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El mentiroso - por Olivia

Siempre había sido así. Nunca nadie tuvo la necesidad de no ser sincero. Valores como la verdad era solo uno de los tantos de las comunidades de Parbonto.

Parbonto era un pequeño país enclavado en las actuales montañas de los Alpes que existió durante los siglos XV y XVI de nuestra era.

Los parbontanos vivían agrupados en comunidades en las que cohabitaban hasta cuatro, generaciones. En concreto el país parbontanos contaba con tres comunidades: Velmo, Kavera y Suroko.

En cada comunidad se celebraba una reunión mensual donde cualquiera podía exponer un tema de interés común o pedir consejo para que entre todos resolvieran algún conflicto que pudiera haber surgido.

Después de cada encuentro, cuando entre todos habían encontrado una solución a algún desacuerdo, entonaban juntos un cántico para despejar el ambiente de toda posibilidad de resentimiento.

Cada año se reunían las tres comunidades de Parbonto y celebraban una comida de hermandad. Eran felices, se entendían y reinaba la armonía tanto dentro de cada comunidad como entre ellas. Sin embargo nunca nadie de Parbonto había tenido contacto alguno con habitantes de los países colindantes al suyo.

Pero ese día sucedió algo que podría suponer una brecha en su sólida pared de principios. Llegó al país un extranjero que entregó un pergamino a un muchacho parbontano que encontró por la calle y que fue rápidamente a mostrar a los que vivían con él.

El pergamino, explicaba que habían recibido una amenaza de invasión por parte de unos países del este y que los territorios de la parte norte de la cordillera habían decidido reunir a los dirigentes de cada país para planear cómo hacer frente a esa posibilidad de guerra y defender la paz de la que disfrutaban desde ya hacía tantos años.

Los parbontanos, quedaron estupefactos. Nunca habían tenido ningún dirigente, pero algo tenían que hacer en favor de la paz de Parbonto y de los países colindantes.

Convocaron una reunión de urgencia con las tres comunidades con la intención de solucionar lo que pintaba como un grave conflicto. La gente iba levantando la mano y ordenadamente intervenían:

—Bueno, la solución podría ser que alguien se haga pasar por «dirigente» y así salimos del apuro. Luego esa persona nos traerá las noticias y acataremos lo que se acuerde en esa reunión.

—Pero… ¿Cómo puedes decir eso? —Exclamó un velmontino saltando de su asiento— Nosotros no mentimos. Nunca. Simplemente no podemos.

—Ya lo sé, es cierto. Yo solo lo expongo como hipotética solución, aunque yo no sería capaz ni siquiera de escribirlo. —Se defendió el que había hablado primero, bajando la cabeza avergonzado.

—Pero solo se trataría de proponer a alguien e ir a ver qué pasa. Al fin y al cabo no sería una mentira entre nosotros. Sería una mentira «hacia fuera» y quizás con suerte ya no los volveríamos a ver. Además tampoco vamos a dañar a nadie si lo hacemos… —Aventuró un tercero, viendo que no tenían muchas alternativas.

—¡Sí, sí, sí! —Vitorearon muchos dando soporte a esa moción.
Lo cierto, es que a todos les estaba incomodando la situación en la que tambaleaba uno de sus principales valores. Acordaron intentarlo. Lo malo fue que cuando intentaron plasmarlo en el pergamino, ninguno de los presentes fue capaz de escribir. Realmente tenían un problema.

De repente, se alzó una mano al fondo pidiendo la palabra. Era Alauri, el chico que trajo el pergamino. Todos se giraron para escucharle:

—Está claro que a nosotros nos resulta imposible mentir. Llevamos muchas generaciones con la verdad como estandarte y esto se ha grabado en nuestros genes, así que la solución no está ahí.

—¿Pues qué vamos a hacer? Si les decimos la verdad igual intentan apoderarse de nuestro país queriendo adoptar el papel de dirigentes por nosotros.

