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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LA VIUDA DEL SEGUNDO HACE SONAR UN TANGO - por baltasar

LA VIUDA DEL SEGUNDO HACE SONAR UN TANGO
Esta noche apenas he dormido. El caso es que, sin estar despierto, había un runrún en mi cabeza que no me ha dejado descansar. Eran las doce cuando me acosté, pensando en el trabajo de mañana; pero a mí mi trabajo me gusta y ningún problema me inquieta por ahora. No pudo ser nada en relación con él. No sé, no sé qué pudo ser. El caso es que, a consecuencia de la falta de descanso, me he levantado de un humor de perros.
Bajo deprisa la escalera y me cruzo con alguien que me da los buenos días, pero en quien no reparo; ni contesto. Me digo: «¡Celia!» La llamo. Se vuelve y le pido disculpas. Celia es mi vecina. Hace cinco meses que alquiló el apartamento contiguo al mío. Alguna vez hemos hablado. Lleva una alianza. Ignoro qué secreto encierra. Es bonita y simpática. Creo que la deseo: sobre todo cuando oigo correr desde mi baño el agua de su ducha.
Me quedo parado y la veo subir… y sus muslos. Es un regalo para la vista. Está preciosa. ¡Es preciosa! «¿Eh? ». Noto cómo mi mente se entreabre y pienso: ¡«Fue ella la que causó mi duermevela!» Trato de recordar. Deseo rehacer el sueño, pesadilla o lo que fuera. Algún destello me viene a confirmar que fue Celia la causa del desvelo: sus ojos, su alianza, sí, pero nada en concreto. Aún oigo el ruido de sus tacones sobre el mármol. Subo raudo hasta ella y le digo: «Perdóname. No te reconocí. Estás guapísima con ese pelo caoba oscuro que te has puesto. No es que no lo estuvieras con tu pelo rubio, pero te cae muy bien el tono este. Estás preciosa». La noto ruborizada cuando me da las gracias. Luego me dice tras una larga pausa: «Eres muy gentil»
Instintivamente aprieto el lagarto de plata que llevo como talismán en el bolsillo y pregunto: «¿Tienes algo que hacer esta tarde? Me gustaría tomar unos vinos contigo, o ir al cine si tienes algo por ahí que quieras ver.¿Aceptas?». Queda muy sorprendida. Asiente con un movimiento de cabeza. Pregunto entusiasmado: «¿A las siete?». «Sí», dice tímidamente y la beso en la boca, apenas roce. Sus dos trozos de cielo me miran, quiero pensar que agradecidos, y bajo alborozado los escalones de tres en tres. Por poco me llevo a la portera por delante.
¿He dicho que me gusta mi trabajo? Pues hoy lo he odiado. Se me ha hecho el día más largo de mi vida.Con decir que le he pedido al jefe que me dejara salir una hora antes para… para no sé qué mentira que he improvisado sobre la marcha.
Estoy nervioso, lo confieso. Lo primero que he hecho al llegar al apartamento ha sido fisgonear a ver si estaba Celia en el suyo. Está, la he oído y me han dado ganas de golpearme el pecho con los puños como hacen los gorilas. ¿Y ella? Seguro que ha estado pendiente de mi llegada, o eso es lo que quiero que haya ocurrido. Aún queda una hora para las siete, que se me va a hacer interminable. Había pensado hacerle un regalo, pero me ha parecido trasnochado y he recurrido a las clásicas rosas. Cuando he entrado en casa me he quedado mirándolas. «¡Qué hermosas! Aunque algo cursis, ¿no?» y las he tirado a la basura.
No sé qué hacer para que el tiempo pase más deprisa. Estoy entusiasmado con un libro de Historia. Lo he abierto y tratado de continuar desde donde ayer lo dejé. Ni a media página he llegado. Saco de la nevera un frasco con zumo de naranja. «No tengo ganas, digo». Lo dejo donde estaba. El tiempo avanza lento. Solo las seis y cuarto y me meto en la ducha.¿Yy si ella estuviera al otro lado tratando de oír el sonido del agua? Me visto mientras pienso si no me estoy enamorando, o es tan solo el deseo de otras veces…
Oigo voces y ruidos… ¡Es en casa de Celia! Salgo y llamo a su puerta. Abre un hombre. Ella llora acurrucada en el pasillo. «¿Les pasa algo?, pregunto». «¿Y tú quién eres y qué te importa? ¡Largo!».
Un roedor, vivaracho y audaz, se cuela en mi vivienda. La viuda del segundo hace sonar un tango. Su música sensual rememora el anhelo de una tarde rota.

