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Jinetes del apocalipsis - por Tavi oyarce

I
Susana esperaba en cualquier momento recibir la llamada telefónica. Hacía pocos minutos Rodrigo había abordado el United Airline, se sentía cansada. Cuando decidió descansar en una cafetería, el celular que había dejado sobre la mesa comenzó a sonar
─Podría venir a mi oficina, señora Susana ─dijo Armendáriz al otro lado de la línea.
─Estoy en el aeropuerto ─aclaró la mujer─, en media hora estoy con usted.
Susana no llevaba un buen semblante. Le había rogado a Rodrigo postergar el viaje. Durante la semana habían discutido pero no hubo forma de convencerlo. La mujer temía que no fueran las exigencias de la empresa lo que hacía el viaje imprescindible. Cuando divisó a Judith entre los pasajeros no tuvo dudas: viajarían juntos a la ciudad de Nueva York…
No era la infidelidad de su marido ni la porfía de Judith lo que afligía a Susana, sino el hecho de quedar sola. Rodrigo lo sabía. Ella aún no superaba las consecuencias de haber sido violentada.
Aquella noche funesta cuando recobró el conocimiento, se vio desnuda sobre el alquitrán. Había un rancio olor a grasa quemada. La luz que venía desde el exterior le hizo presumir que era un taller abandonado. Los recuerdos eran difusos. Debieron ser cuatro o cinco los tipos emulando a los jinetes del apocalipsis. Una y otra vez volvía a la memoria el júbilo violento de la posesión. El resuello impúdico que no lograba borrar. A su lado la ropa hecha jirones era testigo que allí se había ensañado la violencia.
En ese instante no deseaba otra cosa que huir. Tambaleante caminó hacia la puerta de salida. La noche, como un paneo de estrellas, edificios y calles solitarias, se abrió ante ella. No sabía dónde se encontraba. La voz que sobresalía del grupo golpeaba inmisericorde sus sienes.
II
En el cuartel el detective la condujo a su oficina. Era un recinto austero: una imagen presidencial pendía de uno de los muros y una biblioteca abarrotada de libros se ubicaba junto a la ventana.
─Tengo la voz de uno de ellos ─dijo Armendáriz y le alcanzó los audífonos─. Necesito saber si la reconoce.
─¡Es él! ─dijo Susana al escuchar su voz y estalló en llanto.
Armendáriz la dejó llorar. Quitó el audífono de su cabeza y encendió el computador. Unos imberbes desarrapados se proyectaron en la pantalla:
─Este se hace llamar, Yerko ─dijo el hombre señalando con el índice de su mano derecha al más alto─, es el alma negra de la pandilla.
La mujer secó sus lágrimas. Uno a uno recorrió esos rostros que aún no abandonaban la pubertad: «podrían ser mis hijos», pensó. Tuvo deseos de abalanzarse sobre ellos, huir del cuartel y olvidarse de todo, pero la voz del inspector la retuvo:
─Hay algo más, señora Susana ─dijo girando el sillón hacia ella.
─¿Qué quiere decir con algo más? ─Interrogó incómoda la mujer.
─Tenemos indicios de un asesinato.
─¡Quée!
─Sí, asesinato insistió, asesinato. Alguien ofreció una recompensa por atentar contra su vida. Esa noche la pandilla creyéndola muerta huyó del lugar.
─No es posible ─exclamó Susana removiéndose en el asiento.
El detective, como si la afirmación de la mujer no le interesara, manipuló el control remoto, acercó la pantalla hacia la mujer y la interrogó:
─¿Conoce, este persona? ─Preguntó escudriñándola─. Es el retrato hablado de acuerdo a la descripción de Yerko.
Susana observó la imagen proyectada en el computador y disimuló su decepción. Fue como si el pasado reviviera con sus luces y sombras. Armendáriz se había puesto de pie y daba vueltas por la oficina, quería presionarla.
«¡Judith… Judith… ─pensó─, es imposible».
Alguna vez se habían amado en la universidad; pero su amor terminó en resentimiento. Inútiles fueron las reconciliaciones, los ruegos, Susana simplemente un día decidió terminar la relación. El viaje junto a Rodrigo era otra de sus comedias, una burda artimaña para excitar sus celos. La imaginaba sufriendo en Nueva York intentando encubrir la razón por la que se encontraba allí. Edith era de amores profundos. La veía como una mujer sin límites para enfrentar los conflictos; pero atentar contra su vida, era una decisión que no cabía en su razonamiento.
Armendáriz seguía presionándola. Ella trataba de controlarse. Había en su corazón una lucha por no delatarla.
Al fin se puso de pie, levantó las manos indicándole al inspector que se detuviera:
─¡Sí, la conozco! ─lo dijo sintiendo que se traicionaba─: es Edith Corbalán. Está en Nueva York con Rodrigo…, mi marido.
Luego, volvió a sentarse… pensaba en los días que debía enfrentar.

