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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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GUADALUPE SOCIAL CLUB - por Andy Garcia

Ángel Saavedra popular escritor estaba trabajando en un ensayo sobre la popularidad de Gardel, de su popularidad a través de los años, y sobre su influencia en las calles de Medellín, Bogotá, Cali, Manizales, Buenos Aires y Montevideo, observaba como debajo de la mesa donde le habían servido su jugo de naranja aparecía un particular animal era un roedor -vale la pena aclarar que estaba disecado-.
De esos que se dejan ver perfectamente en los platos de los comensales en Pasto (capital del departamento de Nariño, Colombia) siendo un talismán para la gastronomía nativa, el escritor estaba bajo la sombra de la fría mañana en un café de la capital de Colombia, un mexicano enigmático era el dueño del lugar, decía ser oriundo de Torreón y el escritor, entre otras se destacaba en algunos de sus artículos para revistas como critico culinario, amaba ir a esos lugares donde la extravagancia se unía con lo tradicional, lo gourmet y lo exótico:
-Descuida señor Saavedra, ese cuy se lo regalo al Guadalupe social club, el señor que nos vendió aquella viuda negra (señalo un estante de mármol que se ubicaba pegado a la escalera del local que también eran de mármol, la viuda negra estaba dentro de un frasco amarillo con un liquido viscoso, ubicado en la mitad de los 2 estantes y encima de los estantes se podían ver banderitas de equipos de futbol de Latinoamérica: del Alianza Lima de Perú, del Peñarol Uruguayo, del Racing de Avellaneda argentino, del América de México y del América de Cali, colombiano, inclusive una del Fútbol Club Barcelona)
El café Guadalupe social club, guardaba un ligero aroma muy sutil a tango dominguero y se respiraba desde la más temprana mañana el aroma de fútbol, las marañas de las redes que se ahogan al grito de gol, porque si acaso hay un país más futbolero que Colombia o Argentina, es el propio México, país que ha sido sede de algunos mundiales de fútbol en diversas categorías.
Todo ello lo entendía a la perfección el señor Saavedra, quien en su obra número doce, la cual estaba escribiendo a forma de ensayo y crónica “las maravillas del tango en clave de Gardel”, Carlitos tenía el mejor secreto de todos guardados en tan solo una de sus letras, su pasión por el fútbol, Saavedra estaba a punto de descubrirla.
Y aunque el menudo escritor desconocía su verdadera razón por estar ubicado en ese recinto, desde que se tomó aquel jugo de naranja, sintió que no se podía ir sin más, su sexto sentido de investigador literario e historiador le instigaban a descubrir el secreto mejor guardado de Carlos Gardel, su fanatismo por el futbol y su afición por el Barcelona y Racing de Avellaneda.
Saavedra subió las escalas y se encontró en el segundo nivel de Guadalupe, un sin número de historias gardelianas, incluso una particular foto de Carlitos, bien ataviado con un bellísimo traje de corte europeo agarrando con sus dos manos privilegiadas un balón de fútbol de esos que otrora se utilizaban, elaborado en cuero, al escritor le causo particular curiosidad un texto que indicaba:
Y Racing era el equipo por el que simpatizaba Gardel, como la mayoría de la juventud de entonces, ya que representaba a comienzos del siglo veinte la argentinización del fútbol, después de la hegemonía de los gringos del Alumni. Aparte del color de la casaca, sus jugadores eran los argentinos hijos de los inmigrantes italianos y españoles.
Finalmente, al encontrar dentro de su obra la canción “RACING CLUB” de Carlos Gardel, comprendió sin que nadie se lo dijera que el mexicano administrador del local, también era un gardeliano y que la banderita que colgaba por encima del estante en la mitad, justo al lado de ambas banderas del América (de la de México y de la de Cali) que representaba los colores y la identidad del Racing, simbolizaba mucho más por Gardel que hasta el mismísimo sombrero de copa que solían usar los tangueros para colgar en sus bares, cafés y demás recintos de la bohemia capitalina.
Sus deducciones finales le dieron a entender que Carlos Gardel era un amante del buen futbol, amaba el Peñarol de Montevideo, América del México D.F, América de Cali, el Alianza Lima de Perú y por sobre todo sus dos más grandes amores el Racing Club y el FC Barcelona, el primero le erigió una estatua, el segundo en años de Gardel, llego a considerarle la mascota del equipo.

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4 comentarios

  1. 1. Maria Jesús dice:

    No tengo palabras para describir como dominas el arte de escribir. Yo soy una mera aficionada en esto de la escritura así que no le pongo pegas. Bien escrito.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 19:17
  2. 2. SanJuanDweller dice:

    Se me hizo difícil seguir el relato por oraciones largas y complicadas. Creo que si revisas el uso de comas, punto y coma y punto, podrás separar mejor las ideas y se podrán apreciar mejor las imágenes que estás creando, que son muy específicas al mundo deportivo. Parece que Saavedra tiene mucho que decir como parte de su asombrosa investigación de Gardel y su conexión con el futbol. Es cuestión de separar un poco las ideas sin perder lo apresurado del relato (lo cual entiendo es parte de la personalidad de Saavedra).

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 21:41
  3. 3. Kriptana dice:

    Hola Andy,

    Veo el relato muy completo, muy trabajado. Sin embargo, la puntuación hace complicado seguirlo en algunos momentos.

    Un saludo,

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 10:20
  4. 4. beba dice:

    Hola, Andy: Alguien, tal vez el ratoncito, se comió las comas y puntos; se indigestó de párrafos demasiado largos, y así quedó seco.
    Puestas las comas y puntos en su lugar, un relato extraordinario por su originalidad y pintoresquismo.¡Por favor, puntúalo para bien de América Latina!
    Un abrazo.

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 12:46

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