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Road movie - por novel_madriles

Era un secreto a voces. Su relación con Carla había llegado a su fin. Una mañana ella se presentó sin más, con la demanda de divorcio y ahora, doce semanas después, él estaba en la calle. Junto a él, dos maletas con sus pertenencias. Se dirigió a la pensión que había buscado previamente, porque asumía que iba a perderlo todo, y después volvió a recoger su moto. Estaba aparcada en el garaje de su exmujer. El casco, regalo de ella por su cumpleaños, y el anillo de bodas, eran los únicos recuerdos que le quedaban. Dejó el casco encima del coche, y se puso el suyo de siempre, con la calavera pintada atrás.

Tras el divorcio, pasó unos meses hundido en la más completa depresión, era como un barco a la deriva, directo hacia los arrecifes. Poco a poco sus amigos, el trabajo y el día a día consiguieron sacarle a flote. Pero él seguía triste, apático, se sentía como un roedor atrapado en una jaula. Todo lo que le rodeaba le estaba asfixiando. Pensó en hacer un viaje sin rumbo, a lomos de su moto, para volver a encontrarse. Esos viajes, que no le eran nada extraños, siempre le habían servido como un talismán en sus momentos más bajos.

El día de la partida, descendió los peldaños de la escalera de la pensión pesadamente, despidiéndose de aquel sitio, y se acercó al mostrador de la recepción. La dueña, una viuda oronda, le miraba con indiferencia. En todo el tiempo que había pasado alojado allí no había causado problemas, pero ese tipo no le acababa de gustar. Tenía algo que le recordaba a los corderos cuando los llevan a degollar, no tenía brillo en la mirada, no tenía personalidad. Cuando le comunicó que se iba de viaje, ni se inmutó; la habitación estaba pagada por dos meses más.

Arrancó la moto, sintiendo su rugido por todo el cuerpo, subiéndole las pulsaciones. Siempre había disfrutado con esos viajes, la moto le proporcionaba una sensación de libertad difícil de explicar. Salió a mediodía tranquilamente, disfrutando del paisaje y de la conducción. Por el camino saludaba a otros lobos solitarios como él, miembros de una manada numerosa, rodando en busca de sus sueños. Paró varias veces a repostar, a tomar café, siempre disfrutando de su máquina. El atardecer le alcanzó subiendo un puerto de montaña. Paró a un lado y se dispuso a disfrutar con aquella espectacular puesta de sol. El cielo se había tornado de color naranja, y las pocas nubes existentes le acompañaban con su color violáceo. Poco a poco iba oscureciendo y cuando anocheció del todo, en un momento de lucidez, decidió romper con su pasado reciente. Se quitó la alianza del dedo y, tras mirarla un rato como si le estuviese contando sus secretos, la arrojó lo más lejos que pudo.

De vuelta a la carretera, siguió su viaje poco tiempo más, no le gustaba conducir de noche, y llegó a un hotel. Desde ese momento, liberado de sus ataduras pasadas, ya podía reflexionar sobre su futuro, sobre cómo rehacer su vida. Pero eso sería destapar el frasco de las esencias y era tarde, estaba cansado.

Subió con paso tranquilo a la habitación, dejó su equipaje sobre la cama y se dio una ducha reparadora. Se arregló con parsimonia y bajó a cenar. Se sentó a la mesa sin prisa, relajado, dando buena cuenta de la comida y la botella de vino. Desde luego, ese día estaba disfrutando todos y cada uno de los momentos. Luego pasó al pub y pidió una copa. Observando a la clientela, se dio cuenta que se estaba haciendo mayor. Aunque todavía conservaba un cuerpo atlético, se notaba gastado, sin ilusión. Ni siquiera la vista de aquellas jovencitas le lograban animar. Siguió bebiendo con calma, degustando la copa, no quería subir a la habitación. Ese momento lo iba a disfrutar conscientemente, lentamente. Además, no quería dormir. Tenía muy presente aquella letra del tango de Gardel, donde decía «Tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdos encadenen mi soñar».

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7 comentarios

  1. 1. Jesús Almibre dice:

    Tu relato tiene un olor a melancolía, que con el tango de Gardel se hace más intensa.

    Gracias por tu comentario. En realidad puse una “e” en vez de una “a”…lo cierto es que se trata de una historia que tiene su raíz en la vida de una persona conocida.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 21:41
  2. 2. Patygut dice:

    Me gustó tu historia, transmite la sensación de estar sin rumbo y su deseo de encontrar in nuevo camino.

    A modo de crítica, creo que el tercer párrafo se entremezclaron un poco los personajes, faltaba separarlos con otros signos de puntuación, como comillas, para retratar las aclaraciones.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 04:21
  3. 3. SanJuanDweller dice:

    Hola, me llamó la atención el título. No hace mucho vi “Kings of the Road” y supe que es todo un género esto de aventuras en la carretera (de personas particularmente solitarias).

    Me agradó darme cuenta, sugerido por varios momentos clave, la especial relación de este hombre con su motocicleta. El casco que le regaló su exmujer, lo deja atrás como un trasto de garaje…y se lleva el suyo, el de la calavera, el que no usaba por causa de Carla. La sensación de complacencia al prender la moto, ¡excelente! Y a frase poderosa: “Por el camino saludaba a otros lobos solitarios como él, miembros de una manada numerosa, rodando en busca de sus sueños.” Wow, para mí que lo que necesitaba y quería este hombre mayor era eso, estar sólo y descubrirse a él mismo, o mejor, volverse a encontrar.
    Te felicito.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 00:51
  4. 4. Berundgaar dice:

    Madre mía.
    ¿tú me conoces de algo?
    ¡Ese hombre soy yo!
    Excepto por lo de la pensión y porque mi moto es de escasa cilindrada y no haría un viaje largo con ella… acabas de retratar los últimos meses de mi vida.
    Bueno, yo estoy ya algo más animado y no me veo como un roedor en mi jaula, pero por lo demás todo igual, aunque mi casco no lleva calaveras.
    Enhorabuena. Tal vez mi crítica sea algo parcial, pero de verdad que me has emocionado.
    Si quieres pasarte por mi relato esta vez estoy en el 23.
    Mil gracias, Novel.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 09:29
  5. 5. novel_madriles dice:

    Amigos, gracias por vuestras críticas. Un saludo.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 17:11
  6. 6. Maria Jesús dice:

    Me ha gustado mucho, mucho. Un relato bien narrado, fácil de entender y que transmite lo que siente el protagonista en todo momento. Felicidades.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 19:46
  7. Hola novel!!

    Muchas gracias por tu comentario y por seguir leyéndome!

    Tu relato me ha gustado,una buena manera de romper con el pasado.

    Un saludo!!

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 19:02

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