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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El último suspiro - por Javier López

Web: https://jlopez74.wordpress.com/

Se giró al escuchar el grito. Iba dándole vueltas a la bronca de esa mañana con el retrógrado machista de su jefe, y a cómo iba a ganarse la vida, ahora que le había dejado en su despacho arrodillado con las manos cubriéndose sus partes, cuando se sobresaltó. Y, al igual que a punto de morir, cerca del horizonte de sucesos, vio muchas cosas.
No lo supo en ese momento, porque el inexorable paso del tiempo elude nuestra consciencia cuando los acontecimientos se agolpan. Pero por increíble que pareciese, allí estaba, toda una amalgama de sentimientos, recuerdos, sensaciones; indescriptibles de uno en uno, pero formando un todo, flotando en sus retinas, en sus entrañas.
En cuanto centró la vista en la persona que le increpaba, que ya se acercaba con los ojos muy abiertos y señalando hacia arriba por algún motivo, recordó a su madre, abrochándole el abrigo una mañana de invierno para ir al colegio, y cómo la abrazaba con cariño al despedirse bajo la lluvia. El detonante de ese recuerdo quizá fuese el color rubio luminoso del pelo, o la avanzada edad de la mujer que se estaba aproximando, nunca lo sabría. Su madre. Había fallecido hacía ya un par años, pero aún le dolía recordar su perdida.
Detrás de la señora rubia, en la acera, un hombre fornido parecía salir huyendo de un establecimiento del que no vio el nombre. Tenía que ser una carnicería, ya que vestía un mandil blanco ribeteado de sangre. Aquello le evocó la consulta del practicante de su pueblo, como se llamaban entonces a los enfermeros, cuando su padre le tuvo que llevar corriendo en brazos hasta el consultorio, porque, jugando con sus amigos, había logrado trepar más alto que ninguno la pared derruida del antiguo molino. Por supuesto, también había caído de más alto que ninguno, haciéndose unas magulladuras y cortes leves, pero que en aquel momento supusieron una enorme tragedia para su ego. Todo se arregló con la caricia de una enorme y protectora mano en el rostro de la hija más rebelde; su padre mirándola con ternura y secando sus lágrimas a base de besos. Falleció poco después de aquello, en el accidente de la mina donde trabajaba, en el pueblo de al lado. Tenía que visitarlo, llevarle unas flores.
Sin darse cuenta, tuvo que hacer caso de la urgencia con que la contemplaban, por lo que desvió su mirada hacia arriba, para descubrir el origen de tanto revuelo. No comprendió de inmediato qué era lo que estaba viendo, pero un montón de borrones azules y marrones se habían desprendiendo de algún sitio y se estaban aproximando a gran velocidad hacia mí. Apareció en un rincón de su memoria aquel accidente de coche con su novio de la universidad. No les pasó nada grave, pudieron contarlo, pero la pared llena de carteles que estuvieron a punto de atravesar, se había acercado a ellos tan rápidamente como aquella locura de cascotes y tablones que me sobrevolaban. Se preguntó qué sería de aquel, su primer novio serio. Estaban realmente enamorados, aunque la distancia es mala compañera del amor. ¿Qué sería de él? ¿Seguiría en Londres?
Sin apenas tiempo de reacción, bajó de nuevo la mirada a la señora mayor, al orondo carnicero, y a las escenas fugaces y distorsionadas que ocurrían a sus espaldas. No había más ruido que el zumbido dejado por sus alertas, sus gritos de angustia, que le alcanzaron cuando ya parecía tarde.
Entonces una fuerte sacudida le embistió por detrás, y voló, todo a su alrededor se giró, desdibujándose, a cámara rápida. Unas manos fuertes le sujetaban del pecho, y tras la caída, rodó por la carretera; mientras, un gran estruendo acompañado de polvo, salpicaduras de piedras y ruidos metálicos tronaba a su espalda. Desde el suelo se giró e intuyó que aquello era un andamiaje, o parte de él, que se había desmoronado con el más que probable desprendimiento de una fachada. Pero echó algo en falta. Gastó el último segundo que le quedaba en darse cuenta de que nadie había rodado en el suelo con ella. Y fue su último segundo porque un conductor asustado por el derrumbe, volanteó y la arrolló sin poder evitarlo.
Al incorporarse, su madre, su padre y su novio de la universidad la contemplaban con tristeza.

