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La sombra y la seda - por Lucho

LA COQUETA
Se anudó su bufanda de seda. Un viento frio penetraba por entre su piernas, en el momento en que una ráfaga de viento batía los pliegues de su abrigo. Ajustó el cuello del gabán a su nuca. Sentía los pasos de él y su mirada puesta en su cuerpo. La seguía desde que dejó el bar unos momentos atrás. Se habían mirado y sus ojos penetrantes la tocaron muy hondo.
Era un día de otoño, el firmamento azul, un sol radiante, pero el frio congelaba su cuerpo; o tal vez eran esos pasos que se le aproximaban los que la hacían titubear. Vio su sombra proyectarse sobre la acera, anuncio de lo cerca que él se encontraba, detrás de sus pasos. Ella aceleró su marcha, en un acto de huida. Eso le sucedía por ponerse de coqueta, con gente que no conocía. Sintió que los pasos de él también se aceleraban, acercándose aún más. Su corazón palpitó apresuradamente. No quiso voltear a mirar a aquel hombre que la seguía, ya lo tenía grabado en su mente. Ojos verdes, pelo rubio, contextura fuerte y una mirada que la desnudaba a través de la bruma formada por el humo de los cigarrillos en el cafetín. Le gustó en el momento en que lo vio, pero ahora que lo sentía detrás de ella, le causaba temor.
Abrió la puerta de un café que encontró en su camino y se introdujo rauda en el establecimiento. Sintió la música, un tango, Malena, y se ubicó en una de las mesas, cercana al mostrador donde atendía un mozo de corbatín y camisa blanca. El hombre se dirigió hacia donde estaba ella.
—¿Qué desea tomar?
—Sírvame una copa de ron, por favor, —lo dijo con una voz indecisa. El muchacho sonrió y se dirigió de nuevo detrás del mostrador y comenzó a preparar la bebida.
Ella mantuvo sus ojos puestos en la puerta de entrada, a la espera de que se abriera y diera paso al hombre que la seguía. Transcurrieron los segundos y nadie ingreso. Tal vez fue mi imaginación, pensó. Se desabrochó el abrigo y desanudó su bufanda de seda. Por primera vez reparó en el sitio donde se había metido; había algunas mesas ocupadas, nadie se interesaba en su presencia. El mozo trajo la copa de ron y ella con una sonrisa lo despachó. Tomó la copa, le dio un sorbo y dejó que el ron bajara por su garganta de manera libre, sin apurarlo. Su lengua chasqueaba contra su paladar escanciando lo que aún quedaba de la bebida en su boca.
Pasó una hora desde que ingresó al local y se decidió a retomar su camino; todo indicaba que el hombre había seguido de largo. Pago la cuenta, ajustó de nuevo su bufanda y el abrigo y se lanzó a la calle; seguía haciendo un frio violento. Sintió de nuevo una mirada puesta en su humanidad. Tomó su rumbo a pasos ligeros y percibió, detrás de ella, otros pasos que también aligeraban su caminata. No se sentía segura, pero tampoco se atrevía a voltear su cabeza, para mirar atrás y detallar quien la seguía. Un cosquilleo de miedo se apoderó de su cara, su estómago se frunció y sentía en su interior una agonía.
Estaba cerca de su apartamento, solo había que seguir hacia adelante con decisión para desembarazarse de esa presencia que ahora la perturbaba. Maldijo su belleza, y el ponerse a juguetear con ella. Sintió el repicar de los pasos cada vez más cerca, se preparó para la embestida. En otras ocasiones había logrado salir airosa de este tipo de embates, aunque tenía claro que se trataba de un hombre de contextura recia. De su boca no salían las palabras para pedir ayuda, además la calle estaba bastante sola. Se sintió desarmada.
El hombre prácticamente respiraba sobre su nuca y ella, más como reacción que por valentía, lo enfrentó. Le descargó un puñetazo sobre el rostro y este en medio de su desconcierto, le tendió la mano en la que sostenía un bolso.
—Señorita, lo olvidó en el cafetín donde usted estaba. La he perseguido, pero usted es bastante huidiza.
—Disculpe señor, creí que me perseguía por algo distinto. —Cuando se fijó bien en el hombre que le entregaba su bolso, reparó que vestía una camisa blanca y un corbatín anudado al cuello. Se sintió afectada y una mueca sonriente se dibujó en su rostro.
—Gracias, —fue lo que acertó a pronunciar.

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6 comentarios

  1. 1. Hector Romero dice:

    Simpático relato Lucho, la verdad me ha gustado. No soy bueno dando recomendaciones pero te haré una observación ya que yo caí en lo mismo: al principio habéis usado la palabra viento dos veces seguidas, pudiendo haber recurrido a un sinónimo. Esto no opaca la calidad de tu relato por supuesto. Si lees el mio verás que también lo hice con la palabra pequeña. Arte. Tu vecino 83

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 13:23
  2. 2. Yubany Checo dice:

    Me gusta porque incias de inmediato en el conflicto y vas dando pinceladas de la ambientacion que hace que el lector imagine las escenas. Las frases cortas dan la idea de la rapidez y la tension que que genera el texto.
    Solo algunas observaciones: “seguía haciendo un frio violento.” Hay algunas expresiones como esta que pueden ser reescritas.
    No veo en el relato el desafio distopico.

    Gusto en leerte.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 23:41
  3. 3. M.L.Plaza dice:

    Hola Lucho.
    Me ha parecido un relato interesante, aunque yo no lo consideraría dentro del universo distópico.
    Me ha gustado más la recreación del ambiente que los diálogos finales: ella que suena muy artificial.
    De cualquier manera, me ha parecido un buen relato.
    Saludos

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 21:40
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Por curiosidad, ¿tú eres Luis Escobar?. Es que si firmas de las dos maneras es difícil que te lleguen lectores. Nos rastreamos por el nombre que aparece en el texto. Si lo cambias en los comentarios, provocas cortocircuitos mentales.
    Creo que tu texto merece más visitas, pero creo que desperdicias la firma en los comentarios. Si firmas Lucho, comenta como Lucho.
    Es una recomendación personal. Por supuesto, tú puedes hacer lo que te dé la gana.
    Saludos.

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 21:46
  5. 5. Lucho dice:

    Recibo tu comentario, como pidieron un seudonimo, mis publicaciones las hacia con ese nombre y mis comentarios como Luis Escobar. Gracias por tu sugerencia

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 22:45
  6. 6. Laura dice:

    Hola Luis.
    Utiliza el nombre o el seudónimo para comentar, una sola identificación. Soy de los que se fijan si comentas a los que siguen.
    Con respecto a tu relato, la primer parte es bastante descriptiva y el conflicto, es en realidad aparente, pero no por ello es menos real.
    En cuanto a lo formal, nada que aportar.
    Te espero el próximo relato

    Escrito el 30 mayo 2017 a las 11:41

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