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Reencuentros - por Naiara

Web: http://ladronesdeltiempo.tk

Se giró al escuchar el grito de Laura, no podía creer lo que veía, no podía ser ella ¿o si? Laura la sacó de dudas:

– Que fuerte, mira Carmen es Marta ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿Qué estará haciendo aquí?

Carmen no acertaba a reaccionar, y desde luego no tenía ni idea de que hacía “ella” en Madrid. Antes de alejarse Marta se la quedó mirando, las dos chicas se observaron hasta que dobló la esquina y se perdió de vista, ella aún se quedó unos segundos más, como clavada al suelo. No podía creer que después de tantos años esa chica tuviera ese efecto en ella.

No consiguió concentrarse en todo el día, no podía dejar de pensar en el encuentro de esa mañana. ¿Por qué habría vuelto Marta? ¿Volverían a encontrarse? ¿Es eso lo que quería? El timbre la sacó de sus pensamientos, no se imaginaba quién podría ser a esas horas.

– Eh… hola…¿Qué, qué? -A Carmen no le salían las palabras, se sintió torpe teniendo a Marta enfrente.
– Perdona que me presente así, sin avisar, pero no sabía qué hacer, desde que te he visto esta mañana, no se, me mata saber que estás tan cerca y no venir a hablar contigo.- Parecía que Marta había cojido carrerilla, se sentía avasallada, y no conseguía articular palabra.- Se que no tengo ningún derecho a venir aquí, después de lo que pasó y de tantos años… pero necesitaba disculparme. ¿Puedo pasar? ¿Por favor?

Lo único que acertó a hacer Carmen fue apartarse de la puerta para que entrara, seguía estando espectacular, exactamente como la recordaba. Observó como la chica, en la que no había dejado de pensar nunca, se sentaba en su sofá como una especie de visión, y por fin reaccionó:

– Marta ¿qué haces aquí? Me refiero a Madrid, no a mi casa.
– Nada importante, aburridos asuntos familiares.- De repente parecía que había perdido toda la determinación con la que se había presentado.
– No voy a mentirte, no esperaba que vinieras, ha sido toda una sorpresa.
. Lo se, pero no me habría perdonado pasar por Madrid y no verte.- No era capaz de apartar la mirada de sus manos.
– Bueno, pues ya me has visto.- No pretendía sonar tan dura.- Perdona, pero es que no se muy bien a qué viene esta visita Marta.
– No tienes que pedirme perdón, lo entiendo. Lo único que puedo decirte, es que quiero disculparme por cómo me marché hace años, que fui una idiota, que tomé el camino más fácil y que ojalá no lo hubiera tomado, porque nunca he dejado de pensar en ti.- Carmen ya no pudo resistirse más, Marta estaba ahí sentada en su sofá, apenas rozándola, y se dejó llevar.

Cuando sus labios se tocaron, Marta pareció sorprenderse, pero no se apartó, se unió al acompasado movimiento de los labios de la otra chica entreabriendo los suyos para dar paso a una ansiosa lengua. Sus cuerpos empezaron a moverse, acoplándose a la perfección después de haberse añorado el uno al otro durante tanto tiempo, deseando disfrutar de nuevo de cada recoveco. Arrojaron la ropa al suelo como si les molestara, como si las oprimiera. Las manos de Marta exploraron el cuerpo desnudo de su compañera. La lengua de Carmen, traviesa, degustó cada centímetro de piel, y como si los sentidos tuvieran memoria propia, mientras está descendía sabía perfectamente por donde ir, cuando ir más deprisa y cuando podía permitirse parar y torturar el placer de Marta. Se volvieron a besar, saboreándose Marta en la boca de Carmen. Pronto el sofá se les quedó pequeño, y buscaron la cama con urgencia, todo se aceleró, las dos ansiaban sentirse, disfrutarse…

La noche llegó sin que se dieran cuenta:

– Carmen, tengo que volver con él.
– Lo se, pero… ya sabes donde encontrarme.

Se dieron un último beso, que les supo amargo, a las cosas no dichas, a culpa, pero sobre todo les supo a poco y a las ganas de futuros reencuentros.

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2 comentarios

  1. 1. José Tapia dice:

    Hola Naira, los relatos eróticos a veces son complejos, yo prefiero un erotismo mas poético como el de Cortazar: “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.” Sigue escribiendo. Un abrazo latino

    Escrito el 17 enero 2017 a las 20:03
  2. 2. Ramón Temes dice:

    Al principio es un poco confuso, y en general, la puntuación, a veces equivocada, dificulta la comprensión del texto. No se sabe quien está hablando en algunas partes.

    El relato tiene poco interés y la trama es previsible. Al tratarse de un relato erótico, mantiene la técnica de estos relatos donde los personajes se encuentran y sin más se meten en la cama.

    Hubiera agradecido unos párrafos entre las dos chicas protagonistas que, nos aclarara algo sobre el tiempo que habían estado separadas y nos mostrara un poco la personalidad de los personajes.

    Pero la escena erótica me ha gustado. Está bien llevada y se sigue bien.

    Escrito el 17 enero 2017 a las 20:07

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