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EL MENTIROSO - por ANDY EL MENTIROSO GARCIA

EL MENTIROSO
Un guionista, un cuentista, un actor, un dramaturgo y un clown, en un mismo cuerpo, letras en decadencia, el mentiroso se niega a desaparecer, toma un texto, es un diccionario de latín-español, Español-Latín, de portada en el computador, una mujer que cabalga, una camisa color blanca lleva vestida, una gorra que dice “MANU” le protege del sol, el misterioso hombre se coloca sus audífonos y empieza a escuchar música nórdica, música de guerra vikinga, empieza a escribir, la primera nota dice “mulier insidebat” que en latín significa mujer que practica equitación.
Quizás aquella mujer de pelo amarillo, -color artificial-, realmente no es una practicante de la equitación sino simplemente quería disfrutar de una tarde de domingo al lomo de un ejemplar rocinante, entre las fotos que el misterioso hombre le pidió a su musa que le regalase hay una con un antifaz, impresa en sepia –el sepia en siglo XXI, menuda combinación para atraer la atención del pseudo británico, mentiroso, mentiroso-, pero se puede apreciar en detalle unos dientes blancos relucientes portadores de bracketts color rosa.
Sin lugar a dudas la nena que inspira a este mentiroso, se trata de una joya, de un rubí, de una esmeralda; si de analogías se trata, esmeralda, pues es oriunda de donde nacen las esmeraldas más bellas Colombia y de la región donde se han disparado las epopeyas más grandes por estas piedras preciosas, Antioquia, aunque el zar fuese otrora propio de Boyacá, a rey muerto rey puesto y quizás el nuevo zar de las esmeraldas de Colombia, emergería de la verde y blanca, Antioquia.
Blanca como la piel de la musa, que inspiraba a aquel mentiroso, creador de fábulas y narrador de epopeyas, el gran mentiroso, quién se encontraba en decadencia, al hablar de decadencia, hablamos de sus insanas costumbres que podían brillar si nos basábamos en los rasgos de su rostro, como las incontables cicatrices de guerra y peleas de bar que podían mostrar e incluso sin ir más lejos las ojeras que le acompañaban sus noches bohemias de letras y madrazos.
Porque a él no le podían faltar sus incontables musas, que casi siempre se convertían en soledad, ni sus noches sabatinas de teatro, ni sus copas de vino, colocadas finamente en la mesa donde convertía el juglar todo el fulgor en letras trasnochadas a través de la pantalla del computador, textos y pretextos que se convertían en guiones, textos y subtextos que se convertían en proyectos de teatro, solo proyectos porque nunca había materializado una obra propia de teatro, más que narrar más de un par de cuentos, otrora escritos por él, ni mucho menos podían faltar las palabrotas que profería de su prolífica boca de rapsoda cada que notaba algún disparate entre sus letras u horror ortográfico.
Pero también le daba de vez en cuando, entre magazine de tv y ensayo de teatro, lugar a llevar a alguna de sus tantas musas al cine y celebrar por la vida de aquella doncella y de todas sus musas, así fue un miércoles con el texto y pretexto de “miércoles Cine a mitad de precio” que el menudo actor se presentó en el plató de grabación con una entrada de cine, a lo que la bella chica preguntó:
-¿Y tú no irás?
El hábilmente contestó, sacando su billetera del bolsillo trasero izquierdo: -Primero esperaba contar con la suerte de mi lado y que tú aceptarás mi invitación y bueno ya ves que así fue, enhorabuena, porque la otra entrada la tenía acá adentro de mi billetera.
Más que un mentiroso, era un perspicaz casanova, Don Juan, más que un Don Juan, era un monigote de Cupido, Cupido ensayaba tiro al arco con él y quizás solo quizás, en esta ocasión Cupido no había errado el disparo.
Un caso ejemplar para cualquier psicoanalista.

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5 comentarios

  1. Venga, más animación. No me dice nada.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 19:55
  2. 2. M.L.Plaza dice:

    Hola Andy.
    Me ha parecido un relato difícil. No sé si es por los pocos puntos que usas, o por lo los muchos adjetivos. Las frases son excesivamente largas, pero supongo que ahí entra el estilo personal.
    Yo quitaría la última frase. Me parece que con Cupido el relato acaba mejor.
    Saludos

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 02:59
  3. 3. ANDY EL MENTIROSO GARCIA dice:

    Salut! Amilcar visca el Barça entre tanta descripción de adjetivos como dice M.L Plaza dejo de un lado la acción para simplemente tratar de caer en una comedia romántica, del cotidiano de un creativo, inspirandome en mis fantasías entre rodaje, ensayo de teatro y platós de film…
    Una especie de catarsis creativo, pensando en la musa más grande de todas en la que le da razón y sentido a mi vida, ella quizás este leyendo este comentario y quiero que sepa que antes de conocerla “TE AMÉ” “TE AMO” & “TE AMARÉ” Era mi pensar, cuando la conocí fue magia en cuanto al aporte que me dice M.L PLaza, finalmente de que con Cupido el relato acaba mejor creo que concuerdo, tan pronto pueda me paso por sus escritos mentirosillos!

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 05:28
  4. 4. Wolfdux dice:

    La primera lectura me ha supuesto mucho esfuerzo. Las frases son muy largas, con una ausencia de puntos que den un respiro al lector. Hay frases que están muy bien conseguidas.

    Noto un cambio a partir de “Porque a él…” donde la lectura se me hace más fluida, sigue siendo frases largas pero no tan inconexas como las escritas anteriormente. Es un texto difícil de comentar: el estilo que has utilizado (parecido a una tormenta de ideas por parte del protagonista) hacen avanzar la historia saltando de un concepto a otro.

    Salvo esto, dos cosas a tener en cuenta. Los dos diálogos que aparecen en el texto no están correctamente escritos (el uso del guion es incorrecto en estos casos, habría que usar la raya de diálogo “—”) por otro lado, la respuesta del protagonista debería ir en otra línea diferente:

    “El hábilmente contestó, sacando su billetera del bolsillo trasero izquierdo:
    —Primero esperaba contar con la suerte de…”

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 13:35
  5. 5. beba dice:

    Hola, Andy:
    Buenamente, quiero creer en un despliegue inaudito de originalidad y libertad expresiva; pero cuidado con el ego: no vale si el lector no entiende nada; puede suponer lo que quiera, como yo, pero quedarse en Babia con el argumento.
    Un saludo.

    Escrito el 23 marzo 2017 a las 02:26

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