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El secreto de Verónica - por Alycia

“He descubierto tu secreto”. Aquellas palabras retumbaban en la cabeza de Verónica, en su pecho, en su estómago, en cada célula de su ser y en cada fibra de su alma.

Había recibido la misiva aquella misma mañana de las manos de un mozuelo zarrapastroso y cubierto de pecas que salió corriendo en cuanto la entregó, sin dar explicaciones y sin esperar respuesta o siquiera una propina.

“He descubierto tu secreto”. El satinado papel de color naranja parecía tener vida propia en manos de la joven viuda, tales eran los temblores que la sacudían. “¿Quién…? ¿Cómo…? ¿Es posible que alguien…?” Porque Verónica tenía un secreto. Inconfesable, como todos los secretos. Y peligroso, más que la mayoría; su vida estaba en juego.

“He descubierto tu secreto. Ven esta noche al pie de la escalera del puente viejo o las consecuencias serán irreversibles. A medianoche.”

Sin dejar de estremecerse, se dejó caer en la silla frente a su escritorio. Depositó la carta sobre la mesa y respiró profundamente mientras giraba la alianza que aún llevaba en su dedo. Inspirar, vuelta al anillo, espirar. Otra vez. Y otra. Sus pensamientos comenzaron a aclararse. Bien, no quedaba más remedio: acudiría a la reunión y saldría de dudas. Su determinación crecía mientras su desasosiego se acrecentaba aún más.

“He descubierto tu secreto”, le cantaba el reloj. Tic “he descubierto…” – Tac “…tu secreto”. Tic “he descubierto…” – Tac “…tu secreto”. Tic “he descubierto…” – Tac “…tu secreto”. Si el descarado artilugio no hubiera sido un regalo de su anciana tía, lo hubiese arrojado por el ventanal. Se conformó con mirarlo con desprecio.

Poco antes de la hora señalada, Verónica, con su vestido largo y su capucha color noche de otoño, se contempló en el espejo y lo que vio le pareció aceptable. Si es que existía alguien tan loco como para vagabundear por el pueblo a esas horas bajo la lluvia, no la reconocería.

No obstante, tomó el frasco de cristal de la alacena y se sirvió una generosa copa de licor para darse ánimos. Salió por la puerta trasera a la fresca noche de noviembre y enfiló el camino hacia las afueras de la villa, por las calles más oscuras y después por el sendero de tierra que conducía al viejo puente, arrebujada en su capa y sujetándose la capucha con una mano.

La sombra de otra figura encapuchada se recortaba contra los escalones ruinosos. A medida que Verónica avanzaba bajo la llovizna, la figura era cada vez menos sombra y más un hombre. Sonaban las campanadas de las doce en el torreón de la iglesia.

—¿Y bien? —le espetó la viuda cuando estuvo a dos pasos del desconocido.

Este se giró lentamente, de modo que dejó asomar su rostro entre las sombras de su capa.

—Verónica, mi bien amada… —comenzó a farfullar el alcalde con su voz más pastosa de lo habitual por el vino ingerido en la taberna durante toda la tarde. —No hables, no digas nada…

Y Verónica callaba, no por obediencia, sino por estupefacción. Si el alcalde conocía su secreto… Miró con disimulo alrededor esperando encontrar a los guardias preparados para prenderla. Sin embargo, estaban solos.

—He descubierto tu secreto —ella callaba con el corazón en un puño. —Eres joven, estás sola y anhelas compañía en tu dormitorio por las noches…

—¿Qué demonios…? —el alcalde dio un paso tambaleante hacia ella, pero Verónica retrocedió con agilidad.

—Yo puedo hacerte compañía… No lo niegues, yo sé los deseos que habitan en tu corazón, nadie tiene que saberlo, será nuestro secreto —y trató de abalanzarse sobre ella.

—¡Maldita rata! ¡Aparta! —Verónica ya no callaba. —¿Y tu mujer? ¿Tampoco ha de saberlo?

Llevó su mano izquierda al talismán que colgaba de su esbelto cuello y extendió la otra mano hacia el alcalde.

—Rata.

Con un chasquido, el hombre que fue alcalde desapareció. En su lugar, un pequeño y feo roedor salió corriendo a ocultarse tras las piedras caídas.

La joven viuda dio media vuelta para regresar a su hogar, con una sonrisa plácida pintada en el rostro y con un alivio tan indescriptible que llenaba su cabeza de música. “Mi secreto sigue siendo solo mío”, canturreaba en compases de tango.

