Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La visita - por Ane

Abrí los ojos lentamente con los párpados pesando toneladas y la impresión de salir de un extenso letargo. La somnolencia atrapaba mis sentidos anestesiando cualquier posibilidad de reacción, exigiendo de todas mis fuerzas para huir del aturdimiento en el que me hallaba hasta recobrar por fin la normalidad. La oscuridad copaba por completo la visión. Palpé la superficie sobre la que estaba tumbado; tablones de madera machihembrados. Me incorporé como pude y extendí los brazos en cruz. Apenas unos palmos separaban un extremo del otro, aquello era una puta caja de cerillas.

Inmediatamente me eché mano a un costado al percibir un profundo dolor. Era como si la zona hubiera tomado conocimiento de mi despertar y necesitara de mi atención. Una punzada, quizás de un somnífero, explicaba mi ubicación. Al hurgar en la zona dolorida fui consciente de mi desnudez e instintivamente me tapé con las manos el miembro viril. Permanecí así por espacio de largos segundos, contrariado, tratando de entender qué sucedía. Pero no recordaba nada, era como si la memoria hubiera sido reseteada.

Comencé a gritar mientras golpeaba con fuerza un lateral, confiado de lograr ayuda. La sacudida de un inesperado movimiento me hizo chocar contra la madera. Y como cobrando vida, aquella caja comenzó a desplazarse, saliendo a alguna superficie y provocando que la luz se colase por una rendija. Me asomé, y lo que vi, me dejó sin palabras.

Un irreconocible escenario se abría más allá de aquellas cuatro paredes. La ciudad aparecía cubierta por una lluvia de ceniza bajo un cielo de amenazantes sombras, otorgando a la urbe un aspecto gris, fúnebre. Me resultó extraño no hallar rastro de sus habitantes; en los bajos de unos edificios encontré la explicación.

Tras el cristal de varios escaparates, enjaulados cuerpos desnudos giraban una rueda de forma compulsiva bajo letreros que rezaban: mascotas en venta.

Incrédulo, aparté la vista con la ansiedad tomando mi cuerpo mientras continuaba desplazándome sin conocer rumbo. Volví a reubicar el ojo tras aquella improvisada mirilla cuando unas siluetas arremolinadas alrededor de un banco acapararon mi interés. Unas enormes palomas echaban pan a los humanos quienes doblaban el lomo para recoger las migas. Sin tiempo de asimilar la imagen, un simio trajeado agitaba sus brazos reclamando la atención de todo aquel que pasaba de su lado, vendiendo pieles como la mía a precio de saldo. Asiáticas, europeas, lustrosas como la seda. Un sudor recorrió mi frente temiendo ser pasto de maniquíes.

La marcha aminoró hasta detenerse por completo y me aparté de la rendija para prestar atención a una especie de rugidos, aullidos de una masa enfervorizada en el exterior que no era capaz de comprender. Me acurruqué como pude en una esquina permaneciendo a la expectativa. La puerta trasera se abrió y, confuso, salí despavorido.

Mi grado de azoramiento aumentó al prestar atención a la multitud que rodeaba el recinto, cuyos rostros reclamaban venganza bajo la batuta del reino animal. El coso supuraba un odio exacerbado, envolviendo cada partícula de aire en una atmósfera densa, turbia, irrespirable. Me detuve al divisar a lo lejos una figura, como aguardando mi llegada sobre la gran alfombra de arena extendida bajo mis pies. Al verla, una violencia que parecía ocultarse en mí halló agujero por donde expulsar la vileza de la que gozaba, y arengada por una grada sedienta de sangre, decidí arremeter contra aquella estampa.

Amagué con mi pierna derecha para coger impulso e inicié una desbocada carrera. A medida que me aproximaba su perfil tomaba forma descubriendo la magnitud del bicho. Cuando apenas nos separaban milímetros embestí con bravura, pero su hábil recorte libró mi cuerpo desatado y, como un verdadero malabarista, clavó las banderillas que portaba en mi espinazo. Caí herido de rabia, de orgullo, con la sangre brotando por mi espalda, mi boca. El aire se me escapaba y abandonado a una lenta agonía, el miura se acercó para rematar con la estocada acompañado del júbilo de un público henchido de gozo.

Y fue ahí, exhalando el último aliento cuando advertí la sinrazón en su máxima expresión, la del ser humano. Pero ignora que el pasado es muy canalla, y gira visitas.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

18 comentarios

  1. 1. Pablo Arbáizar dice:

    Muy guay.

