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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Reino de engaño - por Alberto C.

Susana esperaba ansiosa a que el semáforo cambiase de color para poder cruzar. Tenía que contarle a su madre lo que acababa de ver tras pasar junto al castillo, como solía hacer todas las tardes en las que el tiempo permitía disfrutarlas. Al salir de la escuela, en vez de tomar el camino principal, se desviaba y cruzaba el puente que separaba la ciudad en dos secciones. A Susana le desagradaban los viejos y vetustos edificios que rodeaban su hogar. Además, tenía prohibido bajar al parque debido al estado en el que éste se encontraba y a la gente que lo frecuentaba. En cambio, le encantaba el motel situado a un lado del acueducto. Era pequeño, pero tenía una arquitectura que simulaba un alcázar medieval. Le gustaba ir allí y fantasear con sus historias de príncipe azul.
Al llegar a casa, Susana tiró la mochila en la entrada y fue corriendo a la cocina, eufórica. Nada más ver a su madre, María, fue directa a abrazarla.
—¡Mami, mami!
—Hola, cariño —le dijo mientras la besaba— ¿Qué tal el día en el cole?
—Bien, ¡Adivina lo que he visto hoy!
En ese momento, María le metió un trozo de galleta en la boca.
—Espera un momentito, cielo. Acabo de preparar el almuerzo para papá y me cuentas ¿Vale?
—¡Ah, sí! ¡He visto a papi salir del castillo!
—¿Castillo? —preguntó, más para sí que para su hija, helada.
—¡Sí! El del puente —dijo Susana soltando a su madre y comenzando a girar, ensimismada—. Papi es un príncipe… aunque tú no eras la princesa —se volvió a su madre de nuevo— ¿Te has perdido el baile por estar cocinando, Mami?
María, a modo de respuesta y con la mirada perdida, le volvió a meter otro trozo de galleta en la boca. Susana se quedó mirándola, pensativa. Pero al ver que su madre seguía concentrada en su tarea, se sentó junto a la mesa, lista para comer, donde ya tenía preparado un plato de sopa y un vaso.
—Hoy en el cole me he peleado con mi amiga Martina —dijo Susana, rompiendo así con el silencio sepulcral que había invadido la cocina.
No obtuvo repuesta, pero lo interpretó como que tenía que continuar hablando y así lo hizo sin advertir que no estaba siendo escuchada.
—¿Verdad que sí, Mami?
—¿Eh? Oh, sí, mi vida—respondió María, volviendo a la realidad—. Acaba de comer que tenemos que tenemos que irnos.
Susana asintió con pesadez mientras veía a su madre salir de la cocina. Ella lo haría después, justo cuando acabó de comer y poner el plato y el vaso en el fregadero.
Una hora después, ambas circulaban por la carretera, camino al lugar en donde trabajaba el padre de Susana, Juan.
—No me gusta ir a visitar a Papá al trabajo, me da miedo ese sitio.
María no respondió, pero la forma en la que miró a Susana por el retrovisor en ese momento dio a entender que a ella tampoco le gustaba, y mucho menos ahora.
Cuando llegaron al cementerio, el cielo había cobrado un color plomizo y el viento soplaba con algo más de intensidad. Susana se apresuró en anudarse bien la bufanda mientras, de forma involuntaria, agarró la mano de su madre. Una sonrisa tibia despuntó en los labios de María mientras la miraba. Aquél gesto de su hija la reconfortó.
Al llegar al edificio, Susana se quedó afuera observando un hormiguero junto a la verja mientras María se adentraba en las oficinas. Juan trabajaba como asesor funerario y, a veces, se encargaba de algún que otro papeleo. Se iba por las mañanas, muy temprano, pero debido a la baja de su socio Archie, pidió que le asignaran también las horas del turno de su amigo para que éste no perdiera el empleo. María estaba al corriente y últimamente casi no veía a su marido.
Nada más entrar en el edificio la mujer fue recibida con un cálido abrazo de Archie, para su sorpresa. Quedó perpleja, ¿Cuándo se había reincorporado? Pero sobretodo ¿Por qué Juan no le había comentado nada al respecto? Mientras le miraba, pareció comprenderlo todo y salió del recinto, de camino al coche. No le hizo falta ver más.
—¿Mami? —musitó Susana al verla.
—No es nada, cariño. Es solo que he dejado de ser la princesa de tu padre —dijo, mientras acariciaba el pelo de su hija y lloraba.