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12 comentarios

  1. 1. Rita dice:

    Hola, Alycia.
    Un buen relato. Me ha gustado, con ese halo de misterio que le das. Las doce palabras están bien situadas, sin forzar. El giro de fantasía que das al final me gusta mucho.
    Ahora bien, tengo que señalarte algunos errores que he visto:
    1. Para empezar, cuando estaba leyendo, esta parte me ha desconcertado un poco y me ha sacado de la lectura:
    Tic “he descubierto…” – Tac “…tu secreto”. Tic “he descubierto…” – Tac “…tu secreto”. Tic “he descubierto…” – Tac “…tu secreto”.
    No sé cuál es la función de los guiones (–) aquí. Si querías una separación distinta al punto te aconsejo probar con el punto y coma (;). Los guiones son para el diálogo y aclaraciones en la narración.
    2. Esta oración me parece un poco larga, la dividiría, al menos, en dos partes:
    “Salió por la puerta trasera a la fresca noche de noviembre y enfiló el camino hacia las afueras de la villa, por las calles más oscuras y después por el sendero de tierra que conducía al viejo puente, arrebujada en su capa y sujetándose la capucha con una mano.”
    3. En la siguiente intervención veo un error, el cual has cometido a lo largo de todo el diálogo: —Verónica, mi bien amada… —comenzó a farfullar el alcalde con su voz más pastosa de lo habitual por el vino ingerido en la taberna durante toda la tarde. —No hables, no digas nada…
    El inciso de un diálogo se cierra con el guión seguido del punto (coma o punto y coma o un espacio, dependiendo de cómo continúe la oración). Por lo tanto, quedaría así:
    —Verónica, mi bien amada… —comenzó a farfullar el alcalde con su voz más pastosa de lo habitual por el vino ingerido en la taberna durante toda la tarde—. No hables, no digas nada…
    “El vino ingerido en la taberna durante toda la tarde”. Me chocó al principio porque me pareció información de más que sólo conocía el propio personaje, pero parece que has utilizado el narrador omnisciente, así que está bien.
    4. En esta otra intervención tienes otro error:
    —Yo puedo hacerte compañía… No lo niegues, yo sé los deseos que habitan en tu corazón, nadie tiene que saberlo, será nuestro secreto —y trató de abalanzarse sobre ella.
    Cuando el verbo principal del inciso es de habla (decir, hablar, gritar…) la primera palabra que sigue al guión es en minúscula. Por el contrario, si no lo es, debe ir en mayúscula y, además, la última palabra de la oración debe ir seguido de punto. Además, creo que abusas del uso del pronombre “yo”. El segundo lo quitaría y cambiaría la frase además de dividirla. También creo que sobra la conjunción “y”, quedando así:
    —Yo puedo hacerte compañía… No lo niegues, conozco los deseos que habitan en tu corazón. Nadie tiene que saberlo, será nuestro secreto. —Trató de abalanzarse sobre ella.
    O si quieres:
    —Yo puedo hacerte compañía… No lo niegues, conozco los deseos que habitan en tu corazón. Nadie tiene que saberlo, será nuestro secreto. —Y trató de abalanzarse sobre ella.
    No he encontrado más errores, aunque veo una pequeña incoherencia. Hacer desaparecer a alguien tan importante como un alcalde es algo complicado. Y tendría graves consecuencias hasta el punto de llegar a ser descubierta si investigaran. Así que hay que tener cuidado con esto.
    Por lo demás, repito: buena historia y entretenida. Mi enhorabuena.
    Espero haberte ayudado.
    Si quieres pasarte por mi relato, es el 117.
    Saludos.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 16:07
  2. 2. Alycia dice:

    Gracias por comentar, Rita.
    Me son especialmente útiles tus aclaraciones sobre el uso de los guiones, que he de aprender. Hace mucho que no escribo y estoy oxidada, mucho. Era más importante lanzarme a enviar el relato que otra cosa.
    Respecto al final, podrían investigar y hallar culpable o no de los hechos, culpar a otra persona, que la bruja sepa cubrir bien sus huellas o incluso que después del susto ni le importe que la descubran… Pero eso ya, es otra historia 😉
    En breve me pasaré por tu relato.
    Saludos de una novata,
    Alycia

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 21:51
  3. 3. Fabi dice:

    Me encantó este cuento desde el título!
    El mío es el 68.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 17:53
  4. 4. Rakel dice:

    Hola Verónica,

    Me ha parecido muy interesante tu relato y la manera como has dilatado el tiempo manteniendo así la intriga. También el giro que toma la historia al final.

