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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Revolución - por Ratopin Johnson

Susana esperaba. Volvió a mirar su reloj de pulsera y aspiró su cigarrillo H. Upmann.

Dos días antes, se había citado en otra parte del mismo cementerio con el camarada Némirovksi y este le había informado de que K. era relevado de la misión.

—Está demasiado implicado emocionalmente. Muy nervioso. Ha estado a punto un par de veces de echar por la borda el trabajo de meses —le había dicho.

—Creemos que estás preparada. Tú hiciste las labores de vigilancia. Conoces las rutinas del objetivo mejor que nadie. Y desde el Partido quieren que se haga ya.

—¿Cuándo?—había preguntado ella.

—Lo antes posible, y según el plan acordado.

Le pasó un periódico, con una pistola oculta. Susana se introdujo el paquete en un bolsillo interior del abrigo. Le dio una caja también.

—Las balas. Recuerda, una es para tí, en caso de que todo se tuerza.

— ¿Y K.?

— No te preocupes por él.

—¿Qué le ocurrirá? — preguntó ella.

—El partido decidirá, eso ya no nos concierne. Y de todos modos —había dicho sonriendo—toda revolución requiere mártires.

Susana le había mirado a la cara por primera vez desde que se habían encontrado esa mañana. No era odio, ni desprecio. La camarada siempre había desmostrado cierto desapego y distancia con las emociones humanas. Némirovski luego se había dicho que todo el mundo era necesario en la causa.

—Viva la lucha obrera, viva la revolución —había dicho con emoción antes de separarse.

K. había perdido a su familia a manos del régimen, y según el Partido, estaba muy condicionado, había llegado a un punto en que se había vuelto demasiado peligroso. Para los dirigentes, K. ya sólo se servía a sí mismo.

Aquel día con Némirovski, cuando abandonaba el camposanto, vió a un hombre corpulento alejarse con paso rápido, y Susana creyó reconocer al propio K.

Susana terminó su cigarrillo y tiró la colilla al suelo, pisoteándola a continuación. No tardó en encender otro. Fumaba demasiado, pero no se permitía muchos placeres, y fumar era uno de ellos.

A las tres en punto, el anciano Primer Ministro hizo acto de presencia, junto a uno de sus hombres. El otro, según lo previsto, aguardaba en el coche en un sendero próximo. Esta zona del cementerio no era muy transitada y se sentían seguros. Susana volvió a pensar en algo sobre lo que ya había informado, que el trabajo requería al menos otra persona más. El hombre se arrodilló ante la tumba de su esposa como solía, y rezó emocionado. Susana desde su escondite, había contemplado el ritual, y había visto lo que en realidad tenía delante. Un viejo. Lloraba, rezaba, sufría por los suyos, como hacía K., o quizá incluso el propio Némirovski. Su firma, sin embargo, era la que había autorizado multitud de condenas y ejecuciones.

Sintió algo pegado a su espalda.

—No te muevas —escuchó detrás de ella —. ¿Cuántos sois? — continúo la voz.

Ella no respondió.
—Tendrás unos veinte años… Cada vez sois más jóvenes. Soy un agente del gobierno.

El hombre miró al suelo.
—Hace semanas que veo las colillas de tus cigarrillos cubanos en el cementerio. Deberías apurarlos más, son pistas.

—No hay nadie más —dijo ella.

—Ya —contestó.

Lo que sigue, ocurrió en unos instantes. La mole de K. surgió de repente enfrente de sus ojos. Disparó en la cabeza al escolta y al viejo Ministro, que apenas se enteró. El agente que retenía a Susana, la tiró al suelo, mientras llamaba a gritos al segundo escolta, y disparaba, alcanzando a K. en un hombro. El hombre del coche corrió hacia allí y recibió una bala de K. en el pecho.
K. se volvió hacia el agente, que iba hacia él, y recibió otro balazo en el estómago. El agente, confiado, de pronto sintió el impacto de un proyectil en su espalda. Se giró, era Susana.
Ella se acercó, le remató. Después se fue a buscar al segundo escolta, herido a unos metros. Este pidió por su vida pero sólo encontro otra bala en su cuerpo.

Seguidamente. se inclinó sobre K., que gemía en el suelo.

—No era trabajo para solo uno — dijo con dificultad.

—Lo sé, y así lo informé.

— ¿Tienes una bala para mí?. No sé donde está mi arma. Esto tiene mala pinta.

Ella le miró.

—Hazlo —suplicó.

Susana disparó y se marchó del lugar dejando cuatro cadáveres en el suelo. El objetivo estaba muerto, y Némirovski tenía el mártir que pretendía. Y el juego seguía. Todo era un maldito juego.

