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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El Sueño de Susana - por Héctor Romero

El Sueño de Susana

Susana esperaba sentada en una rústica banca de madera en la capilla del viejo cementerio del poblado, el cortejo fúnebre de una joven que sería sepultada esa misma tarde; quizás una pariente, tal vez una amiga, o a lo mejor, por la simple costumbre solidaria de acompañar y dar el último adiós a cualquier vecino difunto de la aldea.

Con un movimiento etéreo, casi imperceptible, Susana abandonó su posición original, se incorporó y avanzó lentamente, acercándose al pequeño oratorio custodiado por las imágenes del Señor crucificado y de Nuestra Señora del Carmen; patrona de las benditas ánimas del purgatorio. La luz naranja amarillenta de los cirios lagrimeados de cuajada y agrisada espelma se instalaba en sus vitrificados ojos, reflejando en eco candilejeado los destellos de su melancólica mirada.

Después de murmurar lo que sin duda sería una plegaria (situación deducible por el santiguado de Norte a Sur y de Oeste a Este, más el beso a los pies de la efigie del Cristo en la cruz), encaminó con lentitud sus pasos al umbral que conectaba obligatoriamente de forma coincidente, la salida de la capilla con la entrada principal del camposanto, descendiendo cada uno de los tres escalones cintrados que la colocaban al nivel del terreno invadido por una atiborrada colección de sepulturas, la mayor parte de ellas con muestras de abandono, pues el caleado original de las mismas, había sido usurpado por una masa verde aterciopelada de musgos adheridos con sus estructuras filamentosas al enfoscado de sus fachadas, y las malas hierbas crecían y se extendían a sus anchas invadiendo los reducidos perímetros de los sepulcros.

Poco a poco, se adentró en el predio, abriéndose paso entre las hileras de tumbas, deteniéndose de vez en cuando frente a algunas de ellas con aires de curiosidad para dar lectura a las leyendas inscritas en las losas, lápidas y cruces que le revelaban los nombres, las fechas de nacimiento y de deceso de los sepultados. Carente de prisa alguna y con un evidente dejo de paciencia, rozaba suavemente la palma de su mano para limpiar la barbotina que el polvo y el agua lluvia habían producido de forma natural en algún momento y ahora velaban los caracteres de las inscripciones generando cierto grado de dificultad en su lectura.

Con la misma disposición paciente reordenaba los mustios y ya casi decolorados arreglos florales que el tiempo y sus inclemencias caprichosamente se habían encargado de rediseñar y de darles una nueva y deteriorada apariencia.

De forma repentina reaccionó ante el hasta entonces para ella ignoto sonido que provocaban los golpes de piochas y palas contra el sustrato terrestre, acompasado con la resonancia de la exhalación golpeante emitida por la garganta de los encargados de engullir y vomitar con sus herramientas la tierra del suelo y parte del subsuelo, dando lugar a la conformación del vacío que en su condición de fosa, daría posada imperecedera al cuerpo inhumado de la joven fallecida.

Con aterida mirada contemplaba la cavidad destinada a ser huesa del cadáver que de un momento a otro llegaría. Estaba tan absorta en su contemplación que nunca se dio cuenta de la inadvertencia de su presencia por parte de los excavadores que ahora descansaban de su extenuante labor y secaban el sudor de sus frentes rozando en ellas el dorso de su mano a la vez que intentaban re hidratar sus organismos, consumiendo el contenido acuoso de los cántaros.

Los llantos y lamentos que emanaban coralmente de la procesión fúnebre que llegaba a su destino, interrumpió el casi éxtasis místico de Susana. Volviendo su mirada se percato de la presencia de familiares, amigos y vecinos, todos ellos con la congoja encarnada en sus miradas. Observó el descenso ceremonial del féretro, de los adoloridos hombros de los cargadores, a la tierra amontonada en raquítica proximidad a la fosa. La presencia de un niño sujetando una sencilla cruz de pino distrajo su atención, atónita dio lectura al texto repartido entre el horizontal y vertical de la cruz; “Susana de la Merced Fuentes – D.E.P.”, “05 de agosto 1980 – 15 de noviembre 1998”.

De golpe se desadormeció, buscó vanamente un ápice de luz, intentó fracasadamente discriminar algún sonido, procuró inútilmente inhalar una veta de aire fresco, encontrando en su estrecha e incomoda piltra, solo la oscuridad, la asfixia y el silencio.

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16 comentarios

  1. 1. Servio Flores dice:

    Héctor, ¡que relato!
    Me ha gustado y mucho. Entre los aspectos que sobresalen está el lenguaje culto pero claro, las descripciones precisas que dan un efecto cinematográfico al ir como lectores imaginando las acciones, la trama dosificada, sin trampas dejando elementos para poder entender y asimilar el final, el cual es estupendo.

