Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Tocando fondo - por Giovanna Koloffon

El autor/a de este texto es menor de edad

Se giró al escuchar el grito. Lleno de angustia e impotencia. Sin embargo, no hacía competencia a las voces dentro de su cabeza.
<<Hazlo, vamos, hazlo>>.
A sólo un paso de cambiar el curso de su historia por completo, un pie en el vacío; ya faltaba poco. Volteo de nuevo a enfrentar el destino que él mismo había elegido. Nada ni nadie lo harían cambiar de decisión, mucho menos en ese momento.
<<¿Qué esperas? Sabes que no hay algo mejor para ti. Es esto o sufrimiento eterno>>.
Locura, sabía que estaba loco. Pero siempre se decía que la locura es preferible a la cordura, a la realidad. Si daba ese paso, nunca volvería a la realidad. Esa idea le gustaba.
De nuevo ese grito. No creía que él en realidad lo sintiera. Se repetía una y otra vez, que si en verdad lo amaba, iría con él, enfrentarían su destino juntos. Pero la distancia era mayor de la que quisiera. No era suficiente; si quería acabar con eso debía hacerlo ya.
¿No era esa la razón por la que se habían enamorado? Uno por su valentía, el otro por su demencia, que siempre lo invitaba a intentar cosas nuevas y emocionantes. ¿Acaso no era esto lo suficientemente emocionante? Si él no podía con ello, bien, lo haría solo. Qué más daba, ¿cierto?
Ahora más decidido que nunca, miró hacia abajo. Hacia esa penumbra que le llamaba, que lo invitaba a ser parte de ella. Era por demás tentador. Con una sonrisa en el rostro, susurró una despedida. Sorprendentemente, sin sentimiento. Sin culpa. Tal como él lo había dejado. De la misma manera que le rompió el corazón. Ni siquiera dijo su nombre, no se atrevía.
Un sólo suspiro, un sólo paso, cinco segundos de valor bastaron para terminar con eso de una buena vez.
Cayendo al vacío, se giró. Una cara asomando por el acantilado se veía, y se dio cuenta de su error. Ya no podía hacer nada, y ese rostro, ese bello rostro, quedaría impreso en su mente, llenándolo de dolor, atormentándolo, en lo que sea que siguiere después de la vida. Susurró sus últimas palabras, siempre verdaderas, antes de recibir el golpe final.
―Te amo, Alan.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. Lorkiano dice:

    Hola Giovanna:

    Curiosamente nuestros relatos terminan con un salto al vacío.

    El tuyo me ha gustado, y más sabiendo que eres menor de edad, aunque en algunos momentos me parece confuso.

    En cualquier caso, te animo a seguir escribiendo y espero poder leerte en un futuro.

    Un saludo

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:56
  2. Hola Giovanna 🙂

    Acabo de leer tu relato me ha gustado mucho la manera en como expresas esa contrariedad que se encuentra en la propia mente del protagonista, has reflejado creo que muy bien su miedo y su desesperación. La verdad y sabiendo que aun te quedan muchos años por delante, creo que puedes llegar muy lejos 😉 ¡NO DESISTAS! ¡BESOS!

    Escrito el 19 enero 2017 a las 22:12
  3. 3. Isan dice:

    Hola Giovanna:

    Soy tu vecino de arriba. Primero te comento algunas cosillas que yo cambiaría.

    Los pensamientos o voces que representas con los símbolos <> es mejor que lo hagas con las comillas latinas « y ». El teclado no las tiene, pero si pulsas las teclas alt+174 para abrir y alt+175 para cerrar, lo tienes. Otra opción que gusta menos serían las comillas inglesas que se encuentran en la tecla del número dos, pero ambas son mejor que las utilizadas por ti.

    Entre “grito” y “lleno” quitaría el punto que separa ambas frases ya que el sentido tiene más coherencia en una sola frase.

    En esta frase: “Se repetía una y otra vez, que si en verdad lo amaba, iría con él, enfrentarían su destino juntos.”, para mi gusto quitaría la coma que hay entre “vez” y “que” y la pondría entre “que” y “si” y antes de “enfrentarían” cambiaría coma por punto.

    “Volteo”, en este caso debe llevar acento en la o: volteó.

    “Sorprendentemente, sin sentimiento. Sin culpa.” Aquí después de sentimiento pondría coma para dar continuidad a la frase de despedida.

    “Una cara asomando por el acantilado se veía,” El verbo último creo que iría mejor si lo pones antes ya que como está construida la frase, el sujeto es (Él), después verbo (vería), después el predicado. Aunque cada uno lo puede hacer como mejor le suene.

    Para mi gusto has empleado demasiados posesivos SU, creo que nueve, para un relato tan breve.

    En cuanto al fondo me ha parecido un buen relato. Has sabido contener en cinco segundos la angustia y los pensamientos que le pasan por la cabeza y lo has hecho estupendamente. Me ha parecido ver una relación de amor entre dos hombres que, desde el principio, nace tormentosa y acaba de la peor manera cuando, parece, que podía haber continuidad.

    Creo que tienes capacidad para escribir y te animo a ello. Si esta es la primera vez, continúa y lee. Leyendo los comentarios que te hacen, acertados o no, se aprende un montón. También analizando y corrigiendo los relatos de los demás compañeros. Además, si comentas otros, te devolverán la visita, con lo que todos nos enriquecemos.

    Un abrazo y a seguir.

    Escrito el 24 enero 2017 a las 18:21
  4. 4. Luis Chagoya dice:

    Hola Giovanna, soy tu vecino del 82. Primera vez que participo en el taller. Te doy mi opinión como lector. Me gusto la historia, una historia romántica con final trágico, a la mitad del relato me confundí un poco, me perdí entre líneas. Te felicito, sigue adelante y nos seguiremos leyendo.

    Escrito el 31 enero 2017 a las 05:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.