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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Empapelado - por Almouadillah

El roedor de la escalera guarda en secreto un frasco con un talismán. Una mañana, a las doce, una viuda se lo dio como regalo, sellando así su alianza bailando un tango y comiendo naranja.
“¿Habrase visto frase más absurda que esta? Este hijo mío empieza a estar desbordado por esa creatividad suya. Vale que quiera ser actor o artista de circo o ¡incluso detective! Pero esto ya se pasa de castaño oscuro. ¡Empapelarme la casa de esta manera!
Supongo que querrá recordar algo o serán nuevas ideas para una de sus redacciones del colegio pero…”.
Simón entra en el cuarto de baño y prepara el cepillo de dientes. Alza la mirada hacia el espejo y ¡zas!
El roedor de la escalera guarda en secreto un frasco con un talismán. Una mañana, a las doce, una viuda se lo dio como regalo, sellando así su alianza bailando un tango y comiendo naranja.
– ¡Javier! Ya no puedo ni lavarme los dientes. Tu frasecita está por todas partes.
– Lo siento, papá. Cuando surgen las ideas es mejor anotarlas antes de que se te olviden y ya no puedas hacer nada con ellas.
– ¿Puedo quitar esta nota de aquí? Necesito afeitarme y lavarme los dientes y con esta cosa amarilla en medio seguro que me dejaré la cara echa un cromo.
– Sí, papá. ¿Qué te parece la frase? ¿Es original?
– Cuanto menos, rara: “El roedor de la escalera….” ¿no tendrás por ahí guardado ningún ratón, verdad? Mira que tu madre les tiene pavor.
– No, papá.
– “…bailando un tango”, aún recuerdo aquella vez que viajamos a Argentina. Tú aún no habías nacido y mamá y yo fuimos a uno de esos locales musicales e intentamos bailar uno pero lo nuestro nunca fue el baile.
¿Y la señora esa? ¿Quién es? ¡No habrás ido a su casa! Por muy viuda, simpática y anciana que sea, sigue siendo una desconocida.
– Tranquilo, papá. Sólo son palabras.

Simón continúa acicalándose. Hoy tiene una reunión importante aunque, de ganas, se quedaría en casa descansando. Trabaja demasiado. “Menudas ojeras tengo y estas arrugas ayer no estaban aquí”, piensa. “El día menos pensado ya estaré firmando la jubilación, ¡cómo pasa el tiempo!”.

Se coloca la corbata y encuentra a Javier en el quicio de la puerta.
– ¿Estás listo, papá?
– Sí, hijo. ¿Hoy no llevas mochila?
– No, papá. ¿No te acuerdas de que me tienes que llevar al médico antes de ir a trabajar?
– ¡Es verdad! Venga, cojo las llaves del coche y nos vamos.
Simón se dirige a la puerta y al girar el pomo otra notita amarilla se le queda pegada en la mano:
El roedor de la escalera guarda en secreto un frasco con un talismán. Una mañana, a las doce, una viuda se lo dio como regalo, sellando así su alianza bailando un tango y comiendo naranja.
Mira a Javier con severidad y éste se sonroja ligeramente. Le remueve el cabello y le dice: “Cuando volvamos tienes que recoger todo este desastre ¿vale? Si no, mamá se enfadará”.
– ¡Vale!

Media hora más tarde, están sentados en la consulta de la doctora Casas.

– Hola Javier, hola señor Martos. ¿Cómo estáis?
– Muy bien.
– Sí, sí, muy bien aunque este chiquillo sigue sumergido en esa imaginación suya tan desbordante. Esta semana nos ha empapelado la casa.
– ¿Ah, sí? ¿Cómo?
– Deja notas pegadas en paredes y objetos con la misma absurda frase.
– ¿Y qué decía exactamente?
– No sé. Chiquilladas, algo de irse mañana a las doce a Argentina con una señora viuda que bailaba el tango con un ratón.

