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Honras militares - por Vespasiano
Web: http://lhlupianes.blogspot.com.es
Honras militares
Susana esperaba en el Cementerio Nacional de Arlington la llegada del ataúd que contenía los restos mortales del último marine muerto en Irak.
Mientras tanto su mente no paraba de traerle recuerdos de su vida con el militar.
Susana había esperado durante los años de su matrimonio un poco más de cariño y dulzura por parte de su marido y una mayor dedicación de este en la educación de su hijo, en vez de enrolarse una y otra vez en misiones arriesgadas en tierras que ni le sonaban.
—“¡Es mi deber!” —le decía, cada vez que se despedían.
«Primero fue la guerra de Bosnia en la antigua Yugoslavia. Después Afganistán… y ahora en Irak, ¡había perdido la vida!». Se lamentaba interiormente Susana.
La ceremonia del entierro estaba llena de solemnidad. El Secretario de Defensa y otras autoridades civiles y militares arropaban a la viuda que mostraba una entereza fuera de lo común. Ni una sola lágrima había aflorado en sus mejillas en todo aquel tiempo de tensa espera, propio de la ocasión luctuosa.
Después de las salvas de rigor el Coronel Jefe del Batallón inició su semblanza elogiándolo encarecidamente:
“Este ejemplar soldado ha muerto en tierras de Faluya en una misión arriesgada hostilizando a los terroristas chiitas, cuando el vehículo que maniobraba volcó siendo aplastado por el mismo”.
Sin poderlo evitar, la viuda pensó: «¡Seguramente estaría borracho! ¡Por eso no fue capaz de controlar el blindado!».
La tropa presente permanecía atenta, en posición de respeto, a la plática del Coronel:
“Su implicación en las tareas colectivas de la compañía que mandaba, es otro valor añadido a su impecable hoja de servicio”.
«¡El desgraciado se implicaba demasiado!», seguidamente Susana revivió episodios protagonizados por el militar:
«Un año, en la celebración del cuatro de julio en la Base Militar de Bagran, estaba trompa perdido y casi pierde un ojo cuando estaba tirando cohetes para abrillantar la efeméride. ¡Y encima le condecoraron!».
“Los importancia que daba este hombre al trabajo en equipo…", continuó el Coronel.
«¡Sería allí! Porque en casa no era capaz ni de limpiarse las botas llenas de barro cuando volvía de las maniobras».
“El trato enérgico, pero correcto —añadió el orador— con sus subordinados…”
«¡Sí, sí!…Pero conmigo siempre la liaba», pensaba apenada la mujer.
Mezclados con los recuerdos volvía a escuchar las voces airadas del esposo:
«¡Eres una inútil! ¡No sabes cuidar ni de tu propio hijo!».
A continuación, el capellán castrense comenzó su elegía embargado por la emoción del momento:
“Estamos aquí para encomendar el alma del capitán Brayden Hart a la presencia de Dios Nuestro Señor, y para honrar su memoria resaltando, los valores morales de nuestro querido capitán”.
En ese momento a Susana le asaltó el recuerdo de aquella conversación que mantuvieron su esposo y sus compañeros de cuartel, y que ella escuchó de manera fortuita, cuando celebraban el cumpleaños del teniente Parker Coleman.
«¿Te acuerdas Brayden, de cómo nos tiramos a aquellas moras la noche que conquistamos Tal Afar?», se vanagloriaba el teniente.
«¡Cómo no voy a acordarme! ¡La hija de puta estaba como un tren!».
«¡Anda, que la que yo me follé, no le iba a la zaga! Menudas tetas tenía la tía», continuó ahondando en la escena el teniente.
«¡Sí, es verdad! —corroboró el capitán— Pero la cabrona no quería mamarte la polla. Si no hubiera sido por mí, que le agarré la cabeza, te hubieras quedado con la ganas. Estabas demasiado borracho para saber lo que tenías que hacer».
«¡Para con eso! Creo que está llegando tu mujer», cortó la conversación bruscamente el teniente.
Ahora Susana sí tenía ganas de llorar. Pero se contuvo. No le apetecía dar la sensación de que estuviera llorando por él.
