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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La niña de la capa roja - por Wyrell

Una tarde cualquiera en la cabaña del bosque la niña perseguía a un pequeño roedor por los pasillos. La diversión acabó cuando el animalito se escabulló debajo de la escalera. Una voz proveniente de la otra habitación la distrajo.

Su madre llevaba un largo vestido negro que llegaba hasta debajo de las rodillas, luego se dividía, dejando al descubierto unas piernas seductoras. Colgando del brazo llevaba una canasta de mimbre y un trapo de tela para proteger su contenido.

—Tu abuelita está enferma. Haz el favor Caperucita, llévale esta tarta, ¿vale? —Extendió su brazo para entregar la canasta, la niña pudo ver una marca blanca de una alianza desaparecida en el dedo de su madre, viuda y monocromática.—. Pero ten cuidado, hay un lobo en el camino. Es un inquisidor de la vida, que no te atrape.

Caperucita Roja salió caminando al bosque, mirando a su alrededor y contemplando los colores que la envolvían. El cantar de los pájaros la hizo silbar, imitando su dulce melodía. El camino era largo y sabía que tardaría en llegar, pero eso no impediría que se parase un momento a coger algunas florecillas. Será un talismán, pensó la niña, me protegerá de todo mal y también a la abuelita.

Avanzó por el camino de piedras y continuó a paso lento, prestando atención a todo lo que la rodeaba. Los conejos que saltaban en el bosque, huyendo de los astutos zorros que correteaban tras ellos. Los pájaros que detenían su melodía cuando ella se acercaba, solo para ver a la niña alejarse lo suficiente como para retomar su música, aunque esta vez en un tono más apagado. También pudo ver un árbol con atrayentes frutas, en la rama más alta había una enorme naranja que no pudo alcanzar por mucho que lo intentara.

Caperucita desvió la vista al cielo, el sol ahora estaba en el punto más alto. El tiempo parecía transcurrir más deprisa cuando ella se adentraba en el bosque, su madre siempre le decía que se distraía demasiado fácil y eso perjudicaba a los demás. La niña nunca intentó cambiar, todo le producía curiosidad y debía saciar ese sentimiento, sin importar lo que debiera hacer. Solo así podría continuar siendo feliz.

La niña no comprendía por qué su madre no pensaba como ella. Vivía encerrada dentro de un frasco, ignorando el maravilloso mundo que la rodeaba e intentaba que los demás pensaran de la misma forma. Recordaba las historias que su madre relataba sobre su juventud, presumiendo sus habilidades para el tango. Caperucita quería saber qué atormentaba tanto a su madre como para negarse a ver el mundo de mejor manera. “Es un secreto”, le decían.

La niña descubrió que se estaba haciendo tarde, el bosque empezaba a oscurecer. La noche perturbaba a las personas a más no poder, o eso decía su madre, ella no entendía a qué se refería con aquella afirmación. Aceleró el paso al recordar la advertencia “el lobo está al acecho”. Corrió para ver a su abuela, ignorando lo que la rodeaba y a quien la observaba.

Se detuvo. Estaba cansada, no lograba ver nada pero sentía algo. Se giró con lentitud, luego volvió la vista al frente, hacia un cartel que señalaba la dirección de casa de su abuela. Por fin podría estar tranquila, teniendo cobijo. Antes de continuar se volvió una vez más para contemplar los ojos que la observaban desde la distancia, metió la mano dentro de su canasta y contó hasta doce.

La niña golpeó en la puerta.

—¿Estás en casa abuela? Te he traído un regalo.
—Acércate querida nieta —respondió respondió la abuela, solo iluminado por la tenue luz de una vela.

El ambiente estaba raro, tan denso que asustaba. Y aún así la niña se acercó donde su abuela. Ella estaba inmóvil. Todo era muy extraño, como si no pasara el tiempo.

—Ven, siéntate aquí y charla un ratito conmigo.
—Una pregunta abuela…
—Dime, ¿qué sucede?
—¿Y esos ojos tan grandes?
—Son para verte mejor.

Algo no andaba bien, se le acelera el corazón. “Esto no es como siempre” le advirtió la razón. La tención entre ambas crecía poco a poco. Caperucita sonrió, algo no encajaba en su rostro, es como si hubiese cambiado, pasó de ser algo dulce a ser lo más amargo que en su vida ella probase.

Mirando a su abuela, ella se relamió. La señora abrió los ojos llenos de terror.

—Oye Caperucita, que boca tan grande tienes…

Sacando algo de la cesta dijo:

—¡Para comerte mejor!

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10 comentarios

  1. 1. Wyrell dice:

    Aprovecho a decir que no tuve tiempo de ponerme con el reto de este mes, una pena porque quería intentarlo :/.
    También subí una versión de esta historia con 100 palabras a Wattpad (link en mi perfil), por si a alguno le gusta la historia y quiere pasarse a leer la ampliación.