Javier palideció por un instante.

La doctora Casas le tomó cariñosamente de la mano y susurró: “No te preocupes, no es tan grave. Mezcla conceptos pero al menos recuerda muchas de las palabras. Sin embargo, debes prepararte. El camino será largo y las lagunas de memoria, cada vez mayores”.
– Muy bien, señor Martos. Por hoy hemos terminado. Nos vemos de nuevo la próxima semana.

Mientras salían a la calle, Simón le dijo a su hijo: “No sé por qué te gusta tanto venir a esta consulta, ni por qué insistes en que venga yo en lugar de tu madre, son una pérdida de tiempo”.

– La doctora Casas me cae bien, además me recuerda a mamá.
Una sonrisa triste cruzó el rostro de Simón. Javier le agarró con fuerza la mano y cogió las llaves del coche.

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18 comentarios

  1. 1. Eteivi Karina dice:

    Bueno, me corresponde comentar y aquí estoy:

    Me perdí un poco en la idea central del cuento… no se si el padre tiene Alzheimer o alguna especie de locura y el hijo le pega los papelitos para ayudarle a recordar… no sé si la doctora es la madre de Javier el protagonista o si esta falleció… y no entiendo mucho el sentido de la frase que definitivamente suena medio absurda o algo forzada por tal de colocar las doce palabras…

    La idea no está mal, pero creo que podría trabajarse con un hilo central más lineal..

    En cualquier caso, aquí estamos para aprender y las doce palabras que deben estar si que están…!

    Saludosss

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 22:52
  2. 2. Almouadillah dice:

    Hola, muchas gracias por tu comentario.
    Sí, la idea es que el protagonista tiene principio de alzheimer y su hijo le acompaña a las sesiones de la doctora. Pero él trata a su hijo como si aún fuera un niño y su esposa ya está muerta. Al final, al decirle que le recuerda a la madre, Simón vuelve por un instante a la realidad y es consciente de que está viudo y su hijo ya no es un niño.
    La verdad es que es el primer relato que escribo y el texto absurdo se me ocurrió pensando en aquel documental de Maragall en el que le hacen recordar tres palabras (bicicleta, cuchara, manzana) como parte de su terapia. Por eso se me ocurrió la absurda frase y empapelar toda la casa con ello.
    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 18:25
  3. 3. Eteivi Karina dice:

    Para ser el primer escrito que haces el reto fue bastante dificil este mes… muchos cariños y espero seguir viendote por aqui…
    Ah..! Yo soy el nro 101 como los Dálmatas por si quieres pasar a leerme…

    Cariñosss

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 21:05
  4. Vaya sorpresa! He de decir que me ha gustado mucho y que yo también me lo he tenido que leer dos veces, pero es lo que me gusta del relato que al principio juegas (quizá sin querer) a la confusión y pensamos que se trata de un niño pequeño. Luego más tarde se vislumbra perfectamente lo que has querido decir. Así que por mi parte ha quedado toda la estructura perfecta y me gusta ese elemento disruptor que me ha obligado a leer de nuevo y disfrutarlo.
    Dicho lo cual creo que introduciría unas “mejoras” sin quitarle esa pizca de confusión y te comento lo que creo que son pequeños fallos.
    1.- la frase “El roedor de la… bailando un tango y comiendo naranja” debe ir en todos los momentos que la cites entre comillas.
    2.- En el primer párrafo añadiría tras su pensamiento y después de las comillas, pensó Simón. Así además ayudarías a identificar a Simón como el padre más rápidamente
    3.- En el diálogo final no queda claro a primera vista quien habla y sería útil indicar cuando lo hace Simón al menos.

    Por lo demás me ha encantado, aunque te confieso que al principio como introduces casi todas las doce palabras exigidas me he quedado bastante frío… pero inmediatamente lo has resuelto y bien.
    Enhorabuena!

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 21:35
  5. 5. Doralú dice:

    !Hola Almouadillah!