    No encuentro algo que pueda señalar negativamente.

    ¡Felicidades!

    Escrito el 17 abril 2017 a las 13:25
  2. 2. Carlyn dice:

    Muestra claramente en su escrito una película sin vídeo… Un relato cristalino llamemosle…

    Escrito el 18 abril 2017 a las 03:58
  3. 3. Paola dice:

    Hola Hector
    El relato me ha gustado y el final me ha parecido muy bueno.

    Me toca hacer un trabajo detallado porque tu relato está tres puestos por debajo del mío, así que allá voy:

    Hay dos cosas que me llaman la atención y que le quitan misterio e interés al relato: demasiados adjetivos y pocos puntos.

    Antes de empezar a explicarme te diré que yo he equivocado completamente mi relato así que casi sería mejor que me quedara calladita pero creo que los consejos pueden ayudar y por eso no me callo.

    “Susana esperaba sentada en una rústica banca de madera en la capilla del viejo cementerio del poblado, el cortejo fúnebre de una joven que sería sepultada esa misma tarde; quizás una pariente, tal vez una amiga, o a lo mejor, por la simple costumbre solidaria de acompañar y dar el último adiós a cualquier vecino difunto de la aldea.”

    Yo lo pondría así:
    Susana esperaba,sentada en una banca del viejo cementerio del poblado, el cortejo fúnebre de una joven que sería sepultada esa misma tarde. Podía ser una pariente, tal vez una amiga, o, a lo mejor, Susana esperaba por la simple costumbre de dar el último adiós a un vecino de la aldea.
    Con un movimiento casi imperceptible, Susana abandonó se incorporó y avanzó acercándose lentamente al pequeño oratorio. El lugar se encontraba custodiado por las imágenes del Señor crucificado y de Nuestra Señora del Carmen. La luz amarillenta de los cirios lagrimeados de espelma cuajada se instaló en sus ojos, reflejando en ellos los destellos de su melancólica mirada.

    Hay una parte que nos pone en preaviso de lo que va a pasar y deberías de eliminarla:

    Con aterida mirada contemplaba la cavidad destinada a ser huesa del cadáver que de un momento a otro llegaría. Estaba tan absorta en su contemplación que nunca se dio cuenta de la inadvertencia de su presencia por parte de los excavadores.

    Espero haberte ayudado a mejorar tu relato

    Saludos

    Escrito el 18 abril 2017 a las 14:59
  4. 4. Juan Sauce dice:

    Hola Héctor.
    Lo primero decirte que con tu texto se nota, y mucho, que te gusta escribir. Lo que quiero decir es que veo que te gusta «jugar» con las palabras y detallar las definiciones. Y eso a mí me gusta.
    Pero a pesar de eso, hay un par de cosillas que, por lo menos para mí, me parecen negativas.
    La primera, que utilizas frases demasiado largas. Esto me lo han dicho a mí varias veces porque tiendo mucho a usarlas, pero me has superado (pensaba que eso no era posible…) Te recomiendo que uses más a menudo el punto y seguido o el punto y coma para reducirlas (la coma por sí sola no consigue ese efecto). Las frases demasiado largas son difíciles de leer. Mejor es separarlas un poco para que respire más el lector.
    El otro, y me sabe mal decirlo porque soy un amante de las comparaciones y las metáforas, pero es que me da la sensación de un exceso de ellas en tu historia; casi en cada párrafo hay tres o cuatro. Además, algunas como “reflejando en eco candilejeado los destellos de su melancólica mirada” o “la exhalación golpeante emitida por la garganta de los encargados de engullir y vomitar con sus herramientas la tierra del suelo” son un tanto complicadas. Supongo que habrá a quienes les guste, pero a mí se me «atragantan» un poco.
    Me gusta el ritmo pausado y meditativo que acompaña muy bien a la escena, como de ensueño; aunque al final, precisamente por ese uso de frases y descripciones muy extensas, se me ha hecho un poco largo.
    Y en cuanto a la historia, me gustan los relatos que tengan un toque de fantasía o elemento sobrenatural, como es tu caso. No es la primera vez que leo sobre alguien que observa un cadáver para al final descubrir que se trata de él/ella mismo/a pero sí que asista a su propio entierro para después despertar de nuevo en la tumba. En general, una buena historia.
    Bien, todo esto desde mi punto de vista; lo comparas con lo que te digan tus compañeros y decides. ¡Un saludo!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 15:38
  5. 5. Edgardo Caballero dice:

