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El ensueño de Alice - por Jenna Eaton

Web: https://www.wattpad.com/user/Jenna_Eaton

Cometí un crimen. Un crimen que en nuestra sociedad es castigado con pasar el resto de tu vida en «El país de las maravillas», y no hablo de ese lugar fantástico que describió Lewis Carroll en su libro. Aunque se le asemeja, el sitio donde voy a pagar por mi transgresión contra las leyes de la República alberga las peores pesadillas que la mente humana puede crear, son del tipo que hacen que se acelere tu pulso y estrujes las sábanas entre tus manos. Deseas despertar con tantas ganas que cuando consigues hacerlo te incorporas de inmediato y un grito ahogado escapa de tu garganta, la cual se siente tan seca que parece que tus cuerdas vocales se convertirán en polvo. Sin embargo, no eres capaz de levantarte de la cama e ir por un vaso de agua porque tus piernas tiemblan de una manera que hace que temas colapsar en el acto.
Después de la tercera guerra mundial, los líderes estuvieron de acuerdo en que recluir o asesinar a los criminales era más un favor que sanción a su comportamiento. Entonces, una corporación llamada SOMNUS puso al servicio de la República y los países aliados un sistema automatizado que juega con los miedos más profundos de las personas, es capaz descubrir las debilidades y desenterrar los recuerdos reprimidos que se esconden en el inconsciente, los ciudadanos sabemos cómo funciona dado que escuchamos de él desde primaria. El señor Clark, mi profesor de historia de quinto año, explicó a la clase que «El país de las maravillas» era la prisión y el programa que se aseguraba de que el sistema cumpliera con su función era el Celador de dicho lugar. A él le parecía una idea increíble que el poder estuviera en manos de un programa carente de sentimientos humanos, pero, en medio de su parloteo, uno de mis compañeros de clases levantó su mano y dijo lo siguiente:
—Mi padre trabajó en la corporación durante tres años. Él asegura que eso es toda una mentira, detrás de la figura del Celador se oculta un equipo de psicópatas, científicos y empleados públicos que se encargan de transcribir en imágenes los delirios de los primeros.
Después de un breve silencio, la clase explotó en murmullos. Ninguno de nosotros quería creerlo, pero debíamos admitir que era un rumor que ya habíamos escuchado o leído en alguna otra parte. El señor Clark miró de reojo la cámara que se encontraba en la esquina del salón, luego clavó su mirada en el chico y advirtió con voz mortal:
—Eso no es algo que deberías repetir, Damien. Podría meter a tu padre en muchos problemas.
Recuerdo que Damien se sacudió en su asiento, se le veía tan pálido que decidí llevarle al siguiente día un trozo del pastel de chocolate que mi madre preparó para la cena, le encantaban los postres con exceso de azúcar. Esperé ansiosa a que cruzara la puerta, cuando pasaron tres horas y no lo hizo pensé que se había enfermado debido al susto que le dado el señor Clark. La ausencia de Damien se prologó una semana, esa semana se convirtió en dos y en tres, luego en un mes. A los dos meses comprendí que no regresaría.
Un escalofrío recorre mi espalda. Estoy acostada en una camilla, mis muñecas y tobillos están atados, dos enfermeros se encuentran a mi lado. Cuando la camioneta finalmente se detiene ayudan a moverme a una nueva camilla. La nueva es más firme y está cubierta por seda, lo que significa que he llegado a la sede central de SOMNUS.
Quiero abrir mi boca, gritar que no quise lastimar a nadie y rogar para que me dejen en libertad, pero sé que es demasiado tarde. Lo intenté, pero no logré convencerlos de mi inocencia.
Mis sentidos están un poco adormilados, puedo oír chillidos de zapatillas de goma rozar el suelo, puertas abriéndose al son de un zumbido robótico y sombras moviéndose a mi alrededor, en un momento pequeñas y luego enormes, el vaivén comienza a marearme.
Antes de que ellos suman mi cuerpo en un sueño del que no despertaré e invadan mi cabeza, un último pensamiento coherente me asalta, un lamento que no fui capaz de pronunciar: «Desearía no haber permitido que la furia me consumiera aquel fatídico día, desearía volver el tiempo atrás».

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9 comentarios

  1. 1. Marcus Miau dice:

    Hola Jenna,

    tranquilamente podríamos compartir el mundo distópico, con matices claro. Ambos son mundos totalitarios y totalmente controlados, donde si dices algo “desapareces”.

    Tienes un muy buen comienzo en el que te engancha y se abren varias posibilidades y una pregunta: ¿qué crimen ha cometido nuestro protagonista?

