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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El mentiroso - por Wester

Web: http://pintamonasblog.wordpress.com

Ese fue el legado que mi padre me dejó: Una calvicie prematura y unas últimas palabras advirtiéndome del gran secreto que durante generaciones había acompañado a mi familia.

Yo no dije nada pero sabía de qué hablaba. Todo empezó un día que mi padre me envió a hacer la compra. Aún recuerdo la lista de compra con caligrafía casi ininteligible. También recuerdo la enorme chocolatina envuelta en papel color oro brillando en la estantería de la tienda de Amancio. Nuestra situación familiar no era la mejor: madre acaba de morir y padre llevaba sin salir de casa desde entonces, negándose a confrontar la realidad. El dinero escaseaba y, los pequeños lujos, como una chocolatina, no entraban en el presupuesto. Pero yo la quería y la quería ya.

Sabía que no tenía dinero suficiente pero la metí en la bolsa junto al resto cosas. Tras unos minutos en la cola, llegó mi turno:

-¿Qué llevamos hoy Adrián?- dijo con tono jovial Amancio.

Yo, sin un ápice de duda en mi voz, enumeré el contenido de la bolsa omitiendo la chocolatina.

-Son 9.50, aunque supongo que ya lo sabías. ¡Eres tan listo!

Entregué el dinero exacto ya que, aunque yo no tenía ni idea de precios, mi padre era un auténtico lince. Me despedí y caminé con tranquilidad, pensando en el gran bocado que daría a la chocolatina al mismo atravesar aquella puerta.

Os preguntaréis qué tuvo de especial que un niño robara una simple chocolatina. Sin embargo, lo que seguramente no sepa el lector es que en ese tiempo ya no existía la mentira. El verbo ‘mentir’ ni siquiera aparecía en el diccionario. Ya nadie podía mentir, no por decisión personal, sino por una especie de evolución natural de la raza. Bueno, nadie menos yo y algunos miembros de mi familia. Eso me dio que pensar. ¡Era tan feliz de ser especial y de poder engañar a cualquiera con tanta facilidad! Ese don me daba una posición de ventaja sobre al resto de seres humanos. Era incluso mejor que ser invisible.

Pronto hice de la mentira mi estilo de vida y en un mes conseguí forrarme vendiendo diccionarios de Latín. Sólo tuve que asegurar que un pez gordo del Ministerio me había dado el chivatazo de que la susodicha lengua se impartiría obligatoriamente en todos los colegios del país.
Era robar sin necesidad de llevar puesto un antifaz. Me sentía una estrella del rock.

Compré una mansión enorme en la parte más exclusiva de la ciudad en donde organizaba las más sonadas recepciones. Me rodeé de famosos y empresarios de éxito y mi popularidad subió como la espuma. Empresario, mago, actor, jugador, inversor privado o presentador eran algunas de mis ocupaciones. Siempre mintiendo, ajustando mi personalidad a cada situación.

Quería más y, cuando vi a un actor de Hollywood llegar a la Casa Blanca, comprendí lo que debía hacer para convertirme en amo y señor de todos los mortales: ser presidente.

Fundé un partido político financiado por mi monopolio de empresas de cine. Recuerdo que al primer programa electoral le dimo forma de entrada de cine. El contenido no importaba, no pensaba cumplirlo, lo importante es que quedaba muy original. Estreché vínculos con gente adinerada y caras famosas de poco seso y menos escrúpulos y comencé a mentir por todos y cada uno de los rincones del país. Mentí sobre cosas importantes para el populacho y les pinté un futuro con olor a rosas si salía elegido. Hablé sobre hospitales, empleo, medio ambiente, jubilación y salarios. Y todo era mentira.

El día de las elecciones arrasé, y una inmensidad de leales pardillos me aclamaron en la sede del partido, pensando que yo les haría la vida más fácil. Pobres ilusos, ponían en una persona como yo sus esperanzas de bienestar. Pese a lo cómico de la situación, salí al balcón y ofrecí un discurso solemne sobre trabajar por el bien común, tender la mano al adversario y la promesa de devolver con esfuerzo la confianza depositada en mí.