Como cierre del sepelio, el Secretario de Defensa inició su discurso diciendo:
“Hoy estamos anunciando con orgullo que al difunto le ha sido concedida, a título póstumo, la medalla de honor como reconocimiento a la valentía e intrepidez demostrada por el Capitán con riesgo de su propia vida”.
“Dicha condecoración lleva implícita una recompensa económica, de treinta y cinco mil dólares”.
«¡Esto me va a venir de maravilla!», pensó la viuda, acostumbrada que estaba a hacer cuentas para sostener la economía familiar, ya que la mitad de la paga del héroe se le iba a este en partidas de póker con los compañeros de arma; en copas y en caprichos propios de una persona inmadura.
Buenas tardes Vespasiano ¿Qué quieres que te diga de tu relato? Pues solo se me ocurre que la realidad, a veces, supera cualquier cosa imaginada. Desde el principio hasta el final, lo leí de un tirón.Tu historia, siempre con palabras claras, sin rodeos. Pienso que la protagonista fue Susana y no el condecorado, aunque en la realidad…¿cuantos…? no quiero pensar. No he vivido ninguna guerra pero no me gustan, ni tan siquiera en las películas.
¡Hasta la próxima!
Hola Vespasiano (muy buen seudónimo). Me he leído tu relato de un tirón y, la verdad es que me ha gustado. Sobre todo porque le sacas mucho partido a lo que yo llamaría una foto fija. Pero, por otra parte, en mi opinión los personajes no evolucionan (por eso hablo de foto fija). En este sentido, no creas suspense, como no sea el de esperar un giro que al final no se produce. En mi opinión, el personaje de Susana debería tener un poco más de desarrollo. No entiendo por qué sigue con su marido pues parece que nunca hubo un tiempo feliz. Creo que deberías intentar darle un poco más de profundidad a los personajes. No sé, por ejemplo, que el marido evoluciona a la crueldad por los horrores de la guerra que ha visto en sus diferentes campañas militares o algo así. Esta es mi crítica a tu buen relato, en plan aportación para darte otra visión. De todas formas, mi más sincera enhorabuena.
Nos vemos,
Arnoldo
Hola a todos los que paséis por aquí:
Donde digo:“Los importancia que daba este hombre al trabajo en equipo…”,debería ser: “La importancia que daba este hombre al trabajo en equipo…”.
Este error se debe a una reducción que tuve que hacer sobre la marcha y después de haber enviado mi relato, que no fue admitido y me fue devuelto con la instrucción de que debería resumirlo pues el mismo tenía setecientas setenta palabras.
Me resultó extraño pues nunca antes me había fallado el contador de palabras.
Como estaba próximo a expirar el plazo de envío suprimí algún pensamiento de Susana sobre la marcha y salí del paso.
Agradecimientos:
Para Guiomar,como siempre, lectora incondicional.
Me alegra que te haya parecido buena mi historia aunque encierre ese mensaje de violencia brutal y la hipocresía y falsedad entre lo que se aparenta ser y lo que se es en realidad.
También es de agradecer tu punto de vista sobre el uso del lenguaje.
Para Arnoldo por dejar su opinión siempre bienvenida.
Posiblemente en un espacio más amplio podría desarrollar, como bien dices, tanto el personaje del Capitán como el de Susana.
En cuanto a no entender porqué Susana siguió con su marido, puedo decirte aquella frase que hace muchos años escuché: “Hay razones que la propia razón desconoce”.
Felicidades para ambos.
Vespaciano:
Muy bueno el contrapunto entre3 los pensamientos de la mujer y los dichos en el funeral.
Original la idea y fluida la lectura.
Nos seguimos leyendo
Estoy en el 236
¡Hola Vespasiano!