    He tenido que leer varias veces el texto para comprender. Sin embargo, me parece que tienes un buen material para pulir. Estoy segura que al realizar las correcciones sugeridas y dejar en reposo el relato, maduraras la idea central y manteniendo la esencia de lo absurdo se convertirá en un texto muy fácil de entender y delicioso para leer sobre todo por las respuestas del hijo ante el problema del padre.
    Un abrazo

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 03:10
  6. 6. Almouadillah dice:

    Estimado Rafael,

    gracias por tus palabras. El objetivo buscado si era la confusión, hacer que el lector pensara que estaba ante un niño pequeño y su padre porque me daba miedo que el tema del alzheimer fuera demasiado evidente. De ahí que el título te dejara igualmente frío y que no me haya prodigado con demasiadas explicaciones, dejándolo todo para el final. Con respecto a la frasecita… en el texto que escribí la había puesto en cursiva. Solo después de enviarlo y leer por la web algunos comentarios, supe que la cursiva no iba a aparecer. Haré uso de las comillas la próxima vez.
    Doralú y Eteivi Karina, gracias por vuestros amables consejos y comentarios. Me pasaré por vuestros relatos y saludaré.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 13:13
  7. 7. José A. Algarra dice:

    Me ha gustado la solución que has decidido para colocar las 12 palabras en la primera frase. Elegante y practica. Y te ha permitido desarrollar el relato con menos condicionantes a partir de la frase. La idea me gusta, pero tal vez, dejas demasiado al final la explicación del texto. En este caso creo que se presta confusión y no logra el efecto de sorpresa porque se tarda en comprender.
    Un saludo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 19:15
  8. 8. Almouadillah dice:

    Gracias por tu comentario José. Tenía tanto miedo de que el texto resultara demasiado evidente desde la primera línea que quizá me pasé relegándolo todo hasta el final.
    Un saludo.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 12:33
  9. 9. Anael dice:

    ¡Hola Almouadillah!

    Muchas gracias por tu comentario, aquí vengo a servirte la prometida ración de lentejas 🙂

    Me ha conmovido tu relato. Parece que ambas nos hemos centrado en el asunto de la memoria, este puede ser el abuelito de la niña de mi relato 😉 Me encanta cómo has ido resolviendo la hisotoria, poco a poco nos vamos metiendo en la piel de Javier y uff… qué dura es la historia.

    A continuación te señalo los detalles que me han gustado y algunas sugerencias, que son como las lentejas,si las quieres las tomas y si no las dejas:

    1. Puntuación de diálogos. Has dejado un espacio entre la raya de cada diálogo y el texto. La raya que inicia va pegada al diálogo siempre. Y luego ya se aplican otras normas. Literautas tiene esta mágnifica entrada en la que lo explicatodo mucho mejor que yo 😉 https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/
    Te pongo un ejemplo. Tu frase:
    “– ¿Y qué decía exactamente?”
    Sugerencia de corrección (También he corregido la puntuación de interrogación porque el y nunca va dentro de una pregunta, creo):
    –Y ¿qué decía exactamente?

    2. Los pensamientos en español se suelen entrecerrar entre comillas latinas: «» (en Word se encuentran pulsando Alt174 y alt175) y no entre comillas inglesas.

    3. Se nota que querías poner el texto de la nota en cursiva y no te ha salido después, si no habrías dejado un espacio diferenciador o algo. Ya que los pensamientos van entre comillas latinas, para diferenciar un texto de un pensamiento dejaría el texto entre comillas inglesas (que son las que has usado en este caso para los pensamientos) y el pensamiento entre comillas latinas.

    4. “– ¿Y qué decía exactamente?
    – No sé. Chiquilladas, algo de irse mañana a las doce a Argentina con una señora viuda que bailaba el tango con un ratón.

    Javier palideció por un instante.