    Un placer leer tu escena.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 22:21
  5. 5. Marián dice:

    Hola Alycia. Tu relato me ha gustado. Consigues mantener la intriga hasta ese final tan fantástico que le da un plus importante.
    Me ha parecido que el párrafo del “Tic…Tac…” corta un poco el ritmo y no aporta mucho.
    Saludos,

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 14:22
  6. 6. Arnoldo Supiar dice:

    Querida Alycia: muchísimas gracias por tu critica a mi escena. De hecho, me encanta tu forma de leerlo porque en mi opinión el relato crece con las lecturas alternativas que le da el lector. Lo que puedo decirte es que mi intención no era dar a entender que el anciano use de la violencia con los matones, al contrario, quiero exponer que la debilidad del anciano contrasta con la aparente fuerza de los matones. Mi visión es que los agresores también son débiles y, en este sentido, caen en las garras de otra violencia más fuerte, en una pelea de pandilleros. El llavero, la alianza y el frasco son objetos con los que quiero poner de manifiesto la zona de seguridad del anciano. Me gustan lectores como tú porque estoy convencido que dentro de esos lectores hay buenos escritores. Gracias por leerme y por tus comentarios.
    Besos,
    Arnoldo

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 17:38
  7. 7. Guagner dice:

    Lo importante es que HAY cuento.
    Los errores en los guiones no son importantes, ya se van a ir solucionando.
    Le final está bien. El comentario de Rita me parece rebuscado: no importa lo que pasa después.
    Lo que por ahí estaría bueno es dar indicios ínfimos de que es una bruja. La ropa, o que piense en “reuniones con las chicas en el bosque” (aquelarre), o de “como le gustan los niños”, o cosas así, de bruja.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 18:33
  8. 8. charola dice:

    Hola Alycia!

    Me gustó tu relato. Me tuviste en vilo hasta el final.
    Felicitaciones!

    Un beso. Nos leemos.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 07:25
  9. Hola, Alycia: Me ha encantado tu relato desde el principio. Si bien compartimos que ambos van de un secreto, el tuyo es mucho mejor.
    La forma de redactarlo, la sorpresa del secreto, ese tic-tac del reloj y los detalles que vas dando y cómo paras el tiempo con la repetición de palabras, me ha gustado mucho.
    Enhorabuena.
    Un saludo

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 21:25
  10. 10. Wolfdux dice:

    La historia en si esta muy bien, me gusta el halo de misterio que tiene, pero el final lo veo precipitado. Pasa todo muy rápido, no sé… No me a sorprendido que sea una bruja, y creo que se debe a esa precipitación de la que te hablo. Por otro lado, has abusado de “secreto”, lo has escrito trece veces en un relato que es breve. Por último, como ya te han dicho, hay que revisar los diálogos.

    Por lo demás, un relato bien escrito que engancha hasta el final. Un saludo.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 19:50
  11. 11. Rita dice:

    Guagner, sobre el final, no creo que sea rebuscado. Es sólo mi opinión; cada uno tiene la suya. Yo creo que hacer desaparecer a un alcalde es difícil (con magia o, simplemente, secuestrándolo o matándolo), porque es alguien importante, un personaje público. No es lo mismo que si fuera un vagabundo sin familia a quien, tristemente, nadie echaría en falta. Por eso lo he comentado. No era mi intención molestar a nadie (por si es lo que ha parecido), sólo dar mi opinión y ayudar con los mejorables (cada uno decide si hacer caso de ellos o no). Es lo que me vino a la cabeza en el momento.
    Alycia tiene su opinión, tú la tuya y yo la mía.
    Además, yo creo que sí importa lo que pudiera pasar después. No por nada, sino porque el texto debe ser coherente. Pero bueno, Alycia ya se ha explicado, así que nada más.
    Sólo eso.
    Saludos.

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 00:23
  12. 12. Alycia dice:

    Rita, Fabi, Rakel, Charola, Leonor, Marián, Guagner, Arnoldo, Wolfdux:
    Mil gracias por dedicarme un ratito y comentar mi texto.
    Anoto vuestras sugerencias y los errores que señalais.
    Nos leemos,

    Alycia

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 19:53

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