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17 comentarios

  1. 1. Alberto C. dice:

    Querido lector: muchísimas gracias por leer mi primer relato. Sí; llevo a penas unos meses escribiendo y quiero aprender.
    Por eso, quería pedirte que fueras arduo con tu crítica; destripa mi texto.

    Un saludo. n.n

    Alberto C.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 16:05
  2. 2. Estel Vórima dice:

    Primero de todo agradecerte que leyeras mi texto. Me alegra no solo que te tomaras el tiempo de leer y comentar sino que además te gustase.
    Quiero felicitarte por las ganas que le pones al escribir, querer aprender, como tu dices, es muy importante, eso es lo que hace que uno llegue hacer bien aquello que desee hacer, en este caso escribir.
    Me gusta el texto porque refleja la inocencia de un periodo de la infancia y como esta puede quebrarse con relativa facilidad.
    El título Reino de engaño, me gusta. Tanto el título como la historia en sí me ha hecho pensar en la fragilidad de las cosas.Algo que ha quedado reflejado desde dos puntos de vista, la madre y la hija. La niña y la mujer. Si esto fuera una historia larga que tuviera como prota a Susana sería un preambulo para desarrollar el tema de la fagilidad de todo lo que amamos.
    Con respecto a los aspectos formales se los dejo a alguien más entendido que yo.
    Un saludo.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 18:39
  3. 3. Patricia Redondo dice:

    Hola Alberto! Gracias por pasarte por mi relato y comentar. Encantada, te devuelvo la visita 🙂
    No soy ningún se perra en cuestiones estilísticas , así que de ahí poco puedo decirte… Te comento mis impresiones.
    El relato está bien , la historia es buena. Escribes con naturalidad y no resultas forzado, lo que está muy bien. Me gusta como dibujas la inocencia de la niña. Pero, te pongo dos peros:
    La infidelidad del padre se ve venir desde aquí:
    Castillo? —preguntó, más para sí que para su hija, helada.
    Demasiado pronto, para mi gusto. Es como si la madre lo supiera casi desde el inicio del relato y entonces el resto pierde interés.
    El texto es quizá demasiado detallado, explica mucho fuera de la propia situación, no sé cómo decirlo…cuenta mucho y muestra poco…yo me habría centrado más en las emociones, la tristeza de la madre, el miedo de la niña…es una opinión, eh?
    Por último, un consejillo: decía Orwell que si puedes decir algo con tres palabras en vez de con diez, lo digas con diez 🙂 , esto es para evitar repeticiones innecesarias y recargar el texto. Por ejemplo:
    Vetusto y viejo es lo mismo. Sobra uno de los dos.
    Y nada más, si te sirve de algo bien, si no , pues nada, son lentejas 🙂
    Nos leemos!

    Escrito el 17 abril 2017 a las 18:50
  4. 4. Patricia Redondo dice:

    Por último, un consejillo: decía Orwell que si puedes decir algo con tres palabras en vez de con diez, lo digas con diez , esto es para evitar repeticiones innecesarias y recargar el texto. Por ejemplo:

    Perdón !! Lo digas con tres !!

    Escrito el 17 abril 2017 a las 18:51
  5. 5. Alberto C. dice:

    Patricia, muchas gracias por haberte pasado y comentar. Entiendo lo que quieres decir: mucha paja y poca miga. Siendo la protagonista Susana, me ha sido difícil y no he sabido mostrar bien lo que siente María, la madre.
    Gracias, de verdad, por tu crítica. Lo tendré en cuenta para el próximo mes.

