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EL CAJON-TRAMPA - por LILA G

EL CAJON-TRAMPA

¡Qué hermosa mañana! Hace algo de calor, pero es lógico, hoy es doce de febrero.
Estoy sola en casa, y cada vez que esto ocurre aprovecho para bajar al sótano, donde siempre encuentro algo nuevo escondido en su desorden.
Mi madre no quiere que baje allí porque tiene miedo: la escalera está un poco desvencijada y cruje cada vez que pisas un escalón. Además teme que pueda haber algún insecto o roedor que me lastime.
En la pared de enfrente a la escalera, hay un pequeño tragaluz; la escasa luz que se cuela por sus sucios vidrios convierte el lugar en fantasmagórico. Llevo una linterna, por las dudas.
A la izquierda hay un viejo mueble de puertas labradas, muy antiguo, que perteneció a mi abuela.
Mi madre me contó que su madre guardaba un secreto en ese mueble, que tiene un cajón-trampa, pero yo nunca pude descubrir dónde está.
(A ver si hoy lo consigo).
Al abrir las dos puertas superiores tiene tres estantes, a lo largo, llenos de recuerdos de la abuela: libros, sombreros, el bandoneón de mi abuelo, que era músico, infinidad de partituras, y bufandas y pañuelos de ambos.
Debajo de las puertas, ancho como todo el mueble, hay un cajón, también lleno de cosas: cartas, alhajeros, guantes, y algunos documentos del abuelo. Mi abuela quedó viuda muy joven. Y no se volvió a casar.
El cajón emana un sutil aroma a naranja, muy peculiar, que me la recuerda.
En el fondo del cajón hay un frasco de vidrio, con tapón de corcho que no había visto antes. En su interior hay un papel doblado, marrón de tiempo.
Está escrito con la letra pareja y redondeada de mi abuela.
Le escribe a mi madre, es como un testamento, y, entre otras cosas le explica cómo funciona el mecanismo del cajón-trampa.
A ver…levantar… ¡ya está!…tirar hacia atrás… ¡no puedo!…un poco más… ¡ahí saltó! ¡Sí! Se abrió.
¡Oh! El lugar es pequeño, hay una caja roja, forrada de terciopelo que contiene un anillo… (¿Será la alianza del abuelo?), y una piedra azul, muy pulida. Y una carta.
Es de mi abuelo. Su letra es fina y oblicua. Es difícil de leer. Hay partes que no se llegan a ver…
“…y esta piedra es mi regalo para ti, amor de mi vida. … Es un talismán… Cada vez que la tengas en tus manos, oirás mi voz…la música de tu tango preferido…tu perfume me…cuanto te quiero…”

Mi madre acaba de llegar. Oigo las llaves en la puerta.
Tengo que apurarme, cerrar todo y subir. No quiero que me reprenda por haber bajado sin su permiso.

Arriba, en la radio, está sonando “Naranjo en flor”, el tango preferido de mi abuela.

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5 comentarios

  1. 1. Maria Jesús dice:

    Muy bonito, mitad misterioso, mitad evocador.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 20:50
  2. 2. Débora dice:

    He disfrutado mucho leyendo esta escena, ha conseguido que visualice en mi cabeza lo que estaba leyendo. Si te sirve, a mí me resulta más atractivo utilizar menos comas haciendo frases un poco más largas lo que me proporciona mayor sonoridad en el texto.

    Espero que sirva.

    Un saludo 🙂

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 20:00
  3. 3. Eveluna dice:

    Hola, Lila
    Esta es mi primera participación en el taller de Literautas, tanto presentando una historia (#61) como comentando.
    Me gustó mucho tu relato. Me he imaginado todo el lugar, y al ir bajando las escaleras, sentía ganas de conocer lo que había en el mueble.
    Quisiera aportar un poco en cuanto a una frase que me hizo algo de ruido:
    “pero yo nunca pude descubrir dónde está”, pienso que suena mejor: pero no he podido descubrir dónde está.
    Nos introduces que el abuelo era músico en la párrafo dónde muestras las cosas que va encontrando el mueble. A mí me parece que puedes ponerlo entre paréntesis, o indicarlo en otra parte, o cambiar el orden de las cosas que se encuentra. Es sólo una sugerencia.
    Me encantó la evocación del aroma a naranjas, además de poner a fluir todos los sentidos del lector, le da un toque mágico. Con todos estos años, aún tiene un aroma a naranja.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 14:42
  4. 4. Andrea dice:

    Qué bonito relato! El ambiente del sótano, el viejo mueble olvidado, la joya escondida, la carta de amor… hablan de una historia de otro tiempo.
    Yo, personalmente, le hubiera quitado la frase entre paréntesis (Aver si hoy lo consigo). Parece que me sacó un poco del sueño y más o menos el lector ya se hace una idea de las intenciones del narrador.
    Genial la atmósfera misteriosa y como la rompes con la llegada a casa de la madre.
    Un saludo,

    Andrea

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 16:51
  5. 5. Laura dice:

    Hola Lila.
    Has escrito un lindo relato, muy intimista, de fácil lectura.
    En cuanto a lo formal, creo que repiten varias veces la palabra cajón, a pesar de que en torno a ese objeto gira la historia.
    Me pareció un poco innecesaria la parte entre paréntesis. Tal vez de alguna otra forma hubiese quedado mejor inserta.
    Hermosa inserción del aroma a naranjas del cajón.
    Por lo demás, nada que señalar.
    Sigue escribiendo

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 11:09

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