Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Las doce palabras - por Amparo Rouanet Moscardó

LAS DOCE PALABRAS

Subió la escalera de su nueva casa con paso firme aunque le pesaban las bolsas de la compra, al llegar al segundo piso, dejó la carga en el suelo y abrió la puerta. Blás, el roedor que sea acababa de comprar, salió a su encuentro. Era uno de esos conejos peludos de color blanco y ojos rosa, un regalo; lo cuidaba como si fuera un valioso talismán. Por la mañana le daba de comer una corteza de naranja, y al mediodía trozos de zanahoria.
Respiró al entrar con la tranquilidad de sentirse segura, una sensación nueva para ella desde que se quedó viuda después de doce años de matrimonio. Guardó las cosas en la nevera, y se sentó en una silla. El conejillo se le subió encima y se acomodó sobre sus piernas, acarició su lomo y notó un vacío en su dedo anular. Recordó que a la muerte de su marido se había quitado la alianza,fue como liberarse de un peso asfixiante. Había mantenido en secreto sus golpes, sus insultos; cuando su madre le preguntaba que le había pasado en la cara le respondía que se había caído; fueron años de silencio, miedo y vergüenza.
Se casó con él porque su padre se lo impuso, todavía le parecía oír cuando le decía: “es un buen partido para ti, hija, tiene tierras y dinero”, lo que no sabía su padre es que todo se lo bebió. Sorbo a sorbo. No tuvieron hijos en su matrimonio, pero le daba gracias a Dios todos los días, no hubiera podido soportar que también los maltratara o que fueran testigos de las aberraciones que le hacía.
Después del entierro, había venido a España buscando sus raíces en Galicia de donde eran sus abuelos, dispuesta a vivir en su madurez lo que se le había negado en su juventud. Todavía algunas noches se despertaba gritando y con el cuerpo empapado en sudor, sentía su aliento a alcohol en la cara, y sus manos buscando con violencia su cuerpo. Entonces se levantaba y ponía en marcha el tocadiscos, la voz de Carlos Gardel cantando un tango le tranquilizaba, le acercaba a su querida Argentina, ahora tan lejos.
Lo dejó todo atrás, solo se había traído los discos de Gardel y el frasco de cristal vacío que le dio la libertad.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

8 comentarios

  1. 1. Lamarsalada dice:

    Buen argumento, me ha gustado. Has conseguido el reto. Felicidades. Te leo.
    La marsalada-72

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 21:47
  2. 2. María Julia dice:

    Bueno, me gustó, interesante argumento. Cumpliste con la consigna. Escuché a Gardel y su dulce voz, y desde Argentina te ando un abrazo.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 13:37
  3. 3. Laura dice:

    Hola Amparo.
    Has logrado un muy buen relato, con un final magnífico.
    Creo que en lo formal habrías necesitado un punto al separar las ideas de subir la escalera y llegar al segundo piso, y cuando comenzaba a sonar la voz de Gardel.
    Creo que en algún lugar te sobró una letra,pero puede ser un error de escritura inconsciente, que puedes no haber notado.
    Por lo demás, felicitaciones.
    Si te apetece, estoy en el 33

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 10:45
  4. 4. Maria Jesús dice:

    Un relato muy bonito, la liberación de una mujer maltratada. Te ha salido redondo. Felicidades.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 21:37
  5. Hola Amparo,

    que dura la vida de una mujer maltratada y que bien has retratado su alivio.

    Me ha gustado tu referencia a Galicia,la mitad de mis raíces también son de allí.

    Si te apetece, soy la número 71.

    Un saludo!!

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 18:19
  6. 6. M.L.Plaza dice:

    Hola Amparo.
    Me ha parecido un relato muy interesante y bien escrito. Te felicito.
    Yo hubiera puesto más puntos, pero entiendo que es una opción personal.
    Saludos

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 00:28
  7. 7. Vespasiano dice:

    Hola Amparo:
    Muchas gracias por pasarte por mi relato y dejar tu generoso comentario.
    Al entrar en el piso, tal como lo cuentas, me ha dado la impresion de que fuera la primera vez que entraba alli.
    Lp que a mi entender contrasta con los doce anos que lleva viuda y por lo tanto liberada de semejante individuo.
    El frasco vacio que aparece en escena, me lleva a la pista de que el maltratador no murio de muerte natural.
    Tu relato me ha gustado y te aplaudo la idea de denunciar el maltrato.
    Estoy de vacaciones y sin ordenador y escrbir con el movil me sale fatal. Me faltan tildes, comas y me sobran a veces palabras.
    Felicidades.

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 14:52
  8. 8. María Esther dice:

    Hola Amparo, he leído tu relato y en cuanto ala forma solo anoto algunos puntos y comas fuera de lugar, por lo demás has cumplido el reto. La historia trágica y dolorosa, ya que son doce años de casada, o sea de mal trato.No sé si en estos tiempos, de tantas denuncias y protestas una mujer soportaría semejante tortura. Perdona, veo muy bien tu trabajo, solo que el “doce” lo pondría en otro lugar.¿Comprendes?
    Me pareció muy bueno lo de sentirse bien escuchando a Gardel y traer sus discos. Lo que no queda claro es lo del “frasco vacío que le dio la libertad”. Quiere decir que lo mató, porque de lo contrario no le encuentro sentido a la frase.
    Sigue escribiendo. Saludos
    Maritel en el 3

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 02:59

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.