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11 comentarios

  1. 1. Nora C.P. dice:

    Hola, buenos dias!
    No me toca comentar tu texto, pero me gustó leerte y allá voy.
    Las doce palabras para que se acepte el texto las tienes muy bien integradas. La história es muy creible, todos hemos sentido en alguna vez que el tiempo no pasa ante la necesidad de que llegue una hora.
    Ahora bien, el reto no considero que lo tengas correcto. Se trataba de escribir el relato en presente y te pongo algunos ejemplos en los que no sucede.
    “El caso es que sin estar despierto había…” es pasado.
    “eran las doce cuando me acosté” es pasado
    “No pudo ser nada en relación con él” pasado también
    “¡Fue ella la que causó mi duermevela” lo mismo, pasado.
    Por último, en la frase: “He pensado hacerle un regalo, pero me ha parecido trasnochado…” he buscado trasnochado por ver si tiene algun significado que no alcanzo entender y no lo encuentro. Si puedes aclararlo, me serviria para aprender.
    Espero te sirva de algo mi opinión, que con mucho respeto te trasmito.
    Saludos
    (soy la 120)

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 12:48
  2. 2. L. M. Mateo dice:

    Hola, Baltasar:

    Aunque el relato no me ha disgustado, has elegido un tipo de narrador que se hace muy complejo y para el que se debe tener mucha experiencia, ya que es fácil crear confusión en el lector.
    Al narrar en primera persona, y además integrar el subconsciente, puede suceder que se creen momentos de confusión, y es exactamente lo que ha pasado en tu relato.

    Hay un problema grave en la estructura cuando el protagonista se encuentra con Celia en las escaleras. Primero no repara en ella, se da cuenta de quien es y la llama. Ella se gira y el protagonista le pide disculpas, aunque no dices por qué. Volvemos al instante anterior, en el que él, de algún modo es consciente de lo que sucede, nos cuentas cosas sobre Celia, y luego vuelves al momento posterior al saludo, cuando ella ya sube las escaleras y él decide seguirla. Un poco desordenado. Por supuesto, hay antecedentes en la literatura en “El ruido y la furia” y en “Flores para Algernon”, pero incluso en estas novelas experimentales el ejercicio de lectura es excesivo a pesar de la maestría con la que están ejecutadas. Recuerda que para romper las reglas, primero debemos dominarlas, y en tu relato la sensación es de descuido en este punto.
    Vuelve a suceder lo mismo casi al final, con las rosas. Aceptamos barco y que hay una gran elipsis temporal, pero sigue siendo confuso.

    Dicho esto, te hago los siguientes apuntes:

    —En mi opinión el reto no se cumple. Más del 80% del relato está escrito en pretérito perfecto simple (también llamado antepresente), y no en presente como se pedía. Este pretérito es para acciones que han sucedido en un presente inmediato al nuestro, pero no en el presente. No es lo mismo decir “he comido” (hace un rato, esta mañana, etc.) que “estoy comiendo/como” (ahora mismo).

    —Exceso de perífrasis verbales, además con la misma estructura (he dicho/ha hecho/he improvisado…): provocan que la lectura y la acción se ralenticen. Todos tendemos a usar perífrasis verbales que, generalmente, se pueden sustituir por verbos simples o incluso por estructuras no verbales. Por ejemplo: “Se me ha hecho el día más largo de mi vida” se puede sustituir por un “Ha sido el día más largo de mi vida/Los segundos no pasaban…”. “Con decir que le he pedido al jefe” se puede acortar a “Le he pedido al jefe”, etc.

