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La espera. - por Jesús Almibre

Susana esperaba desde temprano. Sumergida en sus pensamientos, contemplaba la inmensidad del parque, su fuente, las flores y árboles dispuestos ordenadamente a su alrededor. Un dejo de impaciencia altera su paz, pero los murmullos de aquella mañana le devuelven la sonrisa y entonces la invade una sensación de bienestar que ni el ruido molesto de los automóviles, que van y vienen por la carretera adyacente, puede alterar.

Para paliar el tiempo, Susana se sumerge en sus recuerdos y traza con la imaginación un círculo que separa su mundo de la realidad latente, esa que no quiere revivir. Cierra los ojos y respira profundo con la disposición de agotar sus emociones; siente los dolores del amor, el placer del sexo, la satisfacción de haber sido una persona, una mujer de éxitos, elegante y atractiva.

Hace una pausa y simula fumar un cigarrillo, imaginando el estrés de los que siempre esperan, de aquellos que tienen tal vez la existencia vacía.

Prosigue. No todo fue dicha en su vida, pues también tuvo que rendirse, involuntariamente, a las incomprensiones, a la hipocresía de conocidos y gente querida; tuvo que resignarse a vivir con la soledad abrazándole el alma, con la desilusión partiéndole el corazón. Susana tuvo que enfrentar a los hijos que veían en ella tan sólo a la madre, abnegada y trabajadora, y que le negaban la ilusión de poder volver a enamorarse. Ciertamente le costó reconocer sus caprichos, la impaciencia que terminaba por descolocar al más equilibrado. Por ello nunca pudo volver a construir relaciones sentimentales permanentes, por lo que se volcó a simples momentos pasionales de sumo erotismo y sexo, como los tuvo en su juventud. Así llega a su memoria Javier, el escritor porteño, que contaba historias divertidas sobre bares y prostitutas en Valparaíso. Recuerda la vez que se conocieron; fue el mismo día en que se acostaron en un motel de mala muerte, para despedirse horas más tarde. Javier fue la vivencia más extravagante que ella pudo haber tenido, la más ordinaria, considerando su alcurnia; Susana Larraín, \"hijita de papá\", alumna de un respetable colegio particular y cristiano de Santiago, había perdido la virginidad con un bohemio.

Hace otra pausa y mira el reloj de una torre de la iglesia ubicada cerca del parque; es mediodía, ningún ser se aproxima y Susana sigue esperando, cada vez más inquieta.

Sonríe y piensa en los secretos que atesora. Una noche de lluvia en la parcela, no puede dormir y decide salir al balcón de su dormitorio. Desde lo alto contempla dos sombras que se mueven por el amplio jardín. Dos siluetas diferentes se encuentran, se acarician y besan. Primero no distingue, pero bajo un claro de luna cae en la cuenta que una es la sombra de su padre y la otra, su tía Adela. Por una cuestión de lealtad consigo misma, nunca comentó lo sucedido con nadie. El otro gran secreto fue más doloroso. Embarazada y a días que llegara Luisa, su hija mayor, descubre en la cocina a su esposo y su hermana María en pleno acto sexual. Tal fue la humillación y el poder de la rabia que las contracciones aumentaron al punto que Luisa nació ahí mismo. Ese fue el punto de quiebre con su hermana menor y el comienzo del desamor hacia su ex marido.

Susana despierta de sus recuerdos. Siente voces que se acercan, levanta la cabeza y dirige la vista hacia la entrada del parque; divisa entonces a su hermano Jorge, cada vez más canoso, pero arrogante siempre; a su lado María, la menor, avejentada y ahora con un gesto agrio en la boca. Un poco más allá ve a su hija Luisa, de nuevo enamorada, rodeada por sus hijos y su compañero. Susana se emociona y comienza a reconocer a cada uno de los integrantes de la familia, los que van quedando, que vienen en una procesión detrás del ataúd oscuro que trae consigo el brillo del sol.

Susana se estremece, siente frío y hace un ademán para aferrarse a sí misma. El grupo se detiene frente a ella, de entre la multitud aparece Genaro, su último amante y mejor amigo que por esas casualidades de la vida fue el gran amor de María, la menor. Dos hombres bajan cuidadosamente el ataúd hacia el fondo de la tierra, mientras los asistentes se cubren de sollozos y el cielo se abre dejando volar a sus pájaros sobre el cementerio.

Cuando los mortales se van, Susana queda sumida en un solemne silencio.

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10 comentarios

  1. 1. Mara dice:

    Realmente una historia muy bella. La manera en que en tan poco espacio eres capaz de resumir no solo la vida de una persona sino también su carácter es increíble. Por poner una pega solo diría que el final es bastante predecible, se ve venir. No sé si es por frases como “alterar su paz” o “simula fumar un cigarrillo” que más que pistas son evidencias. Aun así eso no estropea la belleza del relato, lo vuelve más melancólico.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 21:47
  2. 2. Martín dice:

    Hola Jesús,

    En mi opinión, con frases cortas e historias sencillas, describes la fatalidad y el carácter de tu personaje, introduces diversos mundos -el de la traición, la infidelidad, el conflicto moral,..- , lo que hace que me haya imaginado perfectamente el entorno de tu personaje.

    Para mi, utilizas descripciones muy visuales: “ataúd oscuro que trae consigo el brillo del sol”, que, ya sea por el contraste, también, me parece, informan sobre el personaje.