    Un abrazo. n.n

    Alberto C.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 19:14
  6. 6. Galia dice:

    Estimado Alberto: gracias por tus comentarios, para un escritor, es una satisfacción grande sentirse “leído y gustado”.
    Tu relato maneja muy bien el plano de la realidad, donde nos sumergimos los adultos, y el de la imaginación , de esa niña que sueña con castillos y príncipes. Muy bien logrado. También un buen recurso usar el cementerio ( propuesto por el blog) como lugar de trabajo. Te despegas de muertes y entierros.
    Algunos detalles estilísticos, que paso a destacar:
    Bien, ¡Adivina lo que he visto hoy!adivina… después de coma minúscula; Acabo de preparar el almuerzo para papá y me cuentas ¿Vale?, Acabo de preparar el almuerzo para papá y me cuentas, ¿vale?; ¡Ah, sí! ¡He visto a papi salir del castillo!, ¡Ah, sí!. ¡He visto a papi salir del castillo!;¡Sí! El del puente, ¡Sí!,el del puente; ¿Eh? Oh, sí, mi vida, ¿Eh?, oh, sí, mi vida;Acaba de comer que tenemos que tenemos que irnos.Acaba de comer que tenemos que irnos. Aquél gesto , Aquel gesto ( el adjetivo no lleva acento.
    perdona si he sido un poco latosa con las correcciones pero no puedo abdicar de haber sido muchos años la profe de lengua. Mis saludos cordiales. Galia

    Escrito el 17 abril 2017 a las 23:44
  7. 7. Carmen Ramacciotti dice:

    Hola Alberto. No tengo mucha experiencia como escritora y un poco menos como crítica. Te observaría una sola cuestión y es que anticipas el desenlace tempranamente.Mi relato es el número 98.
    Nos leemos y a seguir aprendiendo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 01:58
  8. 8. Leosinprisa dice:

    Hola Alberto. No es fácil mostrar los desengaños del mundo real como tú lo has hecho, a traves de la mirada de una niña que desvela a su madre una infelidad oculta. Eso tiene su mérito, pues denota imaginación y la inteligencia de saber transmitir con ese mundo de fantasia las mentiras de los adultos.

    El único pero es ese rápido descubrimiento que anula la sorpresa de la infidelidad. Yo creo que la niña debería de haberle hablado a su madre del castillo mientras iban a ver a su padre al trabajo, y así encajar todas las piezas de una forma más veloz, en las últimas líneas del texto.

    Por supuesto, esto es una opinión personal que no desmerece tu escrito.

    En cuanto a las cosas que cambiaría (otras ya te las han descrito compañeros anteriores):

    «acabó de comer y poner el plato y el vaso en el fregadero». Yo pondría: acabó de comer poniendo el plato y el vaso en el fregadero. (Así te evitas la repetición de un «y»).

    Eso es todo cuanto he visto (tampoco soy ningún experto y puede ser que otros te encuentren cosas que no he podido percibir).

    Agradecerte el comentario de mi texto y espero escribas nuevos textos con nosotros para seguir progresando. La única forma es tropezar, cometer errores y aprender a evitarlos (no siempre es fácil).

    Un placer leerte y un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 10:43
  9. 9. Cryssta (Madrid-España) dice:

    Hola Alberto, escribes muy bien así que me alegro de haberte leído.

    Te diré lo que yo veo mejorable:

    – yo quitaría la coma después de “tras pasar junto al castillo” aunque la frase quede demasiado larga, si la dejas da la sensación de que todos los días “ve” lo mismo y yo entiendo que ese día en concreto es cuando ha visto al padre

    – “mami” y “papá” en minúscula

    – se me hace raro que una madre dé galletas antes de la sopa, lo habitual es que lo dulce vaya al final

    – tendrías que decir lo que contiene el vaso, para la niña “un vaso de agua” estaría bien

    – no me imagino qué es asentir “con pesadez”, le iría mejor otro adjetivo o quitarlo directamente

    – “Ella lo hizo después”

    – “Una hora más tarde” para no repetir “después”

    – “este” ya no se acentúa salvo que el no hacerlo induzca a error

    – la madre está preparando “el almuerzo”, ¿no sería mejor que lo que preparara para el marido fuera la merienda o la cena?, lo digo porque pasa mucho tiempo desde que la niña come hasta que se le lleva la comida al hombre

    Espero haberte ayudado y leerte los próximos meses.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 13:32
  10. 10. Earendil dice:

