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VIAJE SIN RETORNO - por Luis Chagoya

Se giró al escuchar el grito, Néstor no daba crédito a lo que acontecía, contemplo a la distancia ese extraño fulgor, mientras, una leve y fría brisa recorrió su rígido pero atlético cuerpo, las horas de gimnasio y su buen estilo de vida le permitían estar en forma, ahora, sin embargo, no podía moverse, en contraparte, las ramas de los árboles se mecían y simulaban cantar, susurraban dulcemente en sus oídos, se encontraba inerte en medio de ese espeso bosque, sus compañeros de expedición miraban fijamente esa radiante luz que poco a poco iba creciendo, tomando una extraña y escalofriante figura, el cielo por su parte iba tomando diversas tonalidades, primero matices amarillos para después convertirse en naranjas y rojizos, la oscuridad de la noche se iba perdiendo, al mismo tiempo las nubes se transformaban en caprichosas formas y se dirigían en el sentido donde ellos se encontraban, después del grito nadie habló, todos observaban hacia el horizonte como heladas figuras de blanco mármol, giraron lentamente sus cabezas buscando que las miradas se entrelazaran unas con otras, pidiendo a gritos una respuesta a una pregunta no formulada y lo peor de todo, ya sabían el resultado a su interrogante. Al mismo tiempo, grandes parvadas de mirlos, golondrinas y estorninos surcaban el firmamento, como si fueran uno solo, un solo organismo, con un mismo destino, formando hermosos patrones coreográficos, surcando los cielos a gran velocidad, huyendo del peligro, del espanto, del horror. Néstor cayó de rodillas, ahora comprendía lo sucedido, ya tenían sentido los eventos que venían suscitándose con anterioridad, sus pupilas se dilataron, su corazón se aceleró y un gélido sudor empezó a cubrir su rostro.
En ese instante vio reflejada su corta existencia, su infancia al lado de su familia, de esos veranos en la playa disfrutando del caribe, como deseaba haber pasado más tiempo con sus padres y hermanos, en lugar de haberse distanciado por tonterías y caprichos, por ese tonto orgullo y soberbia en que cayó; recordó el gran amor de su juventud que no se cristalizó, por la equívoca idea de enamorarse perdidamente como un loco, le daba miedo el compromiso, le aterraba pensar en permanecer mucho tiempo junto a alguien, en tener que dar explicaciones por acciones tomadas u omisiones como pareja, tal vez no quería ver su corazón ilusionado y después destrozado por amor. Contempló como sus planes no se concretarían ya, los pospuso demasiado tiempo y ahora era demasiado tarde, su proyecto de vida como fotógrafo y explorador se venía abajo, ahora todo eso ya no importaba.

Advirtió como un hongo crecía, como se alimentaba de toda esa furia y rabia, por el odio y egoísmo del ser humano, era la perfección de la destrucción, la maldad manifestada en una aterradora visión, esa gran masa de gases, humo y polvo elevándose rápidamente, creando vórtices turbulentos, succionando escombros del suelo y elevándolos más de 13 mil metros, la muerte ahora tenía rostro. 5 segundos transcurrieron desde que observó el primer destello de esa impresionante luz hasta que ese gran monstruo radioactivo devoró todo a su alrededor, 5 segundos bastaron para comprender que el fin de la humanidad había llegado, ya que al mismo tiempo divisó decenas de misiles recorriendo la inmensidad de la bóveda celeste.
Cuantos más sueños frustrados, cuantas más sonrisas interrumpidas, cuantas más historias de amor cortadas de tajo, no más cálidas caricias, ni candentes besos, ahora el hombre había destruido al hombre, la humanidad detenida en su evolución, con qué derecho el ser humano tenía que destruir las demás especies, no le bastó con la suya propia tenía que terminar con todo, ahora la creación de Dios ya no habitaría en la tierra nunca más.