    —Hay otro error muy común en tu texto, y es el de usar las comillas para todo. Efectivamente, has usado las comillas latinas, que es lo correcto. El problema está en que no les has dado un código. Es decir, lo mismo nos marcan los diálogos que los pensamientos del protagonista, y eso genera mucha confusión en los lectores.
    En estos casos, lo mejor es usar comillas latinas para pensamientos, y la raya para los diálogos. En caso de no querer usar la raya, hay otros tipos de comillas como las latinas, que pueden ser una alternativa. La cuestión es que el autor marque un código diferente para estas dos acciones (diálogos y pensamientos), que ayuden al lector a establecer un patrón.

    —El inicio del relato está escrito con muchas negaciones. No es incorrecto, pero es preferible escribir en positivo siempre que podamos, sobre todo al principio del texto, donde debemos enganchar al lector.

    —”me acosté, pensando en el trabajo de mañana”. En realidad, ya se ha levantado, lo correcto sería “me acosté, pensando en el trabajo de hoy”.

    —”El caso es que, a consecuencia de la falta de descanso, me he levantado de un humor de perros”. Otro de los pecados que cometemos todos es tratar al lector de tonto. Del párrafo ya se deduce que se levanta de un humor de perros “a consecuencia de la falta de descanso”. Esa explicación entre comas, es prescindible, y ganas palabras para el desarrollo de tu historia. 🙂

    —”Lleva una alianza. Ignoro qué secreto encierra. Es bonita…”. Cuidado, que hasta que llegamos a “simpática” no sabemos si “secreto” y “bonita” hacen referencia a la alianza o a Celia.

    —Aceptamos “entreabrir” como metáfora, pero queda raro.

    —”¡«Fue ella la que causó mi duermevela!»”. Se te ha escapado la primera exclamación fuera de las comillas; deberían ir dentro.

    —”«Eres muy gentil»”. Te ha faltado el punto tras las comillas.

    —Tras el primer signo de interrogación he encontrado un espacio en algunas preguntas. Suele ser problema de Word. Revísalos siempre.

    —”o ir al cine si tienes algo por ahí que quieras ver.”. De nuevo esta frase me chirría un poco en la forma y contenido.

    —”la beso en la boca, apenas roce”. Te ha faltado el indefinido “un”. “Apenas un roce”.

    —”Había pensado hacerle un regalo, pero me ha parecido trasnochado”. Aunque entiendo a qué te refieres, la palabra “trasnochado” no tiene el significado que le das. Ya te lo ha comentado Nora, y a mí me pasó lo mismo en la primera lectura.

    —”rosas/hermosas”. Rima. Si a ti no te molesta, perfecto.

    —”Por poco me llevo a la portera por delante.”. Para no repetir la estructura “por… por”, se puede sustituir de la siguiente manera: “Casi me llevo a la portera por delante”.

    —”¿Yy si ella…”. Error de teclado.

    Por último, no coincido con Nora en la integración de las palabras del reto. Ibas bien hasta el último párrafo, que encuentro muy forzado, sobre todo el roedor entrando en el apartamento del protagonista.

    No te asustes con todo lo que te he marcado en el relato. Muchos de esos errores son fácilmente subsanables con una lectura en voz alta y un par de revisiones.

    Además, es a ti como escritor a quien corresponde decidir qué consejos guardas y cuáles rechazas (excepto los de ortografía y gramática, ahí la normativa manda).