Qué puedo decirte, opino como mis compañeros. Tambien me he leído tu relato de un tirón y ese final tan “rastrero”, por así decirlo… Da asco pensar que aquellos que deben proteger a los civiles son los que luego más daño les pueden causar. Por eso, porque es una historia perfectamente realista, llegas al lector y nos haces reflexionar. Ya he visto tu comentario a cerca de porqué Susana no dejo a su marido, tal vez por el dinero como nos haces pensar al final…
En cuanto a la forma, aunque me ha desconcertado un poco la doble visión, la de susana en sus recuerdos y lo que está pasando en el presente, pronto me he acostumbrado. Aunque si piensas revisar el relato, te aconsejaría que aclararas un poco más ese aspecto, puede ser un poco difícil de entender.
Poco más puedo añadir, solo decirte que si te apetece pasarte por mi relato, soy la 177.
¡Nos leemos!
Hola vespasiano.m ha parecido que nos has trasmitido con pelos y señales la realidad d muchas personas que les conceden honores y en su intimidad son un desastre. M ha gustado como suempre el leer ty relato Saludos
Hola Vespaciano.
Leí tu relato y me pareció redondo. Felicitaciones. Me gustó tu estilo directo con una buena ambientación. La estructura clara y el conflicto que aparece en todo el relato con esa dualidad entre el discurso y los pensamientos de Susana. La historia muy entretenida, logra captar al lector de principio a fin. Los personajes son creíbles y uno los ve todos los días en las noticias de la prensa.
Si pudiera definir lo que me produjo diría que humor. Humor negro claro está. Puede parecer raro por la trama, pero para mí el relato es una expresión de humor negro.
En cuanto a las sugerencias, yo diría que el final es un poco previsible. Le faltaría ser (es mi opinión exclusivamente) algo más inesperado.
También tengo dudas sobre el uso de las comillas para reflejar los pensamientos de Susana. Por lo que tengo entendido se usan sólo en las narraciones que se hacen en primera persona, que no es el caso.
Bueno, si quieres comentar mi cuento estoy en el 27
Un relato bien traído.
Es exactamente todo lo que pienso del grandísimo ejército norteamericano. Y de otros. De todos, vaya.
Me ha gustado, cinismo que roza el humor, ingenioso, léxico cultivado… No está mal.
Saludos.
Hola Vespasiano!
Muy buena historia, bastante verosímil y ahí radica el buen relato. Se identifican los personajes con la realidad. En cuanto a la forma creo que deberías borrar las comillas simples, pues cuando habla el coronel (con minúscula), el capellán, etc, pones dos puntos, entonces no hay necesidad de usar comillas. A los pensamientos de Susana sí están correctas las comillas angulares.
Felicitaciones.
Te invito a leer el mío #199.
Hola.
Me gusta t-u relato, al igual que algunos de los que ya te he leido en otras ocasiones, Interesante, creible, bien argumentado y llevado.
En una cosa estoy de acuerdo contigo, la limitación de palabras hace que muchos de los relatos presentados pierdan frescor.
Yo los escribo, los reduzco, pero despues los vuelvo a escribir sin limitaciones, la verdad es que cambian bastante,
Saludos
Ave, César.
Imagino que la experiencia militar te vino de cuando comandabas a las tropas de la segunda legión, allá en la húmeda y fría Britania.
Yo no comentaré temas de ortografía. No soy ningún experto, sino más bien un aplicado aprendiz.
Por otra parte, el argumento es tristemente realista, la historia tiene un ritmo ágil, ameno. Se lee con facilidad, a pesar de identificarse inevitablemente con la desdicha de Susana.
Veo que ciertos términos no te asustan. Es por ello que te invito a pasarte por mi relato. Estoy en el 240 este mes.
Un cordial saludo y mi más sincera enhorabuena.
Hola Vespasiano, Gracias por las crítica a mi relato, he leído el tuyo y me causó muy grata impresión, Menos mal que otros compañeros encontraron humor en la historia pues algunos pasajes me causaron risa y pensé si sería que yo estaba haciendo una lectura errónea de una historia con un tema tan sórdido como la violencia, tanto de la guerra como de género, pienso que eso es genialidad al escribir causar una impresión contraria a la que se supone y a la vez hacer reflexionar. Son esas las impresiones que sentí al leer tu relato.
Hola Vespaciano, recibe mis felicitaciones por un paseo tan real por la burocracia militar de Norteamérica y podría decirse que de cualquier ejercito.