    La doctora Casas le tomó cariñosamente de la mano y susurró: “No te preocupes, no es tan grave. Mezcla conceptos pero al menos recuerda muchas de las palabras. Sin embargo, debes prepararte. El camino será largo y las lagunas de memoria, cada vez mayores”
    – Muy bien, señor Martos. Por hoy hemos terminado. Nos vemos de nuevo la próxima semana.”
    Aunque en la frase anterior haya sido Javier el que ha palidecido, en la previa es el padre el que responde, por lo que queda una cierta ambigüedad en cuanto a quién le coge la mano la doctora. Yo lo cambiaría así:
    – ¿Y qué decía exactamente?
    – No sé. Chiquilladas, algo de irse mañana a las doce a Argentina con una señora viuda que bailaba el tango con un ratón.

    Javier palideció por un instante. La doctora Casas le tomó cariñosamente de la mano y susurró:

    —No te preocupes, no es tan grave. Mezcla conceptos pero al menos recuerda muchas de las palabras. Sin embargo, debes prepararte. El camino será largo y las lagunas de memoria, cada vez mayores —Luego se dirigió al anciano elevando el tono de voz—. Muy bien, señor Martos. Por hoy hemos terminado. Nos vemos de nuevo la próxima semana.

    5. La atmósfera está muy bien creada. Consigues que creamos que primero sea el niño el que está de la chaveta escribiendo esas frases tan raras y luego descubrimos que el padre realmente está viendo un niño donde no lo hay y es él el que se encuantra mal de verdad. Tierna la forma en la que el hij trata al padre y la doctora cuida de los dos. Muy bonito.

    6. Me ha gustado el recurso de deshacerte de las palabras rápidamente con la frase, tan original y absurda al mismo tiempo. También nos gustan los mismos recursos 😉

    7. Una cosa relativa a la frase utilizada y el Alzheimer. En un cuento en el que tienes que meter unas palabras concretas funciona estupendamente, pero no sería una prueba fiable de Alzheimer. Antes de preguntarle a la persona por la frase hay que asegurarse de que le ha prestado atención, yo misma no recordaría la frase si la doctora me preguntara (son demasiadas palabras sin ningún sentido) y sólola hubiera visto varias veces por la casa sin hacer ningún esfuerzo consciente por memorizarla. Dicho esto, en el cuento funciona muy bien, yohe comprendido enseguida lo que estaba pasando y el tipo de prueba que era al ritmo que llevas al lector por la historia. Es sólo que la psicóloga que lleva dentro tiene que señalar la coherencia de ciertas cosas 😉

    8. El contenido es estupendo, me ha gustado mucho como llevas el ritmo para guiar al lector dándole la información justa en cada momento. Los personajes son sólidos y saben contar su historia simplemente a través del diálogo. Estuependo.

    En resumen, un relato conmovedor y que me ha encantado. Con pulir un poco lasminucias de la forma te va quedar estupendo. De 10. Para ser el primer texto que escribes, deslumbra. El talento es visible. Sigue escribiendo, que yo me seguiré pasando a leerte y disfrutar.

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 11:50
  10. 10. Almouadillah dice:

    Anael,

    Muchísimas gracias por tus consejos sobre el uso de los guiones y las comillas, la verdad es que siempre me generan dudas, incluso cuando trabajo. Así que me lo anoto para, al menos en este campo, terminar de una vez con las incertidumbres.
    No esperaba una ración de lentejas tan copiosa, me imaginaba más bien una del tipo menú degustación, al fin y al cabo son muchos los textos escritos y todos tenemos nuestras propias obligaciones así que, muchísimas gracias por el tiempo dedicado. Aunque, eso sí, ni te imaginas la faena que me has hecho con el último párrafo. Estoy pensando que tal vez, si me retiro ahora, seré como los deportistas que lo dejan cuando están en lo más alto, sin dejar que lleguen la vejez y el declive. Si este texto te parece de 10, es imposible que colme las expectativas en el próximo. Tal vez hayas sido demasiado generosa o este texto sea un destello que nos hace imaginar una luz que luego resulta decepcionante. Así que, gracias, acabas de sembrar en mi la semilla del pánico. Espero que en próximos textos me dejes también algún comentario cargado de críticas constructivas y que no salgas corriendo sin mirar atrás cuando te encuentres con mi próximo texto.
    Un cariñoso saludo acompañado del frenético temblor de mis canillas 🙂

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 15:35
  11. 11. Anael dice:

    ¡Hola Almouadillah!