    Espero que alguna de mis observaciones te sea de ayuda.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 15:37
  3. 3. Baltasar dice:

    Hola, Nora:
    Muchísimas gracias por comentar mi texto, aunque no «te tocara», como dices. Mayor mérito y más te lo agradezco.
    No lo sé, Nora. Puede que tengas razón en que esos imperfectos, indefinidos, etc. no se correspondan con el «reto» propuesto. Ignoro si has profundizado en el enlace que Literaautas nos dejaba de Diana P. Morales diferencias y ventajas de cada tiempo narrativo,sobre cómo escribir en presente. Si lo has hecho te ruego observes los ejemplos que toma de El Extranjero, de Camús:
    «Hoy, mamá ha muerto. O tal vez ayer, no sé».
    Es decir, «Hoy, mamá ha muerto. O tal vez (murió) ayer, no sé.
    Tengo la novela de Albert Camús, uno de los grandes, que me encanta, Déjame que te copie algún ejemplo más. Pongo entre paréntesis los verbos que no van en presente:
    (Tomaré) el autobús de las dos y (llegaré) por la tarde, así (podré) velarla y (regresaré) mañana. (He pedido) a mi patrón permiso. Pero no (parecía) satisfecho.

    En dicho enlace puedes leer: Aquí vemos una descripción en (presente) en «El amante», de Marguerite Duras:
    «Llevo un vestido de seda natural, usado, casi transparente. Con anterioridad (fue) un vestido de mi madre, un día (dejó) de ponérselo porque lo (consideraba)demasiado claro. Me lo (dio).
    En fin, Nora, creo que algo hemos entendido mal.
    Otrosí: Te contesto a mi «trasnochado»
    Copia del DLE en su tercera acepción
    trasnochado, da
    3. adj. Falto de novedad y de oportunidad.
    Mañana o pasado te enviaré mi comentario a tu relato, tu segundo. He visto con agrado que progresas. Te felicito.
    Un saludo de veras cordial

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 22:52
  4. 4. Jean Ives Thibauth dice:

    Hola Baltasar.

    Tu relato me ha resultado interesante. El trozo en el que dice que tiene ganas de golpearse el pecho como un gorila me ha parecido muy bueno, muy visual y evocador.

    Sin embargo creo que has amontonado mucho el texto. He tenido la sensación de que tenias prisa por contar la historia. Eso se debe a la separación de los párrafos y a la construcción de las frases.

    El compañero Mateo ha realizado un excelente análisis y solo me queda felicitarte por tu trabajo de este mes.

    Nos seguimos leyendo.

    Te invito a que despellejes el mio a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-41/7203

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 22:55
  5. 5. Baltasar dice:

    Encantado, señora L.M.Mateo:
    Créame que ha sido un honor para mí que haya empleado nada menos que 984 palabras en el comentario de mi insignificante relato, al que con sumo gusto trataré de corresponder. Introduzco «insignificante», no por modestia, sino convencido de que lo es; de lo contrarrio, con todos mis respetos por Literautas, estaría publicando mis libros que, por desgracia, ni se me ha pasado por la cabeza, por más que me encante «enredar» en estos juegos. De verdad que le quedo muy reconocido.
    Permítame, señora, que pase a comentar su comentario, que trataré de llevar a cabo con total sinceridad: otra cosa es que en lo que me pueda oponer hierre, pero lo será por desconocimiento. Desde este momento le pido mis disculpas.
    No acabo de entender por qué el narrador en primera persona cree con facilidad confusión en el lector. Creo que no habrá nadie de los que escribimos en Literautas que no haya leído y entendido perfectamente a Daniel Defoe en su Robinson Crusoe. Seguro que también En busca del tiempo perdido, obra en la que Proust centra el relato nada menos que en la subjetividad del narrador. Estoy seguro que ningún «literauta» ha dejado de entenderle. A mí me encanta.
    No, no quiero decir que yo lo haga como ellos. Ojalá.He elegido estos dos autores por ser de todos conocidos, pero usted sabe que son miles las obras escritas desde este punto de vista.
    Pasando a mi problema grave: Jamás creí que no se entendiera que le pedía disculpas por no haberle saludado. Baja alocado. Ni se da cuenta con quién se cruza; pero es Celia. Se conocen y cuando se da cuenta se vuelve, la llama y la pide disculpas. ¿Debí añadir: «perdona que no te haya saludado. Iba distraído?».
    Creo, y creo que usted también, que un escritor no debe ir describiendo cada momento, cada detalle.Eso creo. Pero si es tan grave, perdón a todos.
    Pero no acaba aquí. Parece ser que mi liosa exposición continúa.
    «Volvemos al instante anterior, en el que él, de algún modo es consciente de lo que sucede, nos cuentas cosas sobre Celia, y luego vuelves al momento posterior al saludo, cuando ella ya sube las escaleras y él decide seguirla. Un poco desordenado. Por supuesto, hay antecedentes en la literatura en»- escribe usted.
    Él no es que «decida seguirla». Es que, sí, se le «entreabre» la mente y encuentra atisbos suficientes para comprender que Celia estuvo en ese laberinto de la noche pasada. Quisiera entender que es en este punto en el que se produce «el cambio de giro» que da lugar a la trama, en una especie de flashback (que escribo en cursiva lamentando no se pueda advertir en los envíos).
    NO CUMPLO CON EL RETO.
    Para cumplir con el reto, Literautas nos dejaba enlace de Diana P. Morales diferencias y ventajas de cada tiempo narrativo,sobre cómo escribir en presente. Si lo ha visto, como supongo, el primer ejemplo que toma es el de El Extranjero, de Camus:
    «Hoy, mamá ha muerto. O tal vez ayer, no sé».
    Es decir, «Hoy, mamá ha muerto. O tal vez (murió) ayer, no sé.
    Tengo la novela de Albert Camús, uno de los grandes, que me encanta, Déjeme que le copie algún ejemplo más. Pongo entre paréntesis los verbos que no van en presente:
    (Tomaré) el autobús de las dos y (llegaré) por la tarde, así (podré) velarla y (regresaré) mañana. (He pedido) a mi patrón permiso. Pero no (parecía) satisfecho.

