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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El mentiroso - por Daniel Escobar Celis

Web: http://danielecelis.blogspot.com/

De manera intermitente, van resonando las fichas de dominó sobre la mesa de madera. Los malos chistes y las carcajadas de celebración acompañan las mentadas de madre de los perdedores. Una ronda, dos rondas, tres rondas… se presentan en sucesión hasta decidir la suerte de los participantes.

—Esta vez estuvo cerca, si tan solo… (se escucha la voz de Luis, mientras camina en dirección a su hogar, después de perder por quinta vez consecutiva).

Antes de llegar a su destino unos panas se encuentran con él convidándolo a jugar truco. Luis, dubitativo rechaza inicialmente la oferta. Sin embargo, luego de observar la insistencia de sus panas y la botella de cacique, se desvanece su poca resistencia.

Entre gritos de truco, de retruco y algunos tragos se van esfumando los restos de la quincena. Tambaleante llega a su casa entrada la madrugada. A duras penas es capaz de abrir y cerrar la puerta. Sin quitarse la ropa se acuesta en su cama vacía, al igual que su hogar. Hacía meses que su esposa se había hartado de su comportamiento abandonándolo. Aunque eso no parecía afectarle, ya que se sentía libre al no tener a nadie que le reprochara sus borracheras y horas de llegada.

Lunes en la mañana. Observa en su celular la lista de llamadas perdidas y mensajes, decidiendo ignorarlos. Somnoliento y con una gran resaca producida por el festivo fin de semana, sale de su hogar a esperar el transporte de la siderúrgica. Al llegar, luego de saludar a sus compañeros se coloca su casco, guantes, lentes y tapa oídos. Comenzando así su rutina repetitiva.

Como un robot programado coloca la punta de la bobina de metal en posición. La máquina con precisión milimétrica la desenrolla y corta en láminas estándar. Al llegar el descanso aprovecha para conseguir un periódico. Haciendo a un lado el resto del papel impreso, se concentra en la sección que considera más importante. “Nojoda, salió el 315 y jugué el 513”, se queja mientras sigue escudriñando en las hojas grises. “The King Black, llegó cuarto, estaba seguro que ganaría, bueno esta vez le apostaré a Rucio Moro que no puede perder”.

Una llamada lo interrumpe, Luis observa el número y apaga el celular. Poco después se dirige al comedor. Cuando está cerca ve a un conocido y se escabulle tratando infructuosamente que no lo vea.

—¡Luis, hey Luis!, ¿A dónde vas?, ¿cuando piensas pagarme lo que me debes? (Grita un sujeto, mientras se le acerca visiblemente molesto).

—Hola, Kelvis, no te había visto. Esta misma semana te pago, no te preocupes por eso.

—¡Me tienes mareado con eso desde hace más de un mes!, y ¿por qué No contestas el celular?

—No vale, tranquilo que esta misma semana te pago. No te he pagado porque cuando voy a buscarte con la plata no te consigo. Y vale lo que pasa con mi celular es que tiene problemas, no quiere recibir llamadas y cuando menos pienso se apaga.

—No sé cómo vas a hacer, pero si este viernes no me pagas iré a tu casa y te sacaré a golpes para que me pagues.

Luis, apenas logró contener la rabia de su compañero asegurándole que no le debería más dinero. Y quizás esta vez aquello fuese verdad. Pues dentro de sí decía. "Esta misma semana me pagarán el bono y saldré de toda deuda".

***

Aquella misma semana una triste noticia se regó entre los compañeros de Luis. El desconcierto y la tristeza invadieron aquel ambiente de trabajo. Los trabajadores hicieron una vaca diciendo “con el bono no será suficiente, hagamos una vaca entre todos”. Aquellos hombres movidos por la compasión se dirigieron a la casa del infortunado. Llegados al lugar tocaron la puerta diciendo.

—Disculpe, ¿esta es la casa de la familia Perdomo?

Una mujer de alrededor de unos sesenta años abrió la puerta y con rostro de sorpresa respondió:

—Si, esta es la familia Perdomo. ¿Qué desean?

—Somos compañeros de trabajo de Luis, sentimos mucho lo de su madre la señora Cecilia.