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14 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Hola Tavi,
    Gracias por tu visita. ¿Me pierdo algo o Judith y Edith son un mismo personaje cuyo nombre se traspapeló en el camino? La historia es prometedora sobre todo por los “días que Susana deberá enfrentar”.
    A mi modo de ver es mucho más fuerte lo que se avecina que lo sucedido. Espero más. Felicitaciones
    Un abrazo

    Escrito el 17 abril 2017 a las 21:44
  2. 2. María Esther dice:

    Hola Tavi tu relato está bien escrito. Es un drama tremendo, que muestra una parte despiadada de la sociedad, donde la víctima es una mujer, en manos de jóvenes delincuentes, engañada por su marido y como si esto fuera poco mandada asesinar por la amante de él ,que a su vez es compañera de trabajo y también tuvo una relación con ella. Todo esto si no entendí mal la madeja.
    Pero lo que no conforma es que la situación está planteada, pero no resuelta ni tampoco se vislumbran elementos para que el lector se oriente, se encamine a una solución.
    Saludos, Maritel

    Escrito el 18 abril 2017 a las 00:46
  3. 3. ZU VAZQUEZ dice:

    Hola.
    Una duda, Edith y Judith son la misma persona?
    Ya quiero leer lo que sigue.
    Muy buena historia la que has fabricado.
    Pasa por el mio, estoy en el 202.
    Saludos

    Escrito el 18 abril 2017 a las 00:49
  4. 4. Paola dice:

    Hola Tavi,
    Un asunto complejo el que planteas que pide a gritos una continuación. La escena engancha, como debe de ser.
    Solo hay una cosa que no acaba de parecerme correcta: ahí donde dices:

    ─¿Qué quiere decir con algo más? ─Interrogó incómoda la mujer.
    ─Tenemos indicios de un asesinato.
    ─¡Quée!
    ─Sí, asesinato insistió, asesinato. Alguien ofreció una recompensa por atentar contra su vida. Esa noche la pandilla creyéndola muerta huyó del lugar.

    yo hablaría de intento de asesinato. No lo digo por ser perfeccionista sino porque dicho así confunde: yo buscaba al muerto por alguna parte hasta que entendí.

    Saludos!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 11:05
  5. 5. Thomas Carnacki dice:

    Interesante relato, cargado de acción. Y con un giro inesperado hacia el final. Hay ciertos pequeños errores en él que supongo alguien más experimentado te corregirá de manera correcta. Me pareció muy acertada la última corrección que hizo Paola, ha tener en cuenta. Un gusto leerte, saludos 😉

    Escrito el 18 abril 2017 a las 12:17
  6. 6. Mariana Sánchez dice:

    Me gustó el relato y la temática tan actual. También me perdí con el tema de los nombres, pero creo que fue error de tipeado.
    Felicitaciones y también creo que da para continuarlo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 15:07
  7. 7. Tavi oyarce dice:

    Nunca nunca dejan de ataca los duendes: Judith es la protagonista, la otra es una intrusa jaja.
    Gracias por comentar

    Escrito el 18 abril 2017 a las 15:17
  8. 8. José Torma dice:

    Que tal Tavi, un gusto volver a pasar por un relato tuyo.
    Tengo dos dudas, Edith y Judith, sé la respuesta, pero igual y me perdí de algo. En algún tiempo, Susana y Judith fueron amantes, este es el detonante de la historia, el motivo por el que ahora Judith la castiga haciéndose amante del marido.
    Muy intenso y bien contado, hay un par de cosas que me abrumaron, pero poca cosa. Creo que tienes el deber para con tus lectores, de darnos más. Te diré que la actitud del detective me pareció deleznable, la trata como criminal y no como víctima. Es una historia Noir muy bien lograda.
    Muchas felicidades, un buen texto.
    Saludos.
    José.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 00:55
  9. 9. Jesús Almibre dice:

    Un relato que deja para pensar, bien estructurado y contado, intenso…deja un gustillo a querer más.