    En dicho enlace puede leer: Aquí vemos una descripción en (presente) en «El amante», de Marguerite Duras:
    «Llevo un vestido de seda natural, usado, casi transparente. Con anterioridad (fue) un vestido de mi madre, un día (dejó) de ponérselo porque lo (consideraba)demasiado claro. Me lo (dio).
    Repito que dice textualmente: Aquí vemos una descripción en (PRESENTE).
    No sé, pero me parece que algo hemos interpretado mal. O no, no sé.
    EXCESO DE PERÍFRASIS VERBALES – Copio de su comentario
    Exceso de perífrasis verbales, además con la misma estructura (he dicho/ha hecho/he improvisado…): provocan que la lectura y la acción se ralenticen. Todos tendemos a usar perífrasis verbales que, generalmente, se pueden sustituir por verbos simples o incluso por estructuras no verbales.
    ¿Por sintagmas? ¿Seguro?
    Le extraigo de la asignatura: INTRODUCCIÓN A LA LENGUA ESPAÑOLA- Editorial universitaria Ramón Areces, página 164:
    6.Perífrasis verbales
    ¿Qué es una perífrasis verbal?
    • Un conjunto constituido por un verbo auxiliar más un infinitivo, un gerundio o participio y que forman unidad, es decir, funcionan como un solo verbo. Estos verbos auxiliares han perdido su significación principal y aporta matices temporales, aspectuales o modales
    • Perífrasis de infinitivo: ir a + infinitivo
    Vamos a contaros lo que pasó ese día.
    • Perífrasis de gerundio: estar + gerundio
    Está acostumbrándose a lo bueno
    • Perífrasis de participio: ir + participio
    Van vendidos mil ejemplares de este libro

    USO DE LAS COMILLAS
    —Hay otro error muy común en tu texto, y es el de usar las comillas para todo. Efectivamente, has usado las comillas latinas, que es lo correcto. El problema está en que no les has dado un código. Es decir, lo mismo nos marcan los diálogos que los pensamientos del protagonista, y eso genera mucha confusión en los lectores. La cuestión es que el autor marque un código diferente para estas dos acciones (diálogos y pensamientos), que ayuden al lector a establecer un patrón.