De repente tantas alabanzas para un mundano elemento de la milicia, cual si fuera burla humorística de una solemnidad que se pierde ante la tragedia de una vida perdida, parece perdida de tiempo y de valores.
Me tocó ser estudiante de una Universidad Militar en Estados Unidos durante la guerra de Vietnam y puedo constatar el sufrimiento de la separación entre padres e hijos de tan solo 18 años. Abandonaban la escuela para el servicio militar y muchos no regresaban; pero todos ellos recibían los honores que arriba mencionas.
Felicitaciones.
Bravo bravísimo, Vespasiano.cumple con creces con todos los requisitos y más, tiene fondo,forma y valores. En la forma, impera la oposición antagonista-protagonista y le impulsa la fuerza del contraste. Es ligero y se lee fácil. Los fragmentos de discurso vienen bien intercalados entre los pensamientos de la esposa. El vocabulario es cuidado y rico. Dudé con dos palabras y las busqué: luctuosa y semblanza, dos palabras que añado a mi vocabulario. En cuanto a fondo, muestra los grandes contrastes del alma humana y sobre todo la hipocresía y la brutalidad que envuelve el mundo castrense y las tretas geopolíticas. Un gran relato, bien montado, equilibrado y que, al final, hace justicia.
Felicitaciones.
Hola Vespasiano,
Tu relato es el vivo retrato de la hipocresía en la que viven algunas personas de alto rango, en este caso de los militares.
Es una triste historia, pero muy real.
Está muy bien redactado, dónde alternas el discurso del entierro con los pensamientos de su mujer. Así has logrado un ritmo ágil y has dado un toque de intriga a la acción.
El texto se hace ameno y es fácil de leer.
En definitiva, me ha gustado tu relato.
Gracias por pasarte a comentar el mío.
Un saludo
Nos leemos!!!
Hola Vespasiano.
Me sumo a los que te felicitan. Realmente, muy buen relato. No es totalmente una foto como te indica Arnoldo Supiar pues vas desplegando de a poco la personalidad del esposo de Susana. Coincido con que Susana no lo haya dejado a pesar de su modo de ser. La mujer en muchos casos no tiene un sostén económico propio o una familia que la pueda albergar por lo que prefiere, especialmente si tiene hijos, soportar una situación que es transitoria ya que afortunadamente se enganchaba en cuanta misión se le presentase y aquí le abre la puerta a Susana para recomenzar su vida. Por supuesto, con sus hijos.
No me han gustado las palabras iniciales del Coronel: “Este ejemplar soldado ha muerto en tierras de Faluya en una misión arriesgada hostilizando a los terroristas chiitas, cuando el vehículo que maniobraba volcó siendo aplastado por el mismo”.Me has resultado más bien para una conversación entre amigos que una ceremonia militar. El detalle de que su vehículo volcó a mí también me llevó a pensar en uno de esos bravucones que se creen la gran cosa por ser hombres y encima con armas. Creo que algo más castrense, que desconozco totalmente, hubiera sido un mejor inicio. El resto del discurso estuvo de acuerdo con lo que considero que es esa clase de ceremonias.
En fin, felicitaciones.Muy buen relato
Te sigo leyendo
Hola Vespasiano:
Como siempre un gran relato. Sin peros en lo técnico.
El argumento es un retrato del pueblo norteamericano, de su sicología, de sus limitadas metas, de su camino como nación que ha estado en guerra con alguien el 97% del tiempo que ha transcurrido desde su formación como país. El americano medio vive para eso: para morir en una guerra, recibir una bandera doblada y que su mujer vestida de negro reciba un discurso del jefe. Si ha llegado a un grado superior o ha muerto de alguna manera interesante, le tocará una más de los cientos de miles de cruces que hay en Arlington. Su esposa regresará a mirar la televisión y a disfrutar de una solitaria cena precocida mientras habla por el celular.
Te felicito, es la cruda realidad.
Agradecimientos:
Para Dante Tenet, por encontrar bueno el contrapunto entre los pensamientos de Susana y los discursos.
Para Coral Mané y Ortzaize por encontrar la historia realista.
