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Justo II - por Daniel Escobar Celis
Web: http://danielecelis.blogspot.com/
Desde la base de unas escalinatas hasta un espacio despejado, se extiende una alfombra roja encima del pavimento. A cada lado de ella, inmóviles cual estatuas, se encuentran dos hileras de soldados de uniformes blancos y guantes de seda con los que sostienen un fusil.
Alrededor de todo el lugar, militares vestidos con armaduras livianas de fibra de carbono y kevlar, armados con rifles, armas aturdidoras, cegadoras y paralizantes custodian una cerca temporal. Cerca que contienen a cientos o quizás miles de personas.
La multitud levanta la mirada buscando en el cielo el origen de un golpeteo recursivo. Poco después, un automóvil convertible vinotinto de doble rotor aterriza entre la gente y la alfombra roja. Incontables miradas se posan en el hombre que desciende del vehículo. Miradas de admiración, de resignación, de frustración y de ira. Miradas de ira contenida como la de aquel hombre que lo observa a los ojos recordando…
Cuerpos famélicos con el pellejo pegado al hueso se aglomeran en hileras detrás de un contenedor fuertemente custodiado por militares. Uno a uno van pasando y tras escanear la marca de su muñeca derecha, se les entrega una bolsa de alimentos.
—¿Por qué esta bolsa de comida trae menos que el mes anterior si cuesta más? —Pregunta con disgusto un hombre al encargado de repartir los alimentos mientras recoge la suya.
—¡Eso es lo que hay! ¡Lo tomas o lo dejas! —Responde de mala gana el repartidor.
—Ciudadano retírese —Interviene un guardia tomando un rifle en sus manos— o tendremos que hacerlo abandonar el lugar por la fuerza.
El hombre respira profundamente, apretando la bolsa de comida contra su pecho. Un niño de unos 9 años lo mira contrariado y mientras se alejan caminando del lugar lo hala por un brazo preguntando.
—¿Papá si nos tratan tan mal aquí, por qué no compramos en otra parte?
El hombre se muerde los labios y no responde.
—¡Hey papá contesta!, ¿por qué no compramos cada vez que haga falta y en otro lugar?
El hombre abrió la boca quedándose en silencio e inmóvil por algunos segundos.
—¡Camina Julio! Tu madre nos espera —contestó finalmente antes de seguir caminando.
Un par de jóvenes con no más de 15 años, en short, camiseta y con un bolso negro cruzado en el pecho se acercaron al señor y a su hijo. Uno de ellos sacó una pistola y la apuntó al pecho del hombre.
—¡Pégate para allá! —Dice el joven empujándolo contra una pared ¡Dame la bolsa, no quiero show!
—¡Pero es la única comida que tengo! —Exclama el hombre con desesperación aferrándose a la bolsa.
Se escucha un grito “te dije que no quería show”, un par de detonaciones, un golpe seco y un alarido. Los jóvenes corren con la bolsa de comida, y en medio de un charco de sangre el niño grita con desesperación intentando despertar a su padre…
El guardia vuelve en si a tiempo para escuchar el discurso del gran “Justo II”.
“Porque fue gracias a nuestro inmortal líder “El Magnánimo” y es solo gracias a nuestro gobierno popular que todo el pueblo puede vivir dignamente. Es gracias a ley LeProDIJ que a todo joven y niño se les protegen sus derechos, es gracias a la LeProColap que toda familia cuenta con comida y todo aquello que necesite. Porque solo nuestro gobierno puede garantizar la paz, la seguridad y el bienestar ciudadano…”
Una enorme sombra blasfema domina el lugar. Erguido detrás de Justo II cubierta por una lona está aquello que oculta los rayos del sol. Al terminar su discurso Justo II da la señal cayendo la lona que finalmente debela la figura en bronce de diez metros de “El Magnánimo”.
Inmutable externamente, pero lleno de ira el guardia contemplaba la escena. Justo II terminó su discurso entre aplausos y consignas pre fabricadas pasando frente al guardia. El corazón del otrora niño inocente latió a toda prisa. “Presidente”, se escuchó decir, y una mirada iracunda se vio reflejada en los ojos temerosos y sorprendidos de quien momentos antes gritaba con total seguridad, las bondades de su accionar.
Una serie de detonaciones hicieron quedar en silencio total a innumerables personas por algunos segundos. Seguidamente, la multitud se agolpó tratando de descifrar lo que había sucedido, mientras un desfile de guardias se encargaban de la situación.
Boletín Oficial: “Hoy el imperio ha hundido sus garras en contra de la voluntad y del bienestar del pueblo. Pero nuevamente ha sido derrotado”.
Hola Daniel,
Que buen relato! esta muy bien desarrollado, técnicamente no puedo aportar mucho, eso lo dejo a los que saben, lo único que no me quedo claro es si el guardia era el niño o el niño es cuento aparte.
