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La danza de la viuda. - por Piquillín
La viuda juega conmigo como un gato con un roedor, sólo quiere incomodarme sino que justifica que luzca la alianza que compartía con su amado esposo.
Sigilosamente baja por la escalera, sin dejar de mirarme a los ojos, contornea sus caderas y exhibe el regalo del difunto en el anular derecho.
Esta mañana está particularmente hermosa, sabe que la amo en secreto y no deja de seducirme.
Yo me encuentro en la cocina del conventillo preparando un jugo de naranja para el desayuno y no puedo dejar de mirar su pausado andar.
Desde que llegué a “El Talismán”, me impactó la belleza y sensualidad de la dueña; luego me fui enterando que era viuda, y demás detalles de su vida que llevaron a que mi corazón se encuentre cautivado por ella.
Pero lo de anoche no me lo puedo olvidar, bailar un tango con la agasajada en su fiesta de cumpleaños fue mi mejor hazaña. Me veo allí en el medio del salón: Ciñendo su cintura, mirándola a los ojos, firme mi torso, sintiendo su cuerpo dejándose llevar por mis movimientos. En el instante que bailamos la pieza, todos habían desaparecido, sólo estábamos nosotros dos, en el comedor, que me pareció inmenso.
Para ella ¿habrá sido solo una danza bien bailada o algo más? ¿Cuándo lo sabré?
Baja los últimos peldaños y se acerca hacia donde yo me encuentro:
—Te espero a las doce de la noche en mi habitación—me susurra en el oído en un tono claro, seguro, preciso; como para que no queden dudas.
Me entrega el anillo y me aclara:
—Haz lo que quieras con él, ya no lo necesito.
Me quedo en silencio, mirándola.
Preparándome para la cita, imaginando como será, paso el período de tiempo que resta hasta las doce de la noche.
A la hora indicada, golpeo la puerta de su habitación, descubro que está abierta, entro.
—Cerrá con llave—escucho que me dice desde el baño—
—Te dejé un trago sobre la mesa de luz—acota
Tomo el vaso indicado con el líquido y me lo bebo de un sorbo.
Dejo el recipiente vacío en un mueble contiguo y veo una libreta con una lista que incluye tres nombres, el tercero y último es el mío; al lado hay un frasco abierto, leo la etiqueta, dice: “botulinum”.
Hola Piquillin
Para matarlo o para conservarlo con botox?????
jajaja… para matarlo, busqué en internet es el nombre de un veneno.
Qué crueldad Piquillín, no será esa, por un casual, la Cenicienta Negra, verdad.
Tienes que poner nombre a tus personajes, es una sugerencia, así se hacen más vívidos, cercanos y reales. Y por ponerle algún pero, completa la trama de la historia con el leitmotiv de las muertes de sus víctimas.
Un abrazo y enhorabuena por el reto.
sino que justifica que luzca la alianza que compartía con su amado esposo.-Yo a aesto le pondria interrogaciones, creo que quedaria mejor en plan asi:
La viuda juega conmigo como un gato con un roedor, sólo quiere incomodarme ¿sino que justifica que luzca la alianza que compartía con su amado esposo?.
Sigilosamente-en los consejos que he leido desaconsejan el uso de mente, es mas, queda mejor asi:Sigilosamente baja por la escalera, sin dejar de mirarme a los ojos,
Con sigilo baja por la escalera, sin dejar de mirarme a los ojos,
y demás detalles de su vida que llevaron a que mi corazón se encuentre cautivado por ella.
y algunos detalles de su vida que llevaron a que mi corazón se encontrase cautivado por ella.
aparte de eso me ha gustado bastante, siento si no puedo decirte mas por que soy bastante novata en esto, mucha suerte y a esforzarse en mejorar.
Que tal Piquillin.
Esta es mi opinión.
Excelente estructura del relato, va llevando al lector a través de un juego de emociones que van aumentando de intensidad conforme avanza el mismo.
La atmósfera te envuelve y vives las sensaciones junto con el personaje.
Me impactaste con el final, no lo esperaba, mueres con el personaje.
Gracias por compartir estas historias.
Felicidades y nos leemos en el próximo reto.
Hola Piquillin:
Me encanto tu relato, me gusta como te intriga y te invita a seguir leyendo.
Concuerdo con Patricia en que esta parte deberia tener signos de interrogación.
La viuda juega conmigo como un gato con un roedor, sólo quiere incomodarme ¿sino que justifica que luzca la alianza que compartía con su amado esposo?.
El final es impresionante, no me lo esperaba en lo absoluto, asi que felicitaciones por este gran texto.
Te invito a pasarte por el mio soy tu vecina del 41.
Hola Piquillín.
La viuda va a perder otro cliente luego de disfrutarlo.
Tal vez lo único hablado ( no puedo hablar de diálogo ya que sólo la viuda hace uso de la palabra)¡deba ir todo junto, sin pasar al renglón siguiente?. Pienso que podría haber ido de este modo:
— Cerrá con llave —escucho que me dice desde el baño.— Te dejé un trago sobre la mesa de luz —,acota.
La separación entre ambas oraciones me había hecho pensar que se trataba del caballero quien dejaba el trago pero luego descubrí que era ella misma. De todos modos, hay una entrada más que jugosa sobre los diálogos en el blog de Literautas.
De todos modos, un hermoso relato que se lee sin interrupción alguna.
Gracias por los comentarios, me sirven muchísimo y me animan a seguir escribiendo.