Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La escalera de algodón - por Grumete

Susana esperaba que se hicieran las seis de la tarde, era la hora fijada para el entierro.
Aún faltaban un par de horas y con lo inquieta que era, decidió dar un paseo por el gigantesco cementerio. Era obvio que no era el sitio más divertido, pero para una niña de nueve años y su gran imaginación, algo se le ocurriría para pasar el rato.
Dándole vueltas a la cabeza, se inventó un juego para hacer más amena la espera y consistía en improvisar canciones, con los nombres que veía en las lapidas.

Caminado por la orilla
Me encontré con Maravilla
¿A dónde vas Susana?
Buscando el collar de Ana.

Unos aplausos marcando el ritmo de la canción hicieron que parara de cantar.

―No pares de cantar hija― dijo el hombre con una sonrisa en la cara y aplaudiendo efusivamente.
―¡Abuuu! has venido, cuanto tiempo sin verte―Corrió la niña abrazarse con su abuelo.
―Perdón si te he asustado, cariño.
―Que va abu, yo no me asusto―Miro hacia el cielo y silbando, como disimulando.
―Te apetece que te enseñe cosas que no imaginarias que existen en un cementerio.

Susana era una pequeña exploradora, todo lo que fuera descubrir cosas nuevas le apasionaba y dándose unos golpecitos en la mejilla como haciéndose la interesante le dijo.

―¿Qué clase de cosas?,¿son bonitas?
―Si te dijera que hay una cueva dentro de un árbol y hay un lago de miles de estrellas, además de una impresionante escalera que lleva al cielo, ¿crees que puede ser bonito?

Con los ojos como platos y colocándose bien el pañuelo que llevaba en la cabeza, dijo.

―¡Vamos!, vamos!, yo quiero ver eso.

Le ofreció su gran mano, Susana le agarro los dedos índices y medio porque la mano no llegaba agarrarla entera. Empezaron a caminar y llegaron a los callejones más antiguos del cementerio, el paisaje había cambiado totalmente. Las lapidas y panteones se notaba que no tenían mantenimiento, nadie tenía flores, los mármoles estaban rotos y desgraciadamente muchas lapidas las habrían robado.

Después de pasar por decenas de calles con ese paisaje, llegaron a lo que supuestamente era el final del cementerio. En la calle que estaban parecía sacada de un cuento de hadas, ya no había lapidas ni panteones, había una hilera de árboles una en cada lado del camino y no daba la vista a ver dónde acababan. Al adentrarse en ese camino todo parecía que no fuera real, los arboles con sus ramas hacían una reverencia, incluso si te concentrabas en el paso del viento por sus ramas escuchabas voces. Susana ante lo que estaba pasando apretaba más fuerte los dedos de su abuelo.

Cuando Susana empezaba a sentirse más cómoda y aflojaba la intensidad en el apretón, su abuelo paro en seco y le dijo.

―Aquí es, este es el sitio que te dije.

Estaban ante un árbol distinto, era mucho más grande que el resto. El tronco del árbol era diez veces más grande que los demás. El viento soplo fuerte y emano una voz que provenía del gran Árbol.

―Ya veo que vienes muy bien acompañado Julián― Tenia una voz muy grave.
―Hola gran Árbol, esperamos no molestar, quería enseñarle la cueva a mí nieta.
―Pues tendréis que apresuraros, Susana no dispone de mucho tiempo.

La corteza del árbol se abrió y entrabas en un mundo distinto. Era una cueva, pero de luz y colores, se veía el lago inmenso lleno de estrellas. Había mariposas que parecían luciérnagas, las alas brillaban como los ojos de Susana al ver tal cosa. Y al final se podía ver, era una escalera majestuosa, era blanca como de algodón, y radiaba de ella una luz casi cegadora. No quedaba duda que esa escalera iba al cielo, se perdía de vista. Susana estaba alucinando con tal espectáculo, pero era la hora y debía volver, estarían a punto de llegar ya su familia.

La vuelta la hizo a toda prisa y aún más cuando paso por las calles tenebrosas. Se puso al lado de sus padres que estaban hundidos, lloraban desconsoladamente, mientras el féretro lo introducían dentro del nicho. Susana con unas lágrimas en los ojos miro a su abuelo y este le afirmo con la cabeza. Era el momento, le esperaba la escalera de algodón.

