso y me ha parecido muy curioso.

    En el párrafo donde se narra la pelea antes del navajazo, no me queda claro si el policía es el que esquiva los golpes o es el asesino el que realiza esos movimientos (aunque he vuelto a leerlo ahora y creo q es el asesino el que se mueve 🙂 )

    Por lo demás, comparto algunas cosillas que ya te han dicho en los comentarios.
    La historia me parece buena, una auténtica tragedia y una ultima frase final muy oportuna, si señor!

    Todo esto es mi humilde opinión, espero que nos sirva para que mejoremos todos, un abrazo y gracias por escribir! Nos leemos!

    Escrito el 20 enero 2017 a las 14:15
  13. 13. Ane dice:

    Hola José:

    Describes una historia dura y desgarradora, no por ello menos hermosa. Compleja y actual a la vez.

    Estoy de acuerdo con algunos de los comentarios con respecto a que el policía no esté en guardia, en cuanto a que pisa un terreno donde no es bienvenido, y por ahí creo que pierde verosimilitud. Apuesto a que si le das una vuelta, encuentras cerrar el texto idóneo para tu novela en ciernes.

    Saludos.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 18:01
  14. Hola José:
    Gracias por pasar por mi relato.
    Siento que te haya desilusionado, pero este mes lo presenté de prisa y corriendo la víspera del cierre y eso, casi nunca sale bien. Referente al tema me ha sorprendido que sea tan “corriente” ya que es algo que viví muy de cerca y te puedo asegurar que me dejó impresionado durante mucho tiempo.
    Referente a tu relato poco puedo añadir a lo comentado por los compañeros del taller. A mi personalmente me ha gustado mucho y apenas se nota que es el fragmento de una historia mayor.
    Una observación, a mi personalmente no me gusta contestar a los comentarios ya que, seguramente, no vuelva a pasar por tu relato con lo cual si me indicas algo no lo voy a ver.
    Nos seguimos leyendo. Un abrazo

    Escrito el 26 enero 2017 a las 10:42

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