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11 comentarios

  1. 1. Javier López dice:

    Antes de que me crucifiqueis os pongo la fe de erratas:
    -“a gran velocidad hacia mí” es “hacia ella”
    -“tablones que me sobrevolaban.” es “le sobrevolaban”.
    La falta de revisión, perdón.

    Escrito el 17 enero 2017 a las 17:33
  2. 2. Eteivi Karina dice:

    Hola Javier…
    No soy nada buena en esto de opinar sobre cuentos y si muy inexperta, igual hare mi mejor esfuerzo:
    Lo primero es que me asombra muchisimo lo largo, el mio fue bien cortico, asi que la imaginación la tienes bien entrenada y lo segundo es que casualmente encuentro puntos en contacto muy parecidos a mis historia, casualidad, verdad??? Esto seguramente es porque el inicio de los cuentos lleva a uno sobre las mismas corrientes. En general me gusto mucho la fluidez y el haber entendido con claridad la historia, o sea que no esta retruecana ni enrredada al punto de que uno pierda el hilo por el camino… aunque si que hubiera intentado evocar los tres recuerdos de alguna manera diferente para que el lector no sienta que esta leyendo cosas bien parecidas tres veces… incluso aunque esto sea con un fin lógico para que los personajes se encuentren al final.
    No se, esto es por arribita, pero si que me gustó! Saludos y a eguir leyénonos.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 03:41
  3. 3. Don Kendall dice:

    Hola Javier,
    El texto que presentas es uno de los que tengo que comentar. Es una escena muy oportuna para las condiciones que nos proponen este mes. Me gusta la elección de ese narrador sin identificar refiriéndose al personaje con el apelativo “ella”. Algunas compañeras y compañeros lo han utilizado en otras ocasiones y es una buena técnica, sobre todo si la historia resiste el envite. En el caso de esta pequeña historia, «El último suspiro» (acertado título), cumple perfectamente su objetivo. La historia se relata en presente pero al hablar de “ella” y ser un narrador inidentificable, la voz del narrador obtiene una distancia inmediata y logra un efecto doble muy interesante : «Ella» puede ser a la vez personaje y narrador. Eso lo consigues mu rápido y sin brusquedades al empezar el tercer párrafo y lo mantienes durante todo el relato.(Quizá por eso, fuiste víctima del “lapsus” que adviertes en tu primer comentario :-))).
    En resumen, con independencia de que la historia, anécdota, relato o como se quiera llamar guste más o menos, en mi opinión (despreciable como la de cualquiera, je je) hay una trama conseguida con un recurso de narrador que merece la pena explorar. Gracias por tu aporte. Un abrazo y nos seguiremos leyendo, pienso.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 16:52
  4. 4. Amanda Quintana dice:

    Hola Javier. Ante todo, creo, sin dudas, que has logrado el reto opcional al que te adscribiste, con grandes aciertos. La aclaración de tu primer post me quitó el enojo que tenía cuando leí tu cuento jaja… Ahora sí me cierre perfectamente toda la historia, que ma parecío excelente, bien narrada, utilizando palabras justas, buen ritmo y que se hace de lectura entretenida, invitando a saber más a cada oración escrita. A todo ésto se le agrega un final magistral.
    Muy buen relato, Javier.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 00:40
  5. 5. Cecilia dice:

    ¡Hola Javier!

    Hoy no envié mi trabajo, pero me da mucho gusto leer a un buen número de participantes.

    Desde este punto de vista, de simple lectora, reconozco que una de mis graves fallas es el uso de la coma, pues detiene la lectura y produce incomprensión. Es lo que me pasó en el primer párrafo y casi al final en aquel que comienzas con “Entonces una fuerte sacudida…”

    Vamos a tener que buscar una solución.

    El próximo mes me podrás criticar

    Escrito el 20 enero 2017 a las 04:48
  6. 6. Jean Ives Thibauth dice:

    Hola Javier.

    Creo que ha estado genial usar la concatenación de recuerdos que a uno se le vienen a la cabeza por la simple asociación de imagenes.
    A veces me sorprendo pensando cuántas cosas he podido visualizar en mi memoria de un resorte aparentemente insignificante.