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16 comentarios

  1. 1. Ratopin Johnson dice:

    Creo que me ha quedado un poco lioso…Y al final, son cinco cadáveres, no cuatro. Me dí cuenta, lo corregí pero luego debí copiarlo del otro sitio. En fin…

    Escrito el 17 abril 2017 a las 16:54
  2. 2. Jose M Quintero dice:

    Hola Ratopin.
    A mi me gusto mucho el relato, lo lei muy fluido y me gustaron los personajes de K y Némirovski.
    El tema es muy interesante, de revoluciones y martires. nc si es una historia mas larga, aunque si lo es me gustaria que exploraras temas como el pasado de Nemirovski y si piensa que es un juego, quien lo maneja? Acaso Nemirovski o alguien mas. es un tema que da juego.
    Por ahora felicitaciones por una buena historia!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 01:06
  3. 3. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Ratopin, otra historia tuya que me deja con ganas de conocer mas sobre ella. En este texto haces incapie en las emociones humanas que hasta los criminales grandes de la historia tienen para los suyos.

    Todos ellos poseen profundidad de sentir para los suyos pero carecen de arrepentimiento para llevar a cabo sus metas políticas o personales. Susana y Agente K son la muestra perfecta de ellos.

    Me gustó la sencillez de tu redacción que lleva al lector sin tropiezo hasta el final.

    Enhorabuena y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 02:55
  4. 4. juanjohigadillo dice:

    Buenos días, Ratopin.
    Pese al fallo en el recuento de “fiambres” el relato me ha parecido ágil y dinámico. Por poner alguna pega… el párrafo “Susana terminó su… y fumar era uno de ellos”, ¿pertenece en el tiempo al día en que se citó con Némirovski o al momento de la espera?
    Por lo demás, nada más que objetar. Muy buen relato.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 11:16
  5. 5. marazul dice:

    Hola Ratopin. Un relato muy bien ambientado en cuanto a los nombres de sus protagonistas, el lenguaje que utilizan muy tecnico del “Partido”, el mismo retrato que haces de Susana.
    Relato de acción, crimenes politicos y de emociones. A pesar de la frialdad de los hechos se aprecian las emociones.
    Has escrito un relato muy interesante, Ratopin, con tu forma impecable a la que nos tienes acostumbrados.
    Un saludo

    Escrito el 18 abril 2017 a las 22:11
  6. 6. Noemi dice:

    Hola Ratopin, somos vecinos y me he regalado con tu “action”, fue un plus que tu personaje se llamase como mi escritora favorita Irène Némirovsky (absolutamente anecdótico pero bueno, una tiene sus debilidades) Lo que más me deleitó fue la escena del cementerio “Lo que sigue… otra bala en su cuerpo” con su ritmo loco que contrasta con el paso más lento del resto ¡fantástico! Gracias por un rato muy entretenido.Un saludo cordial.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 00:16
  7. 7. laupoda dice:

    Hola Ratopin, en mi opinión el relato es muy fácil de leer, intrigante y sólido (el fallo de los cadáveres no tiene mayor importancia). Sí tengo que decirte que la última parte donde todo se resuelve me ha resultado un poco liosa, quizá por la rapidez de la escena, pero en cualquier caso, te ha quedado un relato muy logrado. Enhorabuena.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 14:27
  8. 8. Ratopin Johnson dice:

    Hola, muchas gracias a todos por leerme

    Gracias Jose M Quintero, lo que preguntas del juego. Quizá es una manera amarga de decir que todo es un juego, el régimen, la revolución, el partido que parece que necesita sus propios muertos para ustificarse, para continuar la lucha. Como si una y otra parte se necesitaran y se entregarán al continuo enfrentamiento como modo de perdurar.

    Gracias Osvaldo por tus palabras.

    Hola juanjohigadillo, me agrada que me hagas esa pregunta, porque lo pensé, que justo ahí podía resultar confuso. Era el cambio entre el recuerdo del encuentro con Némirovski y digamos, el presente de la acción. Por eso intenté ponerlo más claro, utilizando el pretérito pluscuamperfecto (“había dicho”, “había preguntado”, “le había mirado”) para la parte del recuerdo. Así que esa parte que comentas, pertenece al momento de espera.
    Dicho todo esto, veo que en la parte del recuerdo, he metido:
    “Le pasó un periódico, con una pistola oculta. Susana se introdujo el paquete en un bolsillo interior del abrigo. Le dio una caja también.”…Pretérito perfecto simple…

    Gracias Marazul, yo sigo pensando que está un poco cojo. Escribí unas 1200 palabras, y había alguna descripción del propio cementerio, porque ya que el reto opcional era ese, que la acción trascurriera en un cementerio, el relato creo que merecía que se notara más donde estamos, no solo con decirlo. No sé, algún detalle más, y por eso al recortar hasta 750 palabras, en ese aspecto el texto creo que queda un poco vago. Puede que haya acabado supeditando la acción sobre el contexto físico.

