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EL NUEVO - por CARMELILLA

EL NUEVO

Susana esperaba con impaciencia a que terminara el sepelio. Era triste ver como la familia del muerto tenía el alma desgarrada y teniendo en cuenta que el muerto era un chaval de trece años, era aún más doloroso.
Cuando falleció Fermina, el sepelio tuvo su parte cómica, recordó Susana con cierta nostalgia. La señora tenía noventa y cinco años. Había dejado escritas sus últimas cinco voluntades:
Que fuera enterrada en la tierra directamente, sin ataúd.
Que sobre la tierra pusieran una señal de prohibido con la frase «No visitas».
Que nadie de su familia fuera al entierro.
Que invitaran a todos los residentes de la segunda planta de la residencia «El Jardín de la Alegría» al entierro.
No quería sermones ni curas en su entierro.
El día del entierro, el ataúd de Fermina llegó en un coche fúnebre impecable.
Su hija, su yerno y sus dos nietos estaban visiblemente afectados, moqueaban y lloraban, sobre todo la hija, sin consuelo.
Una lápida de mármol rosáceo encumbraba la nueva morada de Fermina: «nunca te olvidaremos», así a secas.
Los residentes de la segunda planta de la residencia «El jardín de la Alegría», nunca supieron que Fermina había muerto: «ha vuelto a casa», les dijeron.
El cura soltó un repertorio largo y profundo sobre la bondad de Dios y cuando acabó con ese repertorio comenzó con otro sobre las virtudes de Dª Fermina Amantos García-Duque.
Finalizado el entierro todos se marcharon comentando lo que iban a echar de menos a la adorable Fermina.
Cuando Susana conoció las cinco últimas voluntades que Fermina había dejado escritas y fue testigo del nivel de cumplimiento de las mismas, lo entendió todo.
Entendió que la ventisca de polvo repentina e inexplicable que envolvió por completo a los presentes en el entierro de la mujer, no era casual, les dejó tierra hasta en los dientes. Algunos tuvieron ataques de tos que hicieron temer lo peor.
Entendió que tuvieran que llamar a una grúa porque el coche de la familia de Fermina no arrancara, a pesar de ser nuevo.
Y entendió que el cura tropezara cayendo sobre el suelo y estuviera un buen rato intentando despejar su boca de chinitas, polvo y alguna que otra hormiga.
El sepelio del chaval, sin embargo, no estaba siendo nada cómico. Susana sabía muy bien que lo peor para los padres estaba por llegar. Cuando despertaran al día siguiente y el chaval no estuviera por la casa protestando, ni al otro día tampoco, ni al otro…La ausencia nunca se superaría, solo el tiempo suavizaría el daño causado.
Susana abandonó sus pensamientos cuando observó el humillo gris. Lo siguiente sería la recomposición de la figura y después…
Recibió un empujón que la hizo avanzar varios pasos trastabillando:
—¡No sé de dónde sacas tanta fuerza! —dijo enfadada.
—No la saco, siempre la tuve. ¡Vamos acerquémonos más!
—No hace falta ponerse más cerca, desde aquí se ve perfectamente. No seas tan impaciente. —Susana disimuló su propia impaciencia—. ¡Mira, ya está ahí, qué rápido!
El chaval, sorprendido, miraba la escena casi con la boca abierta. Dio golpecitos sobre el hombro primero de su madre y luego de su padre, pero no se inmutaron. Se acercó a la lápida y leyó: «Pablo Cortés Hernando, falleció a los trece años. Tu cuerpo se ha marchado, tu alma está con nosotros». El chaval se levantó de un salto, fue hacia atrás negando con la cabeza y atravesando los cuerpos de varios de los allí presentes.
—¡Vamos Fermina, ahora sí, necesita apoyo! —Susana ofreció la mano a Fermina y juntas se acercaron hasta el chaval.
Pablo entendió en muy poco tiempo lo que estaba sucediendo. No hizo un drama, recordó a tiempo que pudo despedirse de sus padres en sus últimos momentos y todo fue más fácil. Lo que sí le sorprendió es que estuviera muerto-vivo, o como se llamara el nuevo estado en el que se encontraba.
—¡Joder chaval qué guapo eres!
—¡Fermina! —La regañó Susana, avergonzándose de su amiga.
—¡Que pasa, es que los muertos no tenemos opinión! — rio Fermina
—Soy Susana y ella Fermina. Discúlpala, no controla su lengua, más bien al contrario.
—Bueno Chaval, eres muy joven para estar aquí, ya nos contarás. —Y comenzó a bajar por el camino. Tenían reunión, había que recibir al nuevo.
—¡Fermina, mujer, espera…! —gritó Susana.
—¡Esperad, como queréis que os cuente si corréis tanto…! —Pablo corrió tras ellas.
El sepelio finalizó ya de noche y el cementerio quedó oscuro, pero no vacío ni en silencio.

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10 comentarios

  1. 1. guiomar de zahara dice:

    Buenas tardes Carmelilla:
    Tu relato se lee con facilidad. Es un tema que está muy de moda en películas y series, pero… creo que con las prisas de última hora por el lío de estas semanas no has hecho una última lectura y – de eso también peco yo – tienes varias palabras repetidas:
    sepelio, entierro, repertorio, chaval…
    Es lo único que encuentro… por ponerte alguna pega.
    Por lo demás ¡Enhorabuena!