    A mi me hubiera gustado que nos mostraras mas porque ciertos pasajes son muy explicativos.

    Nos seguimos leyendo.

    Te invito a que despellejes el mio a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-40/6901

    Escrito el 23 enero 2017 a las 20:07
  7. 7. Wurunkati dice:

    Poco puedo aportar a lo que te han ido escribiendo sobre todo porque lo que más chocó venía ya cambiado con tu primer comentario.
    El reto sin duda conseguido.
    Enhorabuena

    Escrito el 24 enero 2017 a las 17:29
  8. 8. Wyrell dice:

    Hola Javier, ¿cómo va?

    Tengo que admitir que el texto me ha gustado más de lo que esperaba en un primer momento. Cuando comencé a leerlo pensé “este no es mi género”, pero a medida que avanzaba entre párrafos me fui enganchando y cuando me di cuenta ya estaba en las últimas palabras.
    Las erratas que encontré ya las mencionaste vos o te las han dicho los compañeros, no creo poder aportar nada más en esta parte.

    Espero seguir leyendo más de tus textos en el futuro.
    Un saludo.

    PD: me alegra encontrar a otra persona que disfrute leyendo Terry Pratchett, hace relativamente poco encontré al autor y me he leído la mitad de sus libros ya, una gozada.

    Escrito el 25 enero 2017 a las 14:38
  9. 9. Earendil dice:

    Hola, Javier López.
    Este mes no he podido participar por falta de tiempo, pero sí he encontrado un pequeño hueco para pasar por alguno de los relatos, más que nada, por indagar un poco sobre la técnica de la cámara lenta.
    En general, el texto me ha gustado bastante. Los pocos errores de forma ya te los señalaron, incluso tú mismo hiciste mención de ellos.
    Como te dije, no he tenido tiempo de buscar información ni relatos que utilizaran el recurso de la escritura lenta. Está claro que había que jugar con los recuerdos o con las descripciones pormenorizadas de lo que acontecía en esos cinco segundos. Tú has utilizado el primero, y lo has logrado. No obstante, creo que te has recreado demasiado en las explicaciones de esos lapsos de “tiempo muerto” que necesitabas para hilvanar tu historia, y casi todo el espacio lo cubren estos recuerdos, restándole fuerza al suceso en sí. De todas formas es una opinión, tan buena o mala como cualquier otra, pero yo he sentido esa manera de evocar los recuerdos un tanto repetitiva. Tal vez, hubiese quedado menos encorsetado si hubieses cambiado un poco la manera en que las diferentes imágenes golpeaban su subconsciente, haciendo aflorar sus recuerdos.
    De todos modos, has hecho un trabajo excelente, por lo que te felicito por ello.
    Un saludo.

    Escrito el 25 enero 2017 a las 19:52
  10. 10. Anael dice:

    ¡Hola Javier!

    Muchas gracias por pasarte a ller y comentar mi relato. Aquí estoy para devolverte la visita 😉

    Vaya, pobre chica. me has dejado muy tristona con el final. Entiendo que es el coche lo que la ha arroyado, la verdad es que entre eso y el andamio lo tenía crudo la pobre muchacha. ¿Seguro que no ha sido su jefe el que ha contratado a unos matones para que se la carguen?

    A continuación detalles que me han gustado y sugerencias, que son como las lentejas, si te gustan las tomas y si no las dejas 😉 :

    1. “Y, al igual que a punto de morir, cerca del horizonte de sucesos, vio muchas cosas.”
    ¿Qué es el horizonte de sucesos? Lo he buscado en internet y me sale algo de agujeros negros… No logro entender si es una métafora, no le veo mucho el sentido ^^’

    2. “Sin darse cuenta, tuvo que hacer caso de la urgencia con que la contemplaban, por lo que desvió su mirada hacia arriba, para descubrir el origen de tanto revuelo.”
    Esta frase me suena sobreelaborada, quizás beneficiaría al ritmo del texto eliminar algo. Me parece que “sin darse cuenta” no es necesario y frena al lector además de añadir sensación de paso de tiempo (cosa que con este reto queremos evitar especialmente). además he quitado coas y conectores para que se lea más rápido, como fogonazos de acciones. Así:
    Tuvo que hacer caso de la urgencia con que la contemplaban. Desvió su mirada hacia arriba para descubrir el origen de tanto revuelo.

