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El Gigoló - por Rayen

El Gigoló

Alex sale de la tina de baño, se mira en el espejo para afeitarse prolijamente. Cuando termina se embetuna con crema muscular, como todos los días. Luego saca del closet una tenida casual pero muy cuidada en los detalles.
Coloca su talismán en el bolsillo y abre el computador para volver a leer la carpeta sobre su nueva clienta, sus estudios, gustos, música, comidas, distracciones, amistades y un sinfín de otras cosas útiles para conocerla.
Él es un gigoló de renombre, dentro del ambiente adinerado de la sociedad Argentina. Las damas lo regalonean para no ser borradas del celular como contacto. Alex les da confianza, con él, todo secreto está salvaguardado.
Alex volvió al dormitorio, se miró al espejo, tomó el frasco de Carolina Herrera y se roció hasta quedar envuelto en un aura aromática. Cuando estuvo listo subió al ascensor y bajó los doce pisos de su edificio.
Ya en la calle condujo el Mustang rojo a la dirección de su cliente. Por primera vez él, era el regalo de cumpleaños de una viuda joven y se sentía un poco nervioso, no era su estilo. Pero las amigas habían insistido y él no podía resistir la tentación de algunos billetes extras por conquistarla. Ellas habían insistido que Diana debía pasarlo bien, es más una de ellas conocía íntimamente a Alex como cliente habitual, de manera que había cedido una sesión para su amiga.

Diana es una mujer muy alegre, viuda más de cuatro años, con una situación económica acomodada. Que se dedica a dirigir de lejos las empresas de su marido, pinta acuarelas y a jugar tenis o golf con sus amigas.
Cuando el timbre de una antigua casa de Palermo suena, ella se saca la cotona de pintar y el palillo que afirma un moño provisorio.
La puerta se abre y aparece esta hermosa mujer que lo mira curiosa, sorprendida y sonriente.
—Hola soy Alex.
—Hola adelante, dijo Diana, haciéndose un lado.
—¿Estas pintando? Preguntó Alex acercándose al atril.
—Sí, próximamente instalaré una exposición en El Tigre.
—¿ Y que pintas preferentemente?
— Marinas, cuando dibujo a lápiz, me gusta hacerlo desde mi casa del Tigre. Ahí me asomo a la ventana y tengo el cuadro listo.
— Pienso que la acuarela te permite dar la transparencia perfecta del agua.
— Si te gusta la pintura, vamos a ver las que tengo arriba en la buhardilla.
Diana puso la mano izquierda en el pasamano de la escalera y Alex se fijó.
— Aún usas la alianza de matrimonio.
— Sí, es costumbre.
Antes de abrir la puerta, Diana la golpeó con el pie.
—Estos golpes son para disuadir al contingente roedor de entrar al lugar, dijo y ambos rieron.
Mientras Diana muestra los cuadros, Alex coquetea descaradamente.
—¿Qué prefieres, nos quedamos esta noche aquí o vamos a ver bailar tango a la Boca?
—Vamos a la Boca y a comer dijo Diana.
—Mañana podríamos hacer el panorama diferente.
—¿Mañana? — Te recuerdo que tú contrato es por la noche de mi cumpleaños.
—No es cuestión de dinero, ni contrato, me gustaría seguir viéndote.
Alex se sentía realmente atraído por Diana, pero ella era cauta y dejó claro que sería una cita de amistad.
— No acostumbro a tener sexo con desconocidos.
La vida de ambos fue cambiando, las citas en el celular de Alex se empezaron a teñir de rayas, cancelando a las clientes y las amigas de Diana reclaman su presencia en los equipos de tenis o golf, las salidas por las noches a beber y conversar. De pronto la relación se fue haciendo más estrecha y Alex cerró sus citas en el celular. Los fines de semana pasaron hacer románticos a orillas del Tigre en una fastuosa casa de propiedad de Diana.
Esa noche después de hacer el amor, Alex se despidió para volver a Buenos Aires y hacer unos trámites de tipo financiero y traer la correspondencia de Diana, pero volvería al día siguiente. La partida se dificultó, ya no es posible vivir separados.
Cuando Alex volvió entró en la mansión y el jardinero lo saludó desde lejos. Mientras subía al dormitorio encontró una naranja en el suelo, abrió la puerta y se la tiró a Diana que estaba en la cama, pero ella no se movió. Entonces él se saca los pantalones y se lanzó sobre ella a la cama asustándola, pero Diana no se movió entonces Alex se percata que sus manos están manchadas con sangre…