    ¡Nada más lejos de mi intención que asustarte! Suelo ser abundante en mis raciones de lentejas, por eso tardo tanto en comentar 😉 Pero es que encima cuando los textos me gustan mucho me enrollo sin darme cuenta y me salen comentarios como éstos. Perdona si te he abrumado. He de decirte que a mí me paso algo parecido el taller anterior. Escribí un microrrelato que a la gente le encantó y recibí más comentarios que nunca. Y me bloqueé porque creí que no podría mejorarlo. Pero no se trata de mejorarlo sino de igualarlo, y poner el mismo esfuerzo y cariño de siempre. Unos textos saldrán mejor y otros peor. otros les gustarán más a unos y otros a otros.
    Sigue escribiendo y no permitas que las alabanzas te frenen de intentar igualarte (o superarte) día a día. De momento mejorarán en la forma porque sé que tomas nota de los comentarios. A lo mejor la próxima vez el contenido es igual de bueno 😉

    ¡Un abrazo, y sigue deleitándonos!

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 15:51
  12. 12. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Almouadillah!

    Te devuelto tu visita.
    ¿Sabes? He empezado a leer tu historia y, al ver que habías metido en la primera frase todas o casi todas las palabras que pedía la escena del mes me he dicho”¡vaya cara! pero de pronto se me ha quitado el ceño, he visto la luz y me he echado a sonreír.
    Sí que es verdad que hay algunas cosillas formales que te han dicho pero la idea me ha gustado mucho, siempre es enternecedor ver que un hijo ayuda a su padre cuando le necesita, y ha sido una sorpresa gradual. Así que te felicito y más sabiendo que es la primera vez que envías un relato aquí, yo llevo haciéndolo cuatro meses, creo.

    Hasta la próxima, y un cordial saludo

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 17:51
  13. 13. Gelitasuances dice:

    Hola Almouadillah! Me ha gustado tu historia, aunque al principio las palabras parecían absurdas, según iba leyendo me gustaba mas, la intriga llega hasta el final. Me ha gustado mucho. Espero leer algo más de ti. Enhorabuena

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 21:53
  14. 14. Almouadillah dice:

    R. J. Esperanza Pardo,

    Muchas gracias por tu sinceridad, me he reído mucho con tu comentario. La verdad es que el tema de las doce palabras me dio el ánimo suficiente para lanzarme a escribir y la idea me vino sola. Ya sé que es absurda y con palabras inconexas pero como ya dije en otro comentario, saqué la idea del documental que se hizo sobre Pasqual Maragall “Bicicleta, cuchara, manzana” y pensé que, aún siendo forzada, la frase con las doce palabras tendría como única justificación una temática como esta. Veremos a ver qué pasa en próximos retos porque lo cierto es que no creo que me resulte tan sencillo concebir una idea sobre la que escribir.

    Gelitasuances, gracias por pasarte. Me alegro de que te haya gustado la historia.

    Un saludo

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 09:55
  15. 15. Cryssta dice:

    Hola Almouadillah, si este es tu primer relato tengo que felicitarte porque está muy bien y te auguro muchos éxitos.

    Te digo lo que yo veo mejorable:

    – “El roedor de la escalera guarda en secreto un frasco con un talismán. Una mañana, a las doce, una viuda se lo dio como regalo, sellando su alianza bailando un tango y comiendo naranja” si dejas puesto “así” significa que la alianza se sella dando el frasco, por eso queda rara la frase.

