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el mentiroso - por cesar

El mentiroso
Se abrió la puerta del vagón, sostuvo con fuerza la mochila y la campera de cuero que llevaba en sus manos, tomó aire para empujar a las personas delante de él y poder bajar del tren. No tuvo que esforzarse demasiado, la misma multitud se lo llevaba puesto. Ni cuenta se dio y ya estaba pasando los molinetes para salir de la estación.
Estaba en automático, de repente se encontró en la fila para tomar el colectivo que lo acercaría hasta su casa.- “Es viernes. ¿Por qué estoy apurado?”- se dijo tomando un respiro y observando su reloj. “Toda la semana lo mismo, colectivo, tren, colectivo…” su cabeza hizo un clic. Únicamente salía de la rutina los miércoles después del trabajo, en las clases de guitarra… sus tres horas de desenchufarse de todo.
Salió de la fila entonces y cruzó la plaza, camino tres cuadras mirando las vidrieras, deteniéndose en las que tenían artículos electrónicos. También se detuvo frente a una joyería.- “Que lindo anillo, a ella le gustaría”.- seguramente que sí, su esposa estaría contenta con un regalo como ese… siempre tuvo buen gusto para elegir los regalos.
Siguió caminando y entró a un kiosco. Cogió una lata de gaseosa de una heladera, un “Jorgito de chocolate” de una de las góndolas.
-¿Cuánto es?-
– Treinta y ocho pesos señor…- mientras sacaba el billete posó la mirada en las del muchacho con desconfianza de que le estuviera cobrando más de la cuenta.- ¡Ahí la chica le cobra, gracias!…- Con mucha amabilidad el joven lo despachó con mucho tacto.
Sentado en un banco de la plaza, reparó a un lado de él, el ticket de una entrada de cine. Solo por curiosidad tomo el pequeño papel; leyó “Semana internacional del cine ““película: Humanum maculam” “17.30 hs” “butacas: 38-39. Fila G”. No se iba a quedar con la intriga. Lo guardó en un compartimiento de la billetera para consultar en un diccionario de latín en su casa. Mirando su reloj- “¡Guau puede ser que haya pasado una hora!”- se levantó, metiendo su mano en el bolsillo para comprobar si tenía el boleto electrónico, pues se acercaba el colectivo que debía tomar. Ya en el transporte, el cansancio lo venció y durmió todo el trayecto hasta su casa.
Corrió la cortina y entró en la sala del comedor, su esposa sentada en un sillón, con las piernas recogidas, concentrada en la lectura de algún libro, parecía no darse cuenta que él había entrado. Parado frente ella, mirándola, esperando que advirtiera su presencia…
-Hola, ¿no me vas a saludar?- la mujer, muy lentamente giró su cabeza hacia él, lo miró por sobre los lentes con un dejo de cansancio.
-Saludame vos.- fue lo único que dijo ella, el hombre dejó la mochila y la campera en otro sillón, y despacio se descargó sobre el cuerpo pequeño de la mujer. El beso apasionadamente sus labios, su cuello, sus mejillas…Se detuvo repentinamente.
-¡Parece que estoy besando yo solo!…- miraba sus ojos y no veía que su comentario la afectara en nada. Su mirada no le decía nada… nada de nada.- ¡Creo que si te pusieras un antifaz tendría más expresión tu cara!- incorporándose tomó la mochila, su campera cayó al piso, lo levantó y se fue a la habitación, no advirtiendo que su billetera quedó tirada sobre las ojotas de ella.
No entendía como se había muerto el amor que tanto se tenían. Sentía que todo lo que hacía no servía. Que los esfuerzos eran en vano, estaba decepcionado, cansado. Tomo una ducha de diez minutos para relajar y bajar un poco el mal humor. De repente la puerta del baño se abrió como si un tifón la empujara…
-¡Después me preguntas porque desconfío de vos!- Los gritos de la mujer irrumpieron la calma del relax. Tenía lágrimas en los ojos… y también la billetera en una mano y el ticket de cine en la otra.- ¿Que me vas a decir ahora?, ¿qué te encontraste la entrada en el asiento del tren?- sollozando y profundamente angustiada, con el llanto ahogándole las palabras.- ¡Imbécil, quiero que te vayas, estúpido, con esto terminaste de matar el poco respeto que te podía tener!-
No le dió tiempo para explicaciones. Se encerró en el cuarto de los chicos.
Él no sabía cómo hacer, su mujer no entendería de razones.
Vibró su teléfono… leyó un mensaje de un número no registrado, pero que él conocía; “Te extraño”