Para Jack Elkyon por encontrar la historia entretenida y creíble y por haber captado en ella un punto de humor negro. En mi blog he colgado la historia un poco ampliada y le he dado ese toque inesperado al que te refieres y que por causa de las 750 palabras no pude darle en el relato que envié.
Felicidades para todos.
Relato fluido y contundente, mostrandonos la otra cara del “soldado” a través de las vivencias de Susana. Me ha gustado, con un merecido final para la susodicha. No tengo nada que corregir, ya otros compañerxs se tomaron la molestia. Enhorabuena, felicitaciones por tu relato 😉
¡Saludillos!
Agradecimientos:
Para drow_jack por haberle gustado mi relato y el léxico empleado.
Para charola por las observaciones que me hace y que tomaré en cuenta.
Para Ángel Climent por haber encontrado mi relato interesante.
Para Berundgaar por haber tenido el detalle de hacer alusión a mi seudónimo y por haber encontrado el argumento tristemente realista.
Para yolareina por la buena acogida que ha hecho de mi relato y haber encontrado toques de humor (negro) en la historia y que algunos pasajes le hayan causado risa.
Para Osvaldo Mario por haber apreciado en el relato un paseo real por la burocracia militar.
Para María Kersimon por haber encontrado los fragmentos de los discurso bien intercalados con los pensamientos de la esposa. También por resaltar el vocabulario.
Para Henar Tejero por haber visto en la historia un retrato de la hipocresía y un toque de intriga en la acción, además de parecerle bien redactada.
Para Laura por haberle parecido un buen relato, al mismo tiempo que me sugiere darle más solemnidad al discurso del coronel.
Para Luis Ponce por haberle gustado el relato y dejar su opinión ampliando la visión de la sociedad norteamericana que ayuda a comprender mejor la trama de la historia.
Gracias por leerme y felicidades para todos.
Hola Vespasiano.
Yo también te felicito por tu relato: excelente. Muy buen ritmo y un dominio de los diálogos envidiable. Resulta muy verosímil; tristemente verosímil diría yo. Bravo por ti.
Saludos, (223)
Hola Vespasiano, tu relato me ha gustado bastante aunque creo que al final le falta algo, no parece un final; como siempre copio los relatos a Word para corregirlos hasta he vuelto al de Literautas para ver si me había dejado un trozo sin copiar.
En cuanto a los mejorables:
– en vez de “no paraba de traerle” yo pondría “le traía”, ahorras dos palabras que aquí hay que economizar mucho
– “y una mayor dedicación en la educación de su hijo” ya sabemos que habla del marido
– las lágrimas no afloran en las mejillas sino en los ojos, luego caen a las mejillas
– una coma tras “Después de las salvas de rigor”
– los cargos se ponen con minúsculas
– una coma tras “volcó”, si no la pones parece que el militar ha aplastado al vehículo y por ello ha volcado
– antes de “seguidamente” un punto
– “acostumbrada como estaba a hacer cuentas” o bien “acostumbrada a hacer cuentas” y te ahorras otras dos palabras
– “compañeros de armas”
Yo te daría un consejo y es que, antes de subir al blog el relato aumentado, te esperes a las correcciones que te hagan aquí los compañeros, así podrás subir luego una versión mejor.
Un abrazo.
Hola Vespasiano, buenísimo contrapunto y fina ironía ¡Te felicito!Como soy una pesada te hago una observación (no puedo leer todos los comentarios y a lo mejor ya te la hicieron)”La ceremonia del entierro…propio de la ocasión luctuosa.”Yo creo que el adjetivo es redundante, todos los entierros son luctuosos.Es un simple detalle pero afea un texto que fluye tan maravillosamente. Fue un verdadero placer volver a leerte. Saludos
Agradecimientos:
Para Thomas Carnacki por haberle parecido mi relato fluido y contundente.
Para Marián por haber encontrado un buen ritmo en el relato y elogiar los diálogos.
Para Cryssta por los mejorables que me apunta, que sin duda tendré en cuenta y por el consejo que me da con relación a subir la historia a mi blog precipitadamente.
