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Agradezco su discreción - por Amanda Quintana

Todo es extraño. Me siento como en una película de terror. Parada delante de la puerta, que se abre con un ruido de bisagras oxidadas, el tipo aparece con una cara de ultratumba, inexpresiva y con los ojos hundidos en las órbitas. Se escucha de fondo un tango. Siento el olor a humedad de un típico lugar viejo, en el que imagino que el bicho más chico que debe haber ahí debe tener el tamaño de un roedor. Sostengo las doce rosas en la mano y con la voz casi quebrada me anuncio.

—Le traigo el pedido que hizo a la florería ésta mañana.
—Ah, sí, es el regalo —dice el hombre con voz entubada—, pase por favor.

No quiero entrar. El tipo pasa la mano por el borde de la puerta y se le ve una alianza. Pienso que debe ser el recuerdo que todavía tiene de su esposa, la viuda que se había casado con él hace diez años, que ahora está junto a su primer marido, al lado de Dios.

—Está bien, no hace falta —le digo con voz tímida

El tipo saca un billete de quinientos pesos y me lo da, mientras agarra el ramo. Busco en mi cartera la billetera para darle el vuelto.

—Voy por un florero, enseguida regreso —me dice y, dejando la puerta abierta, se va

Nerviosa, se me cae la billetera de la mano. La levanto y busco un billete para devolverle. Al mirar hacia adentro, veo al tipo que coloca las flores en un frasco grande, que utiliza —pienso yo— de florero porque no debe tener uno. Al fondo, una escalera toda rota conecta la casa con un piso superior. Al lado del frasco, en la mesa, una fuente con dos manzanas, una banana y una naranja, parecen estar medio podridas. El tipo vuelve a la puerta y acaricia la alianza mientras espera que le dé el vuelto, como si fuera un talismán de la suerte; supongo que espera que eso lo salve de que yo no salga espantada corriendo de la mansión tétrica. La mañana nublada no da demasiadas garantías de que algo pueda ser menos tenebroso; las nubes declaran una próxima tormenta, que se anuncia con claridad mientras se escuchan los truenos. Le doy el vuelto.

—Por favor, esto es un secreto, necesito contar con su discreción —me dice
—Claro, no hay problema —digo temblando

El tipo sonríe y cierra la puerta. Las bisagras vuelven a crepitar. Atónita, no puedo creer que ya todo haya pasado. No tengo nada más que hacer, sin embargo, no me voy. No puedo irme. No sé qué me pasa, pero no puedo irme. Tengo que irme. ¡Por Dios! ¿Por qué no me estoy yendo, corriendo desesperada, huyendo de semejante escena terrorífica?

Un segundo después se abre la puerta. Los ojos del tipo se me clavan en los míos. Siento una especie de energía que me empuja hacia él, con violencia. El tipo me sostiene cuando caigo en sus brazos, sin poder controlar mi cuerpo. Me mira y sonríe como los vampiros de Hollywood. Tengo miedo de que me muerda el cuello. Llego a pensar que lo va a hacer. Mi cuerpo tiembla, pero no lo puedo dominar. Me abraza por la espalda, me toma una mano y comienza a moverse como si me hiciera bailar al compás del tango que se escucha de fondo. Estoy aterrada. Entonces me suelta, me empuja y caigo sentada en la vereda. Me mira con odio y cierra la puerta de un portazo.

Me levanto y salgo corriendo, desesperada. En la esquina reviso mi cartera; la billetera no está. Se me cayó cuando el tipo me empujó. Tiemblo porque debo volver a buscarla. Camino envuelta en pánico. Llego y veo una puerta de madera, moderna. La fachada de la casa está recién pintada, según el cartel que lo anuncia. Las ventanas, cerradas, dejan ver una cortina blanca reluciente del lado de adentro. Miro al suelo y veo mi billetera junto a la puerta. La levanto, la meto en la cartera y me voy caminando hacia atrás, incrédula, mirando la casa. Entonces, una voz me sopla un mensaje al oído, que me hace detener el corazón de miedo.

—Agradezco su discreción

Me quedo parada, inmóvil. La voz se pierde en la distancia. Mientras se aleja, la risa estremecedora se desvanece en el aire, tras los rayos del sol de una mañana esplendorosa. Miro mis manos; están lastimadas por las espinas de las rosas.

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7 comentarios

  1. 1. Romina Eleonora Mc Cormack dice:

    Me gustan los cuentos fantásticos en los que el hecho sobrenatural deja sin explicación al personaje y al lector. Y su cuota de terror. Encuentro que faltan un par de puntos al final de oraciones, en diálogos.
    También la utilización de un pronombre innecesario: Los ojos del tipo se me clavan en los míos.
    Pero, en general, me gustó.

    Saludos.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 21:01
  2. 2. Angelica dice:

    Hola!! tu relato es bastante entretenido y mezclaste muy bien la fantasía y el terror, sentí que algunas cosas quedaron sin explicar e inconclusas lo cual lo hace algo incoherente pero probablemente fue tu intensión para mantener el suspenso; sin embargo fue muy interesante y me agradó mucho.

    Saludos!!

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 23:23
  3. 3. Kriptana dice:

    Hola Amanda,

    Me gustó mucho tu relato. Como describes las sensaciones, y como creas esa intriga.

    Un saludo

    Kriptana, relato 198

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 06:21
  4. 4. Maria Jesús dice:

    Que miedo he pasado, pensé que el protagonista no salía vivo de ahí. Me ha gustado mucho. Un saludo.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 13:45
  5. 5. Marula dice:

    Me gusto como llevaste el suspenso adelante, lo lei de corrido intrigada por lo que pasaria al final. Felicitaciones!!

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 22:36
  6. 6. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Amanda, he disfrutado tu narración. Ese tipo con cara de ultratumba, inexpresiva y con ojos hundidos en las órbitas sigue apareciendo en mi mente cada que recuerdo tu historia. Solo espero no escuchar una voz al oído que me diga:

    —Agradezco su discreción

    Buen relato. Hasta pronto. Saludos.

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 17:38
  7. 7. Ratopin Johnson dice:

    Hola Amanda,

    Como dice Romina, no es necesaria demasiada explicación de lo que ocurre, es un relato de terror, y en ese contexto hay que verlo. A mí al menos me basta.
    Me ha gustado, no suele ser lo que leo, normalmente me cuesta ponerme con los relatos fantásticos, pero lo has escrito bien, y tiene esos elementos de lo sobrenatural bien dosificados y estructurados (no hay sangre ni monstruos, mejor), además diría yo, del clásico.

    Un saludo

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 21:18

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