    En cuanto va avanzando la historia, cuentas otra historia para ver cómo funciona el mundo, la historia de Damien.

    Al acabar la lectura no logro entender a través del texto qué es lo que hizo tu protagonista para acabar en SOMNUS. Creo entender que se debe a una furia acumulada que se desencadenó después de que se llevaran a Damien. Sin embargo, la forma en que describes cómo pasó ese suceso y los tiempos verbales me hacen pensar que sucedió hace mucho más tiempo.

    Por lo que yo hubiera optado, sería integrar las dos historias que hay en el texto en una sola. A no ser que ya lo hayas hecho y yo no lo haya entendido. Es decir, Damien es tu protagonista que se encuentra tan alienado en la camilla que se ve a sí mismo en su pasado como otra persona.

    La técnica y la gramática muy buena. Aprenderé de ti en lo que me comentaste sobre dar esos matices a los diálogos. La “voz mortal” del profesor ha sonado realmente mortal en mi cabeza. 😉

    Un saludo,
    Miau

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 09:05
  2. Hola Jenna.

    Tu relato es muy interesante. Tu mundo distópico da mucho miedito.

    A mi me ha pasado que me he agobiado un poco con la carencia de separación de párrafos. Este mes no puedo decir yo mucho porque mi texto quedó muy apretujado y no sé por qué, puesto que lo escribí en Word y sólo hice un copia y pega.

    Coincido con Marcus en que parecen dos historias que has querido enlazar en una sola. Yo entiendo lo que has querido hacer y entiendo la historia, pero quizá su estructura está un poco forzada. A veces una sencilla línea recta es mejor que dar muchas vueltas.

    Me ha encantado la voz mortal del profesor, es toda una declaración de intenciones.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 12:34
  3. 3. P.J Dawon dice:

    Hola Jenna Eaton.
    Primero diré dos pequeños fallos en los que me he fijado: Es capaz descubrir las debilidades; es capaz de descubrir…
    Susto que le he dado el señor Clark; susto que le había dado…
    Ahora vamos con lo más importante: un relato muy bueno, me ha intrigado. La idea creo que es genial, es la punta de un iceberg de una sociedad macabra. No he entendido muy bien cual es el crimen que ha cometido pero me ha llenado de curiosidad; me encantaría descubrir más.
    Nos leemos.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 12:36
  4. 4. Jenna Eaton dice:

    ¡Muchas gracias a los tres por tomarse el tiempo de leer mi relato!

    Marcus, qué bueno verte de nuevo ¿Sabes que pensé lo mismo al leer tu relato? Primero por lo de la escuela, segundo por lo que mencionas, son mundos donde debes tener mucho cuidado con tus palabras.
    Tomaré en cuenta tus observaciones, creo que quise contar mucho y al final no conté nada. La intención era dejar un final abierto, pero por no querer revelar demasiado, terminé no revelando lo suficiente para que el lector entendiera.

    Hola, Jean. Seré honesta, es la primera vez que participo y no tenía ni idea que era más cómodo (a la hora de leerlo en el blog) que los párrafos estuvieran separados, me limité a copiar y pegar de word. La próxima vez seré más cuidadosa, en eso y en la estructura. Admito que fui ambiciosa, gracias de nuevo.

    P.J. Dawon, infinitas gracias por mostrarme esos fallos porque, ahora que lo mencionas, noto que tiendo a hacerlo en todos mis relatos. Este en particular decidí enviarlo apenas terminé de escribirlo, quería que juzgarán mi escritura en su estado más puro y fresco para notar precisamente eso, fallos comunes, que después de releer una y otra vez no saltan a la vista porque como escritores tendemos a concentrarnos en otros puntos (al menos yo me distraigo demasiado con el contenido).

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 23:34
  5. 5. Dino Vargas dice:

    Hola Jenna!
    La primer frase golpea fuerte e invita a leer. La sociedad está muy bien descrita y me gusta cómo cuenta sus recuerdos. Cuenta directamente la historia del mundo sin vueltas, lo cual me parece directo y necesario.
    Lo que sí, me perdí un poco en el medio, ni por asomo llegué a las conclusiones de Marcus o de Jean. Tal vez necesite yo un poco más de explicaciones al respecto, jeje. También me quedé esperando saber cuál fue el crimen.
    Creo que nadie comentó el guiño del título, donde hacen referencia a Alice y luego hablan del país de las maravillas. Me pareció genial ya que uno no sabe si Alice es la que habla o que el nombre de la tortura es “El ensueño de Alice”, en fin, nunca hay que descuidar un título, aunque muchas veces se pasan por alto.
    Ah, y por último, algo que me pareció extraño del principio. Cuando describe la tortura, está bueno, pero tiene demasiados detalles, la crudeza y pasión con las que lo cuenta hacen pensar que ella ya pasó por eso, aunque se da a entender de que no. Me resultó un poco raro.