    Hola, Alberto.
    Ante todo, quiero agradecerte tu paso por mi relato y tus amables palabras, siempre bien recibidas.
    También quiero darte la bienvenida al taller. Espero que sea el primero de muchos textos.
    En cuanto a la temática de tu relato, coincido con los compañeros anteriores sobre la manera tan peculiar de mostrar las dos visiones de una misma realidad, la de la madre y la de la hija. Esa candidez con la que Susana observa los hechos contrasta con la dureza del golpe que supone para María.
    Pero al mismo tiempo, también coincido con ellos en que el final es demasiado previsible, se intuye desde la primera frase que la niña dice a la madre.
    En la parte formal, poco más puedo añadir. Te han señalado todas las rectificaciones que me había anotado mientras leía el relato.
    En general has hecho un buen trabajo, por lo que te felicito por ello.
    Un saludo. Nos leemos

    Escrito el 18 abril 2017 a las 17:01
  11. 11. Kelsang dice:

    Hola Alberto,

    Soy Kelsang, estoy en el 213 y me ha tocado comentar tu texto. Allá voy.

    Primero, decir que en general coincido con los comentarios formales que te han hecho los demás compañeros, aunque no del todo con el comentario más habitual, que es el de que anticipas el final. Para este tema nos remontamos a la teoría.

    En literatura la norma general es que se juega con la sorpresa, mientras que en cine se juega con suspense. Sorpresa y suspense son dos caras de la misma moneda, puedes usar una o la otra, pero nunca ambas. Lo común es usar sorpresa en literatura (mira el relato anterior al tuyo para ver un claro ejemplo), mientras que el cine descubrió que era mucho más efectivo saber desde el principio quién era el asesino y que durante toda la película estuvieras nervioso por saber cuándo y cómo lo iban a pillar.

    En literatura se puede usar también el suspense y, en este caso, yo creo que ibas bien enfocado a usarlo. Por eso discrepo con mis compañeros cuando asumen que anticipas la sorpresa. Creo que no gestionas del todo bien el suspense, pero no me parece una mala decisión contarlo al principio.

    Entrando ya en materia, voy a destacar unas cuantas cosas que me ha sugerido la lectura de tu relato.

    Primero, creo que hay demasiados escenarios o escenas para un relato demasiado corto. Fíjate en los dos que preceden al tuyo y verás que todo ocurre en una misma continuidad espacio temporal. Tú planteas el semáforo, la calle, la casa, el coche y el cementerio. Opino que son demasiadas escenas y que se difumina la fuerza del relato.

    Creo que sería mucho más efectivo empezar en casa o incluso en el coche, y rescatar a modo de recuerdo la conversación previa. Incluso podrías empezar con la frase de Susana y el silencio total. De todas maneras, esta es mi opinión personal y tiene mucho que ver con mi estilo también personal, así que no me hagas mucho caso.

    Por otro lado, el primer párrafo me parece una amalgama de palabras que no crean ninguna imagen mental. Castillo, escuela, camino, puente, ciudad, parque, edificios, motel, acueducto, alcázar. O sea… demasiado. Las descripciones, sobre todo las de la parte inicial del relato, deben construir una imagen mental, y con esa abundancia de palabras tan disonantes a mí me ha resultado imposible. Te muestro ejemplos que me parecen más efectivos:

    Valle, ladera, pueblo, playa, mar.

    Desierto, palmeras, torre.

    Vías de tren, fábricas, humo, farola, edificios.

    Colina, castillo, puente, río, casas.

    No sabría decir por qué, pero encuentro más coherencia en estos conjuntos de palabras y me da que consiguen mejor la función de causar una imagen mental.

    Luego, un apunte más, es que la aparición del cementerio es completamente arbitraria. Es obvio que lo has incluído porque el reto del mes lo pedía, porque no tiene nada que ver con lo principal de la historia (que es, como bien han descatado los demás y bien destaca el título, los dos reinos, el de Susana y el de los adultos). Lo has incluido con calzador y por eso hay mucha explicación sobre por qué hay un cementerio en esta historia. Opino que el relato sería más potente si estuviera centrado en la dualidad entre Susana y su madre, su conversación y sus distintas visiones del mundo, y creo que el lector se despita al tener que ubicar un cementerio.

