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El último truco. - por Alohomora

Susana esperaba. Llevaba cinco minutos sin escuchar nada. Allí, a un metro bajo tierra, metida en aquella caja de pino todo era silencio.
Desde luego la idea de que la enterraran viva y esposada era algo que escapaba a la comprensión de muchos. Pero ella vivía por y para el espectáculo. No en vano era la mayor escapista de toda la década, según rezaban los periódicos.
El cementerio estaba abarrotado de gente. Todos querían ver cómo esa mujer podía escapar de una tumba en la que había sido enterrada por voluntad propia.
En los ensayos en el campo de atrás de su preciosa mansión, todo había salido a la perfección. El tiempo estaba cronometrado al milímetro. Sabía a qué ritmo debía respirar para no quedarse sin aire. Sabía que debía limitar los movimientos, aunque se había asegurado el poder llevarse las manos a la cara. Ella era bastante menuda, y la caja era lo suficientemente grande como para poder doblar las rodillas y los brazos.
Sabía que pasados 5 minutos, era el momento de empezar a ejecutar las maniobras de escape. Tiempo suficiente para acaparar la mayor espectación posible. Pasados esos minutos la gente empezaría a preguntarse si lo iba a conseguir o no. Si estaría bien o no dentro de la caja. Si algo había salido mal…
Empezó a respirar más normalmente pues necesitaba de su fuerza y su energía para moverse dentro del ataúd. Se relajó mentalmente, e intentó visualizar un limón. Muchos limones, partidos por la mitad, exprimidos justo encima de su lengua. Eso provocó bastante salivación y el poder regugitar la llave que previamente se había tragado.
Acercó las manos a su cara, donde sujetaba la pequeña llave con los dientes, y consiguió soltarse las esposas que la ataban sin mucha dificultad. Ya tenía las manos libres. Ahora debía salir de la caja.
Primero puso las piernas en posición de montaña. La caja tenía un pequeño botón camuflado, debajo de su trasero. Al accionarlo, un pequeño resorte hacía deslizar la tapa de la caja. Una vez la tapa estuviera suelta, sólo tenía que izarla en arco para que no entrara toda la tierra de una vez dejándola atrapada.
La tumba donde había sido enterrada también tenía su truco. Las primeras paladas de tierran caían, efectivamente, sobre la tapa. Pero en cuanto ésta parecía cubierta de tierra por completo, un mecanismo de cristal transparente, tapaba por completo la caja, haciendo el efecto óptico de que se enterraba completamente el ataud, aunque lo que ocurría de verdad, era que la tierra que iba cayendo, iba a parar a los lados y bajo la caja, con lo que la cantidad verdadera de tierra que había sobre la tapa, era mínima. Aunque para la galería, quedaba sepultada, para ella sólo había un poco de tierra sobre la tapa y sobre la parte superior de la caja de cristal invisible donde se daban las ultimas paladas.
En eso residía la mayor parte de su magia. En trucos e ilusiones.
Mientras abría la tapa, con bastante fuerza para alguien de su tamaño, intentó incorporarse con un movimiento rápido y ponerse de rodillas, agachada, soportando todo el peso de la tapa y la arena de encima, en su espalda. De forma ágil cambió de postura y se puso en cuclillas. Ya sólo quedaba el último paso, ponerse de pie quitando la tapa totalmente y finalmente sacar una mano por encima de la tierra. Como en las películas donde los muertos resucitan.
Todo ocurrió en segundos. Accionó el botón, deslizó la tapa y se puso de pie en aquella tumba-tubo que acumulaba arena a los lados y bajo ella, y con mucha teatralidad, sacó una mano por encima de la fina capa de terreno que la separaba de la superficie.
Sintió una mano que la sujetaba firmemente y tiraba de ella hacia arriba. Su ayudante. Y de repente, sintió una mano que la agarraba de un tobillo y tiraba de ella hacia abajo.
Se asustó muchísimo. La mano que sujetaba el final de su pierna tiraba con mucha más fuerza que la que la sujetaba por arriba. Intentó agarrarse con las dos manos y con un gran esfuerzo, sacó la cabeza y el resto del cuerpo.
La gente empezó a aplaudir como loca. ¡Lo había conseguido! Tenía tierra por todas partes, pero se levantó, se sacudió un poco la suciedad de la ropa y la cara, y levantó una mano en señal de victoria, saludando a su público.

