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El Inquilino - por A.M.

Se giró al escuchar el grito. Era espeluznante, de los que ponen la piel de gallina. Nunca había oído ninguno igual, o al menos no tan desesperado y lleno de terror. A Miguel, debido al sobresalto, llegó incluso a escurrírsele entre los dedos el vaso lleno de agua que se estaba bebiendo en ese preciso instante. Después de que cayera al suelo y se hiciese añicos, todo volvió a estar en silencio. Con la sangre helada y atemorizado, al no poder explicarse lo que había ocurrido, salió de la cocina.

Mientras enfilaba el pasillo hacia el salón se oían los pasos de Sonia, su mujer, que ya bajaba por la escaleras desde el piso de arriba.

-¿Qué ha pasado, Miguel?¿Estás bien? -dijo desde lejos.
-¡Sí, cariño!¡No te preocupes! -gritó él.

Los dos se encontraron en el salón. Se miraron. Estaban pálidos de terror. Sus ojos se dirigieron hacia la puerta que estaba al final del lúgubre pasillo.

-El inquilino. ¿Crees que le habrá pasado algo?-dijo ella.
-No lo sé. Pero el grito seguramente ha venido de allí-respondió Miguel refiriéndose con la cabeza a la habitación-.Tiene que haber sido él.

Miguel volvió a mirar la puerta.

-Tendré que ir a ver.

Al oír eso, Sonia le detuvo agarrándole el brazo.

-Ten cuidado. Creo que deberíamos llamar a alguien. No sabes lo que puedes encontrarte.
-¿Y a quién sugieres que llamemos?

Ella se cruzó de brazos con gesto preocupado y empezó a dar vueltas por el salón, sin saber muy bien qué responder ni qué decir a su marido para convencerle. Tras lo sucedido él parecía haberse tranquilizado. Estaba bastante más confiado y dispuesto a averiguar por qué se había producido aquel alarido.

Sonia se detuvo y miró al suelo mientras meditaba. Después dirigió la mirada hacia la estantería con libros del salón. Junto a esta se encontraba el sillón de cuero en el que habitualmente su marido se sentaba todas las noches a aquellas horas de la madrugada para leer un rato mientras ella se dedicaba a trabajar en su escritorio del piso de arriba. Hoy era igual, hasta que Miguel se levantó a refrescarse un poco bebiendo un vaso de agua en la cocina. Y entonces sonó ese grito que parecía desesperado. Después nada, ni una llamada de auxilio ni señales de vida del inquilino que hace una semana había llegado para acomodarse en esa habiación. Desde el primer contacto a ella le había parecido un hombre reservado y misterioso. No hablaba nunca más de lo justo y apenas salía. ¿Qué le habría hecho ahora gritar de esa forma? No había nadie más en la casa. Sonia pensaba en todo esto cuando volvió a fijar la vista en su marido. Él seguía mirándola, con los brazos en jarra. Tras el arrojo inicial, quizá no se atrevía a cruzar el pasillo apenas iluminado por la escasa luz del salón, esperando que su mujer lo acompañara.

-Entremos los dos – dijo finalmente ella mirándole fijamente a los ojos.

Atravesaron el pasillo, en el que había algunos cuadros colgados. Sonia iba detrás y trataba de mirar por encima del hombro de Miguel. Llegaron al final y él agarró la manilla. La luz del salón iluminaba muy tenuemente sus espaldas. Antes de abrir, Miguel se volvió hacia atrás y miró a Sonia para coger confianza. Después miró hacia delante y abrió la puerta con temor.

Los dos vieron el cuerpo inmóvil del inquilino tumbado sobre la cama y un cuchillo clavado en su pecho. La lámpara de noche que había sobre la mesilla le iluminaba el rostro. Era un hombre enjuto y barbilampiño. Tenía los ojos como platos y la cabeza inclinada.

-Dios mío, Sonia.¿Quién ha matado a este hombre?

Ella se llevó las manos a la boca al ver aquello. El fallecido tenía un móvil en la mano derecha y en la habitación no había nadie más. Se empezaban a aproximar al cuerpo cuando inesperadamente se oyeron sirenas de coches de la policía.

-Miguel, -dijo Sonia boquiabierta- ha llamado a la policía.
-Han llegado demasiado rápido. Debe de haberlo hecho tiempo antes de morir y sin avisarnos. Seguramente temía que le ocurriera algo.

Sonia se abrazó a Miguel y empezó a gimotear.

