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Sus - por Darkos

Susana esperaba, como todas las tardes, que algo milagroso ocurriera para poder volver a ver a su amada madre. Empezaba a oscurecer en el cementerio y ella miraba su lápida con esperanza. Había muerto dos meses atrás en un terrible accidente, culpa de un borracho irresponsable. Ella, con tan sólo nueve años, estaba en la parte de atrás del vehículo. Iba con su mamá pero no recuerda exactamente qué ocurrió luego del golpe. Toda memoria se hacía confusa. Luego, cuando salió del hospital y vio su ataúd, sintió que el mundo se le venía encima. Parecía que esa tristeza no se iba a acabar. Por eso decidió un día comenzar a visitar su tumba, esa misma sobre la que había llorado incansablemente. La visitaba porque recordaba que alguna vez, en un cuento que su padre le había leído, decía que a cierta hora de la tarde, si un vivo estaba sobre la tumba de un muerto, se podían ver entre sí, e incluso llegar a conversar por los dos o tres minutos que le tomaba al sol terminar de ocultarse en el horizonte.
Cómo en cada visita, vio en todas direcciones en la hora dispuesta pero no se veía a Natalia, su hermosa madre, por ningún lado. En esta ocasión comenzó a ser consciente de la mirada de un hombre anciano. Se dio cuenta de que en otras tardes él también estaba por ahí, tal vez visitando a uno de los suyos, pero no se había percatado de su atención hacia ella. Lo miró de frente y sus ojos se encontraron. Él la observaba con una lástima mal disimulada. Ella, con cierto miedo. Luego de un largo par de segundos, el canoso señor se levantó de la banca y caminó hacia Susana. Se detuvo a unos cuantos centímetros de sus pies y se agachó para que sus cabezas estuviesen a nivel.
—Princesa, te veo en las tardes llegar y luego irte más triste de como entraste. ¿qué pasa? ¿no sabes que para que el dolor se detenga tienes que dejar de venir aquí?
—¿Quién dijo eso? —respondió la niña, con la voz entrecortada—. Además, ¿y si dejo de venir y ese es el día que aparece mi mamá? ¿Es que no sabes que los vivos pueden ver a los muertos si están aquí a esta hora?
—Eso me han dicho —respondió el anciano—, pero también debes saber que si no ves a tu mamá por aquí es porque ya pasó a otro lugar. Continuó su camino y ya no la podrás ver. Tú también debes continuar el tuyo, éste ya no es más tu lugar.
—Pero, ¿porqué dices eso? —replicó Susana—. ¡Tú no sabes de esas cosas!
—Sí lo sé, es mi trabajo. Por eso estoy aquí, para decirte esto.
—¡Mentirás! —repuso Susana—. Aquí seguiré hasta que la vea. Tú eres un viejito que no sabe nada de nada.
—Susana, te has dado cuenta de que sólo nos vemos a esta hora y no a otra.
—Sí. Pensé que era porque venías a lo mismo que yo.
—No, no es así. Pero, te mostraré algo: ¿Ves a la mujer de negro que está allá, colina arriba?
—Sí. Viene todos los días. Llora y llora. Es lo único que hace.
—Tal cual —dijo el hombre—. A ella, como a muchos, y ahora a ti, les he dicho lo mismo: que deben irse, que este ya no es su lugar. Algunos lo aceptan y se van por su felicidad pero otros se quedan y los ves sólo a esta hora.
—¿Por qué? —dijo la niña—. ¿Por qué a esta hora?
—Porque entre los muertos, mi niña, también es la única hora en la que nos podemos ver entre sí.

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5 comentarios

  1. 1. Doralú dice:

    Hola Darkos,

    Es un relato de fácil lectura, bien estructurado, que me atrapó desde el inicio. Es encantador y lleno de ternura.

    En relación a la ortografía, solo unos pequeños detalles sin importancia, que fácil pudiera pensar que los duendes hicieron de las suyas. Donde aparece:
    “Pero, ¿porqué dices eso? —Replicó Susana— “Debe decir: Pero, ¿por qué dices eso?
    —¡Mentirás! —Repuso Susana—. Debe decir: —¡Mentiras!—

    Me gustó mucho aquello de “Luego de un largo par de segundos, el canoso señor…”

    Me entristeció un poco, pero me pareció genial que al final el anciano le dijera de una manera tan sencilla, y a la vez muy amorosa, que está muerta, que debe irse.

    Espero que mis comentarios sean de utilidad. Continúa escribiendo y aprendiendo.

    ¡Caminante, no hay camino, se hace camino al andar! (Joan Manuel Serrat)

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:10
  2. 2. Doralú dice:

    una pregunta: por qué elegiste ese titulo?
    un abrazo

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:13
  3. 3. Gaia dice:

    Wow! Me hice la misma pregunta sobre el título. Muy tierna tu historia, te felicito. Puedes visitar a mi Susana en el 145

    Escrito el 17 abril 2017 a las 23:03
  4. 4. Larahan dice:

    Hola Darkos,

    Un relato conmovedor.

    En la frase “Iba con su mamá pero no recuerda…” yo pondría “recordaba” en vez de “recuerda”.

    Creo que en “…nos podemos ver entre sí.” no debería usarse “sí” ya que es un pronombre de tercera persona y al poner “nos podemos ver” se da a entender que el también está muerto.

    Un saludo.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 21:22
  5. 5. lilian ht dice:

    Hola
    Me agradó tu relato. La trama es buena aunque creo que estoy igual de confundida que tu Susana ¿Se supone que ella está muerta, verdad? Creo que tu relato estaría mejor si evitaras dar mucha información al principio de la historia siento que no es necesario. Sin embargo es bastante interesante. Espero que leas el mío para compartir criterios y darme algunos consejos ya que es la primera vez que participo soy el Nro. 178.
    Saludos

    Escrito el 2 mayo 2017 a las 20:54

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