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9 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Alohomora:
    Interesante el argumento. Pero la redacción se va complicando hacia el final y el desenlace resulta traído de los pelos. He tenido que leerlo un par de veces y aún así es inverosímil el que pueda salir cuando la mano que tiraba hacia abajo era más fuerte que la que tiraba hacia arriba. Deberías revisar ese detalle. El tiempo no se puede medir en milímetros, porque sino tendríamos que medir las distancias en horas. No todos los lectores van a poder visualizar las piernas en posición de montaña. Una lectura adicional en voz alta te aclarará las cosas.
    Sigue escribiendo, la experiencia hace a la ciencia.
    Saludos

    Escrito el 17 abril 2017 a las 18:30
  2. 2. Héctor Romero dice:

    Saludos Alohomora, tu relato cautiva, no es el típico relato que te de flojera leer, por el contrario te inquieta, con sutileza logras que el lector piense en un final trágico y aunque estés ya en las últimas líneas todavía vives la angustia del personaje. Felicidades

    Escrito el 18 abril 2017 a las 03:49
  3. 3. Wurunkati dice:

    Hola Alohomora
    Me ha gustado tu relato aunque coincido en que me ha chirriado un poco lo de los milímetros referido a tiempo.
    Por otro lado me quedo con ganas de saber algo más de esa mano que tiraba hacia abajo (aunque siempre está bien que quede algo por saber)
    Enhorabuena

    Escrito el 18 abril 2017 a las 17:59
  4. 4. Juan Sauce dice:

    Hola Alohomora.
    He leído tu texto y me ha gustado bastante. Lo que más aprecio es que pienso que has dado un toque distinto a situar la historia en un cementerio y , alejándote de tópicos, nos pones a una escapista como protagonista. Eso es un punto positivo que encuentro muy original.
    También decir que tu narrativa es muy buena. Reconozco que he tenido problemas para visualizar lo de la tapa de cristal, pero el resto está muy bien descrito. Por cierto que, doy mi opinión, cuando decimos que algo está controlado “al milímetro”, es una frase hecha que quiere decir que todo está bajo control, no veo problema en ello.
    Conforme avanzaba la historia esperaba que al final Susana quedaría atrapada sin poder salir de la tumba… hubiera sido demasiado obvio, por lo que me alegro que el final fuera diferente. Pero aún así, me falta algo en ese final. Ella pasa una experiencia traumática cuando nota que la agarran y le estiran hacia abajo, pero cuando sale hace una señal de victoria y casi me parece verla sonreír. Pienso que debería haber salido con cara de pánico, pálida y, haciendo honor al título “el último truco”, que decidiera no volver a actuar como escapista nunca más. De otra manera, la experiencia aterradora anterior queda desaprovechada.
    Es mi punto de vista; pero en general,me ha gustado tu texto. Por cierto, que no me parece tan terrorífico como para ponerlo para mayores de 18 años…
    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 22:29
  5. 5. Alohomora dice:

    Estimados colegas Luis Ponce, Héctor Romero, Wurunkati y Juan Sacue, muchísimas gracias por haber leído mi texto y haberlo comentado. Agradezco muchísimo todas las críticas. Las buenas y las menos buenas. Deciros que lo de “al milímetro” me refería al control, no al tiempo. Sé que el tiempo no se mide en milímetros. Pero como dice Juan, es una frase hecha que se refiere al control de la situación. No obstante, lo tengo en cuenta para otras ocasiones.
    Muchas gracias a todos. Nos leemos.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 12:07
  6. 6. Berundgaar dice:

    Hola, Alohomora.

    Me ha gustado muchísimo. Desde el primer momento ya me ha parecido que algo iba a ocurrir. Anticipas, sutilmente, un desenlace que, al mismo tiempo, se desea y se teme.

    Si quieres darte una vuelta por el mío y darme tu opinión, estoy en el 240.

    Un saludo. Nos leemos.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 08:00
  7. 7. Laura dice:

    Hola Alohomora.
    Un relato diferente en el cementerio. Coincido con quienes me preceden con la medición del tiempo y la fuerza de quienes tiran de ella hacia abajo.
    Me interesa mucho más saber cómo sigue luego de pasar por semejante experiencia.
    Saludos.Y sigue escribiendo. Muy bueno lo tuyo

    Escrito el 21 abril 2017 a las 11:42
  8. 8. Maria Jesus Hernando Navas dice:

    Hola Alohomora, me ha sorprendido que situaras a una escapista en un cementerio para hacer un número. ¿Había montado un reto a lo grande para darse más publicidad y alcanzar más fama de la que ya tenía?.Se nota que tu tenías claro todo lo que pasa pero le falta elaboración.
    No obstante la idea me parece buenísima y si tienes tiempo deberías pulirla. Un saludo,

    Escrito el 21 abril 2017 a las 12:29
  9. 9. Roger/NHICAP dice:

    Hola Alohomora,
    Gracias por tu visita. Tu relato es interesante, atrapa desde el principio pues ya imaginas que la escapista sufrirá algún problema. Estoy de acuerdo que la narración se enturbia, la primera mitad presenta más claridad.
    El final merece una revisión, se nota precipitado por el límite de las 750 palabras.
    Buen relato, me gustó.
    Un abrazo.

    Escrito el 25 abril 2017 a las 11:22

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