Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El mentiroso - por Alush

Angustiada como de costumbre, otra noche al salir de terapia, venía pensando en lo que mi terapeuta me dijo antes de salir. Y entre idea e idea tarareaba una canción de Maná.

Semáforo rojo. Paré. A mi derecha un morocho pintón con un antifaz me miró un largo rato. Esas miradas profundas con doble intención. Sacó la mano por la ventanilla y haciéndome señas que abra la mía me pasó un papel. La bocina del inútil de atrás me hizo volver a la realidad. Miré para adelante. Semáforo verde. Puse la primera pero mi auto, terco como de costumbre, se quedó en el lugar. El idiota de atrás nuevamente hizo sonar su bocina, esta vez más pronunciada. Imaginé a mi analista que me decía "vos no te animas a enfrentar situaciones límites y siempre te escapas". Como si él me estuviera empujando, salí. Miré al gil del auto de atrás con ojos de "y ahora que me vas a hacer".
Un pendejo con campera de cuero negra salió del auto y caminó acercándose. Miré a mi alrededor. No había un alma. Busqué el celular que solía poner en el bolsillo del jean, pero no lo encontré. Sentí un empujón y choqué contra el suelo dándome un golpazo. Sorprendida, los ojos del morocho que hace un instante me habían mirado fijo, me hicieron un guiño. Escuché golpes y forcejeos. Me incorporé agarrándome del guardabarros de mi auto. Vi la campera negra manchada de sangre. El hombre del antifaz me ayudó a levantarme. Me volvió a mirar, esta vez con una mirada extraña, y me dijo:
–Vos no viste nada. Arrancá y rajate.

Temblando puse primera. Esta vez el auto, más asustado que yo, salió como un cohete a propulsión. Manejé sin parar hasta llegar a casa.
Entré como sonámbula, me di una ducha, me acosté y me dormí sin dejar a los pensamientos habitar dentro de mí.

Me despertaron los ladridos de Flopi, mi perro. El reloj marcaba las doce. Estaba exhausta.
Bajé de la cama y sentí un profundo dolor en el trasero. Descubrí un moretón violeta y al instante me vino el recuerdo de la noche anterior y me produjo nauseas. Saqué del jean el papel que me había pasado por la ventana. Era una entrada de cine para esta noche. Del reverso estaba escrito: "Ab imo pectore".
"De todo corazón", traduje de un diccionario de latín que encontré.

En la oficina no pude sacarme de la cabeza la campera con sangre y la mirada del morocho. Busqué en las noticias para ver si decían algo de un muerto tirado en la calle Salguero. Nada.
Una vez más, la voz de mi analista me criticó de pasiva y evasiva. Solo para mostrarle que no lo era, decidí ir al cine a encontrarme con el misterioso hombre que me había salvado la vida.

Legué cinco minutos antes de que empezara la función. Él estaba parado en la entrada, con el antifaz en la mano.
Clavó en mis ojos su mirada, que ya me era familiar, y me dijo:
–Gracias por venir– Y con un cálido apretón de mano agregó: –Ronaldo.
–Alice.

Desde ese instante todo fluyó como en los cuentos de hadas. La vida, que hacía rato no me sonreía, me había regalado al hombre perfecto. Leía mis pensamientos, adivinaba mis gustos, me mimaba como yo lo necesitaba, hasta me hacía el amor como nunca nadie antes, como si conociera de toda la vida mi cuerpo y mi alma.

Una tarde fui a retirar de la tintorería contigua a la clínica de mi analista, camisas de Ronaldo. Como toda paciente celosa, espié quién salía de su puerta. Vi salir a una hermosa rubia. La vi subirse al coche. Yo me subí al mío. Llegamos juntas al semáforo. Luz roja. Paramos. A su lado paró un coche. Un tipo abrió su ventanilla y le pasó un papel. Pude ver de perfil que llevaba un antifaz. El coche que estaba detrás de ella arrancó antes de que se pusiera la luz verde y la chocó. Ronaldo se bajó del auto. El pendejo con campera negra salió. Forcejearon. Ronaldo lo trompeó.

