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Alfredo Clase A - por Mª Jesús Hernando Navas

Alfredo caminaba ligero hacia la salida sin prestar atención a las pantallas que tapizaban las paredes del Ultratransporte Subterráneo. Se sabía de memoria los mensajes que se intercalaban, entre video-clips musicales y noticias, como verdades absolutas.
*****MOSTRAR EL DISGUTO ES REBELDIA******SI TODOS PENSAMOS IGUAL, TODOS SEREMOS LIBRES******EL GRAN PODER, LO PUEDE TODO******LA LIBERTAD ES EL KAOS****
Era su creador, sin embargo, no le gustaban. En la vida anterior, trabajaba como periodista, sin distinción de géneros, –un día pisaba moqueta y al siguiente barro− pero cuando los Centinelas de la Certeza eliminaron los periódicos le obligaron a servirles si quería sobrevivir. A cambio, le procurarían bienestar y salud− le implantaron chips para poder controlar sus constantes vitales a distancia− y un apellido más acorde a los nuevos tiempos: Clase A, en lugar del López que le había acompañado hasta antes entonces. Era medio y medio, un sol y sombra que hubiera dicho su padre, un humano castizo que murió a seis meses después de hundirse su mundo.
Desechó la imagen paterna… tampoco quería recordar a Antonio, Carlos y Erika, mutantes que como él tuvieron que acatar el nuevo orden y de los que no sabía nada desde hacía días…era peligroso. Todavía estaba en periodo de prueba y las evocaciones de la vida anterior podían traerle malas consecuencias. El Gran Poder no permitía los recuerdos, por muy fugaces que fueran.
Tragó saliva, estaba pálido, lo vio en la pared de acero, tan pulido que parecía un espejo. Mejor pensar en cuantos minutos necesitaría estar en el baño tensor para recuperar el brío de la mañana. ¿Diez, quince?, doce resolvió , y después un rayo activo para recobrar la calma y por fin dormiría en su colchón de polvo cósmico que según la propaganda hacía sentir como una estrella.
Mientras se secaba en el miniturbo notó un zumbido extraño en los oídos. Le sucedía siempre que sobre-oxigenaba el agua para ahorrar líquido. Lo agradecía el bolsillo y el Gran Poder lo premiaba con bonus para comida natural, artículo de lujo desde la desaparición de la agricultura, solo permitido para los A+++1.
Los tres pluses y el uno era la élite, el grupo selecto que se mantenía estable mediante la reproducción programada. Nunca formaría parte de él, pero al menos vivía en un nicho − un habitáculo reducido, pero cómodo− y no en los subterráneos o túneles como los estratos inmutables. .
Detectó una alerta en sus niveles. Retiró la tapa de su antebrazo derecho y comprobó que sus constantes estaban estables, en color verde. Sin embargo su línea de la vida parpadeaba en amarillo, tal vez se hubiera estropeado el piloto. Afortunadamente, la molestia del oído había desaparecido así que se ovilló en su colchón para entrar en relax y que nada rompiera su éxtasis.
— ¿Qué haces LFRD?
Conocía bien aquella voz de seda, llena de matices. Miró para localizar a su propietario pero sus instrumentos electrónicos estaban en negro y no había holografías. El director general del Ministerio del Convencimiento interrumpía desde las sombras comiéndose las vocales de su nombre, lo que indicaba malas noticias.
—Los planes han cambiado, a partir de mañana te sustituirá Gooómeeez –dijo inflando la o y la e para destacar el orgullo que le producía la designación−él tiene toda mi confianza.
— ¿Y yo, señor?
—Hemos detectado que estas al límite y ya no eres útil para nuestros propósitos. Es mejor que te reemplacemos antes de que los circuitos se te peguen. Además…—su voz era ahora profunda— sabes demasiadas cosas….Te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar.
Oír que Gómez iba a sustituirle y la brusquedad del anuncio alteraron de nuevo sus niveles vitales. Ya no estaban verdes. Habían descendido hasta el azul oscuro pero aún no habían llegado al negro. No tenía importancia, podían recuperarse pronto, lo preocupante estaba en su línea de vida: había subido al rojo y seguía creciendo. Pidió al botiquín un estabilizador general, que nunca llegó, y se acostó en modo vigilante para poder comprobar, él mismo, hora a hora, la evolución de su estado.
Aunque el control central registró la explosión de su línea de vida, los servicios de urgencia no se movieron. Los dos oficiales que hacían el recuento matutino, lo encontraron inmóvil −teñido de rojo−sobre su cama. La cara todavía conservaba una humedad extraña. El de mayor rango tomó una muestra e hizo un análisis rápido.
—Son lágrimas de alta densidad, fabricadas hace muchos años.

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6 comentarios

  1. 1. Maria Jesús dice:

    Hola tocaya, me corresponde comentar tu texto, así que voy a hacerlo lo mejor posible. Lo digo porque los universos distópicos no me gustan, yo soy más de historias claritas y cotidianas, de hecho he participado en el taller pero no en el reto. Pese a todo, tu relato me ha parecido muy bien ejecutado, creo que es muy difícil crear un universo de esas características en tan poco espacio, pero tu lo has hecho muy bien, expresas muy bien lo que quieres transmitir, y, aunque utilizas un lenguaje futurista, se capta perfectamente el contenido. Me ha gustado mucho el final,cuando el mutante Alfredo recupera cierta humanidad al echarse a llorar. Felicidades. un saludo.

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 11:42
  2. 2. María Jesús Hernando Navas dice:

    Gracias por tus comentarios. La verdad es que costó mucho hasta que logré construir la historia porque,aunque me gusta el género, escribir historias distopicas es difícil. Tus palabras me animan mucho. Gracias tocaya!

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 18:17
  3. 3. Laura dice:

    Hola María Jesús
    Has logrado un gran relato. FELICITACIONES.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 13:12
  4. 4. María Jesús Hernando Navas dice:

    Gracias Laura por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado. Me pasaré por el tuyo y lo comentaré. Hasta pronto.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 18:01
  5. 5. Isan dice:

    Hola Mª Jesús:

    Nuestros relatos tienen más parecidos que la clase A o C del protagonista. Los letreros de las paredes son elementos que se repiten en ambos relatos. Está mal que lo diga yo, pero tienen mucha fuerza para transmitir esa idea de opresión.

    Este relato tiene algunas cosas que convendría revisar. Por ejemplo: “que le había acompañado hasta antes entonces.” Sobra ANTES. O también en: “castizo que murió a seis meses después…” sobra A. También alguna coma y los guiones de los incisos habría que arreglar.

    El relato no está mal pero, para mi gusto, creo que te has extralimitado en mostrar los avances tecnológicos y te has olvidado de contar una historia aunque ese final lo aregle.

    Un saludo.

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 17:03
  6. 6. Maria Jesús Hernando dice:

    Hola Isan gracias por pasarte por mi relato. Tienes toda la razón en tus correcciones. Me dio una collejilla porque repasé el relato varias veces y no las vi. En cuanto a lo que me dices de los avances tecnológicos también me parece bien. Solo decirte que pretendía mostrar como había cambiado el mundo y su influencia sobre la vida. Muchas gracias por comentarlo, nos leemos el próximo mes.

    Escrito el 25 mayo 2017 a las 13:59

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