-Tranquila, mi vida. Se lo explicaremos todo.

Unos minutos más tarde empezaron a aporrear la puerta de la vivienda.

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7 comentarios

  1. 1. Tarquino dice:

    La intención es buena, pero me “molestaron” algunos párrafos que explicaban demasiado la situación. Humildemente me parece que, para crear expectativas o suspenso, no hace falta tanta explicación.
    “Tras el arrojo inicial, quizá no se atrevía a cruzar el pasillo apenas iluminado por la escasa luz del salón, esperando que su mujer lo acompañara” Me parece que está mal redactado.
    Y por último el final, no te enojes, pero es muy rebuscado, y sin concretar.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 04:43
  2. Hola A.M 😉

    Acabo de leer tu relato, he de decirte que la verdad, y respetando la opinión de Tarquino, no se me ha hecho pesado. De hecho esperaba un giro de guión aún mayor, como por ejemplo y dado que solo estaban ellos dos en la casa junto al fallecido que hubiese sido uno de los dos XD sí, un poco aterrador y mira que no soy de este género pero le hubiese dado cierta emoción 🙂

    Lo que sí me ha defraudado un poco es el final, no dejas nada cerrado quien fue o aunque no se sepa eso, ya que imagino que era un suicidio, qué fue lo que le pasó a la pareja después de la llegada de los policías… No sé me he quedado un poco confusa con el final.

    Pero la verdad es que la tensión y las expectativas que has introducido me han mantenido en vilo hasta el final 😉 Así que enhorabuena 🙂 ¡Mil besos!

    Escrito el 20 enero 2017 a las 07:55
  3. 3. A.M. dice:

    Muchas gracias por tu crítica, J.E.M. Celeste. Me alegro de que no se te haya hecho pesado y que la tensión y las expectativas te hayan mantenido en vilo, como me comentas. Para mí constituye un logro porque es precisamente lo que había intentado suscitar a quien lo leyera. También estoy de acuerdo contigo en que podría haber dejado un poco más cerrado el final y aclarado el asunto de cómo murió el buen hombre. Son detalles que tendré en cuenta en los próximos escritos que publique. Es la primera vez que participo con un texto y no había escrito nada antes, así que todo lo que me ayude a mejorar es bienvenido. Un saludo.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 18:44
  4. 4. María Esther dice:

    Hola A. M., yo te diría , desde mi modesto punto de vista, que pretende ser una buena historia, que se queda por el camino. No sabemos nada del protagonista, o sea el inquilino, salvo que está muerto.Pienso que los dueños de casa deberían mostrarlo dialogando, sobre su extraño comportamiento,marcando gestos, actitudes, ocupación, en fin datos que intrigaran al lector y lo llevaran a sacar conclusiones para interpretar un final abierto,como tu has querido.
    No sé si fui clara en la explicación.
    Sigue escribiendo, no te desanimes, que acá se aprende mucho.
    Saludos, soy Maritel del 98.

    Escrito el 23 enero 2017 a las 03:21
  5. 5. LUIS dice:

    Hola A.M. soy luis (171) Bienvenido al taller. El relato mantiene la intriga desde el principio, lo que hace seguir leyéndolo, lástima de ese final indeterminado. Animos, y a seguir escribiendo. Un abrazo.

    Escrito el 23 enero 2017 a las 19:00
  6. 6. Lorkiano dice:

    Hola A.M.:

    Como tú, mi relato para este taller ha sido lo primero que he escrito.

    Me gusta el tuyo, pero eso de dejar el final sin explicación… Me hubiera gustado saber algo. No sé, quizá había alguna visita con él y, tras clavarle el cuchillo se escabulló de alguna manera sin que los dueños de la casa se dieran cuenta. Algo.

    Con la limitación de palabras que tenemos no da para mucha explicación, pero es que tu historia se queda a medias, y da un poco de rabia porque apunta maneras.

    Ánimo y a seguir escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 24 enero 2017 a las 19:22
  7. 7. A.M. dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios. Lo cierto es que me son muy útiles y me sirven para mejorar. Sobre todo me he dado cuenta de que lo que en general dais a entender es que el final abierto deja un mal sabor de boca y recapacitando en ello veo que es verdad. En textos sucesivos trataré de aclarar un poco más el final. Gracias también por los ánimos y me pasaré por vuestros textos para echarles un vistazo y aprender un poco más.

    Un saludo

    Escrito el 28 enero 2017 a las 13:05

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