Así me convertí en el amo del mundo. Bueno, en uno de los amos del mundo. Y me aferré al poder, siempre culpando a alguien o algo. Una vez incluso denuncié un ataque alienígena para defender una subida de impuestos. Así es como goberné seis legislaturas más, siempre ayudado por ese don que sólo yo poseía. Yo y algunos de mis familiares. También el próximo presidente que me reemplazaría en el cargo: mi hijo. La genética había hecho bien su trabajo.

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14 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    A ver, sé que es una tontería, pero tengo una ligera impresión de déjà vu.
    Antes de comentar nada sobre el texto, permíteme preguntar, ¿El texto es tuyo? Es decir, ¿Por algún casual no te has dejado influenciar por algún otro texto parecido, o has escrito algo parecido en alguna parte? No quiero ofenderte, sólo pregunto, eh.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 22:02
  2. 2. Zulema dice:

    El tema de que el peor llega al gobierno no es nuevo, pero la forma de desarrollarlo es interesante, lo mejor es la fluidez con que se lee. SALUDOS

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 03:40
  3. 3. Wester dice:

    SBMontero, no sé a qué te refieres con eso de si el texto es mío o si lo he leído en alguna otra parte. 100% mío. El objetivo que tengo participando en este tipo de ejercicios es: primero mejorar mi escritura y segundo, divertirme. Dicho esto ¿crees que iría por ahí copiando? Esto no es el cole.

    Saludos

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 11:17
  4. 4. César Bianchi dice:

    Estupendo relato. Lo voy a comentar con una cita a mi amigo el gran poeta Eugenio Mandrini, anarquista y agnóstico él. Dice que hay dos cosas que tienen carácter “sobrenatural”: la gracia y la medida. Que estas dos cosas no se compran ni se venden, ni se estudian ni se adquieren, llegan como una iluminación desde algún lugar misterioso, las musas, Dios, el cosmos.
    Este cuento tiene gracia y medida, y un manejo de la prosa que provoca placer.Trama bien llevada.El argumento frecuentado pero aquí con mucho “oído” e ironía.
    Un pequeño detalle, como para buscarle un pelo al huevo: un salto algo abrupto cuando aparece como dueño de una cadena de cines. Para mi gusto hubiera necesitado un pequeño anticipo.
    Hace dos meses con este que participo. Voy a buscar otros cuentos tuyos porque me intriga la sorpresa del compañero del primer comentario, que no es ante tu ética como escritor sino ante la calidad del cuento. Investigaré distintas hipótesis. 1) Si hay una influencia directa de alguna lectura (siempre las hay), 2) Si tienen parecida calidad o has crecido mucho en y con Literautas; o 3) Si esta vez te ha caído el Espíritu Santo en persona. Jajá.
    Abrazo, felicitaciones.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 17:57
  5. 5. Wester dice:

    Gracias César Bianchi. Estoy en el 109 en el reto anterior. Creo que si lo lees quedarás sorprendido.

    Abrazos

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 18:19
  6. 6. Edu SC dice:

    Hola Wester, soy tu vecino de más arriba.

    Una interesante y muy bien escrita historia. La he leído de manera fluida y placentera. En el plano formal apenas nada, te has dejado una s en dimos :

    «Recuerdo que al primer programa electoral le dimo forma de entrada de cine»

    En cuanto a la historia en sí, da mucho que pensar un mundo en el que no se pudiera mentir.

    Como apunte te diré, que al inicio de la historia, no sabría explicar muy bien el porqué, me pareció que nos ubicabas en el tiempo en un tiempo pasado. No se, tal vez el niño yendo a buscar la compra y robando una chocolatina, me hacía sentir que la historia estaba ambientada en el pasado antes que en el futuro como al final ha sido.

    Un placer leerte.

    Edu SC

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 20:13
  7. 7. SBMontero dice:

    No, Wester, no me entiendas mal, por eso precisamente te preguntaba si tal vez lo habías escrito en algún otro sitio, porque a mi me produjo esa sensación de que ya lo había leído. También te aclaré que no pretendía ofenderte, sólo era curiosidad, eh.

    Más nada.

    Repito, ninguna intención de ofenderte.

    Un saludo.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 21:44
  8. 8. Evelyn dice:

    Me has sacado los colores con el bofetón de realidad que nos das con los políticos… muy cierto, me siento una pardilla, jajaja.