Solo un comentario no lo veo correcto. Otra compañera hizo la misma observación a la palabra “arma” añadiéndole el plural, en el reto número 39 donde había que introducir varias palabras entre ellas; “campamento, poeta y recuerdos”.
No se trata de compañeros de “armas”, porque sean muchas las ametralladoras o muchos los fusiles; sino que son compañeros del “Arma de Infantería” por ejemplo. y “Arma de Infantería” solo hay una.
De cualquier manera siempre agradezco tus consejos y sinceros comentarios que me ayudan a mejorar.
Para Noemi por encontrar bueno el contrapunto y la ironía y por resaltar la redundancia en la oración: “…propio de la ocasión luctuosa”.
Felicidades para todos.
Vespasiano, la verdad es que dudé cuando te puse lo de “compañeros de armas” porque me acordaba de la explicación que diste en el otro relato que comentas pero me pareció más adecuado “armas” porque denota más cercanía. Quiero decir que uno puede ser compañero de Arma de Infantería de alguien que apenas conoce pero cuando se dice “compañeros de armas” yo entiendo que se ha combatido codo a codo con esas personas y eso une mucho. Creo además que es más entendible para las personas que no están familiarizadas con los términos militares, pero vamos que el escrito es tuyo y si tú ves más adecuado poner “arma” porque es justo lo que querías poner entiendo perfectamente que lo dejes tal cual está.
Por mi parte tenía que haber puesto el motivo por el que te hacía la corrección pero siempre ando corta de tiempo, lo siento.
Vespasiano un relato soberbio. Me ha gustado mucho como has ido descubriendo la personalidad del difunto a traves de su esposa. Un saludo.
Hola, vespasiano:
Muy bueno tu relato. Buena idea el cruce de tramas desde cada situación del emisor, y el chispeo de pequeñas historias que se originan en la tensión de la pareja.
Te señalo, si me permites, que “efemérides”, tanto en singular como en plural lleva “s” final.
Mil gracias por tu amable comentario.
Hola Vespasinao,
Nos encontgramos de nuevo disfrutando de tu buena pluma. Me ha gustado tu trabajo. Muy bien desarrollado, facil lectura, agil y como te apunta algún compañero con un humor (negro) que lo hace mas verosimil y entretenido. Me ha gustado en especial, la forma de entremezclar el discurso con los pensamientos de Susana. En fin que aparte de las corfrectiones de Crysstam siempre magnifica, y con los que estoy de acuerdo, me parece un excelente trabajo.
En esta muestra no he podido participar, porque estaba en los pirineos aragoneses (Fiscal) en un bungalow pasando la Semana Santa y no pude colgar mi relato por falta de conexión a internet. La próxima vez será. Un abrazo.
Hola a todos los que habéis pasado por aquí.
Ando un poco desconectado de Literautas porque estoy con el tiempo muy escaso por causa de un proyecto que debo de terminar hasta el día treinta y uno de este mes.
No obstante pasaré para devolver la visita a todos aquellos que me hayan comentado.
Muchas gracias a todos.
Agradecimientos:
Para Wolfdux por encontrar bueno el desarrollo de la personalidad del difunto a través de los pensamientos de su esposa.
Para beba por encontrar buena la idea del cruce de tramas desde cada exposición del emisor, originadas por la tensión en que vivían la pareja.
Con relación a lo que me apunta sobre la palabra efeméride, creo que las dos formas son correctas.
Voy al diccionario y leo:
efeméride
Tb. efemérides.
Del lat. ephemĕris, -ĭdis, y este de gr. ἐφημερίς, -ίδος ephēmerís, -ídos; propiamente ‘de un día’.
1. f. Acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él.
2. f. Conmemoración de una efeméride en su aniversario.
Para Feli Eguizábal por encontrar en el relato un trabajo bien desarrollado.
Felicidades para todos.
Hola Vespasiano, como siempre un gusto leerte de un tirón. Una historia singular, y profunda. Me encantó.
Un abrazo apretado.
María Julia
Agradecimientos a María Julia por sus comentarios elogiosos a mi historia.
Felicidades.