    Un saludo.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 17:01
  2. 2. Roger/NHICAP dice:

    Hola Wyrell,
    Soy tu vecino del 145 y me toca comentar tu relato, una versión libre del texto original: “le Petit Chaperon rouge”.
    Comienzas el relato así: “Una tarde cualquiera…”, en lugar de “Una mañana cualquiera…” para completar las doce palabras obligatorias. Un desliz leve.
    Tu narración me ha dejado descolocado, no entiendo la falta de claridad, que haces de forma intencionada, eso creo, en la parte final del texto porque le resta veracidad a la narración, aunque se trate de un relato del género fantástico.
    Interpreto que has creado una versión con dos “lobos feroces” que se comen, respectivamente, a la abuela en su cabaña y a Caperucita antes de entrar en la casa de la abuela.
    ¿Por qué Caperucita mete la mano en la cesta en dos situaciones frente al lobo?
    Wyrell, soy incapaz de aconsejarte, me faltan luces, pero toma mis comentarios como
    una opinión desde una óptica diferente a la tuya; quizá te sirva.
    A seguir escribiendo
    Un abrazo

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 10:03
  3. 3. Jean Ives Thibauth dice:

    Hola Wyrell.
    Muchas gracias por pasarte por mi texto y por tu comentario.

    Realmente el juego de versionar a Caperucita ha funcionado. Volaba por las palabras viendo otras intenciones en tus palabras. Bravo.

    Sin embargo no entendí el final. Releí la parte en la que va a picar a la puerta porque pensé que me había saltado algo. Pero no fue así. Sencillamente no encuentro justificación para que sea ella la que se coma a su abuela.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 23:38
  4. 4. Javier López dice:

    Hola Wyrell. Me pasa como a Jean Ives, no entendí el final. Trataba de ver otras interpretaciones en tu descripción del camino a casa de su abuela, pero no termino de ver la intencionalidad. y en esta frase, “También pudo ver un árbol con atrayentes frutas”, no entiendo lo de “frutas”, si tiene una naranja es un naranjo, ¿no?, ¿que más frutas puede ver? XD.
    En cualquier caso, reinterpretar un clásico es un reto en sí mismo, enhorabuena. Un abrazo.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 13:54
  5. 5. Wyrell dice:

    Hola Jean, gracias por pasarte por el relato y dejar tu comentario. Intentaré explicar un poco mi intención con el final:

    En el relato de cuenta que Caperucita es una niña curiosa y quiere saciar su interés sin importar qué tuviera que hacer.
    Por esta razón llegando al final pongo la parte del lobo que la observa ( se podría pensar que lo asesina o eso quería expresar) y al llegar de su abuela, para intentar ver qué sentía imitar lo que había hecho con un ser humano, se come a la abuela. Culpa mía el hecho de no haber sabido explicarlo mejor, con 750 palabras se me hizo difícil :/

    Javier, como estas?

    Agradezco tu visita y comentario, siempre un placer 🙂

    Lo del naranjo fue fallo mio totalmente. Falta de corrección (lo hice a las apuradas por falta de tiempo y por eso también aparece otro fallo al inicio del relato, diciendo que la historia transcurre a la tarde cuando en realidad es durante la mañana)

    Me pasaré por tu texto apenas tenga la oportunidad.

    Un saludo.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 17:19
  6. 6. César Bianchi dice:

    Hola Wyrrell, gracias por comentar la microficción que publiqué.
    En otro comentario que te invito a leer, se reveló la historia que quise contar.
    También leí tu texto, del que aprecié una fluida prosa, sin ripios, pero se me hizo poco claro el final. Sin duda escribesa muy bien y es un placer leerte.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 04:09
  7. 7. Dana Romanov dice:

    Hola, Wyrrell.
    Me gustó tu forma de relatar tu historia, con mucha fluidez. También me sonó confuso el final.
    Los comentarios de arriba marcaron los errores, no queda mucho por decir. Habla mucho de la madre y esperaba que ella se sintiera más en el texto, sin embargo los personajes que tienen más peso son Caperucita, la abuela y el lobo, pero no se habla mucho de ellos. No se si me explico.
    Aún así, me gustó mucho la historia. Gracias por compartirla.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 12:05
  8. 8. Anael dice:

    ¡Hola Wyrell!

    Aquí vengo a devolverte tu visita, “Grujo” malo, y a servirte ula promertida ración de lentejas 😉

    La historia me parece original, has cogido un relato tradicional y le has dado un giro final hasta volverla el doble de siniestra (como si Caperucita Roja no fuera lo suficientemente siniestra ya xD). Buen trabajo. Me ha pasado como a los demás, que no termino de entender el final del todo. Si Caperucita no hubiera sacado nada de la cesta antes de gritarle a la abuela y hubiera habido alguna pista lobuna, habría creído que esta caperucita era el lobo de la historia que tenía una historia paralela a la de Caperucita Roja, y que se encontraba con la niña a medio camino de su casa y en vez de llevar la merienda a su propia abuelita loba se iba a cazar a Caperucita y engañaba a la abuela y tmb se la comía. Pero… por lo visto Caperucita saca algo de la cesta antes de entrar en la casa y también después de entrar. Supongo que es el arma con la que se defendió del lobo y con la que decide probar la carne de abuela. Me ha faltado algo de concreción en esa parte, y yo quizá habría hecho que el lobo se comiera (un poco más explícitamente) a Caperucita en la puerta y luego entrara a comerse a la abuela. No lo sé… Como no teng claro qué pasa alfinal tampoco puedo sugerir mucho ^^’