    Confieso que comparto con el protagonista el delito infantil de robar una golosina… lo mío no terminó tan felizmente, me la quitó la dueña de la tienda.

    Por ponerle una pega al trabajo, creo que sale de la pobreza y se encumbra a las esferas del poder muy rápido, aunque entiendo que siempre hay que estar atento a las 750 palabras…

    Gracias por tus consejos, me pondré con “El día después de la Paty”.

    Un saludo!!

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 15:07
  9. 9. Lorkiano dice:

    Hola Wester:

    Te devuelvo la visita.

    Gran relato, aunque creo que, como a mí, la limitación de palabras ha hecho que pierda potencial.

    Parece un calco del mundo en el que vivimos, aunque en nuestra realidad no solo mienten los políticos. Es buena la idea de vivir en un mundo en el que no se puede mentir, salvo unos pocos afortunados. Me hace pensar en las situaciones en las que se cuentan mentiras piadosas, en las que es mejor una mentira dulce que una verdad cruda. Quizá no sería un mundo tan bonito (sin tener en cuenta a los políticos, claro, porque con ellos mintiendo…).

    ¡Enhorabuena!

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 19:32
  10. 10. John Doe dice:

    Gran lectura la que me has regalado Wester, he disfrutado muchísimo tu relato, lleno de humor y de gracia, con un personaje que uno como lector logra conectar desde el principio con él y su condición tan única que le ha permitido escalar en este mundo, ese absurdo me ha parecido genial, un gran giro en la historia. La lectura se hace amena por el lenguaje y el tono que usas, el ritmo facilita que el lector se enganche con rapidez a las.peripecias de este personaje.
    Muchas gracias por pasar por el mío. Nos leeremos en otra oportunidad. Saludos.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 22:26
  11. 11. Marián dice:

    Hola Wester. Me ha gustado mucho tu relato. Sería muy divertido si no tuviera tantas conexiones con la cruda realidad actual, je, je. A lo mejor se refieren a eso en algún comentario que te hablan de “dejà vu”; claro, solo hace falta echar un vistazo a un periódico actual… y ya te va sonando.
    En serio, está bien montada la historia y mantienes un ritmo muy ágil con unos giros muy interesantes.
    Una sugerencia: en el párrafo …”Os preguntaréis qué tuvo de especial… Sin embargo, lo que seguramente no sepa el lector es…” creo que deberías unificarlo en el sentido de que, primero, te diriges a “vosotros” e, inmediatamente, te diriges al “lector” y me ha chocado un poco según lo leía.
    Bueno, es un detalle mío, quizás.
    Espero seguir leyéndote.
    Saludos,

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 18:52
  12. 12. María Kersimon dice:

    Hola Wester,
    Un buen texto , bien escrito y pensado como crítica social. Muy diferente del del local de strip tease que tanto me gustó. Este me sabe mucho a realidad y quizás sea esto lo que me quita entusiasmo. Reconozco que está muy bien articulado y redactado. Malditos periódicos que nos hacen aborrecer nuestra propia imagen como cultura (la cultura de la mentira). ¿Sería posible un mundo donde se haya superado la mentira, crees?
    Me gusta como escribes.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 22:17
  13. 13. Laura dice:

    Hola Wester.
    Un gran relato. No me imaginaba el secreto familiar hasta la compra de la chocolatina, ni el mundo sin mentira.¿Cómo lo lograron? Y gran final.
    Hasta el próximo mes

    Escrito el 27 marzo 2017 a las 11:05
  14. 14. Yolanda Tovar dice:

    Hola Wester:

    Me ha gustado la fluidez del relato, que se lee como si nada, y el toque de humor que le das. Y encuentro muy original que en el mundo que nos presentas no se pueda mentir. Pero,a la vez, me ha decepcionado un poco. Es una situación que podría dar mucho juego, sobretodo teniendo en cuenta que solo el protagonista y algunos familiares sí pueden mentir. Al crear el texto con una trama tan común, el relato pierde gran parte de su potencial. Una lástima porque tienes buena narrativa.
    Nos leemos.

    Un saludo

    Escrito el 27 marzo 2017 a las 11:21

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