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Víctimas y victimarios - por Galia

Web: http://poesiadesdeelsentimiento.blogspot.com.ar/

Víctimas y victimarios

Doce años ya han pasado y aún tengo esa mañana impresa en mi retina. Observo su alianza en mi dedo mayor, al lado de la mía y mi cerebro me grita viuda, sólo eso,una pobre viuda; la soledad me abrasa, resoplo y me pongo a cantar ese tango de Gardel que con voz nostálgica entonaba en ese trágico día: “Mi Buenos Aires querido”…
Aún conservo el talismán, una figura de la diosa de la fertilidad Astarté, esculpida en malaquita. Fue el regalo que me ofrendó antes de partir acompañado de la promesa de un pronto retorno.
Lo tengo colgado frente a la mesa del comedor para mirarlo en cada comida. Ahí está presente, revivando el fuego de un amor ausente, pero amor al fin.
Yo había guardado un secreto que lo acompañó hasta su tumba: nuestro hijo latía en mi vientre, noticia con la que pensaba sorprenderlo a su regreso. No pudo ser.
Juan tiene ahora 11 años y no deja de preguntar por su padre, quiere conocer rasgos de su personalidad ya que su aspecto físico lo recorre en viejas fotos amarillentas que él mira con fruición.
Yo lo observo con una mezcla de emoción y pena. Trato de compensar la ausencia con un exceso de sobreprotección y mimos.
Sus pedidos son para mí órdenes.
Precisamente ahora estoy envasando en un frasco la mermelada de naranja que acompañará sus próximos desayunos. Es la preferida de Juan y quiero agasajarlo.
Él no entiende el significado del amuleto que cuelga en la pared, es más, le tiene miedo.
Representa la diosa mesopotámica de la fertilidad.
Yo tenía problemas para la concepción y varios tratamientos resultaron infructuosos.
De ahí su obsequio que coincidió con el milagro de portar un ser dentro de mí.
Quizás debería habérselo comentado antes de su partida pero ya es tarde para arrepentimientos.
Mientras otro tango, "Caminito", suena en la radio, cierro los ojos y escucho e imagino la escena: Diego me da un beso apasionado, yo me cuelgo de sus hombros como no queriendo dejarlo partir, estoy a punto de revelar el secreto, pero mis labios se sellan.
Cierro la puerta, empiezo a canturrear y siento el chirrido de unos frenos y unos disparos después.
La abro, temblando, y veo a Diego tirado en un charco de sangre.
Los servicios de inteligencia le habían puesto el mote de subversivo, su nombre había aparecido en la agenda de un compañero muerto, y habían frustrado lo que para ellos era una presunta huída.
Cuando le atravesaron el vehículo, Diego descendió para inquerirles el porqué de la persecución y ahí no más fue acribillado.
A su lado yacían esparcidos los apuntes de la facultad, estudiábamos sociología, y los respuestos de automotor que trasladaba a una ciudad vecina y que pensaba vender para poder pagar la cuota mensual de la hipoteca.
Yo grito, grito con una estridencia que despierta a toda la vecindad, y caigo desmayada.
Por suerte, sobre mí no hay sospecha y me dejan seguir con vida.
Meses después, me desalojan y encuentro una vieja casona que alquilo hasta la fecha.
Con pena voy observando cómo la misma se va deteriorando y de noche, aún me espanta el chillido de uno que otro roedor que subyace bajo la escalera de madera.
Trato de borrar los recuerdos, observo su alianza, entono la voz y sigo cantando…

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6 comentarios

  1. 1. Cecilia dice:

    Tu historia es el retrato de una época que no necesita ser nombrada con fechas ni ubicación geográfica para reconocerla,y que permite vislumbrar historias humanas durante y después del horror,la pintaste así. Felicitaciones

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 20:13
  2. 2. Alejandra Romero dice:

    Es increíble, precioso… Me recuerda al sufrimiento que han pasado muchas personas cuando perdieron a sus parejas en las guerras o a manos de crueles asesinos.
    De verdad es precioso, te encoge el corazón.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 10:13
  3. 3. Alush dice:

    Estimada Galia:
    Me gustó tu cuento.Llevas al lector a vivenciar el horror de una época oscura.Se hace duro seguir leyendo pero los ojos corren al final buscando un final.
    Se hace facil sentir el dolor y la pérdida, en la forma que escribis
    Te sigo
    Un abrazo

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 22:36
  4. 4. amadeo dice:

    Galia:
    No hace falta explicar de que se trata. Los argentinos lo sabemos bien (Yo estudiaba en la facultad en esa época). Es un buen relato aunque no creo sea un “cuento” formal. Mi única observación es que hay muchos “me” y “mi” en el texto. (6 en el primer párrafo)

    Agradecido por tus comentarios en el mío, el 217
    Saludos
    Amadeo

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 11:46
  5. 5. Dante Tenet dice:

    Galia:

    Tu relato me toca muy de cerca.

    Pinta muy bien aquella época.

    Gracias

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 16:55
  6. 6. Patricia dice:

    Buenas Galia, me has conmovido.

    Tus palabras relatan recuerdos y sentimientos que parecen olvidados pero que siguen latentes para muchos.

    Sensibilidad y poesía dando lugar a tantas voces que fueran calladas.
    Felicitaciones!

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 18:04

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