    Saludos!

    Dino

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 17:59
  6. 6. Caritobel dice:

    Hola, Jenna. Qué bueno poder leerte por aquí, estoy tan contenta que hayas vencido tus miedos de escritora y te hayas animado a participar del taller. Espero poder seguir leyendo tu trabajo.

    Ahora, soy sincera, mi fuerte no es lo formal. Sigo aprendiendo algunas cosas todavía entre si conviene punto o coma. No es que tengas errores imperdonables. Jajaja. Si para señalar el tema de separar en párrafos, al menos en dos oraciones te faltó colocar palabras. Casi al final de la historia cambia el tiempo que usás para relatar y eso confunde. Sobre todo ese tiempo que usaste es de los más controversiales para mi, porque según lo que aprendí el narrador en primera persona y en presente solo se puede usar en ciertos casos. Algunos compañeros del taller me han recomendado evitarlo porque consideran que uno no relata las cosas así en la vida real, ni habla consigo mismo (porque si está en presente y está en primera persona y no se lo cuento explícitamente a nadie más, entonces estoy contándome a mi mismo lo que estoy haciendo y carece de lógica). Esto me recomendaron, pero sigue siendo un punto que no puedo entender.

    Creo que en cuanto a contenido el tema tiene potencial, me hace acordar a la película “Los recolectores”, pero aquí los sueños son castigos y no un paraíso para vivir como pasa en la peli (que además trata de otras cosas). Creo que quisiste detallar bastante el mundo distópico dejando en el camino la historia central de la joven que relata la historia. Yo haría, en una re-escritura de tu relato,más énfasis en ese tramo que parece perderse pero es el que nos deja mase enganchados:qué hizo la joven para ser castigada.

    Ya te lo dije en otra oportunidad, tenés talento, así que pónelo en marcha.

    Saludos.

    Escrito el 26 mayo 2017 a las 05:41
  7. 7. Marcelo Kisi dice:

    Hola Jenna!

    Mil gracias por tu hermoso comentario a mi relato. Es así, como escritores elegimos qué contar y qué dejar a la deducción o a la imaginación de nuestros lectores. Somos algo manipuladores. Lo que yo intenté fue mostrar la punta del iceberg de un verdadero infierno. Algunos compañeros infirieron que, si eso es un infierno, y parece tan cotidiano, quizás nuestro mundo también es una distopía y no nos damos cuenta, por lo “cotidianas” que son nuestras vidas.

    Jenna, entiendo por el comentario de Caritobel que no sos nueva escribiendo, solo que estás debutando en el taller. ¡Bienvenida!

    Te voy a decir un nombre que te va a sorprender. Él escribe con mucha naturalidad hechos y solamente hechos, dejando que el lector infiera el plano de los sentimientos: pasó esto y después lo otro, punto. Eso es precisamente lo que hacéss, cuando por ejemplo el protagonista, en lugar de comentar que se apiadó de Damien, que sintió compasión, que lo extrañó el no verlo más, etc., contás que le trajo un pastel de chocolate. ¡Brillante!

    Es la escritura fotogénica que a mí me gusta, la acción transcurre con ayuda de diálogos y las explicaciones se reducen al mínimo posible.

    Es cierto que, acompañando con los tips estupendos de los compañeros, falta contar dos cosas: cuál fue su crimen y cuáles eran sus pesadillas tan temidas, con las que “El país de las maravillas” lo/la castiga. No es problema: podés completar el cuento y publicarlo en tu blog si lo tenés, y avisanos para que vayamos a visitarlo.

    Escribís excelentemente bien, y has dado un paso tremendamente significativo al venir a compartirlo con nosotros, así que tengo tres palabras para vos: aplausos, admiración y felicitaciones!

    Escrito el 26 mayo 2017 a las 10:25
  8. 8. Marcelo Kisi dice:

    Veo que se me borró el nombre que te iba a sorprender: Ernest Hemingway!

    Escrito el 26 mayo 2017 a las 10:27
  9. 9. Laura dice:

    Hola Jenna
    Bienvenida!!!
    Me ha gustado muchísimo tu relato, aunque en varias partes se torna un resumen de la vida en tu sociedad.
    Gran trama, impactante, con la rebeldía de la adolescencia que te lleva a grandes problemas.
    Felicitaciones.
    No encontramos en el micro relato

    Escrito el 4 junio 2017 a las 13:48

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