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5 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    HOLA LUIS CHAGOYA:
    Soy tu vecina del 81 y es la primera vez que te leo. Encuentro interesante la descripción picto-fotográfica, ya que el personaje es fotógrafo y está viendo con su ojo profesional. Creo que no resulta un buen efecto en este caso, la opinión demasiado explícita del autor sobre la destrucción del mundo a manos de la humanidad..
    Por otra parte he encontrado algunos descuidos o apuros en la sintaxis. Falta algún tilde al principio en un contemplo, que debió ser contempló, y varias comas que habrían resultado mejor como puntos. Un solo ejemplo: escalofriante figura. El cielo…
    Y algo más: creo que al relato del fin del mundo en cámara lenta por los últimos cinco segundos, le hubiera ido mejor un estilo más periodístico, más seco; con un ritmo más duro.Solo una opinión personal, por supuesto.
    La idea es muy interesante. Nos seguiremos leyendo.
    Un saludo

    Escrito el 17 enero 2017 a las 21:33
  2. 2. Wurunkati dice:

    Hola Luis.
    He leído tu relato y me ha parecido que tenía una sonoridad y era muy descriptivo empleando además un vocabulario muy variado.
    El único problema, en mi opinión, era que las frases eran muy largas y quizás es un tema personal pero eso me hace a veces más difícil la lectura.
    En todo caso coincido en que la idea es muy interesante y espero seguir leyéndote.
    Un saludo

    Escrito el 18 enero 2017 a las 19:04
  3. 3. Rosalia Ds dice:

    Hola Luis:
    Un relato aterrador. El fin del mundo.
    Esta bastante bien llevado con una estructura de periodismo de denuncia.
    Con un final desolador para la humanidad.
    En otros aspectos creó que tienes un buen vocabulario y sabes expresar los sentimientos que en esos pocos segundos le quedan de vida.

    Nos vamos leyendo
    (Soy la 120)

    Un abrazo.

    Escrito el 27 enero 2017 a las 20:11
  4. 4. Luis Chagoya dice:

    Muchas gracias por los comentarios. Es la primera vez que participo en esta aventura. Lo quise hacer de ésta manera, ya que lo sucedido es en solo 5 segundos.Tomaré en cuenta los detalles y seguiremos adelante, nos estamos leyendo.

    Escrito el 31 enero 2017 a las 04:22
  5. 5. Isan dice:

    Hola Luis:

    Antes de valorar el fondo te comento algunas cosas de forma.

    La primera que salta a la vista es que el relato tiene dos bloques sólidos que, visualmente, retraen un poco para encarar la lectura. Mejor, si es posible, es hacer párrafos más cortos separados con doble espacio. Por ejemplo para la parte considerada introducción del relato podrías emplear cuatro o cinco líneas. Con este mismo texto yo cortaría con punto y aparte después de la frase “…susurraban dulcemente en sus oídos.” Ya sabemos que algo pasa pues lo ha dejado paralizado. A partir de ahí desarrollas la idea en otro párrafo.

    En todo el texto cambiaría más de veinticinco comas por puntos o por otra forma diferente de unión. La coma es una pausa pero continuando la idea que se está relatando. El punto acaba la idea y empieza otra aunque se esté hablando de lo mismo.

    En esta frase…” y soberbia en que cayó” falta EL entre en y que.

    Los números (13, 5) en un relato deben ponerse con letra (trece, cinco). Para cantidades grandes o fechas mira un tutorial que hay en esta página de Literautas.

    La palabra “contempló´” de la segunda línea debe ir acentuada. Caribe es nombre propio y va con mayúscula. En estas frases: “…como deseaba haber…” y “Contempló como sus planes…” la palabra cómo va acentuada en ambos casos al hacer función de adverbio exclamativo y no de adverbio de comparación (corría como una gacela) ni de conjunción (como no has llegado, nos hemos ido).

    En cuanto al narrador me queda la duda de quién ha sido. Parecía que se trataba del narrador omnisciente que todo lo sabe y lo ve. Pero si el hombre termina con todo ¿Quién queda para contarlo? ¿Dios? Él no es como queda claro en la última frase “…ahora la creación de Dios ya no habitaría en la tierra nunca más.”

    Yendo al fondo, me ha parecido un buen relato y una buena idea. Has sabido trasmitir esa angustia de lo que se le viene encima, esa fatalidad ante la muerte y el remordimiento por no haber hecho algo de lo que se arrepiente cuando ya es tarde.

    Espero seguir leyéndote.

    Un saludo.

    Escrito el 31 enero 2017 a las 18:29

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