—¿Cómo?, ¿de qué hablan?, yo soy Cecilia la madre de Luis.

Aquellos hombres quedaron atónitos sin poder emitir palabra alguna. Unos segundos después de manera vacilante uno de ellos exclamó.

—¡Pero si Luis nos dijo a todos que su madre había fallecido!

—¡Ese desgraciado no aprende!, ya es la segunda vez que me mata…

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14 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Daniel:
    Gracias por pasar por mi relato.
    El tuyo es de la vida real, la de todos los días. Es un caso que se repite continuamente entre quienes genéticamente heredan el síndrome de la ludopatía.
    Muy bien escrito, certero en el enfoque de la psiquis del personaje.
    Me ha gustado por el lenguaje simple, plano, típico del medio en el que labora Luis.
    Te felicito.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 01:25
  2. 2. SBMontero dice:

    La historia es muy buena y el final de su madre difunta quejándose de que la mate tanto es genial.

    Pero hasta ahí.

    Primero, los paréntesis no se utilizan para hacer aclaraciones de diálogo. Aquí, “—Esta vez estuvo cerca, si tan solo… (se escucha la voz de Luis, mientras camina en dirección a su hogar, después de perder por quinta vez consecutiva).”, no van paréntesis, lo suyo es que cierres el diálogo y aclares lo que quieras. Lo vuelves a hacer a lo largo del texto.
    Segundo, te faltan aclaraciones de diálogo más abajo.
    Tercero, no hace falta hacer cierres de párrafo con ***, si está bien narrado el cambio entre escenas no debería chirriar.
    Y cuarto, creo que esto ya te lo he comentado, tienes que mostrar qué es lo que quieres que el lector vea, no contar lo que ves tú. La diferencia estriba, en parte, en dejar que sea el lector quien se cree la imagen, y en parte, en forzar y/o limitar lo que el lector puede, o no puede ver en esa imagen que debe hacerse cuando nos lee. Es evidente que el menos es más también influye, y mucho.

    Déjame ponerte un ejemplo sobre este original tuyo:

    Llegados al lugar tocaron la puerta diciendo.
    —Disculpe, ¿esta es la casa de la familia Perdomo?
    Una mujer de alrededor de unos sesenta años abrió la puerta y con rostro de sorpresa respondió:
    —Si, esta es la familia Perdomo. ¿Qué desean?
    —Somos compañeros de trabajo de Luis, sentimos mucho lo de su madre la señora Cecilia.
    —¿Cómo?, ¿de qué hablan?, yo soy Cecilia la madre de Luis.
    Aquellos hombres quedaron atónitos sin poder emitir palabra alguna. Unos segundos después de manera vacilante uno de ellos exclamó.
    —¡Pero si Luis nos dijo a todos que su madre había fallecido!
    —¡Ese desgraciado no aprende!, ya es la segunda vez que me mata…

    Ahora hagámoslo de forma que el lector pueda meter en medio su imaginación y, de paso, eliminemos lo innecesario:

    Al llegar tocaron en la puerta. Les abrió una mujer de unos setenta años.
    —Disculpe, ¿esta es la casa de la familia Perdomo?
    —Si, ¿Qué desean? —preguntó.
    —Somos compañeros de Luis y veníamos a darle el pésame por la muerte de su madre.
    —¿Cómo? ¡Yo soy la madre de Luis! —dijo atónita agarrándose el cuello de la bata mientras se persignaba tres veces.
    —Disculpe, señora, Luis nos dijo que había fallecido —soltó vacilante uno de ellos a modo de disculpa.
    —¡Ese desgraciado! —dijo la mujer con los ojos como platos —, ¡Es la tercera vez que me mata!

    No digo que deba ser así, lo que digo es que debes eliminar lo superfluo y dejar espacio para que el lector pueda imaginar parte de la escena; mostrar, no contar.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 12:11
  3. 3. charola dice:

    Hola Daniel!