Estaba choqueada, empecé a transpirar y me faltaba el aire. Volví a la clínica. Entré sin golpear. Mi analista estaba solo.
– ¿Quién es la rubia que recién salió?
–Alice, es información privada–. Agregó en tono agresivo.
Mostrando una foto de Ronaldo le pregunté si lo conocía.
–Es mi técnico de computación, quién me guarda las grabaciones de mis pacientes.
¿Por?.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

9 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Alush:
    Interesante tu relato. Pero me he perdido a la mitad de la primera bronca porque no sé quién te ha dado. Porque si hubiera sido el pendejo de la campero, lo hubieras dicho.
    Entiendo que tu auto no arrancara, pero ¿porque el morocho no se había ido?
    Al final caigo en el hecho de que trabajaban juntos, pero si el morocho se llevaba las mujeres, ¿cuál era el beneficio del pendejo de la campera?
    Otro detalle que me ha despistado es la hora.
    Se supone que es de noche, porque lo dices al principio y porque no hay nadie en la calle, ¿pero hay analistas que atienden de noche?
    Y en el último atraco, ¿no hay nadie más en la calle ha pesar de ser en la tarde?
    Puede ser que me despisté, pero para mí falta información que “cuadre” la trama.
    Ha sido un gusto leerte.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 19:49
  2. 2. Alush dice:

    Luis gracias por tus comentarios. El tipo que me pega es el de la campera y el morocho no se había ido ya que estaba arreglado con el pendejo para poder hacer el truco de que me salva la vida y me conquista. Igual que lo hace con la rubia y con otras pacientes del terapeuta que escucha las conversaciones.
    La verdad es que no pensé cual era el beneficio del tipo de la campera pero supongo que el morocho le pagaría para que lo ayudase a hacerle el trabajito a las mujeres que quiere conquistar.
    La hora que sucede el primer incidente es de noche y no hay nadie. Y el segundo incidente es de tarde. Podría pensarse si bien no lo escribí que es un barrio sin mucha gente.
    Pero tomo de lo que me decis que tal vez mi relato no es claro.
    Gracias

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 12:29
  3. 3. Dana Romanov dice:

    Hola, Alush.
    Me gustó el misterio que creaste alrededor de los personajes, es lo que me mantuvo pegada a la historia. Yo también me perdí un poquito en la primera parada pero la explicación al final lo cubre bien. También pensé en el analista y el secreto profesional.
    En fin, salvo algunas cosillas, el relato tiene fuerza y es atrapante.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 15:25
  4. 4. Marcelo Kisi dice:

    Hola Alush querida!

    Me gustó tu historia, es otra de tus fabulaciones truculentas. Tenés mucho ingenio para inventar tramas con misterios que hay que ir descifrando.

    Algo risueño que me llamó la atención es que en tu comentario anterior, respondiendo a Luis Ponce, hablás de la protagonista en primera persona. Eso se llama pasión por tus personajes 😉

    Yo no tuve problema para entender la trama, salvo algo menor: la parte donde a ella la empujan y se da un “golpazo” contra el suelo. Si ella sale del auto y lo encara al tipo que le tocaba la bocina, y hasta le pone cara de “a ver, ¿y ahora qué me vas a hacer?”, ¿cómo no ve cuando viene y la empuja?

    Y la otra parte poco convincente es cuando la protagonista llega junto con la rubia al semáforo. ¿Cómo Ronaldo no la ve?

    O sea, yo haría un trabajito de ajustar clavijas de lo que se llama “consistencia” en algunas partes.

    El otro tema que me chirrió un poco fue los insultos de la protagonista al “gil” de atrás. Inútil, idiota, pendejo. Suena excesivo, como forzado.