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9 comentarios

  1. 1. amadeo dice:

    César:
    Buen texto. Encontré algunos (varios)gerundios muy cercanos entre sí. También repeticiones cercanas de palabras (molestan) tales como: detuvo; regalos: mucho; nada…
    Faltaron acentos en Tomo.

    El final me apreció sorpresivo y poco creíble: La amante no apreció antes en ningún momento.
    NOTA: Me lo imaginé saliendo de Estación Once.

    Estoy en el 4. Espero lo leas y comentes
    Saludos

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 23:54
  2. 2. John Doe dice:

    Buenos días César: buen relato, dinámico, con buen ritmo, u las.descripciones son adecuadas, me parece que se abusa un poco del su y de los.gerundio, me ha gustado el final, y creo que el cuento da para más, por qué hay cosas que por la extensión del taller, no logran contarse y de pronto en un cuento de mayor extensión se logren consolidar mejor. Buen relato, nos leeremos en otra oportunidad. Si quieres pasar por el mío estoy en el 36. Saludos.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 14:22
  3. 3. Hilda G.M. dice:

    Hola, César. Me ha tocado leer tu relato. Estoy de acuerdo con John Doe en que el texto que has escrito es muy dinámico y tiene buen ritmo, pero creo que no has dedicado bastante tiempo a corregirlo, tal vez por falta de tiempo antes de enviarlo. Como ya te lo ha comentado Amadeo, tienes palabras que deben llevar tilde y que no has acentuado (por ejemplo, “tomo” y “beso”, en lugar de “tomó” y “besó”, así como el “qué” interrogativo y exclamativo); también me ha parecido que hay muchas repeticiones y que algunas frases quedarían mejor si fueran más breves, me refiero a frases que resultan redundantes, como esta: “Con mucha amabilidad el joven lo despachó con mucho tacto.” En cambio, en otras has omitido alguna palabra importante para su comprensión (“… posó la mirada en las del muchacho con desconfianza de que le estuviera cobrando más de la cuenta…”), ¿en dónde posó su mirada? En cuanto al final, igual que a Amadeo, me parece brusca la aparición de la amante e incluso de los chicos (“Se encerró en el cuarto de los chicos”), ya que hasta ese momento no teníamos idea de su existencia. Sigue escribiendo. Saludos 🙂

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 08:26
  4. 4. El Calcetín de Dobby dice:

    César, tuviste una muy buena idea respecto a la dirección que le diste al relato.
    Un final inesperado que podrías mejorar, dado que como mencionan Amadeo e Hilda, tendrías que haber puesto antecedentes sobre los personajes que agregas en la conclusión.
    También cabría mencionar algunos detalles de ortografía y la manera en que expusiste los diálogos, así como dar un poco más de detalles sobre el personaje principal ya que al principio lo imaginaba como un adolescente o un joven, no como un adulto ya casado.
    Saludos y me encuentro en el número 30 por si gustas leerme.

    Escrito el 22 marzo 2017 a las 02:25
  5. 5. beba dice:

    Hola, César:
    Coincido con todos los comentarios anteriores. Esperaba que la toma de conciencia sobre la prisa derivara a un argumento más interesante;ya que había una amante podría haber distraído en ella su tiempo y preocupaciones. Toda la acción en la casa aparece como poco lógica respecto del resto del relato.
    Buena ortografía, salvo algunos acentos.

