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El mentiroso - por Doralú

Una mañana soleada de marzo, Bruno José va camino a casa tarareando una antigua canción de Juan Gabriel. Al llegar, ve a Marilda y a los niños revisando bajo los muebles de la sala.
—¡Amor, no consigo a Rubí! ¿La viste esta mañana antes de salir? —preguntó Marilda.
—¿Rubí? ¿Quién es Rubí? –Respondió lentamente mientras daba un gran bostezo.
Marilda, con labios apretados y mirada de disgusto, se levantó del piso y ripostó en tono desagradable:
—¡No me vengas con eso Bruno! ¡Rubí… Rubí! ¡La mascota de los niños!
—Quédate tranquila, ya aparecerá –respondió restregándose la nariz de manera insistente.
Al ver este movimiento, Marilda preguntó acremente: —¿Tienes alergia nuevamente?
Bruno esta distraído jugando con un botón de la camisa. —¿Yo? ¡No mujer! Lo que estoy es feliz, salí a la feria de las pulgas a vender el Diccionario de Latín y ya tengo un dinerito en el bolsillo. ¿Por qué no me haces un rico desayuno?, de esos que me hacen enamorar de ti nuevamente?
—¡Pero bueno chico! ¿Vistes o no vistes a Rubí? Los niños y yo hemos buscado por todas partes y no la encontramos. Estoy preocupada, tiene mucho tiempo sin comer.
Bruno, de manera zalamera continuó: —Serénate querida, dame un beso, mira que también conseguí dos entradas de cine para esta noche.
Marilda, lo miró de reojo por un instante. Su instinto le advierte mediante un suave tintineo que algo anda mal.
—Papi, mira lo que conseguimos. —Dice Camilo, su hijo menor mientras le muestra un zapato roído y el antifaz de Thomas vuelto leña.
—Ayúdanos a buscar a Rubí. ¿Si? ¡Por favor, por favorcito, plissss papi! —Implora Miguel con voz llorosa y juntando las manos en ademán suplicante delante del pecho.
Ante esta situación, Bruno se frota el cuello varias veces y responde con mucha displicencia:
¬—Esta bien niños. Camilo y tú revisen en el cuarto principal, Thomas y Marilda en el cuarto de ustedes y yo buscaré aquí en la sala. Registren bien debajo de las camas y en los closets. No se preocupen, ya verán que conseguiremos a Rubí.
—Háganle caso a papá, ya los acompaño. —Ordena Marilda, que siente que su instinto da un fuerte tintineo de alerta, «¡Dios que no sea lo que imagino!» Y dirigiéndose a Bruno, lo increpa:
—¡Bruno José, escupe todo lo que sabes! ¿Tú tienes que ver con la desaparición de Rubí?
—¿Yo? ¡No mujer! ¿Estás loca? –Lo dijo de manera enfática y cada vez más exaltado continuó: —¡Mírame bien, mírame a los ojos! ¡Veme, veme, no miento! No tengo nada que ver con su pérdida.
Marilda, frunce el ceño y hundiendo los ojos en el piso dirige pesadamente sus pasos a la habitación de los niños. «Es un gran padre aunque a veces…». Sus sentimientos son un saco de gatos y llega a su memoria una frase que la estremece: «… vuelve la noche… vuelve el dolor, el miedo y la tristeza»
Mientras tanto, Bruno necesita urgentemente tener la mente clara y mira con ansiedad al televisor que está en lo alto, al fondo de la sala. Dirige sus pasos hacia allá, levanta la mano y toma la botella de ron que tiene escondida. «¡Dios, un trago! ¡Solo uno es lo que necesito!» y bebe desaforadamente directo de la botella.
En ese instante, el timbre suena persistentemente.
—¿Quién toca de manera tan grosera? —Dice malhumorada Marilda mientras regresa y se dirige a la puerta.
—¿Aquí vive el señor Bruno? –pregunta de manera áspera un hombre muy joven con cara de pocos amigos.
—Sí. ¿Y se puede saber qué se le ofrece? —Contesta airadamente Marilda.
—¡Que me devuelva mi dinero! ¡Se ha burlado de mí! Me vendió esta mascota diciendo que era macho y es hembra. En la feria me dijeron que él tiene la costumbre de engañar a los compradores. ¡Quiero mi dinero ya!
Marilda gira sobre sus talones y busca con la mirada a Bruno, mientras con mucha rabia dice:
—¡Bruno José Palencia, habla de una vez, no mientas!
Bruno se acerca presuroso, esta sudando profusamente y tiembla de manera imperceptible. Con la mirada fija en la punta de sus zapatos, intenta hablar:
—Amorcito… Yo, yo… Por favor… Déjame explicar…
—¡Desgraciado, mentiroso! ¡Cállate!. Explota Marilda. Otro golpe bajo que recibe. En su cabeza lentamente retumba una frase «… lanzas que desgarran la piel… cicatrices que reviven, llagas sobre llagas que ocasionan un dolor infinito…»
Nuevamente llega esa sensación de morir por dentro y un llanto incontenible comienza a fluir por sus hermosos ojos.