    Un escultor utiliza el mármol para darle forma a su imaginación, un pintor, los colores, Vivaldi, el mundo de los sonidos, y crear estupendamente “Las Cuatro Estaciones”, así mismo un escritor recurre a las palabras para pintar bellos paisajes, para llevar al lector hacia ese universo de la imaginación donde ellas como en el Jardín de las Hesperídes causan cautivando al mismo paraíso. En Romero, ellas al igual que un proyector cinematográfico nos trasladan al etéreo mundo de lo onírico en un requiem de descripciones musicales, en la cual su protagonista se desplaza lentamente hacia el final…

    Escrito el 18 abril 2017 a las 17:29
  6. 6. Denis Enamorado dice:

    Hola Hector, ¡Excelente relato!
    Estoy completamente de acuerdo con Servio y Carlyn, muestra elementos cinematográficos en la cuidada descripción de los ambientes. todo sin descuidar el muy bien llevado hilo de la historia, en un ambiente y trama muy bien acompasados. Realmente me gustó mucho el relato y en especial el impactante final.
    Enhorabuena y a seguir adelante, saludos.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 19:01
  7. 7. Luis Ponce dice:

    Hola Héctor:
    Tiene que haberte llevado un buen tiempo armar el relato. Te felicito por tu dedicación y paciencia. Pero me he quedado atragantado de palabras y se me ha ido el meollo del relato.
    Hay una figura literaria, la elación (2. f. Hinchazón de estilo y lenguaje) según la RAE, que retrata tu estilo.
    Todos tenemos derecho a escribir como mejor nos parezca, pero tenemos que tomar en cuenta al lector y este generalmente escribe como habla.
    Una lectura en voz alta y de corrido, te dará una idea de lo que te estoy diciendo. Si sacudes el papel donde has escrito para que caiga lo que está en exceso, tendrás un magnífico relato.
    Es solamente mi opinión y lógicamente, no tienes por qué tenerla en cuenta.
    Espero leerte el próximo mes.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 19:20
  8. 8. Laura dice:

    Hola Héctor.
    Tu relato está muy bien escrito, pero se queda demasiado en las descripciones, que no dejan de ser hermosas, pero un poco abundantes.
    Por lo demás, un lindo relato que nos ha llevado por la belleza de expresión de nuestro lenguaje.
    Felicitaciones

    Escrito el 21 abril 2017 a las 11:29
  9. Hola Hector, agradezco tu visita y comentario. Lo que me gusta de tu texto es la originalidad de la idea, el ritmo del desarrollo que me parece idóneo y el desenlace, que aunque se podía prever, no deja de ser una sorpresa. Para tener en cuenta, todo lo que te dice Juan sauce que te ha hecho un comentario bien detallado. Estoy completamente de acuerdo en lo que hace a las metáforas, no hay que abusar. A veces también está bien llamar a las cosas por sus nombres, y, si se abusa de las inversiones nombre-adjetivo, el estilo puede llegar a parecer pedante. En una palabra, que es tan malo el exceso de bellas palabras que la carencia. todo es cuestión de medida. Por más hacer a veces sobra. Por ejemplo, “La luz naranja amarillenta de los cirios lagrimeados de cuajada y agrisada espelma se instalaba en sus vitrificados ojos, reflejando en eco candilejeado los destellos de su melancólica mirada” quedaría mucho mejor quitando la mitad de los calificativos, por ejemplo “la luz naranja amarillenta de los cirios lagrimeados de espelma cuajada se instalaba en sus ojos, reflejando los destellos de su mirada melancólica”. Un estilo tan sobrecargado aprisiona el lector en los detalles técnicos y entorpece la lectura. Es cuestión de equilibrio. Para decir algo hay que usar las palabras necesarias, las demás sobran. Lo leí en un manual y me lo creí. Pero, repito, la idea me parece buena y el desarrollo bien balanceado, pausado, con los tiempos adecuados. Creo que te gusta escribir y posees un don para la descripción, un enorme vocabulario y que con esto llegarás a escribir muy bien. Así que continúa por favor.
    Saludos.

    Escrito el 24 abril 2017 a las 20:35
  10. 11. Isan dice:

    Hola Héctor:

    Te devuelvo gustoso la visita que hiciste a mi relato.

    Lo primero te comento que el título no hace falta que lo pongas al principio del texto ya que en el formulario de envío hay que indicarlo expresamente.

    En el aspecto formal hay algunas correcciones que habría que hacer en tu relato como las que te comento:

    “…cementerio del poblado, el cortejo fúnebre…” Sobra la coma. Sujeto y predicado no se deben separar nunca a no ser por un inciso. En este caso es Susana esperaba el cortejo.

    “…lentamente, acercándose…”lo mismo que el anterior caso.

    Desconozco el significado de las palabras “espelma” y “caleado” que no viene en el diccionario

    “…el santiguado de Norte a Sur y de Oeste a Este…” No sé por qué pones con mayúsculas los puntos cardinales.

