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Memorias de un baile inservible: - por カミロ・アンドレス

El autor/a de este texto es menor de edad

Memorias de un baile inservible:

El baile procedía como de costumbre en fiestas de la élite de aquel entonces, las mujeres jóvenes usaban vestidos ajustados cuyo color predominante era el rojo, en ellos exhibían su esbelta figura, los tacones tendían a una altura extravagante, se tornaba doloroso el solo mirarle los pies a las damiselas, el cabello suelto era mal visto, por ende, las largas cabelleras eran recogidas y adornadas en peinados tortuosamente ajustados, en relación al maquillaje de las señoritas, este buscaba ocultar sus arrugas prematuras y resaltar las cejas que subrayaban los cristales que tenían por ojos, cristales verdes claros y oscuros o azules grisáceos y brillantes, inclusive, había una que otra, la cual, podía presumir una heterocromia, que en lo personal, me resultaba hermosa.

Las damas de mayor edad usaban vestidos más moderados de colores crema provenientes del naranja o amarillo, esto, a excepción de una que otra viuda, las cuales, resaltaban por el negro de sus vestidos. los tacones de las señoras debían ser de poca altura, sus dolores de huesos y la artritis no les permitían más que unos dos centímetros, y en cuanto a su cabello se podría decir que había quienes presentaban ya sus primeras canas, pero en contraparte, había aquellas que gozaban de contados hilos que les prendían de su cuero cabelludo tan blancos como la nieve.

Los accesorios como manillas, pendientes y collares eran diversos, eso sí, debía ser una joya de valor exuberante, normalmente un regalo de su acompañante, si es que tenía la fémina, que era entregado en la mañana del día de la fiesta; algunas mujeres aseguraban que hacer eso daba a las joyas las propiedades de un talismán, lo que a mí parecer, era solo superstición inútil.

Los caballeros no sufrían de tales percances, trajes elegantes donde el negro es rey absoluto, corbata o corbatín rojo, una camisa que contrastara el negro y resaltara el rojo que casi siempre era blanca, pantalón negro que llevase un cinturón apretado, a los más delgados poco o nada les importaba, pero a los más obesos, su mórbida pansa les jugaba una mala pasada y llamaban de manera inmediata la impresión. Por otro lado, los zapatos eran lo suficientemente puntiagudos como para convertirse en un arma mortal, los indicados para la ocasión, brillados hasta la muerte, servían incluso de espejos. Había caballeros que asistían con sus esposas, algunos con sus amantes, otros acompañaban a sus solitarias madres, otros llevaban a sus hijas para encontrar “el mejor postor” por ellas y había los que iban a conseguir compañía y formaban alianzas con quien fuera el cabeza de la familia.

El anfitrión daba inicio a el baile a eso de las doce de la noche, las parejas más experimentadas bailaban un tango en perfecta sincronía, en cuanto a los más inexpertos, zapateaban como si hubiese un roedor por el piso en que pasaban. Después de cierto tiempo se ponía una plataforma en el centro de la sala; la sala era adornada con cientos de pinturas en sus paredes para la fiesta, paredes que ya de por sí, llevaban una preciosa arquitectura, el piso alfombrado tenía un ritmo de patrones abstractos pero continuos, a los laterales se ponían largas mesas donde se servían bocadillos, en el fondo había mesas redondas cuya función era entablar conversaciones vacías; las mujeres chismorreaban y cotorreaban secretos unas de las otras, los hombres discutían de política y economía, pero carecían de argumentos. Estas mesas tenían un frasco en el centro portador de una rosa roja, estaban cubiertas por manteles de seda blancos, había de 4 a 6 sillas en la mesa, frente a ellas, las sillas, y sobre la mesa, los platos de cada uno de los integrantes con sus respectivos cubiertos acompañados de una copa a el lado derecho. En la entrada, la puerta abierta recibía con una bella perspectiva a los invitados, en el techo largos candelabros con cientos de cristales iluminaban el sitio, y a lado y lado de la misma los músicos que tenían la labor de animar la fiesta. Los mozos subían y bajaban a la cocina para servir el vino y la comida.

Cuando el anfitrión subía las escaleras de la plataforma puesta en el centro, donde anteriormente desgastaron las suelas al ritmo de la música los presentes, levantaba su copa llena a la mitad de vino del más añejo y exquisito, daba un breve de discurso del motivo de la fiesta; todos sentenciaban el brindis y empezaban a comer.