Abuelo y nieta se alejaban de la mano, Susana quiso dar un último vistazo a sus padres. Miro hacia atrás vio a su madre de rodillas maldiciendo y su padre consolándola.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

9 comentarios

  1. 1. Marvic dice:

    Hola Grumete,
    Encuentro que el final que le diste a tu relato es muy ingenioso, no sospeché nada hasta el último párrafo, y de hecho tuve que leerlo varias veces. Me fascinó el contraste que lograste, escribiendo de una manera tan juguetona algo que visto de otra manera es tan trágico.

    Me distraje un poco, porque creo que te saltaste algunos signos y repetiste palabras por aquí por allá, pero aparte de eso lo encontré fantástico.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 00:48
  2. 2. drow_jack dice:

    Hola, buenas. Empiezo descortesmente con una batería de correcciones:

    -“―Corrió la niña abrazarse con su abuelo.” A abrazarse.
    -“…y desgraciadamente muchas lapidas las habrían robado.” Habrían es condicional. Quizá querías escribir habían.
    -“En la calle que estaban parecía sacada de un cuento de hadas” La estructura la veo un poco forzada: La calle en la que estaban parecía… Así lo vería más correcto y fluido.
    -“su abuelo paro en seco y le dijo.” Paró.
    -“El viento soplo fuerte y emano una” Lo mismo, el acento del tiempo verbal.
    -“―Ya veo que vienes muy bien acompañado Julián― Tenia una voz muy grave.” Acento entre acompañado y Julián. Julián es un vocativo. Tenía con acento.
    -“―Hola gran Árbol” Lo mismo, coma entre hola y gran árbol. En este caso gran Árbol sería el vocativo.
    -“La corteza del árbol se abrió y entrabas en un mundo distinto.” Los tiempos verbales no me cuadran, esto se podría arreglar así: La corteza del árbol se abrió dando paso a un mundo distinto. O desvelando un mundo distinto.

    A bote pronto es inevitable pensar que el texto necesita una revisión exhaustiva, también recomendaría un reposo del texto.
    El camino narrado se va volviendo cada vez más caótico según avanzas por el relato debido a la estructuración. No te he puesto ninguna corrección de los últimos párrafos, pero, para mi parecer, son los que están peor (Formalmente hablando). Esto último lo digo porque no acabo de entender el final. Pensaba que el abuelo se quedaba en esa escalera celestial recóndita en el cementerio y Susana volvía al nicho del entierro con sus padres, pero luego resulta que su abuelo sigue entando con ella, y no solo eso, sino que se la lleva. ¿Qué debo entender, que muere también?

    Bueno, en cuanto al contenido, desde un inicio has querido crear una metafísica fantástica que no desagrada. No ha costado imaginar un enorme cementerio de múltiples estilos arquitectónicos: Un estilo contemporáneo, seguido de un estilo tétrico victoriano, hasta acabar en el país de Dorothy.

    Mi crítica la centro en la revisión y la estructuración. A ver cómo sale lo próximo. 😉

    Escrito el 18 abril 2017 a las 01:09
  3. 3. Cecilia dice:

    Hola Grumete!!! que linda historia, me encantó el final, muy significativo.
    Quizás pensaría en una versión más compacta, para potenciar un final tan interesante. A veces sirve despejar, dejar lo esencial, quitar la hojarasca dice mi profe (que sabe muuuucho). Suelo hacerlo como ejercicio y es interesante, aparece un texto nuevo que muchas veces, con menos palabras dice más, creo que tu trama puede ser trabajada de ese modo. Saludos Cecilia

    Escrito el 18 abril 2017 a las 12:19
  4. 4. Nicolás Falcón dice:

    Hola Grumete:

    me ha gustado la historia. Creo que tienes que llevar cuidado con los tiempos verbales como ya te han apuntado. El final está un poquito confuso, aunque me parece original.
    Creo que estaría mejor si podaras algunos conectores que no ayudan a la oración, y por tanto son prescindibles.