    Y en las mismas partículas, cuidado con la repetición. “Inútil de atrás”, “idiota de atrás”, “pendejo de atrás”, “el gil del auto de atrás”. Son cosas que se arreglan revisando, buscando específicamente repeticiones.

    Fuera de eso, buen relato, ofrecés al lector momentos de lectura placentera. Felicitaciones!

    No llegué a tiempo con el relato, así que lo publiqué en mi blog, por si querés leerlo: https://contarelcuento.wordpress.com/2017/03/18/el-mentiroso/

    Saludos!

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 16:29
  5. 5. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Alush! Me gustó tu relato, aunque se me hizo algo denso en ciertos momentos. En cualquier caso, te felicito. ¡Hasta la próxima! ¡Buenas tardes!

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 14:07
  6. 6. Laura Blanco dice:

    Hola, Alush.

    Tu relato tiene mucho misterio, cosa que es muy buena. Es la primera vez que te leo, pero bueno, es la segunda vez que participo, así que supongo que es normal. Lo cierto es que me pareció bastante bueno y no me esperaba para nada que Ronaldo tuviese algo que ver con el terapeuta. ¡Muy malo Ronaldo!se aprovecha de mujeres vulnerables y dan ganas de darle un puñetazo por eso.
    Al igual que el resto de compañeros, yo también me sentí un poco perdida en algunas partes, pero eso es algo que con una revisión puedes arreglar.

    Besos y abrazos para ti. Nos leemos pronto.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 15:34
  7. 7. Juan Sauce dice:

    Hola Alush.
    En primer lugar, la temática; es una buena historia, con una parte de suspense y un final inesperado, que le dan un aire de buen thriller.
    En cuanto a la forma, coincido en un par de cosas con los compañeros: las repeticiones “de atrás” en un mismo párrafo, cuando está insultando. Y también me chocó que, al final, ella se para junto a la rubia y el morocho pero este último no la ve.
    Aunque, al contrario que mis compañeros, no he tenido dificultades en comprender el resto de puntos que señalan.
    Una última cosa es la palabra “choqueada”. Ya he visto que el relato tiene muchos términos comunes de Latinoamérica, pero este no lo había oído nunca. No sé si existe el verbo choquear, pero bueno, se entiende bien.
    ¡Un saludo!

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 22:09
  8. 8. Laura dice:

    Hola Alush.
    Me ha gustado muchísimo la trama desarrollada, pero creo que me he confundido un poco,tal vez con la cantidad de personajes y las relaciones entre ellas, donde todos se relacionan,algunos en forma inconciente ( en analista y la paciente) y otros a voluntad (los muchachos de los autos).
    Espero tus próximos relatos

    Escrito el 22 marzo 2017 a las 11:20
  9. 9. Diego Coppa dice:

    Alush, primero que nada, me gustó tu idea. Y por que me gustó me detengo en los detalles:
    1) ciertas escenas están muy forzadas, la entrada de cine, puede que le haya dado la entrada de cine sólo para encontrarse en un lugar y momento con ella y después llevarla a la cama.
    2) En mi opinión tiene que ser “one night stand”, o sea sexo de un día y que a ella le haya levantado el ánimo, si querés le podés poner que le sacó una foto durante la noche y ya tenés la excusa del final.
    Que sea una sola noche tiene más sentido creo yo.
    3) es muy forzado el segundo encuentro, se le puede dar una vuelta. quizá pensar en él e inconcientemente volvió a la misma esquina pero caminando. Si fuese en auto el analista hubiese reconocido que estaba ella, no veo como se podría desarrollar la escena que planteas.
    4to y final) El final es bueno, quizá haría aparecer al técnico en computación antes porque sale muy de la nada. Hay que darle un changuí al lector de que lo descubra.

    Pasá por mi cuento, tiene muchas similitudes al tuyo.

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-42/7382

    ¡Saludos!

    Escrito el 25 marzo 2017 a las 03:22

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.