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6 comentarios

  1. 1. Zulema dice:

    Las frases que ella recuerda ¿son poemas? faltó decir que tipo de mascota era (o yo no lo encontré)
    Tienes un buen manejo de los diálogos. SALUDOS

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 03:59
  2. 2. Wester dice:

    Hola Doralú,

    Es un trabajo interesante, basado en los diálogos, que encuentro muy amenos.

    Hay algún fallo con las comas creo y algún acento que se te ha escapado. En cuanto a la forma, aunque no sé muy bien todavía como revisar textos, creo que mezclas pasado y presente. Si echas un vistazo, al inicio del relato utilizas el pasado aunque luego, al final de la trama, describes los sentimientos de ella en presente.

    Un abrazo, si quieres echar un vistazo a mi trabajo, estoy en el 167

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 12:58
  3. Bueno, respeto tu manera de escribir aunque me resulta chocante. Es claro que aunque nos expresamos en la misma lengua, la empleamos diferente. No decaigas.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 23:11
  4. 4. Arnoldo Supiar dice:

    Hola Doralú:
    Muchas gracias por tu comentario. He sentido vergüenza por ese fallo ortográfico de vello. Eres muy perspicaz. Muchas gracias otra vez.
    Un saludo,
    Arnoldo.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 11:31
  5. 5. Laura dice:

    Hola Doralú
    Me ha gustado mucho tu relato.
    Las frases que ella recuerda…¿de alguna vida anterior? ¿un poema recordado?
    Muy buen manejo de los diálogos, aunque te han faltado algunas comas:”No me vengas con eso ,Bruno!”, “No, mujer”
    El primer párrafo está en tiempo presente y luego sigues en tiempo pasado aunque la acción parece ser posterior al inicio.
    En lugar de “No consigo a Rubí”, ¿ no sería mejor “No encuentro a Rubí”?
    Pero son detalles sin importancia. Realmente un gran relato. Te felicito.

    Escrito el 28 marzo 2017 a las 10:48
  6. 6. Doralú dice:

    Hola Zulema, Wester, Almircar Barca, Arnoldo Supiar, Laura,

    Muchas gracias por sus comentarios. Disculpen la tardanza para las aclaraciones necesarias de mi parte.
    Sus observaciones son muy pertinentes, realizaré los cambios necesarios en cada caso. En relación a la mascota, tiene razón Zulema, no aparece por ninguna parte que es una perrita.

    Debido a las limitaciones del relato, hay datos de la vida marital que no aparecen. El marco del cuento es el siguiente:

    Marilda y Bruno José llevan 10 años de casados; tienen tres niños varones: Miguel, el mayor de 8 años; Thomas de 6 y Camilo de 4 años.

    Rubí, se llama la mascota, que es una perrita. La bauticé Rubí (como una piedra preciosa) para indicar lo valiosa que es para los niños.

    Bruno José es un mentiroso, yo diría casi que patológico. Adicional a esto, tiene problemas con la manera de beber. “… levanta la mano y toma la botella de ron que tiene escondida.” (No soy especialista, así que no me crean ninguna de las dos afirmaciones).

    Intenté reflejar que Marilda, ya tenía cierta experiencia para detectar cuando mentía su marido. Por eso, aquellas frases “Su instinto le advierte con un suave tintineo que algo anda mal” y “…siente que su instinto da un fuerte tintineo de alerta,…” Ya allí, ella sabe que Bruno José no esta diciendo la verdad, lo que falta es que confiese.

    En cuanto a las frases que Marilda recuerda: “… vuelve la noche… vuelve el dolor, el miedo y la tristeza” y “… lanzas que desgarran la piel… cicatrices que reviven, llagas sobre llagas que ocasionan un dolor infinito…” es una manera poética de reflejar cómo se siente Marilda ya que con esas acciones de Buno José revive recuerdos que le hacen daño; que nuevamente el hombre que ama ha mentido y en esta oportunidad la mentira es imperdonable porque vendió la mascota de sus hijos y esto le ocasiona dolor, tristeza e impotencia que la hacen sentir morir por dentro. Son muchas las malas experiencias vividas en 10 años con un mentiroso y de paso bebedor.
    Espero haber logrado aclarar las dudas.
    Mi conclusión: es un cuento que debo dejar reposar tranquilamente para convertirlo en un relato más completo donde intentaré dejar mejor reflejada la situación de esta familia.
    Pd: Al final, al Bruno José ese, me provocaba…. ¡Mejor no lo digo!
    Nuevamente muchas gracias por sus comentarios.

    Escrito el 29 marzo 2017 a las 04:31

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