    Además, los cementerios tienen una connotación literaria bastante definida, y estamos configurados para entender ciertas cosas (muerte, peligro, terror, fantasmas) que en tu relato no están. En este relato, evitaría el cementerio y buscaría otra manera de redondear el final.

    Una cosita más. En el comentario número ocho, te recomiendan esto:

    “«acabó de comer y poner el plato y el vaso en el fregadero». Yo pondría: acabó de comer poniendo el plato y el vaso en el fregadero. (Así te evitas la repetición de un «y»).”

    Es erróneo. El gerundio no sirve para eso. La manera correcta sería “acabó de comer y puso el plato y el vaso en el fregadero”. De todas maneras, tampoco es información demasiado necesaria, así que, si te molesta la duplicidad de ‘y’, te cargas la frase y ya.

    Para concluir, animarte a que sigas escribiendo, porque está claro que tienes talento. Te has aproximado bien a algo tan fundamental como la visión de un niño, y eso es difícil de hacer sin cierta sensibilidad artística.

    Espero no haberme pasado con los comentarios y sobre todo espero que te sean útiles.

    Un saludo,
    Kelsang, 213

    Escrito el 20 abril 2017 a las 14:06
  12. 12. Alberto C. dice:

    Por fín tengo un rato para contestaros.
    Muchísimas gracias a todos por vuestras palabras y por animarme a seguir escribiendo. También, agradeceros vuestras correciones y consejos, de verdad que son de mucha ayuda. Siento no poder responderos a cada uno de vosotros, no me gusta tener que hacerlo así, tan general. Para el próximo mes, que ya habré hecho selectividad, tendré más tiempo. Gracias, de verdad. Voy a leer vuestros relatos.

    Alberto C.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 13:29
  13. 13. Marisa dice:

    Hola Alberto C., gracias por pasarte por mi relato y por tus observaciones, por cierto muy atinadas.
    He leído tu relato y estoy completamente de acuerdo respecto de la mirada del mundo real de una niña y de un adulto, que te han dicho los compañeros anteriormente.
    Tu sensibilidad y capacidad de crear historias está clara en este relato.
    Respecto de observaciones técnicas, agrego a los demás comentarios, que te fijes la repetición de sílabas que aparece en los primeros párrafos (se llama aliteración)Ejemplos de “aba”:acababa,se desviaba y cruzaba,que separaba la ciudad.
    Todas esas palabras y hay más, están en el primer párrafo. Seguramente, si acortas las oraciones y buscas reemplazar la expresión, mejora el párrafo.
    Otra observación: todos los elementos que se colocan en un cuento debe ser usado, ya sea para mostrar una sensación, una cualidad del personaje, para elemento del final. No debe ser un mero adorno. Por eso, en las descripciones del inicio, un compañero te dijo que son demasiadas y no hacen a la historia.
    Bueno, son cuestiones técnicas que se aprenden al escribir, escribir, escribir y escribir y ser muy lector.
    Bienvenido al taller y como siempre saludo: a seguir jugando con las palabras.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 17:04
  14. 14. Rosalia DS dice:

    Hola Alberto C.

    Antes que nada agradecerte por pasar por mi relato y dejar el comentario. Muy agradable y agradecida por ello.
    Mi historia es la ilusión de una mujer de cierta edad que siente como el tiempo pasa y, que en cuestión de amores la cosa le ha ido bastante mal.
    Por eso esa reflexión hacia esa persona que le hace otra vez sentir las ilusiones perdidas.