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6 comentarios

  1. 1. Táctico dice:

    Buenas カミロ・アンドレス

    En primer lugar, he de decir que me sorprende uses un seudónimo en katakana. Aunque no sé si has vivido en Japón o eres de ascendencia japonesa, pero eso ya es algo muy original, casi único por estos lares.

    Me permitirás que, usando lo poco que sé de japonés, escriba tu nombre en romaji por aquello de que estoy evaluando un texto que has escrito en lengua española.

    Yendo a tu texto, Camiro Andoresu (imagino que será Camilo Andrés), he de decir que como amante de textos ricos en descripciones que no necesitan diálogos, me ha gustado. La forma en que el personaje describe el baile, destacando lo ordinario e insulso que le resulta, a pesar de ser una fiesta para las élites del lugar, me encanta.

    Veo que al principio has escrito el título de la historia. Dado que el título ya aparece en negrita en la parte superior, no creo que sea necesario que lo vuelvas a escribir nuevamente en el texto.

    He echado en falta algún punto y seguido en las extensas descripciones de la escena. Otra cosilla es que, en la primera descripción de las mujeres jóvenes que atienden a la fiesta, creo que podrías haber omitido la referencia a las mujeres jóvenes en alguna de las descripciones. No obstante, usaste varios sinónimos para referirte a ellas lo cual está muy bien.

    Otra cosilla, es cuando describes el color de los ojos. Considero que podrías haber descrito los colores en singular, además, cuando dices: “…cristales verdes claros y oscuros o azules grisáceos y brillantes…” Me generó una ligera confusión, pues hablas de que las jóvenes tenían ojos de distintos colores, unas verde claro, otras verde oscuro, otras de color azul grisáceo, y unas últimas de color azul brillante.
    Al leerlo la primera vez, asumí que las mujeres con ojos azules grisáceos y brillantes eran un grupo, pues no me pareció detectar una clara dicotomía entre que sus ojos fuesen grises y brillantes. En mi mente, ambas cualidades se podían dar a la vez perfectamente. Sin embargo, viendo tu estilo, creo que querías dar a entender que las mujeres tenían ojos de color azul claro y oscuro sin repetir los adjetivos “claro y oscuro”.

    Posteriormente, cuando dices “…,había una que otra,…” creo que cambiar “una” por “alguna” sería preferible.

    Hablando de palabras, hay un momento en el que usas la palabra “exuberante” para describir el valor de las joyas que portan las mujeres. Sin embargo, exuberante hace referencia, más bien, a la “abundancia de algo” que al “valor”. Quizás una palabra como “exorbitante” podría ser más apropiada.
    En el mismo párrafo, al final, expresas como el personaje percibe la superstición como “inútil”, palabra que me sacó un poco de la lectura cuando la vi. En el contexto de tu historia, y dado el estilo y musicalidad del texto, más que “superstición inútil” me hubiese gustado leer algo como “vana superstición”.

    Me encanta la descripción de la “mórbida panza”, aunque tuviste el pequeño despiste de que panza, cuando hablamos de barrigones, se escribe con “z”. Además, más que llamar la “impresión” deberían llamar la “atención”. Si querías usar “impresión” por su acepción de “impresionante”, podrías haber dicho algo como “su mórbida panza de impresión” cuando la describes.

    La metáfora “brillados hasta la muerte” me ha dejado algo desconcertado. La palabra brillado no tiene un plural como el que describes. Quizás quisiste decir “brillantes”.

    Como te dije al principio Camilo, me ha gustado mucho tu estilo. Para resumir, he echado en falta algunos signos de puntuación, se te escaparon un par de palabras (brillados y pansa) y a nivel de la estructura de algunas oraciones, seguro que la puedes mejorar.

    Me parece un texto más que digno.

    それでは、また会いましょう

    Un Saludo.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 09:57
  2. 2. Servio Flores dice:

    Hola カミロ・アンドレス.

    Resaltaré del cuento esa gran capacidad descriptiva, llena de detalles y también la fantasía dentro de él, muy gráfica. Estos dos aspectos más que logrados, felicidades.

    Extrañé los elementos dramáticos, el relato queda sin nudo y sin desenlace, lo cual lo vuelve plano en ese aspecto. Entiendo que el límite de palabras a veces obliga a eso.