    A pesar de esas cosillas te felicito por el ejercicio.
    Un abrazo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 18:12
  5. hola Grumete, me corresponde hoy hacerte un comentario un poco más exhaustivo y te digo que por su enfoque o punto de vista ingenuo, tiene mucho encanto. Me alegro de que drow-jack haya pasado antes y haya despejado todo el trabajo de pico y pala. Jajaja. Tiene mucha razón, debes prestar más atención a preposiciones (a delante de verboss que empiezan por a), tiempos verbales concordantes y… tildes tildes tildes…
    Pero aparte de eso tu prosa escrita desde el punto de vista de una niña de 9 años tiene mucho encanto (hay otro relato escrito desde el punto de vista de una niña de 4 años que también es una delicia), es fresco, cándido y le quita toda la oscuridad al hecho de la muerte. Has manejado muy bien el encuentro con el abuelo fallecido; das pistas desde el principio aunque se hacen patentes a la consciencia al final. El abuelo viene a esperar a la niña fallecida para conducirla del otro lado. Es emotivo, dulce y pulcro en la escritura aparte de estos aspectos que te han dicho que tienes que trabajar. “Y radiaba” sería “irradiaba”, “la escalera irradiaba una luz…”
    Está muy bien pensado. Cuando empieza el relato, uno se pregunta qué hace una niña sola en un cementerio esperando a su familia y poco a poco va dándose cuenta.. muy bien llevado. La vuelta oscura del árbol a la fosa donde está la familia llorando muy acertada también, con el adjetivo “tenebrosas” que nos devuelve a lo tétrico que nos suele parecer la muerte. “La vuelta la hizo a toda prisa” hace percibir que la niña es un ente incorpóreo, que se desplaza a la velocidad de sus pensamientos. Muy bueno.
    ¡Pero por favor, cuida la escritura, gramática y acentos!
    Un abrazo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 21:15
  6. 6. Baltasar dice:

    Hola, Grumete:

    En cuanto al tema, bien; tétrico, pero se lee con gusto.
    Te recomendaría, permíteme, que des un repaso a la Ortografía. Tanto las palabras agudas como las esdrújulas van sistemáticamente sin acento.
    Copio: Miro; agarro; lapidas; arboles; soplo paso;
    Siguiendo con acentos: cuanto tiempo sin verte. cuánto lleva acento.
    Que va abu,. Qué ´lleva acento.
    Alguna cosilla más en cuanto a signos ortográficos, pero solo con los acentos te hubiera quedado mucho mejor.
    Un saludo

    Escrito el 20 abril 2017 a las 19:18
  7. 7. Laura dice:

    Hola Grumete.
    Lo técnico ya se ha detallado, por lo que no no es necesario una vuelta más de tuerca.
    El tema me ha gustado mucho aunque deja muchas preguntas en el aire, a las que agrego: ¿Por qué maldecía la madre mientras el padre la consolaba?
    Todos tenemos para mejorar.
    Sigue escribiendo

    Escrito el 21 abril 2017 a las 10:51
  8. 8. K.Marce dice:

    Saludos Grumete,

    He llegado a tu texto por la invitación que hicieras, y porque este mes he decidido leer y comentar a quienes han cumplido con su parte de hacer lo mismo con los que le siguen, y tú lo hiciste.
    Estoy muy atareada y este mes no participé, pero he decidido leer y comentar como lectora, y la historia es muy tierna. Va en la misma línea del relato que hiciera tambien José M. Quintero, no recuerdo su número pero va entre los 80s; por si te apetece leerlo.

    El final me lo vi venir, porque una nena no estaría sola en un cementerio sin su familia, no una que al menos le dijera que se cuide o no se aleje. Los abuelos parecen ser esos angeles mensajeros que trasladan a los niños al otro lado. Lo único que me pareció raro era la actitud de la niña, pareciera que tuviera menos de nueve años. Que sólo logre tomar al abue de algunos dedos, me parece una mano muy pequeña para su edad. Pero eso es porque soy terriblemente visual y todo lo paso a imagen vívida y no pierdo detalle.
    Ya los demás te han mencionado (leí a vuelo de pájaro los comentarios) algunas cosillas a mejorar. Sólo agregaría que te fijes como construyes los diálogos, ya que cambias su estructura entre unos y otros. Revisa en el taller la entrada al respecto de cómo construirlos.

    Por lo demás, una historia muy tierna, fácil de leer, llevadera y aunque el final es desgarrador para los padres, no lo será para la nena, quien vivirá entre nubes y arcoiris con su abuelo, mientras sus padres también llegan a ella. Enhorabuena. ¡Nos leemos!

    Escrito el 23 abril 2017 a las 04:24
  9. 9. Nicolás Falcón dice:

    Hola Grumete.

    Gracias a tí por ser tan generoso y amable con tus comentarios.

    Feliz día del libro (23)

    Un abrazo

    Escrito el 23 abril 2017 a las 20:47

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.