—No, no, eso nunca. A nosotros nos va bien así, dirigimos entre todos. La única opción es ir a buscar a una persona fuera de nuestras fronteras, y de las colindantes, que pueda servirnos de «mentiroso». Alguien que se encargue de escribir en el pergamino el nombre de uno de nosotros diciendo que es el dirigente.

Esa fue la idea aceptada y la se puso en práctica. Encontraron la persona que les escribió el pergamino con el nombre de su «falso dirigente» y les permitió de esta manera acordar en grupo como siempre qué hacer en favor de la paz para su país.

Sin embargo, la figura de «el mentiroso» quedó en la mente de todos… por si algún día había otro «conflictillo» que resolver…

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4 comentarios

  1. 1. Diego Coppa dice:

    Olivia: la mitad del cuento es una larga descripción del pueblo, el cuento (que aún no es cuento porque no tiene final) arranca cuando llega el pergamino, Todo lo anterior borralo e intentá explicar lo que dijiste antes, en acciones o en puntos de vista de un personaje, no de todos a la vez pero después de que llegue el pergamino.
    Le falta al final del cuento, lo terminás describiendo y no diciendo.
    Una cosa son “gente saliendo del edificio” otra son “bomberos saliendo del cuartel” Cuanto más precisa seas y detallista seas mejor vas a escribir.

    Un posible “final”:
    El cuento quizá tiene que ir por el lado que conceptualmente no entienden lo que es una mentira, no la conciben ni siquiera se lo plantean. Nadie entiende lo que es hasta que uno sí se da cuenta, y destraba la situación pero los demás no se enteran y ese termina gobernandolos a todos.

    Acerca de punto de vista y un final, fijate como en el cuento que escribí (el 128) escribo desde un punto de vista de un personaje. Entiendo que quisiste escribir desde un punto de vista neutro pero no termino de ponerme en la cabeza de ningún personaje y pasa sin pena ni gloria.
    Acerca de un final, fijate como en mi cuento no te enterás como va a terminar hasta el final. El final te sorprende, no lo ves venir y te quedás pensando en todo lo que acabás de leer.

    Saludos, Olivia

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 00:07
  2. 2. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Olivia
    Soy tu vecina de arriba, así que me toca comentar tu texto.
    Me ha gustado el tono con que se ha narrado el cuento, suena a antigua leyenda, creo que el narrador omnisciente le va genial. En la primera frase suena ya ese tono al que me refiero: “Siempre había sido así. Nunca nadie tuvo la necesidad de no ser sincero…”. Por otro lado, has adaptado fielmente el argumento al título que nos exigían este mes.

    En un cuento corto cada palabra que escribimos cuenta, debemos elegirlas bien y no decir con tres palabras lo que con una sola bastaría, así dejamos sitio para más ideas y conceptos. Es tan importante lo que se dice como lo que se calla, se suele decir que es mejor mostrar que decir, porque así haces partícipe al lector y podrás enganchar mejor. Y digo todo eso porque creo que el ambiente descriptivo del principio está muy bien, pero si el cuento hubiera sido más extenso; podrías haber simplificado estos datos o detalles (como la división en comunidades, por ejemplo) detalles que no habrían afectado ese ambiente de leyenda, de esta forma habría quedado espacio para potenciar el conflicto, que se queda un poco flojo.
    En cuanto a la forma:

    Me llama la atención a primera vista la cantidad de párrafos separados, fíjate en el resto de relatos.

    * “Valores como la verdad era solo uno de los tantos de las comunidades de Parbonto.”: Me suena un poco raro el plural de “valores”, qué tal: “El valor de la verdad regía por encima de todos los valores en las comunidades de Parbonto”

    * “cohabitaban hasta cuatro, generaciones. En concreto el país parbontanos”: la coma entre “cuatro” y “generaciones” me sobra, y “país parbontanos” parece que le falta “de los” en medio de las dos palabras.