    Saludos

    Escrito el 19 abril 2017 a las 18:23
  10. Saludos.

    Bastante inesperado el relato. Desde el nombre, el desarrollo hasta el final. En ningún momento queda claro que va a suceder y eso es bueno 😀 . Hay ciertos detalles que confunden un poco pero se pueden corregir. Con las sugerencias del resto puede quedar un relato muy bueno.

    Y por supuesto esto necesita una continuación. Dependiendo de como la pienses y estructures podría salir incluso el inicio de una novela. No se que has pensado al respecto o si has estado revisando los demás artículos de la pagina de este año, respecto a como escribir una novela. Pero si no lo has hecho seria bueno que lo hicieras.

    Saludos, mi relato es el numero 15, cuando puedas me lo comentas.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 17:10
  11. 11. Tavi oyarce dice:

    Hola Daniel
    Escribir una novela no está en mis planes. Solo aspiro a escribir relatos medianamente bien.
    Gracias por tus conceptos.

    Escrito el 23 abril 2017 a las 22:05
  12. 12. Noemi dice:

    Hola Tavi,muy buen gancho, un texto fluido y dinámico. Me gusta lo original del enfoque aunque no me parece que una violación grupal ( si no entendí mal) no es la venganza que cierre con una riña de amantes,si es un ataque violento con el fin de matarla para qué llevarse un marido en el que ninguna de las dos parece estar demasiado interesada.Esto es lo que no me cuajó bien, el resto fantástico y lo dicho muy original. Veamos como sigue una segunda parte que promete.Saludos, siempre es un gusto leerte.

    Escrito el 24 abril 2017 a las 16:42
  13. 13. Wolfdux dice:

    El baile de nombres me descolocó, aunque la historia en sí esta bien. El final pero, me parece poco impactante. Un saludo.

    Escrito el 29 abril 2017 a las 08:20
  14. 14. K.Marce dice:

    Saludos Tavi:

    No había leído en días en el taller, ahora que mis familiares han tomado un breve viaje al interior, puedo desobligarme y volver al computador.
    Te han mencionado el contenido, en lo partícular, también me confundió tanto que hasta pensé: ¿Y quién es esa Edith!
    Esa es la falla de meter la tanto giro de una vez: Que si es Judith o Edith, si ya se conocían de antemano, si hubo una relación lesbica entre ellas, etc. Creo que ese nudo de giros lo usaste para salir del “cliché” que el esposo envía a matar a la mujer para quedarse libre con la otra; pero tuve la misma sensación de Wolfdux.
    En cuanto a lo formal, está muy bien escrito. Hay frases que me parecen que necesitan una coma, pero eso ya es cuestión muy mía, porque yo las meto a cada rato. 😛 y lo único que sí me saltó fue ese “Pregunta/Interrogó” con mayúscula, recuerda que es un verbo discendi por ende debe de ir en minúscula.
    Una observación, me parece increíble que Susana no deseé delatar a “Judith*Edith”, sin importar la enorme pasión que pudieron vivir, es imperdonable lo que le ocurrió… Fue horriblemente violada, y ninguna mujer no querría vengarse (que pase el mayor tiempo en la cárcel). O al menos eso es lo que yo pienso. Ella era la autora intelectural del más horrendo crimen que se le puede hacer a una mujer (¡¡¡y ella es mujer!!!) por lo que Susana me parece una persona con una actitud poco creíble en esa situación.
    Una lectura rápida y fácil. Muy entretenida. Nos leemos.

    Escrito el 1 mayo 2017 a las 03:42

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