    Escrito el 17 abril 2017 a las 14:47
  2. 2. Leosinprisa dice:

    Hola Carmelilla, me ha gustado tu relato con un sentido del humor muy especial y una imaginación digna de elogio. El texto se deja leer con soltura y captas la atención de quien lo lee con mucha habilidad.

    En cuanto a las cosas que he podido encontrar:

    con la frase «No visitas». Yo pondría dos puntos despues de «frase».

    «nunca te olvidaremos», así a secas. Yo pondría: «nunca te olvidaremos». Así, a secas.

    «ni al otro…La ausencia». Yo dejaría separación entre los puntos suspensivos y la continuación.

    «¡Vamos acerquémonos más!» Yo pondria: «¡Vamos, acerquémonos más!»

    Esas son las cosas que he encontrado, unas son opiniones personales y otras, como los puntos suspensivos, errores que no tienen mayor trascendencia, pues he visto que en otros sitios los has escrito de forma correcta.

    Espero que pueda leer nuevos textos tuyos. Un placer leerte y un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 10:21
  3. 3. lectora70 dice:

    Hola Carmelilla!

    Tu relato me ha gustado mucho. Está muy bien la forma en la que has ido desarrollando la trama para hacernos ver que Susana no está viva sino muerta. El estilo de tu relato es claro y sencillo. Se lee con facilidad. Los personajes están bien creados y los diálogos le dan ese toque divertido al personaje de Fermina.

    Te felicito!

    Escrito el 19 abril 2017 a las 10:18
  4. 4. Marikiya dice:

    Hola Carmelilla;
    Te eché de menos en la escena pasada!!
    En cuanto a tu relato, lo he leído con facilidad puesto que el tema que has elegido es algo que me llama mucho la atención. ¿Habrá algo después de la muerte?¿Dónde vamos ese día?…
    Al principio no encontraba la relación entre Pablo y Fermina, pero según avanza la lectura es fácil atar cabos.
    En general, como siempre una buena historia donde la gramática es casi perfecta, exceptuando los puntos señalados por los compañeros.
    Un saludo.
    Estoy en el 228 por si te apetece leerme.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 21:43
  5. 5. Clau Cruz dice:

    ¡Carmelilla!

    Hola, como siempre, tus relatos me gustan mucho, tienes ingenio mujer, y eso se agradece.

    Ahora sólo podría sugerirte que tengas cuidado con la repetición de palabras, por ejemplo: “entierro” y “repertorio”

    La historia en verdad que me gustó, ¡Genial!

    Un placer leerte.
    Bendiciones.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 22:52
  6. 6. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Carmelilla, Ya varios de los comentaristas te mencionaros la repetición de palabras y el uso de las comillas, pero yo quiero resaltar la sutileza que utilizas para regalarle al lector la existencia de un mundo intermedio.

    Esto lo haces a través de Susana quien a su vez cuenta la historia del sepelio de Fermina quien a la postre se convierte en compañera edecán de traslación entre vidas.

    La sencillez del vocabulario hace tu lectura bastante atractiva. Durante todo tu relato no pude despegar mi vista de la historia. Te felicito.

    Mi trabajo del mes es otra traslación diferente. 234.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 12:56
  7. 7. Thomas Carnacki dice:

    Me ha gustado tu relato, Carmelilla. Con su toque de humor y ese travieso giro a mitad de la historia. Reconozco que está muy logrado. Supongo que otros compañeros más experimentados te corregiran de encontrar errores. Sigue así, felicitaciones por tu relato 😉 Hasta la próxima.

    ¡Saludillos!

    Escrito el 21 abril 2017 a las 17:21
  8. 8. Galia dice:

    Carmelilla, muy ingenioso tu relato, a veces nos viene bien reírnos de algo que tememos y desconocemos.
    Terminas de leer con una sonrisa en los labios.
    Saludos.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 20:43
  9. 9. Luis Ponce dice:

    Hola Carmelilla:
    Bien lograda tu historia. Al principio me llamó la atención que relatas un entierro y de golpe te pasas a otro, pero luego me dí cuenta de que Susana solamente hacía el papel de guía experimentada para el recién llegado Pablo.
    Te felicito por el toque de humor y por el lenguaje sencillo que facilita la lectura.
    Saludos

    Escrito el 23 abril 2017 a las 19:14
  10. 10. Laura dice:

    Hola Carmelilla.
    Hermoso texto que has logrado. El toque de la voluntad de Fermina estuvo muy bueno.
    Mientras desarrollas una historia relatas otra.
    Las frases. NUNCA TE OLVIDAREMOS y HA VUELTO A CASA tendrían que iniciar con mayúscula. Te dejo la RAE ya que fui allí al ver las frases con minúsculas en dos oportunidades: 1.3. Preceden a la reproducción de citas o palabras textuales, que deben escribirse entre comillas e iniciarse con mayúscula (→ mayúsculas, 3.3c): Ya lo dijo Ortega y Gasset: «La claridad es la cortesía del filósofo».
    Volviendo al relato, interesante, desde el punto de vista de los que ya cruzaron la línea, fácil de leer.
    Hasta el próximo mes

    Escrito el 26 abril 2017 a las 10:41

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