    Evidentemente. Siempre uso las comillas angulares, («») llamadas latinas o españolas ─en este comentario hay no pocos ejemplos─. Pues verá, señora, si usted profundizó en el enlace que antes indiqué, observaría que el primer ejemplo de escritura en presente que se nos ofrecía, era, como también dije, El Extranjero, de Albert Camus. Es una obra que admiro tanto que me dio por volver a leerla inmediatamente.
    Permítame copiar un pequeño párrafo:
    «El empleado de las pompas fúnebres me dijo algo que no entendí. Le dije: «¿Cómo?». Repitió señalando al cielo: «Pega fuerte». Contesté: «Sí». Poco después me preguntó: «¿Es su madre la que va ahí?». Repetí: «Sí». «¿Era vieja?». Contesté: «Más o menos», porque no sabía la edad exacta.
    Le invito a que me encuentre una sola , repito, una sola raya de diálogo en el conjunto de la obra. Hay algunas, no muchas, para delimitar incisos.

    Aquí tiene usted contestada su observación sobre el empleo que hice de las comillas. Me pareció interesante esta manera de escribir, y como me gustan los experimentos me pareció ideal para llevarlo a mi relato.
    El inicio del relato está escrito con muchas negaciones. No es incorrecto, pero es preferible escribir en positivo siempre que podamos, sobre todo al principio del texto, donde debemos enganchar al lector.
    Nunca lo oí, Pero puede que tenga su razón de ser.

    En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre NO quiero acordarme

    El caso es que, a consecuencia de la falta de descanso, me he levantado de un humor de perros”. Otro de los pecados que cometemos todos es tratar al lector de tonto. Del párrafo ya se deduce que se levanta de un humor de perros “a consecuencia de la falta de descanso”. Esa explicación entre comas,
    Me va a perdonar, pero jamás he tomado al lector por tonto. Yo, no. En cuanto a que se deduzca, no estoy de acuerdo. Por otro lado, a mi relato le venía de perlas por cuanto luego acontece, aunque acontezca mal, como usted indicó.
    —”Lleva una alianza. Ignoro qué secreto encierra. Es bonita…”. Cuidado, que hasta que llegamos a “simpática” no sabemos si “secreto” y “bonita” hacen referencia a la alianza o a Celia.
    Me ha dado un susto de muerte. Me he tirado de bruces a mi relato en busca de la palabra «simpática» creyendo que estaría , no sé, como seis u ocho oraciones abajo…Perdóneme: creo que aquí se ha pasado de la raya. Con todo respeto.
    Los errores que siguen los paso. Soy muy mal mecanógrafo. Seguro que aquí va a encontrar no pocos fallos iguales o peores.
    ¿Forzado lo del ratón? A mí es un final que me satisface. Imagínese que mi relato lo lee alguien que no sabe nada de las doce palabras.
    Creo que me hubiera sido facilísimo meterlo casi en cualquier párrafo. Lo dejé adrede para el final
    En todo caso, un gran trabajo el suyo.
    Mi más cordial saludo

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 23:02
  6. 6. charola dice:

    Hola Baltasar!

    Me gustó tu relato. La acción está en presente, pero tu escrito está en pasado. Estoy de acuerdo con L.M. Mateo y te diré porqué tiene ella razón y te señalo algunas cosas para mejorarlo. Al inicio está bien porque es pasado y tienes que hablar en pasado. Quizás se pueda cambiar, pero no soy tan ducha en la escritura, Así que allí lo dejo.

    – «¿Eh? ». Está demás. No aporta nada. Además la comilla latina está separada. Desaparécela.

    – ¡«Fue ella la que causó mi duermevela!».
    Debe ser: «¡Es ella la que causa mi duermevela!, ahora me doy cuenta».

    – que fue Celia la causa del desvelo,
    Mejor así: que es Celia la…, porque estás escribiendo todo ese párrafo en presente.

    – ¿He dicho que me gusta mi trabajo? Pues hoy lo he odiado. Se me ha hecho el día más largo de mi vida.Con decir que le he pedido al jefe que me dejara salir una hora antes para… para no sé qué mentira que he improvisado sobre la marcha.
    Mejor así: ¿Dije que me gusta mi trabajo? Pues hoy lo odio. Es el día más largo de mi vida. Le pido a mi jefe que me deje salir una hora antes para… para no sé qué mentira que improviso sobre la marcha.