    Aquí estoy. Gracias por comentar mi relato.
    Vamos al tuyo, me gustó. Es un personaje de la vida real, el que juega y pierde dinero, esposa e hijos y no aprende. Lo has retratado tal cual. Me gustó también que hayas utilizado palabras locales. Me hiciste ir al diccionario, pues no conocía qué quería decir: pana, truco, retruco y vaca (en el sentido que lo usaste). Pero, está bien, pues creo que se debe ser un lector activo y tú me obligaste y te lo agradezco. Una vez que supe esas palabras leí tu cuento de corrido el que tiene un buen final.

    SBMontero te ha hecho la observación muy pertinente de algo que yo suelo hacer también: contar y no mostrar, pero poco a poco podemos avanzar. Tienes una buena historia y comenzaste muy bien “mostrando”. Sigue escribiendo. Te buscaré en los próximos escritos.

    Felicitaciones por este.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 01:56
  4. 4. Ebea dice:

    Hola Daniel, agradecida por tu visita he pasado a leer tu trabajo.

    Veo que SBMontero ha realizado un excelente trabajo de corrección así que no me queda añadir nada en ese punto.

    La representación de la ludopatía está muy lograda, el personaje principal tiene una locución interna con el lector y el desarrollo de la escena en general es fluido.

    Como a otros compañeros castellanoparlantes y no hispanohablantes las diferencias lógicas en el vocabulario me obligaron a acudir al diccionario en varias ocasiones (el significado de vaca en el contexto me dejó completamente descolocada) pero siendo razonable, imagino que te sucede lo mismo cuando te toca corregir nuestros trabajos.

    Como única puntualización a un comentario del compañero Luis Ponce que me veo obligada a realizar.
    La ludopatía no es un mal genético, es un trastorno del comportamiento de la variante obsesiva-compulsiva. Es de origen diverso, mayormente carencias afectivas en la infancia o inclusive consecuencia de trastornos neurológicos mal diagnosticados o tratados.
    Lo que desde luego no es, es genético y lo puntualizo porque las enfermedades genéticas son una parte heredada inevitable de nuestra persona mientras que los trastornos de comportamiento sí lo son.
    Las enfermedades genéticas afectan a la parte física y material de nuestra persona, la cual si se trata en concreto del cerebro pueden provocar enfermedades mentales derivadas como puede ser la demencia, el alzeimer, la depresión y son estas enfermedades del deterioro del tejido físico las que provocan las alteraciones de personalidad y comportamiento…
    Por el profundo respeto que le debo sobre todo a los familiares y también a los enfermos de trastornos mentales que sufren mucho desprecio por estas causas es importante puntualizar que por ser hijo de un ludópata, un alcohólico o un politoxicómano no llevas un gen “suicida” que te provocará caer en esos comportamientos si se te ocurre beber una copa, jugar a cartas o probar droga (algo que tampoco debéis hacer aún sin la duda del riesgo genético).
    Cuando en una familia se dan múltiples casos de esta índole suele ser por la situación de desestructuración familiar que provocan las personas con estos comportamientos o por enfermedades neurológicas mal diagnosticadas como la demencia tipo PIC o el trastorno depresivo crónico (déficit en la producción de serotonina) etc.

    En fin, una vez puntualizado lo anterior, finalizo con mi felicitación por tu excelente trabajo, espero seguir leyendo tus aportaciones en siguientes talleres.

    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 09:39
  5. 5. Jose Luis dice:

    Hola
    Gracias por pasarte por mi relato a comentar.
    Tu cuento tiene una dosis de realidad, de cruda realidad de hoy en día, porque la ludopatía es un problema que afecta a la persona interesada y las de su alrededor, y eso puede ser lo que más pese. Diría que el texto, aunque entretenido, rezuma tristeza y patetismo hasta justo el final, que le da un toque humorístico y le quita un poco de hierro al asunto.
    Un saludo

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 12:52
  6. 6. Marisa dice:

    Hola Daniel, he leído tu relato y comparto en todo las observaciones que te hizo SB Montero.

    A seguir escribiendo.
    Saludos

    Soy el relato nro 154.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 15:03
  7. 7. Marisa dice:

    Agrego una observación que omití decirte: el adjetivo posesivo “su” se repite en demasía cuando puede omitirse o ser reemplazado por “el”.

    Saludos

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 15:39
  8. 8. Anael dice:

    ¡Hola Daniel!