    Camilo Andrés,en general es buen ejercicio descriptivo que con unas palabras más se puede potenciar.
    Felicidades, nos seguimos leyendo

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 14:54
  3. 3. Juan Sauce dice:

    Hola.

    En primer lugar, darte la enhorabuena. En la parte superior, junto al título, se menciona que quien escribe este texto es menor de edad, lo cual me alegra mucho, ver que hay jóvenes talentos a quienes le gustan las letras y se esfuerzan en plasmarlas para que otros podamos disfrutar de ellas.

    Y en segundo, felicitarte también por tu capacidad descriptiva, y por cómo has encajado las palabras del desafío en tu escrito. Frases como “los más inexpertos, zapateaban como si hubiese un roedor por el piso en que pasaban” han quedado muy bien.

    Vamos con el texto: dado que hay tantas enumeraciones en cada párrafo, hubiera sido bueno alternar más los puntos y los punto y coma, junto con las comas. Me explico: el primer párrafo, por ejemplo, está distribuído solo a base de comas, lo que hace un poco más complicada su lectura. Pero usando otros signos de puntuación para separar las diferentes temáticas, solucionaríamos ese problema. Yo lo pondría más o menos así:

    “El baile procedía, como de costumbre, de fiestas de la élite de aquel entonces. Las mujeres jóvenes usaban vestidos ajustados cuyo color predominante era el rojo; en ellos exhibían su esbelta figura. Los tacones tendían a una altura extravagante; se tornaba doloroso el solo mirarle los pies a las damiselas. El cabello suelto era mal visto, por ende las largas cabelleras eran recogidas y adornadas en peinados tortuosamente ajustados. En relación al maquillaje de las señoritas, este buscaba ocultar sus arrugas prematuras y resaltar las cejas que subrayaban los cristales que tenían por ojos, cristales verdes claros y oscuros, o azules grisáceos y brillantes; inclusive, había una que otra, la cual podía presumir una heterocromía que, en lo personal, me resultaba hermosa.”

    Coincido con Táctico en cuanto a las palabras “pansa” y “llamar la impresión”. Añadiría que he visto algún “a el” que debería formar la contracción “al”.

    Y en cuanto al estilo, veo que es prácticamente descriptivo, más que narrativo. Quiero decir, describe una escena antes que contarnos una historia. Sí que es verdad que hay una reflexión del personaje sobre todo aquello (“memorias de un baile inservible”) pero al estar reflejada únicamente al principio del relato, queda el final falto de una frase que remarque este pensamiento (por ejemplo, “…empezaban a comer; pero yo ya me había empachado de su hipocresía.”) o que haga un contraste al respecto (“…empezaban a comer; definitivamente lo único que valió la pena en toda la noche.”).

    En cuanto a la intención del texto, resaltar la vacuidad y la hipocresía que se mueve tantas veces en estos ambientes de alta sociedad, está más que sumamente logrado.Comparto contigo este pensamiento.

    Solo una cosa más: deduzco, por los caracteres japoneses de tu alias, que ¿eres un aficionado del manga-anime? Yo soy aficionado al cómic y al mundo de la animación en general. ¡Saludos!

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 00:16
  4. 4. Francis dice:

    Buenos días!
    Comentarte que me ha impresionado tu relato, dada tu edad.
    He leído las anotaciones de los compañeros anteriores y comparto con ellos los comentarios. No los eches en saco roto. Si continúas escribiendo, llegarás a dominar correctamente esta labor tan difícil y tú tienes mucho tiempo por delante.
    Si te apetece, pásate por mi relato. Es el 53.
    Saludos desde Sevilla.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 08:07
  5. 5. John Doe dice:

    Buenas tardes. Tu relato es un notable ejercicio de descripción, que se puede seguir trabajando y puliendo, es interesante el uso del lenguaje. Un abrazo. Si quieres pasar por mi relato estoy en el 232. Sigue escribiendo. Éxitos.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 14:43
  6. 6. Wolfdux dice:

    Como ya han indicado los compañeros, has realizado un notable ejercicio de descripción. Para mi gusto le ha faltado algo que diera emoción al texto, pero por lo demás, nada más que añadir.

    Escrito el 27 febrero 2017 a las 09:53

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