Muy buen trabajo!
Saludos, KosaK
Hola Daniel! me gusto tu relato, me pareció interesante y me quede con ganas de seguir leyendo. Esto sobretodo, porque no me quedaron claras algunas cosas.
Concuerdo con KosaK, no es mucho lo que puedo aportar, y también me confundí con lo del niño si era o no el guardia.
Nos Leemos, el mio es el 23, por si me quieres dejar tu comentario!!
Saludos,
Estefanym03 / Estefanym123
Hola Daniel!
Estoy aquí devolviéndote tu visita. Gracias por tu comentario a mi relato.
El tuyo me gustó, es un desgarrado enfrentamiento a la tiranía. En general la primera parte me gustó pues muestras lo que aparenta ser un gran imperio tirano y la pobre gente que sufre la desigualdad, la delincuencia mientras que los líderes quieren hacer creer que todo anda bien. Al final es un poco confuso. Creo, que son tiempos distintos cuando el guardia, que era el niño que perdió a su padre es el que mata al tirano. Así lo entendí, no sé si estoy en lo cierto.
Has marcado la R del reto, pero creo que tu texto no es una distopía. Pero fuera de esto. Es un texto que conmueve y hace que uno reaccione. Eso es lo importante. Algunos fallos en la forma, que puede ayudar a mejorar tu relato:
-Miradas de admiración, resignación, frustración e ira. Como la de aquel hombre que lo observa a los ojos, con ira contenida, recordando… (allí ahorras cuatro palabras)
-Un niño de unos nueve años (el número con letras)
-¡Eh!, papá contesta…
-—¡Pégate para allá! —dice el joven empujándolo contra una pared—. ¡Dame la bolsa, no quiero show! (Te faltó el guion de diálogo de cierre, luego el punto y dice con minúscula)
-Se escucha un grito “te dije que no quería show”, un par de detonaciones, un golpe seco y un alarido. Los jóvenes corren con la bolsa de comida, y en medio de un charco de sangre…(has repetido 5 veces “un”. Cambia por otro artículo). Podría ser: Se escucha fuerte “te dije que no quería show”, enseguida dos detonaciones, el golpe seco y un alarido. Los jóvenes corren con la bolsa de comida en medio del charco de sangre…
-El guardia vuelve en sí, a tiempo… (sí, con tilde).
-devela
-Repasa los diálogos en Literautas, después del guion de diálogo las palabras pregunta, responde, interviene, exclama, dice, deben ir con minúscula.
Espero haberte ayudado.
Felicitaciones por tu texto. Nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Hola saludos y gracias por sus comentarios aclarare un par de cosas. El relato esta escrito en dos tiempos en el primero un hombre observa a “Justo II” y cuando lo ve empieza a recordar. El segundo seria el recuerdo de aquel hombre siendo niño. Finalmente en el tercer tiempo se devela que el hombre es un guardia “El guardia vuelve en si a tiempo para escuchar…” y es donde ocurre la escena final. Lo de los disparos lo hice a propósito para que quedase la duda de que fue lo que paso. La respuesta de lo sucedido esta en la última frase:
“Boletín Oficial: “Hoy el imperio ha hundido sus garras en contra de la voluntad y del bienestar del pueblo. Pero nuevamente ha sido derrotado”.”
El que es de Venezuela debería pillarlo a la primera, para los que no son de Venezuela diré que lo que paso es que el guardia intentó matar al tirano pero en su lugar fue asesinado. Después de eso se culpó al imperio por haber creado una conspiración para acabar con el gobierno…
Charola muchas gracias por los comentarios los tendré en cuenta con el único que hago una aclaratoria es con un guión de cierre. No fue que no lo pusiera, sino que cuando copie y pegue de word para acá se pegaron los guiones como “” y cuando los quise acomodar se me paso ese.
¡Enhorabuena Daniel!
Me parece un texto bien estrucurado y sobre cuestiones formales ya te ha dicho todo Charola.
Lo único que me queda por decir es que ojalá fuera una distopía.
Ánimo.
Un saludo
Buen día Daniel: muy bueno tu relato, representas a pie juntillas la terrible dictadura que está atravesando el pueblo venezolano y si esto no es una distopía, qué lo es…
Respecto a mi relato. quise representar otra distopía, Corea del Norte, el conflicto que vamos a tener la humanidad con él y no lo hice más extenso porque cada línea que ponía me generaba más angustia. Es un niño caprichoso y despiadado y no me parece muy loco que jugara con las personas como plantea el relato. De hecho, lo hace cada vez que dispara un misil.
Nos seguimos leyendo.
Saludos
Galia.
Saludos Daniel:
Muchas gracias por leer y comentar mi texto.
Su bien se puede decir que no es una distopía (entiendase que debe ser en el futuro y un mundo que nadie quisiera vivir), parece que aplica a muchos países que tienen gobernantes tiranos. Pero a eso, se le llama realidad y es mucho peor.