    Muchas gracias por comentar mi texto, vengo a devolverte la visita 🙂

    A continuación los detalles que me han gustado y algunas sugerencias, que ya sabes, son como las lentejas, si las quieres las tomas y si no las dejas 😉 :

    1. “Pues dentro de sí decía. “Esta misma semana me pagarán el bono y saldré de toda deuda”.”
    Yo lo pondría con dos puntos y las comillas latinas recomendades por la RAE (Alt+174 y Alt+175 en Word). Así:
    Pues dentro de sí decía: «Esta misma semana me pagarán el bono y saldré de toda deuda».

    2. “Luis, dubitativo rechaza inicialmente la oferta.”
    Dubitativo enre comas o sin comas, porque es una acoación. Pero sólo una creo que no es correcto.

    3. “La máquina con precisión milimétrica la desenrolla y corta en láminas estándar.”
    Creo que le falta algún signo de puntuación que se te ha olvidado:
    La máquina, con precisión milimétrica, la desenrolla y corta en láminas estándar.
    Si no pones las comas la frase me resulta confusa…

    4. El personaje del mentiroso está muy bien creado, se ve cómo se va convenciendo a sí mismo desus propias mentiras, una muy buena ilustración de un ludópata.

    5. El final es maestro, lo de matar a la madre por segunda vez casi me mat a mí, jajaja. Muy buena.

    Me ha gustado mucho tu cuento, fiel al espíritu del personaje y con un final redondo y sorprendente. Espero que las sugerencias te sirvan para redondear el texto que es muy bueno. Enhorabuena.

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 19:32
  9. 9. Laura dice:

    Hola Luis.
    Un buen relato, bien estructurado, con un buen final. Maravillosamente retratado tu personaje desde los hechos.
    No voy a repetir acotaciones.
    Tan sólo, que sigas escribiendo.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 11:24
  10. 10. Cryssta dice:

    Hola Daniel, gracias por pasarte por mi relato y comentar. Ya los compañeros te han hecho notar fallos así que a mí solo me queda decirte que la historia de tu relato me ha gustado.

    Un saludo.

    Escrito el 24 marzo 2017 a las 14:15
  11. 11. María Esther dice:

    Hola Daniel, leí tu historia con fluidez, me resultó interesante. El protagonista
    está bien construido en el papel que representa, mostrando su conflicto interior: él quiere pagar y se convence que lo hará, pero llegado el momento su voluntad se doblega, y triunfa su obsesión compulsiva, que lo lleva a urdir la mentira fatal.
    La historia está bien escrita en cuanto a su estructura y desarrollo. Las sugerencias formales ya te las marcaron con claridad otros compañeros.
    Sigue escribiendo y nos leemos en la próxima.
    Saludos Maritel.

    Escrito el 28 marzo 2017 a las 03:30
  12. 12. charola dice:

    Hola Daniel!

    Concuerdo con Luis Ponce en que la ludopatía es la única adicción no mediada por sustancias que los psiquiatras biológicos reconocen como una enfermedad mental que se hereda genéticamente. Los problemas de ludópatas tienen mucho que ver con la genética, tal vez no en todos los casos, pero sí en la mayoría, donde algunas personas son más propensas que otras.

    Si hay interés, aquí están algunos links:

    http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/06/08/neurociencia/1275984556.html

    http://www.futurosinjuego.org/t65-la-herencia-genetica-de-la-ludopatia

    Saludos. Hasta el próximo Literautas.

    Escrito el 28 marzo 2017 a las 04:15
  13. 13. Roger/NHICAP dice:

    Hola Luis,
    Paso algo tarde a devolver tu visita que agradezco sinceramente.
    Me ha gustado la historia escrita de manera sencilla y muy natural. En mi opinión, el mejor logro se debe a la excelente caracterización del personaje ya que reflejas con hechos, y no con meras descripciones, la personalidad y el carácter de Luis. Buen trabajo y si mejoras los defectos de forma que ya te indicaron, quedará un estupendo relato.
    Um abrazo.

    Escrito el 1 abril 2017 a las 17:53
  14. 14. Roger/NHICAP dice:

    Perdón Daniel por llamarte Luis. Una prueba de que me atrapó el personaje

    Escrito el 1 abril 2017 a las 17:55

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