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Respuesta correcta - por Romina Eleonora Mc Cormack
“¿Estado civil?”, me pregunta el oficial.
Miro el anular en el que todavía llevo la alianza como símbolo de la pasada felicidad. En mis ojos, se entremezclan los recuerdos dulces y la acidez de la soledad como si desmenuzara en la boca una naranja.
“Casada”, debería decir. Los papeles todavía así lo dicen. Pero, ¿no deben existir dos para conformar un matrimonio?
Podría decir: “Separada”. Pero, ¿qué significa? ¿Separada de quién? En realidad me siento partida al medio. Una parte de mí se separó del resto y se fue persiguiéndote.
¿Y cómo le explico al tipo que desapareciste sin advertencias o amenazas?
Abandonada, ¿existe?
¿Le tengo que explicar que uso la alianza como un talismán contra las habladurías? Porque a veces escucho a la familia hablando en secreto acerca de mí. Soy un personaje de ficción, la tía solterona, la enamorada eterna de lo imposible, la que espera. Y no importa cuánto les recuerde mi antigua belleza, mi esbeltez, mi pasada juventud; inútil es que les explique que podría haber sido la rubia del tango, la mina por la que dos hombres se acuchillan. Ellos se empeñan en pensar que soy la que vestirá santos. Soy un regalo envuelto y con moño que se desdeña. ¡Con cuántos artificios intento mantener el decoro y alzar la frente con orgullo falso! El peinado de principios del siglo pasado; el labial que termina en mis dientes; el rimmel que concluye por profundizar ojeras; estos tacones que me joroban la espalda…
Y la familia tiene razón al hablar con gestos y murmullos; hace ya doce años que huiste como un roedor sin anticipar que el barco zozobraba. Y me dejaste una mañana hundida en la profundidad del océano, encerrada en la incertidumbre como una luciérnaga adentro de un frasco.
Y la soledad es mala consejera, se empeña en crear peldaño tras peldaño de ilusiones y fantasías, una escalera que no conduce a ningún lado. A la realidad dura y triste, sí.
Entonces, ¿para qué sigo enrevesada en explicaciones? Si desapareciste. No existís.
“Viuda”, le respondo.
Hola Romina!
Me gusta el tema que elegiste: no es fácil de tratar, es muy humano, profundo, creo que es un buen tema para llevar a la ficción… En fin, ¡me gusta!
Me parece que en la mayoría del texto se transmite bien la experiencia que debe tener tu personaje en la situación en la que se encuentra. Creo que casi todo lo que piensa es coherente y podría salir muy naturalmente en la mente de esa mujer ante la pregunta del oficial.
Digo “la mayoría” y “casi todo” porque hubo, sin embargo, algunas frases que me parecieron un poco exageradas, como si las hubieras puesto más para cumplir con la consigna de las doce palabras que para darle vida al relato que transcurre en la conciencia de tu protagonista. Es una opinión, simplemente te la comparto, sabiendo que es muy discutible!
Más allá de eso, me parece que está bien escrito y en su conjunto es muy bueno.
Rescato particularmente el sentido que le diste a las doce palabras de la consigna, usándolas en metáforas y de forma original: no hablas de “un secreto”, sino que hablan “en secreto”. No hablás del “tango” como una música o un baile, sino que escribís sobre la “rubia del tango”… es decir, me parece original el uso de las palabras de la consigna y te felicito especialmente por eso!
Un gusto leerte.
Muchos saludos,
MM
Gracias, Miguel. Es cierta la exageración, pero bueno, ¡licencia! Por momentos, fue arduo hilar las 12 palabras y no caer en lugares comunes, aunque caí.
Gracias!
excelente me gustó mucho. una historia realista y aterrizada muy interesante, te felicito.
Hola Romina.
Me encantó tu relato. Muy humano, muy real, muy triste, con un final maravilloso. Es verdad que en los formularios no se considera la variedad de estados civiles que pueden existir.
No creo que en realidad no exista ” él” ya que ella sigue con la alianza a pesar de todo. Tal vez no físicamente junto a ella. Me pareció ahí que lo cortaste, incluso con respecto al personaje, que lo quisiste negar a pesar de que está presente en todo el relato. De todos modos es un detalle sin importancia.
Realmente, te felicito.
Si tienes ganas pasa por el mío,es el 33.
Gracias, Monisa y Laura. Seguramente que él está presente y el “viuda” solo es una mínima venganza.
No lo digo normalmente, pero este relato me pareció soberbio. No sólo compactaste una historia tremenda en un espacio pequeño, sino que además utilizaste las palabras de la escena con mucha inteligencia. Da gusto leer este tipo de relatos en el taller. Te pido encarecidamente que no dejes de escribir.
¡Saludos!
Luciano.
PD: mi relato es el #50, por si querés darte una vueltita.
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-41/7125
Me ha encantado como el personaje se describe así mismo cuando le hacen esa pregunta. Está lleno de sentimiento y captas enseguida lo que has querido expresar. Felicidades, me ha encantado.
Gracias, Luciano y María Jesus por pasar y brindar sus comentarios tan alentadores.
Hola Domina.
Muchas gracias por tus amables palabras en mi relato.
El tuyo me ha gustado. Es un discurso hecho a sí misma en el que desgranas la historia que hay detrás de la pregunta inicial. Curiosamente el final encaja con la sensación que tuve cuando arranco el relato. Viuda es la mejor opción.
Nos seguimos leyendo.
Hola Romina.
Es un relato cargado de emociones, de sentimientos encontrados, de descubrimiento al final y de superación. Me ha gustado mucho.
Saludos y nos seguimos leyendo
Ups, perdón Romina. ¡Maldito autocorrector!
Jajajaj Domina podría llegar a gustarme.
Gracias por los comentarios, Jean y Violeta.
Sí, pero ¿donde te ponemos los acentos?. Jajaja
Me ha gustado bastante. También porque el tema me toca más o menos de cerca.
Magistral la forma de recrear lo que siente la protagonista. Es exactamente así.
De forma que poco más puedo decir.
Quítome el sombrero ante vuestra pericia, :):)
Estoy en el 23, por si quieres pasar y dejar un comentario.
Saludos.
Hermoso relato Romina, cada detalle del pensamiento y como se debate entre lo que debe ser y lo que es… Maravilloso, me encantó.
Un abrazo de agradecimiento por leer mi relato y dejar tu comentario…
Hola Romina.
Me gusta cómo tu protagonista muestra, en pocas palabras, un abanico de emociones. Desde la nostalgia al resentimiento, pasando por la tristeza o la auto compasión y el enfado. Y finalmente esa pizca de sal: esa “viudedaz” que elige como estado civil, sin ser viuda realmente. Una especie de punto y a parte en su vida, una intención declarada de querer pasar página y empezar de nuevo.
Me ha gustado mucho ese final.
Nos seguimos.
Hola Romina, me gustó tu texto. Todo sucede en un segundo, bien contado. Un drama que existe y del que el oficial nunca se percata, como muchas de las tragedias humanas.
Gracias por tus comentarios y visita.
Saludos!