    Has conseguido una cosa que no es fácil. Al entender al final que hablabas de un toro, me lo he vuelto a leer para entenderlo desde ese punto de vista. Muy bien tratado la visión desde el personaje.
    Las dos palabras (sombra y seda) encajan perfecto en el texto, hasta el punto que he tenido que buscarlas después para comprobar que efectivamente estaban ahí.

    Como consejo para escribir, los gerundios los carga el diablo. Nunca tengo muy claro cuando hay que usarlos y cuando no así que procuro evitarlos. Además al ser una forma verbal impersonal suelen hacer el texto más pasivo. Tú los usas mucho y creo que mejoraría si los cambiaras por formas activas e hicieras las frases más cortas. Por ejemplo:

    En vez de esto,

    “El coso supuraba un odio exacerbado, envolviendo cada partícula de aire en una atmósfera densa, turbia, irrespirable. Me detuve al divisar a lo lejos una figura, como aguardando mi llegada sobre la gran alfombra de arena extendida bajo mis pies.”

    Algo así,

    “El coso supuraba un odio exacerbado. Una atmósfera densa, turbia e irrespirable envolvía cada partícula de aire. Me detuve al divisar a lo lejos una figura que parecía aguardar mi llegada sobre la gran alfombra de arena extendida a mis pies.”

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 15:16
  2. 2. Ane dice:

    Hola Pablo:

    Gracias por pasarte por aquí.

    Lo cierto es que, no sé si acertadamente, pero he optado por no desvelar hasta el final quién es el personaje protagonista, pues así le doy más sentido a la rebelión de los animalitos, que por otro lado, creo que nos tienen ganas.

    Con respecto a lo del gerundio, estoy de acuerdo contigo en lo de no abusar de él sólo que, a veces una no se da cuenta. Intentaré darle una vuelta en próximas ocasiones.

    Saludos.

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 17:07
  3. 3. Héctor Romero dice:

    Ane, estoy sumamente impresionado con tu trabajo esto está excelente, no te hago observaciones pues siento que te faltaría el respeto. Felicidades

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 21:08
  4. 4. Ane dice:

    Hola Hector:

    Agradezco tus palabras asi como acepto todas las observaciones, impresiones y/o correcciones que necesite el texto, pues sólo desde diferentes puntos de vista es como creo puedo mejorar.

    Me alegra que el relato te haya dado una buena impresión.

    Saludos.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 07:21
  5. 5. María Esther dice:

    Ane, tuve que leer varias veces,para darme cuenta que la embestida era a la inversa.Pienso que lograste tu objetivo.Solo no logro comprende el sentido de la frase final “Pero ignora que el pasado es muy canalla y gira visitas”.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 06:15
  6. 6. Ane dice:

    Hola Maria Esther:

    El argumento del relato es el siguiente: un humano encerrado en una caja que es transportado sin conocer destino. Durante el trayecto tiene la oportunidad de observar lo que ocurre fuera de su encierro: los animales tienen el control. Finalmente termina en un coso taurino, e imitando la actitud que un toro tiene cuando se enfrenta al humano en una plaza de toros, también siente la necesidad de arremeter contra lo que le espera, una reacción por otro lado propia de un animal que se siente atacado, por eso embiste contra el bicho.

    Cuando digo que el pasado es canalla y gira visitas es porque los animales cobran al final su venganza.

    En definitiva, he tratado de expresar la sinrazón del ser humano que debe maltratar a otro ser vivo para divertirse llevándolo a un mundo distópico, donde todo se invierte, los humanos a merced de los animales.

    Al menos esta era mi intención.

    Gracias por pasarte por aquí. Saludos.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 08:09
  7. 7. Henar Tejero dice:

    Hola Ane,
    has conseguido describir el mundo al revés, en el que el hombre está a merced de los animales.
    Las descripciones son muy buenas y nos sitúas en la acción con facilidad.
    Quizás al leer la explicación que das a Maria Esther he logrado entenderlo fácilmente.
    Es una distopía donde se satiriza el maltrato animal. Bien conseguido.
    Me ha gustado tu relato, está bien logrado.
    Nos leemos!!!

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 15:31
  8. 8. Ane dice:

    Hola Henar:

    Gracias por comentar. Creo que me ha faltado dar más detalles para sobrentender de lo que estaba hablando. Me lo apunto para futuros textos.