    * Hay tres “entre todos” en el relato, y en dos párrafos están bastante seguidos; sin obsesionarse es mejor no repetir palabras.

    * “… Llegó al país un extranjero que entregó un pergamino a un muchacho parbontano que encontró por la calle y que fue rápidamente a mostrar a los que vivían con él.”: Hay cuatro oraciones subordinadas a la principal, se hace un poco pesada la lectura de ese párrafo.

    * ” El pergamino, explicaba que habían recibido una amenaza…”: la coma a mí me parece que sobra, estás separando un sujeto de su verbo, y lo mismo aquí en el siguiente párrafo: “Los parbontanos, quedaron…”

    * Las acotaciones del narrador, cuando se trata de verbos dicendi, se ponen con minúscula, te paso el enlace de la página de este taller, que lo explica muy bien, otra cosa son los verbos no dicendi que pueden ir en mayúsculas o no.

    https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/

    * “—Pero… ¿Cómo puedes decir eso? —Exclamó un velmontino saltando de su asiento— Nosotros no mentimos”: “Exclamó” sería con minúscula.

    *”—Ya lo sé, es cierto. Yo solo lo expongo como hipotética solución, aunque yo no sería capaz ni siquiera de escribirlo. —Se defendió el que había hablado primero, bajando la cabeza avergonzado.”: aquí yo pondría “se defendió” en minúsculas, pues aunque el verbo defender, no es dicendi, aquí se utiliza como dicendi.. (creo que es así, aunque a veces en algunos me entran dudas).

    * Y lo mismo aquí:
    “—Pero solo se trataría de proponer a alguien e ir a ver qué pasa. Al fin y al cabo no sería una mentira entre nosotros. Sería una mentira «hacia fuera» y quizás con suerte ya no los volveríamos a ver. Además tampoco vamos a dañar a nadie si lo hacemos… —Aventuró un tercero, viendo que no tenían muchas alternativas.”: “Aventuró” en minúscula.
    “—¡Sí, sí, sí! —Vitorearon muchos dando soporte a esa moción.”: Sería vitorearon.

    *” De repente, se alzó una mano al fondo pidiendo la palabra. Era Alauri, el chico que trajo el pergamino. Todos se giraron para escucharle”: Me suena mejor “el chico que había traído”.

    *” fuera de nuestras fronteras, y de las colindantes,”: me parece que sobra la coma.

    * “Esa fue la idea aceptada y la se puso en práctica”: falta un “que”, “la que se puso” despiste.

    Bueno, pues pensarás que soy una tiquismiquis con todo lo que te he dicho, pues igual sí! Pero que conste que es con el único fin de ayudarte en la medida en que sea posible y espero que te sirvan de ayuda mis sugerencias, que no correcciones, ya que no soy ninguna experta 🙂

    Un cordial saludo y hasta la próxima.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 19:15
  3. 3. Gonzalo #127 dice:

    Hola, Olivia: La idea va bien. No se logra el desarrollo de cuento corto por el exceso descriptivo; creo que sencillamente necesita un espacio que el límite de palabras no otorga.
    Coincido con las apreciaciones que me anteceden.
    El final no me cuadra. El conflicto que se destraba no tiene protagonista: ¿quién es el mentiroso? ¿no sospechó del pedido?
    Como hacía Chejov, guardá este texto por el período de un año, y releelo, entonces ahí tendrás la corrección exacta.

    Saludos, Gonzalo

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 13:46
  4. 4. Silvia Peregrina dice:

    Me encantó tu relato. Es como fundacional: ‘mintieron’ la primera vez y el método quedó para siempre instalado, ‘por si lo precisaban’. Tiene algo de leyenda, algo de mito, ¡¡muy bueno de verdad! Seguí escribiendo ideas originales. Saludos

    Escrito el 27 marzo 2017 a las 05:09

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