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7 comentarios

  1. Hola Rayen, soy tu vecina de arribaa y me toca comentarte. ¿No es tan fácil escribir en presente, verdad? Encuentro que has pegado unos saltos del presente al pasado y vice versa, que no me he podido figurar a qué criterio respondían. Empiezas describiendo tu personaje y sus preparativos matutinos en presente y de repente saltas al pasado. ¿Qué ocurrió entre “sale de la tina” y “volvió al dormitorio” que justifique este salto a otro tiempo verbal? Uno se pregunta si fue por escribir de prisa y no releer o si tenía una intencionalidad oculta. si es lo primero, defrauda ya que comentar un texto es un trabajo y requiere una dedicación.
    Hay expresiones sintácticamente deficientes, como “viuda más de cinco años” que necesitan ser reescritas, por ejemplo “viuda desde hace más de cinco años”; “hacer el panorama”, ¿no sería “Hacer un programa diferente”?
    ” La vida de ambos fue cambiando, las citas en el celular de Alex se empezaron a teñir de rayas, cancelando a las clientes y las amigas de Diana reclaman su presencia en los equipos de tenis o golf, las salidas por las noches a beber y conversar”: aquí, no entendí “teñir de rayas”. Además fue cambiando y reclaman su presencia, cancelando, tres tiempos diferentes en la misma frase, frase demasiado larga y poco clara por lo demás. Quiero pensar que no te has releído, y te animo a hacerlo la próxima vez. Las faltas tan seguidas hacen la lectura tediosa y estropean el placer de leer.
    El tema que has tratado puede tener su miga, un gigolo que se enamora de una clienta joven (que no era su perfil, ¿por cierto no dices cual era su perfil, serían las maduras? Entonces sus amigas eran mayores que ella?). No se, se requiere un poco más de explicación aquí, en mi opinión, y menos en cuanto a lo que pinta y a la transparencia de la acuarela que no le hace mucho a la trama. Me gustó como introdujiste al roedor pero no como metiste a la naranja. El final me pareció desencajado en el resto de la historia: no sabemos porqué ocurre, nada lo deja presagiar y tampoco viene ninguna explicación después.
    Está bien ir a ver bailar tango a La Boca, me parece un buen plan. Un barrio muy pintoresco que tuve ocasión de ver … sin adentrarme en sus tabernas. Qué pena. La historia, la ambientas bien en general y te podría salir interesante si cuidaras un poco más la escritura, la coherencia y los saltos de tiempos que es cosa exagerada. Bueno, nos leemos, saludos.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 17:44
  2. 2. guiomar de zahara dice:

    ¿Que tal Rayen?Tu historia la he comprendido y he tratado de leerla de un tirón… pero los verbos no se corresponden en el tiempo, tienes varias palabras repetidas, y lo que dificulta algo la lectura,
    A mí personalmente, es se me hacen extrañas muchas de tus frases, que por el contexto comprendo, pero al no usarlas…
    Si vives en Argentina, vos debéis continuar así, pero si estás en España tenéis que cuidar los giros.
    Esto ya te lo ha explicado María.
    Por lo demás bien.
    ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 15:36
  3. 3. Ulises Vidal dice:

    Hola Rayen!
    Es interesante la historia pero has usado incorrectamente los tiempos verbales y eso dificulta la lectura. Por ejemplo, comienzas describiendo el personaje en presente, luego pasas al pretérito perfecto simple y pluscoamperfecto para después volver al presente. Además, el adetivo “argentina” como tal desbe escribirse con minúscula. Muy acertado la introducción de la palabra “roedor”. No me ha gustado el modo de introducir “naranja”, es un modo agresivo de comunicarse con la mujer que ama a pesar de que deba cumplir la consigna.
    Respecto de los personajes, posiblemente más que narrar debiste de haberlos mostrado en acción, diálogos en diferentes situaciones para entender como a pesar de no ser el tipo terminan tan enamorados.
    Creo que es un poco traído de los pelos, el final.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 21:57
  4. 4. Rayen dice:

    Había escrito el cuento con anticipación y lo mandé pensando que lo tenía listo, reconozco mi error y lamento que perdieran el tiempo leyendo. Pero creo que todo se puede decir con humildad, sin ser agresivo, siempre encontraran alguien que sabe más que ustedes. La critica me ayuda muchas gracias. Saludos

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 21:02
  5. 5. Laura dice:

    Hola Rayen.
    Coincido con las críticas anteriores.
    Me gustó el detalle del principio donde detallas con simples hechos el carácter de su trabajo, pero creo que es innecesario lo de las marca del perfume.
    Con respecto a la sociedad Argentina, en este caso argentina va con minúscula, no es el nombre del país, es un adjetivo para el sustantivo sociedad.
    Los tiempos verbales confusos dificultan la lectura; en una misma oración comienzas en pasado y sigues en presente ( …él se saca los pantalones y se lanzó sobre ella a la cama asustándola,…)Aquí, más que asustarla, intentaba asustarla, teniendo en cuenta que ya estaba muerta, o casi.
    La idea estaba bien planteada. Si cuidas los detalles puede ser una gran historia

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 11:33
  6. 6. Maria Jesús dice:

    Me ha gustado mucho el toque glamouroso que le das al relato, en cuanto a que el protagonista sea un gigoló me ha interesado desde el principio pues yo tengo escrita una novela que habla sobre uno. El toque trágico del final no me esperaba, me deja con ganas de saber qué ha pasado. Felicidades.

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 19:36
  7. 7. Vespasiano dice:

    Hola Rayen:
    Estoy escribiendo con movil y no estoy comodo pues no encuentro tildes y otros signos gramaticales, me sobran letras y al final borro mas que escribo.
    Estoy de vacaciones desligado del mundo y sin mi ordenador.
    Ahora quiero agradecerte que he aprendido el significadp de palabras tales como: “tina”; “closet” con acento en la “o”; “cotona”.
    Por otro lado veo: “pasaron hacer”, cuando deberia ser: “pasaron a ser”.
    Tambien me parecen excesivas las repeticiones del nombre del protagonista.
    Sobre tiempos verbales ya te han aconsejado otros companeros.
    Tambien dices que esta pintando marinas con lapiz y despues hablas de transparencia del agua favorecidas por la acuarela.
    Bueno, resumiendo, tu historia me ha gustado pero me queda la incognita de la muerte de la mujer.
    Felicidades.

    Escrito el 2 marzo 2017 a las 20:31

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