    – Lo primero que he hecho al llegar al apartamento ha sido fisgonear a ver si estaba Celia en el suyo.
    Mejor así: Lo primero que hago al llegar al apartamento es fisgonear a ver si Celia está en el suyo.

    – Está, la he oído y me han dado ganas de golpearme el pecho con los puños como hacen los gorilas.
    Mejor así: Está, la oigo y me dan ganas de golpearme el pecho con los puños como hacen los gorilas. (Muy buena frase. Me gusta, pero escríbela en presente).

    – ¿Y ella? Seguro que ha estado pendiente de mi llegada, o eso es lo que quiero que haya ocurrido. Aún queda una hora para las siete, que se me va a hacer interminable. Había pensado hacerle un regalo, pero me ha parecido trasnochado y he recurrido a las clásicas rosas. Cuando he entrado en casa me he quedado mirándolas. «¡Qué hermosas! Aunque algo cursis, ¿no?» y las he tirado a la basura.
    Podría ser así: ¿Y ella? Seguro que está pendiente de mi llegada, o eso es lo que quiero que ocurra. Aún queda una hora para las siete, que se me hace interminable. Pensé hacerle un regalo y recurrí a las clásicas rosas. Cuando entro a casa me quedo mirándolas. «¡Qué hermosas! Aunque algo cursis, ¿no?» y las tiro a la basura.

    – Lo he abierto y tratado de continuar desde donde ayer lo dejé. Ni a media página he llegado.
    Así: Lo abro y trato de continuar desde donde ayer lo dejé. Ni a media página llego.

    – ¿Yy si ella estuviera al otro lado tratando de oír el sonido del agua?
    Corregido quedaría así: ¿Y si ella está al otro lado tratando de oír el sonido del agua?

    Así tu texto estaría en presente. Algunas cosas quedan en pasado porque tienen que estar porque es el pasado.

    Para que no te quede el escrito muy denso. Cada vez que termines con un punto aparte dale doble espacio. Te quedará mejor presentado.

    A mí me parece que los diálogos deben estar con raya de diálogo. Para que los pensamientos queden con comillas latinas. Pero a veces no lo hacemos bien (como yo) pero poco a poco vamos aprendiendo.

    Ha sido un gusto llegar a tu relato y leerte.

    Saludos. Un abrazo.

    Te invito a leer el mío 134. También con muchos errores. Jeje.

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 23:05
  7. 7. charola dice:

    Olvidé decirte que me gustó el título de tu relato.

    Enhorabuena.

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 23:21
  8. 8. charola dice:

    Soy yo otra vez, Salí y no terminé mi comentario.

    Es acerca de las comillas y rayas de diálogo. Es cierto que puedes hacer los diálogos con comillas latinas. Pero en tu escrito hay diálogos y pensamientos, todos con comillas latinas. Si solo hubiera diálogos estarían bien. Cuando los diálogos van con comillas latinas se llaman diálogos indirectos y son bastante usados. Pero en tu escrito hay también pensamientos y allí convendrían diferenciarlos. Por ejemplo, hay una frase en tu escrito:

    Me digo: «¡Celia!» La llamo.

    Cuando dices: Me digo: «¡Celia!». Está bien el uso de comillas latinas. Pero al decir: La llamo, tendría que ser así.
    —¡Celia!

    Otros pensamientos:
    ¡«Fue ella la que causó mi duermevela!»
    «No tengo ganas, digo». Dices digo, pero es un pensamiento porque no hay interlocutor.
    «¡Qué hermosas! Aunque algo cursis, ¿no?»

    Este es diálogo, aunque no está completado:
    «¿Les pasa algo?, pregunto». «¿Y tú quién eres y qué te importa? ¡Largo!» (¿Quién dice eso? El segundo párrafo falta poner quién habló).
    Tendría que ser así:
    «¿Les pasa algo?», pregunto. «¿Y tú quién eres y qué te importa? ¡Largo!», contestó el tipo.