    Saludos.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 17:01
  9. Al principio me creí una cosa, horrible, pero no vi tu intención prácticamente hasta el final. Sí, el mundo al revés. Un placer. salu2

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 23:29
  10. 10. Ane dice:

    Gracias Almircar por tu visita, un saludo.

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 07:34
  11. 11. Laura dice:

    Hola Ane.
    Comienzo por agradecerte tu visita dejando los aportes que mejorarían mi relato.
    Yendo al tuyo, lo interpreté perfectamente desde el principio(lo que es importante para el escritor).
    Has logrado una especie de vuelta al planeta de los simios.
    Felicitaciones por el texto, es muy bueno.
    Hasta el próximo relato

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 12:08
  12. 12. Ane dice:

    Hola Laura:

    Gracias por tus palabras y por acercarte hasta aquí, un saludo.

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 13:36
  13. 13. Vespasiano dice:

    Hola Ane:

    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo tan amablemente.

    El tuyo es una denuncia en toda regla hacia el maltrato de los animales.

    En cuanto a la forma te apunto algunas cosas que me han llamado la atención.

    “extenso letargo”. Aquí creo que sería mejor decir: “profundo letargo”.

    “párpados pesando toneladas”; somnolencia”; “anestesiando”
    “aturdimiento”. Veo demasiados adjetivos para describir un estado anímico del protagonista que se entendería perfectamente con apenas un par de ellos.

    “La oscuridad copaba por completo la visión. Palpé la superficie sobre la que estaba tumbado; tablones de madera machihembrados”
    Aquí al querer describir donde se encuentra el protagonista, no te has dado cuenta de que no había luz y por lo tanto sería muy difícil ver el tipo de ensamblaje que tenían las maderas que conformaban la caja.

    Este habitáculo donde se encuentra el hombre, me recuerda los cajones donde llevan a los toros hacia los toriles de la plaza.

    “…con la sangre brotando por mi espalda, mi boca”. Aquí creo que te ha faltado completar la oración: “…con la sangre brotando por mi espalda, y por mi boca”, o “…con la sangre brotando por mi espalda, y mi boca”.

    En líneas generales tu historia me ha gustado y me ha parecido imaginativa creando ese mundo distópico, pero no deseado, donde los animales se han hecho con las riendas del planeta.

    Felicidades.

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 22:19
  14. 14. Ane dice:

    Hola Vespasiano:

    Anoto tus sugerencias y corrijo fallos.

    En cuanto a lo del cajón donde va transportado has acertado, quería que el personaje tuviera el mismo trato que le damos al animal desde que sale de los corrales hasta que lo plantamos en la plaza pasando por los toriles, y tampoco me he explayado porque antes de eso ya nos encargamos de mermar sus fuerzas.

    Gracias por dejar un comentario.

    Saludos.

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 07:18
  15. 15. G Sugonz dice:

    Hola Ane,

    Gracias por los comentarios en el 107.
    Muy buen relato para denunciar el maltrato animal, en una distopía en la que seguro que nadie querría encontrarse y en la que todos podemos imaginarnos muchas de las cosas que podrían pasarnos

    Saludos,

    Escrito el 23 mayo 2017 a las 12:29
  16. 16. Ane dice:

    Gracias a ti G Sugonz, por acercarte hasta aquí y comentar.

    Saludos.

    Escrito el 23 mayo 2017 a las 13:51
  17. 17. Taysuke dice:

    Hola Ane,

    Menudo relato, deja la piel de gallina. Has conseguido trasladarnos magistralmente a ese mundo horrible que no deja de ser el nuestro. Me ha parecido genial la manera de cambiar las tornas y convertir al humano en toro.

    No tengo nada que decir en cuanto a la forma y la narración: ¡fántastica!

    Solo espero que la venganza animal sea un poco más benévola de lo que seríamos nosotros.

    Estoy en el 87, por si te apetece un poco de lectura.

    Un saludo! Nos leemos!!

    Escrito el 31 mayo 2017 a las 16:06
  18. 18. Ane dice:

    Gracias Taysuke por tus palabras, animan y mucho a seguir en este aprendizaje que tanto nos gusta y tanto necesitamos.

    Me he pasado por tu relato y como te he dejado en un comentario, me encantó. Sigue así.

    Saludos.

    Escrito el 1 junio 2017 a las 07:08

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.