    Escrito el 23 marzo 2017 a las 02:59
  6. 6. Maria Jesús dice:

    Hola, aunque me gusta mucho el ritmo de la narración, al final la aparición de esa supuesta amante chirría un poco. Puesto que dices que solo los miércoles sale de la rutina con las clases de guitarra, cabe suponer que su amante está en esas clases. Es una suposición que yo me hago, no lo tengas en cuanta.Me ha gustado mucho la frase “la multitud se lo llevó puesto”.
    Por lo demás nada que objetar. Buen relato. Un saludo.

    Escrito el 24 marzo 2017 a las 14:11
  7. 7. Cesar dice:

    Gracias a todos por leer mi relato. Es verdad que me faltan detalles. Tenía claro a donde quería llegar. El texto original no entró en el espacio acotado por la premisa. Omití algunos párrafos y otros los tuve que reducir. Tambien es verdad que que escribí en tiempo relámpago.
    Tengo mucho por aprender. aprecio sus observaciones. Son bienvenidas.
    Gracias a todos. Pasaré a leer a cada uno de ustedes.

    Escrito el 28 marzo 2017 a las 11:04
  8. 8. Vespasiano dice:

    Hola Cesar:

    Para empezar debo decirte que tu relato me ha gustado. El desenlace final por inesperado me ha parecido impactante.

    Ahora te apunto aquí alguna cosa que no he entendido o que por la grandeza del idioma hay palabras que no utilizamos dependiendo del país en el que vivamos.

    “Estaba en automático”. No sé a qué te refieres.

    “las ojotas de ella”. No sé qué significa “ojotas”.

    “mirando las vidrieras”. Por aquí decimos “escaparates”.

    “el ticket de una entrada de cine”. Después escribes: “butacas: 38-39. Fila G”. Entonces parece que son dos entradas. Pero puede ser que en los cines de Argentina expendan un solo ticket válido para varias butacas.

    “Corrió la cortina y entró en la sala del comedor, … concentrada en la lectura de algún libro”. Aquí encontré dos cosas que me chocaron. “Corrió las cortinas…” Supongo que estaba oscuro. ¿Cómo podría entonces, su esposa, estar leyendo a oscuras?

    Tampoco veo correcto: “ la lectura de algún libro”. Podría ser dicho de manera afirmativa: “la lectura de un libro”.

    “Parado frente ella, mirándola, esperando que advirtiera su presencia…”. Aquí creo que falta algo; podría ser: “Parado frente ella, mirándola, “se quedó” esperando que advirtiera su presencia…”.

    -“Saludame vos”. Aquí creo que sería: “Saludáme vos”, conforme decís vosotros. O -“Salúdame tu”, como decimos aquí.

    Las rayas que has empleado en los diálogos, no sé si por problemas de transcripción no son correctas. Deben ser (—) un guion largo.

    —Saludame vos. —fue lo único que dijo ella, el hombre dejó…” Aquí sobra el punto después de vos y también debe escribirse separado:

    —”Saludame vos— fue lo único que dijo ella”.
    “El hombre dejó la mochila y la campera …”.

    La “mochila y la campera”, lo repites varias veces.

    Bueno, espero que puedan servirte alguna de las cosas que te he apuntado.

    Felicidades.

    Escrito el 30 marzo 2017 a las 22:35
  9. 9. Cesar dice:

    Hola Vespasiano.
    Primero gracias por leer y segundo gracias por tomarte el tiempo de hacer el comentario.
    Con respecto a “Saludame vos”, quiero decirte que está bien acentuada por la forma de hablar en argentina.
    “Ojotas”, serian chancletas, chinelas o tambien sandalias…es como cumunmente la llamamos acá.
    Y con respecto a las demás observaciones, seguramente tenés razon. Recien empiezo a mostrar lo que escribo y de reglas ortográficas, de cero a diez, dos.
    Estoy asombrado de todo lo que aprendí en solo dos talleres. Espero andes bien… “Gracias Totales”

    Escrito el 31 marzo 2017 a las 11:20

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