    Gracias Noemí, yo con el final no estaba demasiado contento, quizá un poco precipitado todo. Me alegro que te haya gustado. Por cierto, celebro que lo hayas dicho, porque el nombre de Némirovski, es un tributo a Irene Némirovski. La descubrí hace unos meses, bueno, me la descubrieron (¡gracias M. :)! ) y he ido leyendo “El baile”, “David Golder”, “El ardor de la sangre”, “Los perros y los lobos” y últimamente “El caso Kurilov”. Estaba leyendo “EL caso Kurilov” cuando empecé este relato, y me estaba influenciando, y lo notaba. Alguna idea para este texto me ha venido de la novela, y de ahí que quise emplear el nombre de Némirovski como un pequeño homenaje. Muy buen gusto Noemi, y al resto, si no la conocéis, sus libros son estupendos.

    Gracias laupoda, sí, exactamente a eso me refería en el primer comentario con que podía haber quedado un poco lioso; demasiada gente en el final, y este quizá algo rápido.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 23:20
  9. 9. Analicia dice:

    Hola Ratopin,
    el texto me ha gustado mucho. Es muy rápido y eso se agradece. La escena de la pelea la has conseguido muy bien.
    Es cierto que me hubiera gustado alguna explicación más, pero me gustó mucho.

    Un saludo!

    Escrito el 23 abril 2017 a las 16:21
  10. 10. PEPE ILLARGUIA dice:

    Siempre se aprende algo nuevo, Ratopin en tus escritos, como siempre me encanta el manejo de los personajes bailando con la muerte, como si fuera un western puro y duro.
    Una pincelada basta para definir el escenario, por eso quizá no sea necesario más, aunque no me importaría conocer la versión extendida que mencionas.
    Con otra pincelada dibujas al ministro, como en el verso de León Felipe “qué bonita letra tiene usted mi general”, por la firma de Franco condenando a muerte a Julián Grimau.
    Un placer leerte.

    Escrito el 23 abril 2017 a las 19:27
  11. 11. K.Marce dice:

    Saludos Ratopin:

    Tomando un tiempo de breve disposición de tiempo para continuar mi lectura suspendida del taller.
    Tu escena es muy interesante, esa idea de agentes, espías, revolucionarios o rebeldes siempre atraen.
    En cuanto al contenido creo que has hecho bien el desarrollo parco de los personajes, pero suficientemente descriptivo para entender un poco la psiquis de ellos. Todos al final, son fieles a sus ideales. Queda la ambigüedad de si el partido es realmente “noble” o no.

    En el aspecto formal, he notado algunos detalles, que hasta ahora nadie te ha mencionado, por lo que me veo obligada a hacerlo por sí pretendes ampliar la historia, o publicarla por otro medio, lo consideres:

    Los diálogos separados. En el primer espacio tenemos el diálogo del Susana y Némirovksi. Recuerda que cada raya nos indica una persona hablando, y creo que los dos primeros diálogos corresponden a Némirovksi, por lo que debería quedar algo así:

    —Está demasiado implicado emocionalmente. Muy nervioso. Ha estado a punto un par de veces de echar por la borda el trabajo de meses —le había dicho—. Creemos que estás preparada. Tú hiciste las labores de vigilancia. Conoces las rutinas del objetivo mejor que nadie. Y desde el Partido quieren que se haga ya.

    Ocurre lo mismo en los últimos diálogos, en donde hay un personaje que habla y ella no responde, pero has abierto raya para lo que ese mismo personaje dice de nuevo, por lo que debería quedar así:

    —No te muevas —escuchó detrás de ella—. ¿Cuántos sois? —Ella no respondió—. Tendrás unos veinte años… Cada vez sois más jóvenes. Soy agente del gobierno —El hombre miró al suelo—. Hace semanas que veo las colillas de tus cigarrillos cubanos en el cementerio. Deberías apurarlos más, son pistas.

    —No hay nadie más —dijo ella.

    Sobre la escena final, creo que si es un poco liada, pero no en el aspecto de movimiento o si hubo o no “buen” conteo de personajes. En mi caso, soy lectora que analizo a detalle lo que ocurre más allá de lo que se escribe. Y lo que veo aquí es una discordancia entre lo que hacía K. y Susana, que era mantener bajo estricta vigilancia al ministro. Es impensable que no supieran que dicho ministro no estuviera por otros custodiado. Por lo que un “único” agente fuera enviado a cumplir la misión sin preveer ese detalle, a mí, no me cuadra.
    Entiendo la aparición súbita de K., y me aparece un acierto, un respaldo en caso de necesidad; pero la idea de “mártir” sobra un poco, ya que de ser de esa manera, él pudo presentarse “solo” eliminar al ministro y dejar que los agentes del gobierno lo mataran, para obtener el mártir que el Partido espera. En fín, que me disculparas por ser tan quisquillosa; pero siempre veo más allá de lo narrador y los detalles son una debilidad para mí.