Charola te ha marcado algunos aspectos formales del texto, para añadir algún detalle.
*Si bien los diálogos van con raya, has cortado con narrativa y retomado al mismo personaje hablando. En este caso el diálogo del niño con su padre. Se entiende que una raya es para mostrar el diálogo entre varios personajes, en ese caso, es solo uno (el niño); por lo que se recomienda (sin ser ley), que se desprenda una acotación entre dichos puntos. Algo así (con algunas observaciones de forma):
—Papá si nos tratan tan mal aquí, ¿por qué no compramos en otra parte? —El hombre se muerde los labios y no responde—. ¡Hey, papá, contesta!, ¿por qué no compramos cada vez que haga falta y en otro lugar?
He notado que has usado algunos verbos discendi con minúscula y otros con mayúscula. Como nota, los discendi se escriben en minúscula, aunque le preceda otra palabra, por ejemplo:
—¡Sí, señor! —le dijo haciendo el saludo militar.
No así cuando la acción va con un “no discendi”:
—¡Sí, señor! —Marcó el saludo militar.
Espero te sirva para que lo diferencies.
Por norma, se pide que evites los adverbios terminados en -mente, si puedes hacer uso de la forma simple. A no ser que la oración no se comprenda sin la composición -mente, es mejor obviarla. De hecho, hacerlo con frecuencia se vuelve notorio. Te marco: *fuertemente custodiado (se acepta por el contexto de la frase)* respira profundamente, profundo/hondo, *finalmente, al final, *externamente, por fuera, *seguidamente, a continuación/acto seguido,
De preferencia, evita escribir frases que inicien con: De repente, de pronto, entonces. Se consideran muletas para llamar la atención del lector; se debe usar otro recurso narrativo para llevar a ese momento cúspide del relato.
Evita lo obvio: Esto es quizá un recurso que aprendí pronto con un libro de redacción en mi adolescencia (cuando tomé en serio el asunto de aprender a escribir “bien”). Esta frase:
“Interviene un guardia tomando un rifle en sus manos”
Es igual a escribir, “se puso el sombrero en la cabeza, y los zapatos en los pies”. A menos que en efecto la acción necesita otra “visualización” deberás marcarla:
Tomó el cuchillo entre los dientes… (no escribir, tomó el cuchillo con su mano, es lo obvio, se toma con la mano propia y no la de otro :P)
En cuanto al contenido, no hay mucho que agregar, sino desgarrador. Es penoso la situación de países “democráticos” y aquellos gobernados por las “buenas” por dictadores. Lo peor que ocurre es que esa clase de vida, se hace normal, para luego ser aceptadas sin reclamos por todos. Algo que nunca debemos permitir.
Un saludo y fuerza, amigo. ¡Nos leemos!
Hola, Daniel, tu vecina del 22 viene a comentar tu relato.
Bueno, en cuento a lo formal ya dijeron bastante. Me centraré en el contenido de la historia (que viene a ser mi punto fuerte). Coincido en que no se cumple con la distopía, pero sin embargo eso no le quita merito a la historia. Creo haber entendido las sutilizas del contexto en el que escribís la historia. Entiendo que el niño de la primera parte es el guardia de la segunda. Habría que hacer un ajuste en ese salto de tiempo marcando que lo que está pasando en un primer momento o es un recuerdo o es otra sección de la historia, pero hay que marcarlo para no confundir. Quitaría el final con la nota del boletín, para mi no aporta nada a la historia y pincha un poco la dinámica. También veo un poco de meszcla de tiempos cuando narrás entre tiempo pasado y presente, lo que también confunde.
Creo que tu historia tiene mucho potencial, si lo pulís bien puede quedar algo muy bien hecho.
Saludos.
Mezcla* Se me infiltró la s.
Hola Caritobel. Gracias por tus comentarios los tomare en cuenta aunque no coincido contigo que la nota del boletín no aporte nada. De hecho esa nota esclarece lo que sucede en el párrafo anterior. En ese párrafo previo se dice que hubo un par de detonaciones pero no se especifica quien disparo ni quien fue el afectado, por lo que sucede antes se podría suponer que el guardia le disparo a Justo II, pero por el contrario ese último boletín esclarece que eso fue lo que paso sino que mas bien alguien le disparo al guardia frustrando su plan, para después achacar el intento de homicidio al imperio.
Supongo que un Venezolano entendería mucho mejor ese tipo de sutilezas.
Hola Daniel.
Es un relato interesante, que me ha gustado mucho como lo has descrito. Una escena cotidiana como la de comprar el pan ha descrito claramente cómo es el mundo que has creado.
Eso sí, al final también tenía dudas sobre lo que ocurrió con el niño y el guardia. Pero ya leí tus comentarios.
Un saludo y enhorabuena!