    Me he perdido un poco con los tiempos verbales. Creo que a mi también me pasa, pero en general no pierdes detalle en describir al personaje, a quienes le rodean y el entorno en el que vive.

    Quiero pensar no está muerta realmente, si no que las circunstancias la hacen vivir en perpetuo silencio en un ataúd oscuro, y el sol es ella.

    Un saludo

    Escrito el 18 abril 2017 a las 10:35
  3. 3. Galia dice:

    Gracias por haber pasado por mi relato, Jesús. Muy bueno el tuyo,en poco espacio logras decribir un sinfin de acontecimientos y delatar sentimientos, pasiones, traiciones.
    La única que descansa en pas, ahora es Susana, los demás siguen envejeciendo y enredados en sus propios engaños.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 23:27
  4. 4. Wurunkati dice:

    Buen relato.
    Me gusta mucho la historia aunque sigo teniendo la duda de si Susana es la enterrada o no (no me disgustan los finales abiertos)
    Lenguaje muy cuidado
    Enhorabuena

    Escrito el 19 abril 2017 a las 19:05
  5. 5. Santiago dice:

    Me gustó el texto, un poco predecible pero bien llevado.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 23:40
  6. 6. Earendil dice:

    Hola, Jesús.
    Primero que todo, quiero agradecerte tu paso por mi relato y tu amable comentario.
    El tuyo es muy bueno. Las descripciones, el lenguaje, la estructura, el argumento…Un buen trabajo en forma y fondo.
    El final abierto da para imaginar muchas cosas, pero creo que es evidente que ella está muerta y asiste a su propio entierro (si no es así por favor acláramelo, porque si no, es que no habré entendido nada) Pero al mismo tiempo, la dotas de sentimientos físicos, el frío, por ejemplo. Que reviva sentimientos es creíble, pero no me acaba de casar que sienta sensaciones mundanas, aunque también se puede interpretar como una metáfora de la soledad y el abandono.
    En en taller de este mes, hay quien ha señalado que el tener que comenzar con una frase en tiempo pasado y un nombre que delimita bastante, ha resultado bastante incómodo. Pero tú, a la primera de cambio, te has saltado al presente, sin más, en la tercera frase, y has seguido así todo el tiempo. No sé si considerarlo una falta de forma, porque la verdad es que esto no suele hacerse. Ni qué decir tiene que tu relato ha ganado en realismo y profundidad, pero no sé si sacarte la “tarjeta amarilla” por “hacer trampas”.
    * \”hijita de papá\”____Aquí eliminaría las barras, no les veo el sentido. La expresión “hijita de papá” sí veo bien que la hayas entrecomillado, pues es una locución y se suele escribir tal cual, pero tampoco sé cierto si sería necesario.
    Felicidades por tu trabajo. Un placer haberte leído.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 17:32
  7. 7. Jesús Almibre dice:

    Hola Earendil. Siendo yo estudiante universitario tuve la ocasión de conversar con Nicanor Parra, gran poeta y antipoeta chileno, Premio Nacional de Literatura y muchas veces candidato al Nobel. Le pregunté por su obra y me respondió que el escritor escribe y el resultado ya no le pertenece, por lo que corresponde a la crítica analizarla. Otro compatriota mío, Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura decía que preguntarle al autor por su obra era como preguntarle la edad a las mujeres. Saludos y muchas gracias por tus palabras.

    Un compatriota mío llamado pablo Neruda, respondió una vez cuando le preguntaron sobre un poema suyo que aquello era como “preguntarle la edad a las mujeres”.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 18:42
  8. 8. Earendil dice:

    ¡Oído, cocina! je,je ☺

    Escrito el 22 abril 2017 a las 10:03
  9. 9. Tavi oyarce dice:

    Hola Jesus:
    Primero: gracias por comentar mi relato.
    No voy a decir nada sobre la redacción, los tiempos y el tono del relato porque no hay nada que decir; están correctos.
    Donde sí me caben dudas es sobre la estructura que tiene el cuento.
    En las informaciones que ha editado Literautas se dice que entre las seis y ocho primeras líneas del cuento, al lector hay que ubicarlo en la trama, y en este caso recién en el cuarto párrafo comienzan a aparecer los conflictos. Te expongo esto porque un lector, al no contar con esa información puede dejar abandonado el texto y no creo que sea lo que uno persigue. Claro, cuando uno llega a la última línea, el final lo aclara todo. Pero uno debe hacer un análisis.
    Yo creo que la idea es buena, la intención del final abierto también, la pregunta es cuantos atravesarán el río.
    Hay un aspecto que me deja dudas:
    “”pero los murmullos de aquella mañana…” A qué murmullos se refiere.
    “…el estrés de los que siempre esperan, de aquellos que tienen tal vez la existencia vacía…” ¡Hay aquí una relación: el que espera tiene la existencia vacía o debiera ir ahí un punto seguido para separar las dos ideas, no lo sé.
    Bueno como vez tampoco son cosas fundamentales. Las que expongo solo tiene el afán de ayudar.
    Todo lo que aquí escribo es porque la idea que mueve el relato es muy buena, solo que desde mi punto de vista podría mejorar.
    Saludos

    Escrito el 23 abril 2017 a las 21:08
  10. 10. Jesús Almibre dice:

    Hola Tavi:
    muchas gracias por tu reflexión. Sin dudas es una gran ayuda.
    Saludos

    Escrito el 25 abril 2017 a las 18:17

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