    3. “Entonces una fuerte sacudida le embistió por detrás, y voló, todo a su alrededor se giró, desdibujándose, a cámara rápida. Unas manos fuertes le sujetaban del pecho,”

    Varias cosas sobre esta frase. La embistió, porque lo embestido es ella, CD (cierto que te puedes acoger al leísmo de persona, pero en femenino no queda tan bien 😉 ). Pondría un punto despúes entre voló y todo. Eliminaría a cámara rápida, creo que es innecesario y despista de la acción y escena. Y las manos… ¿si no la agarra nadie de dónde salen? Además, tal y como está mirando parece que si siente el golpe en algún sitio debería ser en la espalda. No lo sé, lo de las manos no he conseguido desentrañarlo, suponqgo que es lo primero que le viene a la mente a la protagonista. Yo pondría la frase así:

    Entonces una fuerte sacudida la embistió por detrás, y voló. Todo a su alrededor se giró, desdibujándose. Unas manos fuertes le sujetaban del pecho,

    4. Me encanta el recurso de recordar su vida a través de gente que ve por la calle, es una buena forma de sacar sus recuerdos a relucir de una forma natural. Muy bueno.

    5. El final en el que la rodean sus “conocidos”. En realidad me ha costado entenderlo (todavía no sé si lo he hecho, incluso), pero cuando lo he visto me ha gustado mucho.

    6. La atmósfera de la historia, me chifla, engancha con la incertidumbre de lo que va a pasar y te da para dar detalles sobre la vida de la chica a tutiplén. Enhorabuena.

    7. El efecto de cámara lenta que logras a lo largo de la historia está muy logrado y luego todo se acelera de golpe cuando la atropellan. Estupendo.

    En resumen, he disfrutado de la historia aunque no me ha gustado nada que el final tenga que ser tan triste. Pero bueno, así se emociona a la gente 🙂 Y sigo defendiendo que ha sido su jefe el que ha contratado al del coche y a los de los andamios para que se la carguen. Espero que mis sugerencias te sirvan de ayuda para este texto y los que están por venir. Te seguiré leyendo, felicidades por la historia.

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 25 enero 2017 a las 22:42
  11. 11. Javier López dice:

    Hola a todos, gracias por vuestras valoraciones y críticas. Perdón por el retraso en contestar, ando liado de trabajo y no puedo desconectar a gusto tanto como quisiera.

    Etivi, Wuruntaki y Amanda, me alegro de que os gustara y que no os perdierais.

    Don Kendall, gracias por tu valoración sobre el narrador distanciado del personaje, es lo que pretendía.

    Cecilia, estoy en proceso de mejora en cuanto a mi forma de puntuar los textos. Eso y los diálogos eran mi cuenta pendiente.

    Jean Ives, en realidad yo creo que lo que mas nos trae a la memoria vivencias pasadas son los olores, pero en este texto utilizo sólo lo que ve, porque no creía que el personaje tuviera tiempo para oler nada. Me alegro que te guste. El tuyo también me gustó.

    Wyrell, gracias por encontrarte a gusto en un texto que no es de un género que te guste. A veces, como me pasa con Pratchett, el género del que más nos gusta escribir, no es el que más nos gusta leer.

    Earendil, te he echado de menos en este reto. La fantasía se ha quedado coja, aunque Anael ha mantenido alto el pabellón. Respecto a los recuerdos, como le dije a Jean Ives, en cinco segundos es visualmente como pueden aparecer más rápido, ya que olfatíva o auditivamente es más complejo, en mi opinión. En cualquier caso, me alegro de que te haya gustado.

    Anael, muchas gracias por tu extensa valoración y apreciación. Agradezco tus correcciones. El “horizonte de sucesos” quizá debí ponerlo en cursiva para que se entendiese que es una expresión científica. Efectivamente, esta íntimamente relacionado con los agujeros negros, y es la zona donde el tiempo se altera y desde fuera parece detenerse. También fallo en ocasiones con los laismos y leismos. Y quizá debí describir que ella sintió unas manos, no que las viera o tocara. Pero quiero expresar que alguna fuerza sobrenatural la empujó, y creo que se entiende.
    Y lo quieras creer o no, el conductor ERA su jefe XDD…

    Escrito el 26 enero 2017 a las 13:29

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