    – las siguientes veces no hay que poner la frase entera, puedes poner solo “El roedor de la escalera guarda en secreto…”, es una frase muy larga y si la pones entera cansas al lector, además poniéndola acortada economizas en palabras y eso te permitir añadir más cosas en el relato si quieres

    – “me dejaré la cara hecha un cromo” “hecha” es del verbo hacer y tú habías utilizado el verbo “echar”

    – “¡Menudas ojeras tengo! Y estas arrugas ayer no estaban aquí”

    – “Sí, sí, muy bien, aunque este chiquillo”

    Espero haberte ayudado. Felicidades por tu relato.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 13:58
  16. 16. Almouadillah dice:

    Cryssta muchas gracias por tus observaciones, tomo nota para próximos relatos porque la verdad es que estoy muy verde en todo esto. Gracias a todos por vuestros consejos.

    Escrito el 27 febrero 2017 a las 13:26
  17. 17. Luchiflús dice:

    Hola Almouadillah!
    Te devuelvo la visita a mi relato y aprovecho para felicitarte y darte la bienvenida!! Tu primer relato y guau! Menuda idea: me ha gustado mucho el contenido. En mi opinión hay que pulir un poquillo la forma, pero eso es algo que se aprende 🙂
    Estoy de acuerdo con las correcciones gramaticales que te han hecho los demás compañeros (sobre comillas, diálogo, etc), así que no me voy a repetir 🙂
    En cuanto a contenido, sí hay una cosa que me chirría un poco: el último párrafo no queda del todo claro para el lector. Mi primer pensamiento es que el padre había sufrido una embolia y esto había afectado a su cerebro, provocando que al hablar mezcle palabras sin ningún sentido. Me parecía que, en realidad, las notas sí debían tener una frase con sentido pero que él, debido a este accidente, confundía las palabras y por eso no se podía descifrar el sentido de la frase. No he visto (hasta llegar a los comentarios) que se trataba de Alzheimer.
    Así que mi consejo es que mejores un poquito ese último párrafo para que el lector entienda mejor qué ocurre.

    Otra cosa que, en mi opinión, no es tan lógica es que: ¿el padre sigue viendo como un niño a su hijo? Pero, el hijo ¿ya es adulto? Por suerte no he tenido ningún caso cercano de Alzheimer, pero yo pensaba que esta enfermedad no afecta a la vista. Es decir: las personas ven la realidad (un adulto, un niño, etc.), así que me parecería más realista que el padre no reconozca a su hijo (porque ya es adulto). No sabía que el alzheimer deforma la percepción visual. Pero ya te digo que esto solo se basa en mi experiencia y escasísimos conocimietos, así que es muy posible que me equivoque.

    Y por último, estoy de acuerdo con Anael y el punto 7 de su comentario.

    Eso es todo lo que se me ocurre comentarte a nivel de contenido para que, cuando corrijas el relato, sea más lógico 🙂
    En cualquier caso, me ha gustado mucho leerte y espero seguir viéndote por aquí los próximos talleres! 😀
    Espero que mi comentario (y todos los comentarios) te animen a continuar y mejorar, estamos aquí para eso 🙂
    Un saludo!!

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 10:53
  18. 18. Almouadillah dice:

    Luchiflús,
    perdona que no te haya contestado antes pero quería buscar información respecto a lo que me preguntabas porque lo cierto es que no sé qué responder. Lamentablemente, no he tenido tiempo de buscar nada y sigo sin poder aportar nada pero no quería quedarme sin contestar. Muchísimas gracias por tus aportaciones. Yo tampoco conozco el Alzheimer de cerca así que no sé si mi historia es absoluta e incongruente ficción o no. En cualquier caso, muchísimas gracias por la observación y trataré de documentarme mejor de cara a próximas historias.
    Un saludo

    Escrito el 2 marzo 2017 a las 16:16

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