    Ahora vamos con los detalles que me han gustado y las sugerencias, que son como las lentejas, ya lo sabes, si las quieres las tomas y si no las dejas 😉 :

    1. “Haz el favor Caperucita, llévale esta tarta, ¿vale? —Extendió su brazo para entregar la canasta, la niña pudo ver una marca blanca de una alianza desaparecida en el dedo de su madre, viuda y monocromática.—. Pero ten cuidado…”
    Puntuación y puntuación de diálogo. La coma entre canasta y la niña no me procede, creo que debería ser un punto, a no ser que pongas un cuando antes delverbo. Luego sobra el punto que hay al final de la acotación y antes dela raya. Así:
    Haz el favor Caperucita, llévale esta tarta, ¿vale? —Cuando extendió su brazo para entregar la canasta, la niña pudo ver una marca blanca de una alianza desaparecida en el dedo de su madre, viuda y monocromática—. Pero ten cuidado…

    2. “pero eso no impediría que se parase un momento a coger algunas florecillas. Será un talismán, pensó la niña, me protegerá de todo mal y también a la abuelita.”
    Si recoge varias florecillas, l protegerán, ¿no? Tiene que concordar. Serán un talismán y la protejerán. Además, al ser un pensamiento en estilo directo debería llevar comillas latinas, que en Word se encuentran pulsando Alt174 y Alt175. Así:
    pero eso no impediría que se parase un momento a coger algunas florecillas. «Serán un talismán», pensó la niña, «me protegerán de todo mal y también a la abuelita».

    3. “—Acércate querida nieta —respondió respondió la abuela, solo iluminado por la tenue luz de una vela.”
    Errata: doble respondió y iluminado, cuando lo iluminado es la abuela y por tanto debe ir en femenino.

    4. “Algo no andaba bien, se le acelera el corazón. “Esto no es como siempre” le advirtió la razón. La tención entre ambas crecía poco a poco. Caperucita sonrió…”

    En esta frase no entiendo quien piensa que algo no andaba bien. Creo que es la abuela,porque es la que tiene razones para sospechar en este momento, pero no se hace explícito el sujeto. Creo que deberías especificar.

    5. La atmósfera de peligro que rodea al cuento. Se me han puesto los pelos de punta al entrar en casa de la abuela. Sabes como crear tensión y mantenerla, la incertidumbre de no saber qué estaba pasando desde que Caperucita entra y el final sangrieno me han dejado con mal cuerpo y la sensación de peligro a flor de piel.Creo que es lo que pretendías, bien hecho.

    Bueno, me ha gustado el giro que le has dado a la historia, es aún más macabro que el original y juegas con las expectativas del lector. Aún así creo que escondes demasiada información, dejas el final confuso, y eso resta bastante del resto de la historia. Supongo que el límitede palabras no te ha ayudado nada con eso. un truco que puedes hacer es repasar el texto y eliminar partes innecesarias. Creo que había un trozo en el que se remarcan las sensuales piernas del amadre que no hacía falta y restaba palabras, y algún otro detalle descriptivo. por lo demás, bien cumplido el reto, las palabras encajan bien en la historia, y espero que mis sugerencias te sirvan de ayuda para tus textos. Buen trabajo 🙂

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 20:09
  9. 9. Wyrell dice:

    Hola, César.

    Gracias por pasarte por el relato y comentar, he leído la explicación de tu texto y ahora todo cuadra. Interesante sin duda.

    Hola, Dana.

    Gracias por leer y comentar. Lo de los personajes tienes razón, me ha faltado profundizar más, lo hice todo a las apuradas y se vio reflejado en el texto. No volverá a ocurrir :/. Aún así, me alegro que hayas disfrutado de la historia.

    Hola, Anael.

    Gracias por la abundante ración de lentejas, por aquí estamos a 37 grados y comer lentejas con este calor es básicamente como suicidarse, pero el gesto es bien recibido 😀
    Los errores están ahí y cada vez que los veo (como el doble “responde”) comienzo a golpear el teclado con la cabeza por no pararme a corregir el texto.
    Me alegra saber que al menos has entendido la mayor parte del texto y te haya transmitido la sensación que quería trasmitir. Tomaré tus consejos y los tendré en cuenta para la próxima.

    Un saludo.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 23:36
  10. 10. marazul dice:

    Hola Wyrell:curiosa versión del famoso cuento. A ver, yo me voy a centrar en los personajes, y más concretamente en su psicología. Está claro que la madre ocupa un papel importante en esta historia. Esa madre ligera de cascos a la que caperucita se refiere constantemente. Aquí hay una diferencia generacional importante o más bien algún trauma familiar. Asi que no me extraña que la niña se transforme en “mujer lobo” y se coma a la abuelita.
    Creo que has hecho una parodia del cuento. Es original y escribes muy bien, Wyrell. Es verdad que se detectan algunos errores o erratas que faltan por corregir.
    Seguimos todos aprendiendo
    Un abrazo

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 12:49

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