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Adiós, amor - por Luchiflús

Web: http://losviajesdeluchiflus.blogspot.fr/

Es una mañana fría, sin nubes. En el cielo despejado el sol brilla sin fuerza y sus rayos apenas calientan los rostros serios de los presentes. Agradezco poder llevar gafas de sol, negras, opacas, que protegen mis ojos hinchados, rojos de tanto llorar, de los juicios y habladurías. La misa ya ha terminado. Ahora andamos en procesión fúnebre hasta el nicho. Sigo a los familiares y amigos a cierta distancia. No sé si saben quién soy; a algunos los conozco poco, a otros, solo de vista. La comitiva se detiene frente a dos huecos vacíos: los únicos libres en la pared de lápidas pulidas y blancas que reflejan la luz naranja del sol. Son los espacios reservados a Ernesto Torres y Mercedes Aguilar.

Me aferro al talismán que llevo en el bolsillo del abrigo. Al contrario que los demás asistentes, yo he acudido sola al entierro, sin nadie que me sujete del brazo o me apriete la mano para darme aliento. No he traído a nadie porque nadie conoce mi tragedia. Tengo miedo de desplomarme aquí mismo. Me he prometido que no voy a montar un espectáculo: por la memoria de Mercedes y todo lo que luchamos para mantener las apariencias.

Mercedes, tan llena de vida y energía, ahora yace en ese ataúd de madera que llevan a cuestas los hombres. La suben en volandas y la encierran en ese hueco minúsculo que hay en la pared. A la izquierda sigue abierta la cavidad reservada a su marido, Ernesto, que ahora mira sin mirar cómo el empleado del cementerio sube la escalera y empieza a enyesar la pared. Durante la misa no paraba de contemplar su alianza, lo he visto desde atrás. Daba vueltas a la sortija en su dedo, como preguntándose…

Mercedes y yo teníamos doce años cuando nos conocimos. Ella había venido a la droguería de mi madre a comprar un frasco de colonia para su abuela, un regalo de cumpleaños, dijo. La primera vez que la vi me pareció que tenía cara de roedor: las palas más grandes que el resto de dientes, y ojos pequeños e inquietos, que seguían atentos todos mis movimientos mientras le enseñaba los perfumes. Años más tarde le atribuí el apodo de «ratita», cuando ya compartíamos aquel terrible e inconfesable secreto.

Aprieto con tal fuerza el talismán que me clavo las uñas en la palma de la mano. Es lo único que me queda para recordarla. Pensar esto hace que sienta el escozor en los ojos hinchados. Uno de los asistentes ha empezado a tocar una melodía triste y mortecina al acordeón. ‘Eso está mal’, me dan ganas de decirle. Debería tocar un tango: a Mercedes le habría gustado más. Al fin y al cabo, su propia vida había sido como la melodía desgarrada de una pasión imposible.

Ya se empiezan a ir los asistentes. Pasan por mi lado sin conocerme. Solo quedamos, al final, Ernesto y yo. Se detiene unos instantes frente a mí. Me mira con repugnancia. Parece que quiera escupirme, pero se contiene. Después, también se va. Levanto la mirada hacia el agujero donde Mercedes queda tristemente y por siempre encerrada. Debería ser yo quien descansara a su izquierda, respetando incluso así el lugar que cada una ocupábamos en la cama. Ese hueco debería ser para mí, la verdadera viuda. Ya no aguanto las ganas de llorar y rompo en sollozos.

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10 comentarios

  1. 1. Yoli dice:

    Hola, Luchiflus.
    Tu relato es bonito y a la vez triste, plasmas muy bien el dolor de la mujer y el tener que guardar sus sentimientos para que no se descubra el secreto. Me ha gustado.
    Saludos.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 14:27
  2. 2. Doralú dice:

    Hola Luchiflús,
    Te felicito por la estructura, la manera de contar, la facilidad con que se lee tu relato. Muy triste, se me aguaron los ojos ante el dolor de la viuda. (Ojo: me gustó mucho)
    Muy buena la manera de ir descubriendo el personaje de la viuda. supiste trasmitir la soledad, la impotencia, el dolor de la pérdida y el mantener la dignidad ante el esposo.
    Un abrazo!

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 03:07
  3. 3. Almouadillah dice:

    A mi también me ha gustado la descripción que haces, es fácil meterse en el papel del personaje y empatizar con sus sentimientos.
    ¡Saludos!

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 20:02
  4. 4. Luchiflús dice:

    ¡Muchas gracias, Yoli, Doralú y Almouadillah!
    Si tengo tiempo me pasaré pronto por vuestros cuentos 🙂

    Nos leemos,

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 10:15
  5. 5. LUIS dice:

    Hola, Luchiflús, gracias por pasar por mi escrito y por la dedicacion que les has empleado. Tu historia me ha gustado mucho. Frases muy bonitas y bien descritas, aunque para mi gusto demasiadas, ya que tapan la esencia del momento. Un abrazo

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 14:08
  6. 6. Luchiflús dice:

    Hola Luis,
    Muchas gracias por pasarte! Es cierto que tal vez las descripciones eclipsan un poco el conflicto de la historia… Lo tendré en cuenta para próximos relatos 🙂
    Nos leemos,

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 09:50
  7. 7. Cryssta dice:

    Hola Luchiflús, tu relato me ha gustado mucho y además está muy bien escrito, felicidades.

    En cuanto a los mejorables yo solo cambiaría una cosa: “mira sin mirar” por “mira sin ver”

    Nos leemos en el próximo relato.

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 12:53
  8. 8. Luchiflús dice:

    Hola Cryssta,

    ¡Muchas gracias por pasarte y dejarme un comentario!
    Nos leemos 🙂

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 17:25
  9. 9. Anael dice:

    ¡Hola Luchiflús!

    Vengo a devolverte la visita, ¡muchas gracias por tu comentario! Venía dispuesta a repartir una ración de lentejas, pero veo que no es necesario 😉 Escribes muy fluido, con buen ritmo y puntuación, da gusto perderse entre tus letras para vislumbrar la escena que nos muestras sin darnos tropezones con errores de revisión. Perfecto.
    En cuanto a la historia, me encanta la dignidad de la protagonista. Todo ocurre entre silencios, miradas y fingimientos. Es una verdadera dama que sabe lo que es el amor, el dolor y las normas de la vida. No sé porqué ha hecho aparecer en mi mente la imagen de una dama inglesa, fría por fuera y apasionada por dentro.
    Muy buen relato, felicidades. Sigue escribiendo así de bien.

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 1 marzo 2017 a las 13:19
  10. 10. Luchiflús dice:

    Hola, Anael
    ¡Muchas gracias por pasarte y por tu comentario! 🙂
    La verdad es que la historia me la imaginaba más bien en España, pero no en la actualidad, sino hace 20 años. De ahí que las apariencias también fueran muy importantes, pero es cierto que da el perfil de señora inglesa anteponiendo lo “correcto” a los sentimientos, no se me había ocurrido!
    En cualquier caso, muchas gracias por tus halagos 🙂
    Nos leemos!

    Escrito el 1 marzo 2017 a las 13:40

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