    “…conectaba obligatoriamente de forma coincidente…” Creo que sobra una de las dos “entes”.

    “…que el polvo y el agua lluvia…” mejor “el agua DE lluvia”

    “…reaccionó ante el hasta entonces para ella ignoto sonido…” aquí pondría entre comas “el hasta entonces para ella” ya que es un inciso.

    “…conformación del vacío que en su condición de fosa,…” falta una coma después de “que” ya que es un inciso hasta “fosa”.

    “Volviendo su mirada se percato de la presencia…” Falta acento en percató.

    “…en su estrecha e incomoda piltra.” Falta acento en incómoda.

    El último párrafo contiene vanaMENTE, fracasadaMENTE y inútilMENTE.

    Ceo que el relato en general está escrito en un lenguaje pretencioso y falto de naturalidad. Como muestra destaco este párrafo: “De forma repentina reaccionó ante el hasta entonces para ella ignoto sonido que provocaban los golpes de piochas y palas contra el sustrato terrestre, acompasado con la resonancia de la exhalación golpeante emitida por la garganta de los encargados de engullir y vomitar con sus herramientas la tierra del suelo y parte del subsuelo, dando lugar a la conformación del vacío que en su condición de fosa, daría posada imperecedera al cuerpo inhumado de la joven fallecida.” Otro tanto se puede decir de este: “descansaban de su extenuante labor y secaban el sudor de sus frentes rozando en ellas el dorso de su mano a la vez que intentaban re hidratar sus organismos, consumiendo el contenido acuoso de los cántaros.”

    Me parece que tiene frases excesivamente largas que dificultan la lectura, aunque esto es una apreciación muy particular mía (como la anterior).

    La idea de que Susana asistiera a su propio entierro me ha parecido buena, pero tanta ampulosidad ha hecho que no disfrutara con su lectura.

    Un saludo.

    Escrito el 26 abril 2017 a las 22:48
  11. 12. Ebea dice:

    Hola Héctor Romero;

    Por aquí paso a devolver la visita. Quiero disculparme por la tardanza, como ya dije antes en mi propio texto, temo que me surgieron compromisos ineludibles que me impidieron poder hacer un correcto análisis de tu texto hasta el día de hoy. Por fortuna, has tenido la suerte de recibir análisis más que válidos, cosa que me facilita enormemente el trabajo.

    Como tu y yo ya nos conocemos de antes voy a saltarme formalismos e ir directamente al tema.

    En general, coincido con la afirmación de la compañera Paola. Demasiados adjetivos y pocos puntos.
    Bueno, siendo un poco buena, no es que uses demasiados adjetivos sino más bien que, como yo, acabarás en el infierno particular de los terminados en -mente. (me planteo hacer terapia para dejar de usarlos)
    Usas una descripción un poco pomposa y lenta. Que no está del todo mal, aunque quizás te pasas un poco de tuerca y da una imagen un poco pretenciosa si lo unimos a las frases tan largas.

    El ritmo, como ya dije, indudable(mente) lento, aunque en esta ocasión creo que está justificado por el tipo de escena. Pienso que intentabas recrear una profunda sensación de tristeza y melancolía alrededor del lector pero, creo que ha fallado. El motivo, en mi sincera opinión, el que apunté antes, un lenguaje un tanto pomposo y frases poco accesibles.
    Es decir, la escena en sí es muy buena, pero poco accesible al lector, por lo que el objetivo no se logra por exceso en vez de por defecto.

    En general puedo afirmar que, como casi siempre, me ha gustado tu trabajo, así que sólo me queda dejarte mis felicitaciones y pedir una disculpa por mi tardanza.

    Escrito el 27 abril 2017 a las 09:37
  12. 13. Darlin Cardona dice:

    Muy buen relato, que hace que te transportes al escenario y vivas los momentos de Susana.
    Un final inesperado.
    Felicitaciones Hector!

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 02:30
  13. 14. Eros romeo romero pineda dice:

    Muy buen relato orgulloso de mi padre

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 23:40
  14. 15. Victor Romero dice:

    Me pareció muy buen relato, muy completo lleno de palabras que me facilitaron plasmar y recrear lo que leía en cada guión el final estupendo, no se por que me recordó a esas películas que hemos disfrutado juntos donde el final siempre nos sorprende! Felicidades sigue así!

    Escrito el 18 junio 2017 a las 03:30
  15. 16. Denis Josué Hernandez Reyes dice:

    Hola Hector
    quiero felicitarle por esa descripcion donde nos relata una historia de manera que nos sentimos al final de leerla como si hubiesemos visto una pelicula. Muy bien relatada y con un final que a un principio no me imaginaba pero que realmente sorprende.
    Mis Respetos y adelante
    Att. Denis Reyes

    Escrito el 26 junio 2017 a las 17:08

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