    Por lo demás, me parece una idea muy interesante, y la historia tiene mucho más misterios en transfondo de lo que la escena presenta. Un buen cliffhanger al final.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 1 mayo 2017 a las 05:09
  12. 12. Ratopin Johnson dice:

    Hola Analicia, gracias por pasarte y por tus comentarios

    Gracias Pepe por tu visita. La verdad es que se podría decir que el western es mi género cinematográfico favorito.

    Gracias KMarce por leerme y por tus apuntes.
    Sí, tienes razón con las correciones que me haces respecto de los diálogos separados. De todos modos, yo siempre he pensado que tal como lo pones tú la voz es más seguida, y tal como lo he puesto yo hay un espacio mayor de tiempo ( con alguna frase del narrador por en medio, antes de seguir la misma voz). Pero esto, como digo, son entendederas mías, y no sé si es correcto.

    Acerca de lo que dices sobre el contenido. Mi idea, que a lo mejor sólo se ha quedado en mi cabeza, y no he sabido plasmarla en el papel, es que el Partido quería sobre todo hacer ruido, con el Primer Ministro muerto mejor, pero si caía alguien más, incluso alguno de ellos, no pasaba nada, estupendo también. Un mártir podía ser muy útil políticamente.
    Susana se dedicaba exclusivamente a vigilar y establecer la rutina de visitas del Primer Ministro, y esta información le llegaría a K. (como tú K :)). K. ya se había dado cuenta que se requería de más de una persona para la misión, y mi intención era que esta fuera la verdadera razón de haber sido apartado, el haberse enfrentado al Partido por este tema, haber insistido demasiado en que debían ser dos personas al menos (todo esto que estoy explicando ahora sí que se quedó en mi cabeza, soy consciente).
    Por otra parte el agente que descubre a Susana, quería que pareciera que no la consideraba capaz de asesinar, que la viera solo como la persona que vigilaba. La ve demasiado joven, inexperta, deja todo regado de colillas… (esto tampoco lo he narrado muy bien).
    Y no, muchos elementos del Partido no son nobles. Lo que les interesa es que la lucha perdure.
    En definitiva todo este lio es a lo que hace referencia la última frase cuando digo que todo es un juego.
    Demasiadas intenciones para 750 palabras dejan algunos cabos sueltos 🙂

    Saludos, gracias

    Escrito el 3 mayo 2017 a las 19:19
  13. 13. Pato Menudencio dice:

    Me ha gustado tu relato. Me parece preciso como inicio de una novela corta de intrigas ambientada en la revolución rusa.

    Pd: Te recomiendo el libro “el hombre que amaba a los perros”, tiene varias partes que ocurren en Rusia.

    Escrito el 16 mayo 2017 a las 22:45
  14. 14. Luis Escobar dice:

    Hola Ratopin
    Me parece que tu escrito es muy fluído, lo cual hacela historia bastante agil. Usas un lenguaje sencillo, que hace muy facil la lectura. La trama me parece atractiva y lo atrapa a uno.
    El párrafo de los disparos es confuso, no se si un hombre con un tiro en la cabeza puede llamar al otro escolta, tirar a Susana al suelo y disparar a K.
    Creo que lo de agente del gobierno sobra, se sobre-entiende
    Seguiré leyenbdo tus escritos me parecen interesantes, además los comentarios que hacen los otros compañeros del foro son muy enriquecedores
    Saludos y adelante

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 03:29
  15. Hola Ratopín:

    Me ha gustado mucho tu relato.
    Yo no me he liado para nada, he seguido a la perfección el hilo de las acciones.

    Muy bien retratada esa Susana.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 12:21
  16. 16. Ratopin Johnson dice:

    Gracias Pato Menudencio. Me apunto el título que me sugieres. Pues sabes que yo situaba más mi relato en algún sitio de Sudamérica, aunque fuera inventado.

    Hola Luis, gracias. Como dije, al final, fallé con los muertos. Eran cinco, no cuatro. El escolta con el tiro en la cabeza, está bien muerto, así como el Primer Ministro. Hay otro escolta junto al coche, en el camino. Este es avisado por el agente del gobierno que había sorprendido a Susana, justo cuando irrumpe K. en escena.

    Gracia Jean Ives, aunque creo que algunas cosas se han quedado en el aire, que probablemente quedarán mejor extendiendo el texto.

    Saludos a todos

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 12:04

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