    Pero dejemos de hablar de mi relato y déjame comentar el tuyo.
    En este cuento de princesas destronadas y príncipes descarados me parece muy bien la manera en que lo has llevado a través de la visión de una niña.
    Como ve que su padre es un príncipe que va al castillo sin su princesa.Y ella en su inocencia se lo revela a su madre.
    Creo que tu relato esta muy bien estructurado. Tiene un inicio, la niña que regresa a casa por donde esta el castillo, hay un desarrollo o un nudo, como esta le explica a su madre lo que vio y que pasa en ese momento y por ultimo también esta el final. Puede que este lo encuentre un poco vago, es decir, que ya sabemos que hay la infidelidad del padre pero esta muy al aire.
    Creo que tendrías que poner algo mas de dramatismo al tema.
    También entiendo que con lo limitado de las palabras a veces te encuentras que tienes que reducir de alguna manera una muy buena historia.
    Así que, desde aquí. te animo a que sigas escribiendo que es una buena manera de aprender. Leyendo, comentando y escribiendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 19:48
  15. 15. Don Kendall dice:

    Hola Alberto C
    He leído los comentarios anteriores. Hay un comentario que me parece impecable y que comparto en toda su extensión y aporte teórico: el#11. Kelsang. No me repetiré por tanto en los aspectos que toca y que me parecen decisivos en el caso de tu trabajo. No obstante trataré de aportar algo más de mi cosecha. Vamos allá.

    Presentas un trabajo cuidado para el taller de este mes. Como lector empedernido me mantuvo el interés, pero he de hacerte una confesión malévola desde la distensión que da el compartir errores y aprendizajes, je je..Me iba preguntando : «A ver cómo este hombre sale del jardín en el que se metió».
    Verás , en el primer párrafo está todo contando de una forma perfecta. Si la anécdota sobre la que vas a desarrollar la escena es que una niña descubre que su padre está con una mujer que no es su madre, lo has hecho perfectamente (a tu estilo, pero cada cual tiene el suyo así que nada que objetar). El problema está en que a menudo, sobre todo cuando empezamos a escribir solemos manifestar cierto “adanismo literario” y parece que antes de nosotros nadie en el mundo descubrió las anécdotas e historias extraordinarias que suceden por ahí X-DD. La anécdota está bien, pero al lector le (nos)interesa lo que les ocurre a los personajes en esa anécdota, saber cómo son, con quien se relacionan, qué hacen ahí. La anécdota (casi) es lo de menos.
    —¿Cómo sabe el narrador omnisciente del relato que Susana esperaba ansiosa?
    —¿Qué fantasías de príncipe azul tiene la “niña”?
    … y así sucesivamente.
    Son algunas de las situaciones que se anuncian en el primer párrafo y pueden dar mucho de sí, organizando la trama aún desde un punto de vista más cinematográfico (tal como te señala Kelsang ). En ese sentido el recurso a los diálogos me parece muy acertado por tu parte, pero SIEMPRE conviene hacerlo para descubrir relaciones, interacciones y detalles del carácter de los personajes que tienen que ver con la historia narrada.
    En fin, alguna cosa más se podría comentar,y eso es bueno, significa que hay un buen material, que hay riqueza en el trabajo, como la mena de un mineral rico en elementos.Necesitarás trabajo para separarlo de la ganga que suele ser abundante al principio, pero el esfuerzo es gratificante, a medida que vaya saliendo lo que buscas. Este taller es un buen lugar para ello. En ese sentido te agradezco tu aportación al exponer tu trabajo y permitir que podamos opinar y comentar. Sigue escribiendo y nos seguiremos leyendo. Un abrazo

    Escrito el 23 abril 2017 a las 12:02
  16. Hola Alberto, gracias por pasar por mi relato y comentarme.
    Acerca del tuyo, es una buena historia y está bien contada, no tengo detalles que sugerirte más de los que ya has recibido. Solo puedo decirte que me gustó el enfoque que le diste, aunque está contado en tercera persona, se nota más desde el lado de Susana, con el filtro de la visión de la niña. Me gustó que lo enfoques desde ahí.
    Animos, a seguir escribiendo que te ha salido un excelente trabajo!!!
    Felicitaciones!!!

    Escrito el 24 abril 2017 a las 03:02
  17. 17. Thomas Carnacki dice:

    No vengo a destripar nada, creo que otros —gustosos— se dieron a ello 😛 Bien por ti, te será sumamente útil para mejorar. Como a Estel, me parece correcto el tìtulo que le has dado al relato. Y ese duro desenlace… calza justo B-
    Un gusto leerte, Alberto. ¡Y que sigas puliendo tu escritura! Hasta la próxima.

    ¡Saludillos!

    Escrito el 28 abril 2017 a las 00:38

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