    ¿Te das cuenta? Si todo fuera diálogo estaría bien. Pero hay pensamientos. Y hay que diferenciarlos.

    En el ejemplo que diste:
    «El empleado de las pompas fúnebres me dijo algo que no entendí. Le dije: «¿Cómo?». Repitió señalando al cielo: «Pega fuerte». Contesté: «Sí». Poco después me preguntó: «¿Es su madre la que va ahí?». Repetí: «Sí». «¿Era vieja?». Contesté: «Más o menos», porque no sabía la edad exacta. Aquí todos son diálogos. No hay pensamientos. Está muy bien. Pero no es el caso de tu escrito. Con todo respeto.

    Un gusto. Nos estamos leyendo.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 01:12
  9. 9. Clau Cruz dice:

    Hola Baltasar:

    Tu relato me ha gustado, has colocado estupendmente las doce palabras que de entrada, era un verdadero lío.

    Espero seguirte leyendo.
    Saludos.

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 18:42
  10. 10. Baltasar dice:

    Hola, Clau Cruz:
    Muchas gracias por tu comentario. Será un placer leerte-
    Mi más cordial saludo.

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 20:09
  11. 11. Baltasar dice:

    Hola, Charola:
    Gracias por tu lectura y tu trabajo al comentarme
    Contesto con mucho gusto.
    – «¿Eh? ». Está demás. No aporta nada. Además la comilla latina está separada. Desaparécela.
    La comilla separada. Tienes toda la razón. Soy un lamentable mecanógrafo.
    Ahora bien: «¿Eh?». Entiendo que sí aporta. Es el momento en que el personaje se da cuenta de que fue ella la del «sueño» y se interroga: «¿Eh?», equivalente a, «Ahora caigo», o la expresión que mejor te parezca. Es, nada menos, el principio de la trama. El origen del cambio de giro. Supongo que has oído hablar del cambio de giro.
    – ¡«Fue ella la que causó mi duermevela!».
    No forcemos el presente por aquello del reto. Tú misma, sin darte cuenta, lo dices: – que (fue) Celia la causa del desvelo,
    porque estás escribiendo todo ese párrafo en presente.
    Claro que estoy escribiendo en presente… hasta que me doy cuenta de la causa del desvelo de la noche anterior. Vamos a ver: Imagínate que el personaje se despierta esa noche y se da cuenta que es Celia la culpable de su desvelo. Claro que no diría «Fue Celia la que causó…, sino; ¡«Es Celia la que causa (o está causando) mi desvelo»!
    Espero quede claro. Si no, no tengo inconveniente en enviarte la definición de «presente actual».
    – ¿He dicho que me gusta mi trabajo? Pues hoy lo he odiado. Se me ha hecho el día más largo de mi vida.Con decir que le he pedido al jefe que me dejara salir una hora antes para… para no sé qué mentira que he improvisado sobre la marcha.
    Mejor así: ¿Dije que me gusta mi trabajo? Pues hoy lo odio. Es el día más largo de mi vida. Le pido a mi jefe que me deje salir una hora antes para… para no sé qué mentira que improviso sobre la marcha.

    Ten en cuenta que cuando el personaje dice todo eso el día laboral ya acabó para él. Se le había hecho largo, había pedido permiso… No le pido. Se lo pedí.
    Copio del mismo texto que cité a L.M.Mateo: PRETÉRITO PERFECTO «He cantado se refiere a una acción realizada en un marco temporal que aún no ha terminado para el hablante en una perspectiva actual: de ahí que haya sido llamado antepresente».
    Ojo a esta palabra: « antepresente»
    Bueno, no sigo más con el tema.
    Para que no te quede el escrito muy denso. Cada vez que termines con un punto aparte dale doble espacio. Te quedará mejor presentado.
    Totalmente de acuerdo. Gracias. O lo que tú muy bien dices, o con sangría, que también recomiendan.
    Gracias por todo, de veras.
    Un cordia saludo.

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 17:14

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